Nueva Revista 048 > El año Cirlot

El año Cirlot

Enrique Andrés Ruiz

Cirlot está considerado como uno de los críticos de arte más significativos de los años 50 y 60, también escribió poesía, de rara y personal intensidad. Un autor imprescindible.

File: El año Cirlot.pdf

Referencia

Enrique Andrés Ruiz, “El año Cirlot,” accessed April 26, 2024, http://repositorio.fundacionunir.net/items/show/981.

Dublin Core

Title

El año Cirlot

Subject

Artes

Description

Cirlot está considerado como uno de los críticos de arte más significativos de los años 50 y 60, también escribió poesía, de rara y personal intensidad. Un autor imprescindible.

Creator

Enrique Andrés Ruiz

Source

Nueva Revista 048 de Política, Cultura y Arte, ISSN: 1130-0426

Publisher

Difusiones y Promociones Editoriales, S.L.

Rights

Nueva Revista de Política, Cultura y Arte, All rights reserved

Format

document/pdf

Language

es

Type

text

Document Item Type Metadata

Text

El año Cirlot [ Enrique Andrés Ruiz ] Juan Eduardo Cirlot (19161973) fue uno de los críticos de arte más significativos de los años 50 y 60 en nuestro país. Además, jue autor de una obra poética secreta y fascinante, de rara y personal intensidad, y de muchos y variados ensayos sobre temas artísticos, literarios y simbólicos. Adscrita sin mucho detenimiento a las corrientes surrealistas, su personalidad no ha llegado todavía al gran público, pese a que en este año de 1996 se puede hacer balance —como lo hace el autor del articulo— de un buen número de acontecimientos, incluidas exposiciones, ediciones de inéditos y reediciones que han situado de nuevo en la actualidad a un autor para muchos imprescindible. a Enrique Granell Trías uando hablamos de Juan mediático de la cultura que viviEduardo Cirlot no debemos. En realidad, apenarse por su Cmos engañarnos. En cualescasa presencia en los hábitos gequier conversación en la que se nerales de lectura o condolerse por mencione su nombre o se cite su la mínima atención que parece meobra, lo más frecuente es escuchar recer su poesía o su obra ensayística una especie de lamento por alguien presupone que algún poeta o crítiinjustamente olvidado, ignorado, co de arte no corre igual suerte y maldito, cuando no intencionadaesto, verdaderamente y salvadas las mente relegado a la devoción de escuetas excepciones de los cuatro o unos cuantos enfermizos aficionacinco autores incuidos en los prodos a las heterodoxias espirituales y gramas del bachillerato (o como se demás magias alternativas. Pero esllame), me parece pecar de inocento no deja de ser un espejismo. Me cia. Esa es la regla general y Cirlot atrevería a decir que Cirlot no va a no se sustrae a ella. ser nunca ni pasto de la actualidad Además, si somos sinceros, deni moneda corriente en el canon bemos admitir quienes nos confeuna colección de circulación accesisamos fascinados por el personaje y ble y que, aun con la exclusión de por su literatura que muy pocos muchos de los poemas fundamen1 autores mantienen esa suerte de tales, fue titulada JuanEduardo presencia en segundo o tercer plaCirlot. Obra Poética. También la reno en el panorama de revisiones livista Poesía (n° 56, 1980) incluyó terarias que mantiene Juan Eduaruna selección de textos y notas que do Cirlot desde su muerte y que, corrió a cargo de sus hijas, Lourdes desde luego, las reediciones de sus y Victoria. Pero tengo para mí que libros y los artículos a él dedicados el caso Cirlot no debe solo su rale convierten precisamente en una reza a su condición de pieza de lande las excepciones a la amnesia hisce, sino más bien a la médula mistórica y a la aburrida fugacidad de ma de una poesía hacia la que las ese mismo panorama. preocupaciones intelectuales (variadísimas en el poeta, desde la músiLa rareza del caso Cirlot ca dodecafónica a la mística sufí, desde la literatura