El espíritu de La Rábida

El espíritu de La Rábida

Libros

Reseña literaria de "El espíritu de la Rábida" por F. Fernández.

Rafael Gómez López-Egea

Nueva Revista 044 de Política, Cultura y Arte, ISSN: 1130-0426

Difusiones y Promociones Editoriales, S.L.

Nueva Revista de Política, Cultura y Arte, All rights reserved

document/pdf

es

text

gel acerca de las intenciones de HePablo... y, en definitiva, la puesta en rodes. Saramago realizó con toda obra de la Iglesia cuya primera pieevidencia una lectura que se quedra fundara Dios, en la persona de ría desmitificadora de la figura de Pedro. Jesús, a la luz del materialismo hisCon la dispersión de los Apóstotórico, y que resulta blasfema desde les enviados a predicar por el mundo la ortodoxia cristiana. y la Asunción de la Virgen María en Bien. Digamos que Pedro Antocuerpo y alma al cielo, cierra Urbina nio Urbina, al contrario, ha puesto su trabajo y con él su propósito de por escrito el fruto de la lectura conofrecer a los lectores en lengua espatinuada de los Evangelios a lo largo ñola aunque no resulta difícil augude más de cuarenta años, a la sencirarle un porvenir de abundantes tralla luz de la fe en la Encarnación de ducciones un acceso reposado, sinDios en una Virgen y en sus ensecrónico, bello y ortodoxo, pero sobre ñanzas posteriores a los hombres, todo necesario por las razones que respaldada por amplios conocimienexpusimos al principio, a los textos tos científicos en teología y filosofía, fundacionales de la fe cristiana. • y poniendo en juego su habilidad en Miguel Veyrat. el trabajo de escritor. La enorme provocación de Urbina residiría a nuestro juicio en el título, que varía F. Fernández (coord.), sutilmente el sentido tradicional de El espíritu de La Rábida las narraciones de la vida de Jesús El legado cultural de don Vicente para ponernos bruscamente ante la Rodríguez Casado propia enormidad del escándalo: Asoc. de La RábidaUnión Editorial Dios, el Hijo de María. Madrid, 1995, 1055 págs. El interés de su obra, aparte de la intensa emoción literaria que proporciona su lectura, consiste en que odos hemos sentido alguna a diferencia de los libros anteriores vez en la vida yo muchas sobre el tema, no finaliza en el moveces la incapacidad de exmento de la Resurrección y Ascenpresar con palabras habladas o essión de Cristo, sino que prosigue critas la emoción o los pensamienhasta Pentecostés, la fundación de la tos que llevamos dentro. Al termiIglesia de Jerusalén, los primeros nar de leer las más de mil páginas milagros realizados por los Apóstode lo que llamo, porque lo es, el liles en nombre de Jesús, el martirio bro de don Vicente, esas sensaciode Esteban, la pasión y acción de nes de impotencia me han venido, ensayos del número dos rabideño, como nunca antes, a la cabeza y al don Octavio Gil Munilla (muerto corazón. En efecto, me veo incapaz antes de ver publicado este libro), el de resumir en esta reseña, forzosade Francisco Morales Padrón y el de mente breve, la avalancha de reJosé María Prieto, todos ellos entre cuerdos, imágenes, voces, sonidos, los más fieles y constantes colaborarisas y cánticos que se vienen a la dores de don Vicente. memoria dispuestos a revivir el paQue tan ambicioso proyecto se sado en el presente. Y más incapaz haya traducido en realidad editorial todavía de trasladar de modo efise debe a la infinita paciencia de ciente el calor, el afecto y la creatiFernando Fernández, secretario gevidad de aquellos tiempos de La Ráneral de la Asociación de la Rabida, bida, bajo la mirada amiga de don y a su fiel tenacidad, la prueba más Vicente Rodríguez Casado (1918palpable de que ha recogido como 1990). ningún otro el testigo rabideño de El libro ofrece un panorama vimanos de don Vicente. La parte más vo, diverso, completo, de lo que me extensa del libro queda