visionaria y la Las razones de que, pese a todo, pintura abstracta a la filosofía más Cirlot conserve su extrañeza, su abisal) y los artificios técnicos son perfil crepuscular de isla no coloniacarreados por la sustancia vital de zable, su carácter de raro, pudieran una honda y auténtica tragedia soser acaso más finas y más de matiz. litaria. Por lo que atañe a la poesía, es bien cierto que las reducidas tiradas La soledad de Cirlot, la soledad en las que imprimió sus libros de un alma demediada, partida por (muchas veces series de cuadernos), el infinito abismo que se abre entre que él mismo distribuía entre quiela realidad ordinaria y el alto impenes creía merecedores, hacen casi rio de la imaginación, infunde a su inaccesible al público el variopinto poesía el grave y desconsolado y ramificado corpus cirlotiano. En aliento trágico que, aunque cifra y 1974 y en Editora Nacional, Leoclave de toda gran poesía, parece poldo Azancot reunió, no obstante, ser hoy, dado el rumbo de nuestra una significativa aunque siempre lírica, el tono que repugna a los parcial muestra de su obra en el ya poetas en boga. Que Cirlot sea un inencontrable Poesía de J. E. Cirlot poeta grande, uno de los más (19661972), y Clara Janes se ocugrandes poetas de nuestro siglo, no pó de la edición en Cátedra (Maes cosa fócil de admitir por quienes drid, 1981) de una selección poétiparecen dedicar sus versos a un fanca que consiguió ser difundida en tasmático retrato de hombre coJuanEduardo Cirlot mún y cotidiano que sólo entiende como reactualización (la única poconfesiones íntimas y más o menos sible) de la obra pasada. Tampoco pedestres. Con todo, eso no ha imlo es —tan miope y superficial es la pedido que otro poeta, Luis Alberconsideración de lo que hoy y a to de Cuenca, capaz como ninguno bulto se llama vanguardia detede aliar los cielos de la fantasía y los nerse en algo más que en la etiqueinfiernos de los días laborables en ta de un vanguardista confeso cosu propia obra, le dedicara un epimo Cirlot, alguien que por lo desodio de su sección Poetas de línea más enfrentó su individualidad a Clara en esta misma revista (n° 42, toda etiqueta, incluso a la surrealisdiciembre de 1995, págs. 147ta, y no dudó en recalcar su condi149). Pero no es frecuente, como se ción aparte, como cuando declaró sabe, que la lectura de la tradición, a Joan Josep Tharrats encontrarse y menos de la más reciente, se haga separado del surrealismo más cañónico por su creencia en Dios y en la o el impar Diccionario de símbolos poesía con forma y metro. tradicionales (Luis Miracle Ed., En la Carta desde Barcelona que Barcelona, 1958). Solo que en un Cirlot dirigió a André Bretón, a momento en que la crítica de arte quien conoció en el Café de la plaresulta género apetecible a periodisce Blanche en 1949 y quien le intas y a profesores de Estética, la cluyó como único poeta español obra de alguien que cometió el peentre los que contestaron al cuescado de no distinguir entre el crítitionario con el que el jefe surreaco y el poeta, o viceversa, hace de lista después compuso UArt Mansu incorregible subjetividad algo que (1957), Cirlot decía, estremedesdeñable. cedoramente: El más allá, sea soEl Diccionario de símbolos ha sibrenatural o natural, transcendente do reeditado por Labor desde o inmanente, me apasiona, me lla1975; El mundo del objeto... por ma, me preocupa más que el amor Anthropos (Barcelona, 1986); El y más que el dinero, más que la ojo en la mitología. Su simbolismo gloria y el trabajo intelectual. Tepor Ediciones Libertarias (Madrid, ner a un río poético que nace de tal 1992); El espíritu abstracto también manantial como antigualla vanpor Labor (Barcelona, 1993). Pero guardista o como verborrea retórica parece que no es suficiente. En uno es un atentado contra la honradez de sus más emocionantes textos deintelectual, además de un yerro de dicados al comentario artístico, en sordos o de ciegos. el que se ocupa del pintor Manuel Capdevilla, Cirlot comienza: Esta Los encuentros del crítico noche he vuelto a soñar con María con el arte del Carmen. Pero la significación general de todas las imágenes bajo Y qué decir del Cirlot crítico e las cuales ella se me ha aparecido investigador, del impulsor del Dau me consterna al tiempo que me salal Set (aunque luego algunos de sus va. Y nadie diría hoy que esto está miembros le quisieran negar su escrito —mucho menos que deba propia pertenencia al grupo), del estarlo— por un crítico de arte, por escritor de arte omnipresente entre un crítico profesional, a menos que los círculos del surrealismo mágico repare en que se trata de alguien y luego del informalismo, del autor para el que sus encuentros con la de obras tan fundamentales como música, con la pintura abstracta o El mundo del objeto bajo la luz del gótica, con el cine o con la simbosurrealismo (PEN, Barcelona, 1953) logia, tienen fechas y nombres y están tejidos con los mismos mimlenciano de Arte Moderno (iVAM) bres de la vida. De la vida, la que ha tenido abierta la espléndida exposición titulada Mundo de Juan no admite especialización. Eduardo Cirlot. Fue, según dice él Las insólitas ediciones mismo en la presentación del catálogo, uno de los primeros proyecy celebraciones de 1996 tos que acudieron a la mente de El caso es que, visto desde una Juan Manuel Bonet cuando hace u otra faceta —todas fueron indisoun año se hizo cargo de la direcciables para Cirlot—, las recuperación del museo. ciones de su personalidad y de su Otros proyectos, felizmente ya obra serán siempre relativas. Durealizados, pudieran haber servido rante la década pasada y la actual de precedente a la exposición de no han faltado otras reediciones de ahora: me refiero al ciclo de exposisus libros, además de las ya citadas, ciones de asunto surrealista celebraque han contribuido a recordar ándas en el Museo de Teruel bajo los gulos distintos del estudioso y del títulos El objeto surrealista en Espapoeta, al menos distintos de aquél ña (27 de septiembre28 de octudesde el que durante los años sebre de 1990), Ciudad de Ceniza. El senta y setenta le enfocaban excluSurrealismo en la posguerra española sivamente, como autor experimen(29 de octubre29 de noviembre de tal desde la vanguardia más hermé1992) y Los paréntesis de la mirada. tica que, por otro lado, era la más Un homenaje a Luis Buñuel (29 de agonizante, es decir, desde la conoctubre29 de noviembre de dena al silencio. Pero si esto sor1993). Las dos primeras fueron coprende e íntimamente nos alegra, misariadas por el propio Bonet y yo al menos siento una mezcla de por el ahora Conservador Jefe del entusiasmo y de desconcierto cuanIVAM, Emmanuel Guigon, quien do compruebo que más que nunca comisarió en solitario la tercera. En y de una manera insólita, en este las tres intervino Enrique Granell año 1996 que acaba, han concurriTrías, recreando para Ciudad de Cedo ediciones y celebraciones que niza (un verso de Cirlot) los conviparecen puestas de acuerdo en un vios surrealistas de la Barcelona de verdadero año Cirlot. los años cuarenta y ocupándose en Comencemos por una empresa concreto del mundo objetual de de recuperación que debiera resulnuestro poeta en la primera de las tar definitiva. Del 19 de septiembre citadas. Las tres exposiciones y los al 17 de noviembre, el Instituto Vatres estupendos catálogos que las la tarde de un día de finales de maacompañaron, excelentemente diyo de 1971 mientras escribía el señados por el pintor Xesús Vázinolvidable Momento. Allí estaban quez, son tres marcas imprescindiunos extraños y subyugadores esbles en el recuerdo de quienes se quemas en los que con fechas y casienten atraídos por la nebulosa del sillas el