reservada atrevo a llamar las fundaciones de para los colaboradores, amigos, prodon Vicente, resumidas en su irrefesores y alumnos de La Rábida que petible talante humano, intelectual, durante los treinta años (19431973) magisterial. Todo ello sin soslayar de la Universidad de verano, poblael espíritu vicentoniano que nos ron aulas y residencia para impartir conduce no lo olvidemos a su vio recibir enseñanza. Todos ellos, casión trascendente de la existencia, da uno a su manera, hemos contrique él mostraba con naturalidad alebuido modestamente a revivir episogre. dios que parecían perdidos en el Hay dos trabajos de lectura ilufondo de nuestras memorias. Son minadora, imprescindible: La hisnada menos que 170 los testimonios toria de La Rábida, de Miguel Chapersonales surgidos en torno a la fivarria y el Epílogo, de don Jesús gura del Rector, maestro y amigo Arellano. Entrañable amigo, compadon Vicente. En esos testimonios ñero y colega, Miguel; maestro y queda reflejada la infinita variedad guía en mis primeros pasos profede los sentimientos humanos, nunca sionales, don Jesús, espero no dejarcoincidentes, aunque se compleme llevar de afectos personales al mentan hasta formar un cuadro basdistinguirlos. El peso objetivo y la tante preciso, hecho a base de afecextensión de sus dos colaboraciones tos y fidelidades. Esos eran, al fin y aleja cualquier suspicacia. Por otras al cabo, los sentimientos que aprenrazones, cobran especial relieve los dimos en La Rábida, y que tantos Vicente. Es difícil encontrar dos hemos conservado, aunque muchas personas más distintas, casi opuesveces nos hayan costado caros en el tas en su estilo vital, gustos, expreorden material y profesional. Y es siones y métodos. La ventaja de don que, en el mundo que nos rodea, es Jesús, su cualidad de filósofo, dado más fácil y rentable cambiar fidelia la reflexión y al análisis, le permidad por conveniencia. En La Rábida tió calar en profundidad a don Vila escala de esos valores siempre escente, y gracias a eso, disponemos tuvo muy clara. ahora de algunas claves para conocerle también en su intimidad, la Aun para los que tuvimos la frontera que el respeto y cariño de suerte de vivir y aprovechar algunas don Vicente nos impedía traspasar. de las obras de don Vicente Escue• Rafael Gómez LópezEgea. la de Estudios Hispanoamericanos, Universidad Hispanoamericana de Santa María de La Rábida el comprobar cómo fue capaz de crear Anthony Seldon otras muchas Ateneos Populares, y Stuart Ball (eds.), Instituto Politécnico de La Rábida, Conservative Century Colegio Universitario de La RábiThe Conservative Party since 1900 da nos produce siempre la misma Oxford University Press sensación de incredulidad. Y nos da Nueva York, 1994, 842 págs. una nueva dimensión de la enorme actividad del maestro, de su juventud permanente, de su temple humaonservative Century es un no suavizado por la sonrisa, cuando espléndido libro de ciencia no por la sonora carcajada. política, dedicado al partido que marca la pauta de la vida política Gracias a las aportaciones de inglesa a lo largo del siglo xx: el Parunos y otros, es posible conocer fatido Conservador, que ha gobernado cetas diversas, empresas movidas (en solitario o como elemento domipor don Vicente en distintos ámbinante en una coalición) durante más tos de la Universidad, la cultura, el de sesenta años, a partir de 1900. Sin arte, la sociedad. El Epílogo de embargo, como recuerdan Seldon y don Jesús Arellano ofrece una semBall, el Partido Laborista ha mereciblanza de don Vicente Rodríguez do, por los motivos que el lector adiCasado que nadie podía hacer como vina, mucha más atención en los ámél. Tal vez porque nadie como don bitos académicos de la investigación Jesús conoció en toda su amplitud el histórica y politológica. carácter y la psicología de su amigo