propio Cirlot pasaba revista surrealismo español. a su trayectoria profesional, famiEmmanuel Guigon y Enrique liar, amorosa, simbólica, probableGranell estaban llamados, pues, a mente a la busca de un destino o ser los organizadores de la exposide su revelación. ción que ahora el IVAM acaba de ceLa segunda sección, El espíritu lebrar. Para alguien sensible a la remágico, estaba dedicada a los años cuperación de atmósferas artísticas de Dau al Set, a su vinculación cofascinantes y perdidas, la recreación mo séptimo miembro con el grupo del mundo de Cirlot era en la de Tápies, Cuixart, Tharrats, Pon^, muestra valenciana sencillamente Puig y Brossa, al magicismo plástiejemplar. co, al tiempo de su relación con Divididas en cinco secciones, Bretón y los surrealistas de París, las salas del museo acogían sucesique duraría hasta 1962. De los vamente distintos entornos de la muros colgaban, entre otros, el invida y la obra de Juan Eduardo quietante Maascro de Cuixart y un Cirlot, con ricas muestras biblioinesperado y programiótico Cegráficas de producción propia y menterio de los suicidas de Antonio ajena, fotografías, objetos y pintuSaura. La pintura o la sangre del esras coetáneas o vinculadas al poeta píritu era la advocación bajo la que por una u otra razón. estaban colocadas las poderosas La primera de ellas, también presencias silenciosas de una tercera denominada Cittdad de Ceniza, dasala dedicada al trabajo del crítico ba cobijo a la actividad cirlotiana Cirlot. de los años cuarenta, a sus inicios Desde finales de los años cincomo poeta. Allí estaban, cómo no, cuenta al comienzo de los setenta, las siete espadas que me defienden Cirlot fue ante todo un crítico de contra el Dragón que desde fuera y arte. Era el momento emergente desde dentro me combate ante las del informalismo, el gran momenPuertas del Paraíso de Dios. Allí to de una generación española, y estaban los ejemplares de Art ofEuacaso haya que decir —estas líneas ropean Iron Age y The Age of de no son una apología— que Cirlot Plantegenets and Valois que estaban no fue el único crítico europeo que sobre la mesa del poeta a las seis de no vio sino un poco tarde la imForsyth y Charlton Heston, que portancia y la rotundidad con la Cirlot vio en 1966. que la hora de la pintura había sido Seducido por esa historia y por ya marcada por las manillas de los su escenografía, el poeta hizo de relojes norteamericanos. Eso no Bronwyn la personificación de lo impide que en esta exposición haya que, dentro de la muerte, se prepamagníficos Tapies, un excelente ra para resucitar; lo que renace eterGerardo Rueda, un buen Rafols... namente, y convocó en los sucesivos cantos a la simbologia medieLas dos últimas secciones hablaval, a sus lecturas de la caballería ban de aspectos más concretos. céltica y a las permutaciones sintácMúsica resumía una ocupación y ticas del espiritualismo hebreo para una preocupación de Cirlot durancomponer salmodias que son a la te toda su vida. Compositor él misvez un collage vanguardista y una mo de música atonal, siempre tuvo muestra de aliteración atávica. El por imborrable la presencia en Barpropio Cirlot, en Bronwyn (simcelona de Arnold Schónberg a cobolismo de un argumento cinemamienzos de los años treinta, y a su tográfico) en Cuadernos Hispanoaevocación dedicó uno de sus textos mericanos, n° 247, junio de 1970, de mayor intensidad, La Dama de se encargaría de la interpretación y Vallcarca, en alusión al barrio de redel sentido de los mitos, los símbosidencia del compositor. A Igor los y las imágenes de tal ciclo, cuyo Strawinsky dedicó su primer libro título presidía el colofón de la exde investigación, y el primero de posición valenciana del que lo que entre los poéticos, La muerte de Gerecuerdo ahora es el impresionante rión, es, en realidad, un libreto. y luminoso por oscuro Green on Y, por fin, Bronwyn. Ése fue el Maroon de Mark Rothko, llevado rótulo de la última sección de la desde la Fundación Thyssen. muestra cirlotiana, tomado del ciMundo de Juan Eduardo Cirlot clo poético a cuya elaboración ensies, pues, una exposición para el remismada se dedicó el poeta en cuerdo. Aún más si ha aportado, ocho cuadernos (i al VIIl) más las como lo ha hecho, la novedad bientregas ordenadas con las letras n, bliográfica de la edición de un inéz, x, y, w y las finales con Bromuyn dito, La imagen surrealista, que y La Quéte de Bronwyn desde 1967 acompaña al ya de por sí monuy a partir de una película, El señor mental catálogo. Se trata de un lide la Guerra, de Franklin Shaflher, bro nunca publicado, aunque llegaprotagonizada por Rosemary ra a ser anunciado por las Producciones Editoriales del Nordeste penosa enfermedad, llamó a Cirlot (PEN) que fundó Ricard Giralt Mien 1973. racle en 1953 y con las que colaboInmerso entonces en la elaboraró intensamente Cirlot. ción de un tipo de poesía de experimentación fónica, el poeta había En la obrita, el críticopoeta llecompuesto tres series enlazadas de va a cabo, al modo tan penetrante permutaciones visuales de los cacomo inevitablemente personal racteres que forman los nombres de que conocemos, una especie de claInger Stevens, Helma y Bronwyn, sificación de imágenes y de asocialas tres figuras femeninas que se ciones de imágenes según su origen vienen a corresponder con los símy su mecánica que son frecuentes bolos del pasado, el presente y el en los afiliados surrealistas (entre futuro, respectivamente, que ahora los que también le encajan Van y en edición casi facsimilar (con los Gogh, Picabia y Picasso). Además mismos tipos mecanografieos en del libro, el acontecimiento del que Cirlot dejó el original) ha puIVAM dio pie para la edición de un blicado Pagines Centráis, en tirada CD que contiene la grabación de la limitada a 250 ejemplares. Suite Atonal, la única composición Tanto la preparación y el prólomusical de Cirlot que se conserva, go de Variaciones Fonovisuales cocompuesta en 1947, y una intermo otra nueva edición, la de pretación vocal de Bronwyn e Inger, INGER, coproducida por el Café permutaciones, como muestra de la Central y por la Llibreria del Muúltima actividad poética del escriseu dArt de Girona, están a cargo tor barcelonés. de quien, de existir una logia cirlotiana, debiera ser su Gran Maestre, Un inédito Enrique Granell Trías, a quien se y una nueva edición debe sin duda una buena cuota de la vuelta de Cirlot a la actualidad Pero el hecho es que a la gran de los últimos años y, desde luego, exposición en cuya crónica creo las mejores informaciones sobre su que merecía la pena extendersefigura. rodean, antes de que acabe 1996, Inger reúne fundamentalmente otras reediciones cirlotianas, inclulos textos que el poeta dedicó en so la edición de otro inédito, como 1970 y 1971 a la actriz sueca Inger es el caso de las Variaciones FonoviStevens o, quizá, a su suicidio, tras suales, listas para su publicación el que Cirlot, poéticamente emocuando la muerte, después de una cionado, se vio conmovido ante la extrañeza metafísica de volver a Cirlot, el no mundo y la poesía imaverla en pantalla. ginaL En el primero de ellos, planteaEl poema, de la misma familia do por Victoria muy elegantemenque las Variaciones, hilvana los cate como remedo de otro libro, El racteres y los fonemas del nombre poeta y su mundo, que Cirlot proinvocado y se propone —como dice yectó y nunca llegó a ser editado, Granell menos una función lírica su propia hija reúne como lectora que constituir una suerte de rito algunos de los textos más imporante lo imposible. Incluye tamtantes escritos por el poeta precisabién dos textos de referencia a la mente sobre la poesía y sobre otros misma recordada cuasi presencia poetas. Surgen de la confrontafemenina: Pintura, extraído del cación de un poeta con otros poetas, tálogo Román Valles (1970) y La de una experiencia poética con esencia del cinematógrafo (Inger Steotras experiencias poéticas, dice la vens, in memoriam), un artículo también prologuista del volumen, publicado en La Vanguardia el 13 para hacernos ver la naturaleza de noviembre de 1970, en el que emotiva y pasional de un puñado Cirlot analiza su propia perplejidad de artículos geniales que nunca ante unas imágenes que tiene por fueron planteados como ejemplos espectrales. Su tirada, de 99 ejemde crítica o de teoría literaria, sino plares numerados, tampoco ayudacomo acercamientos a la comprenrá al conocimiento de Juan Eduarsión de unas obras y, sobre todo, do Cirlot, pero sabremos si hay unas vidas, entendidas desde la afimás de cien personas dispuestas a nidad electiva que no puede concorrer a una librería por una pasión tentarse con la explicación por meliteraria sin la ayuda de la publicidio de otras palabras de más. dad. Desde el primero de los textos Textos sobre poesía reunidos, Confidencia literaria, y otros poetas publicado en Entregas de Poesía, la revista de Juan Ramón Masoliver, La Editorial Huerga&Fierro, en 1944, hasta La poesía de Georg para completar este año Cirlot, acaTrakl, que lo fue en Cuadernos ba de poner en la calle Confidencias Hispanoamericanos en 1971, los arLiterarias, un volumen de recopilatículos y ensayos recopilados son ción de artículos del poeta de cuya buena muestra de una capacidad edición se ha ocupado Victoria de comprensión extremadamente Cirlot, y el libro de Clara Janés penetrante que cuenta —y acaso por eso, precisamente— con la esencial ma desde el conocimiento de la safrontera de incomunicabilidad que biduría oriental y, en concreto, sufi. la materialidad del lenguaje poético Son textosbase de la bibliograestablece en los señeros ejemplos fía sobre el poeta y rodeos en torno que Cirlot tuvo por modelos de a una imaginación trascendental. poeta: Dante, Edgar Poe, Novalis Cabe decir solo que dicha biblioque el crítico Cirlot relaciona ingrafía, aportada al final del libro, geniosa y sugerentemente con las pudiera muy bien haber contado ideas de Worringer sobre el gótico con una necesaria actualización de y con su amada pintura abstracta, la poesía cirlotiana. En todo caso, Shakespeare, Blake, Nerval, Lovela investigación de Janés sobre el craft y algunos otros, incluso Maaspecto mágico, hermético y secrellarmé, a quien Cirlot dedica uno to de la poesía de Cirlot desvela inde los más sorprendentes y aquiladudablemente un Cirlot cuyo cotados comentarios del volumen, lo nocimiento es imprescindible, ya que viene a ser una especie de poésea desde el dualismo misticista tica concisa, basada en la indestrucpersa o desde el otro dualismo tible diferencia entre ideas y palanihilista al que Cirlot se fue acerbras. cando paulatinamente, más occidental, más heideggeriano si cabe. Con respecto a este último enfoLa lectura poética desde que, hay un texto de los recogidos la sabiduría sufí en Confidencias literarias, el titulado De Lucrecio a Sade, que leereTambién publicados antes —salmos no sin la sorpresa de encontrar vo el último, Visión esmeralda— la insinuación de una salida a la pero reunidos ahora en libro de la tragedia de la gran escisión dualista colección Fenice textos de Huercon la que habitualmente identifiga&Fierro (las Confidencias literacamos todo lo cirlotiano. Es un rias están en la colección La Rama texto sobre el amor, un texto en el dorada, de la misma editorial), los que aquel espíritu de llama se artículos dedicados por Clara Janés abre a la posibilidad de comprena Cirlot se adentran, sobre todo, en der los tantas veces odiados por él la condición mística de su poesía y, seres y cosas de este mundo. H en especial, en la lectura de la mis