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Entrevista con el primer ministro de Argelia

Alberto Míguez

Acerca de una entrevista a Mokdad Sifi, que fue nombrado primer ministro por el presidente Liamín Zeroual, el pasado 11 de abril.

File: Entrevista con el primer ministro de Argelia.pdf

Referencia

Alberto Míguez, “Entrevista con el primer ministro de Argelia,” accessed March 19, 2024, http://repositorio.fundacionunir.net/items/show/675.

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Title

Entrevista con el primer ministro de Argelia

Subject

Conversaciones

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Acerca de una entrevista a Mokdad Sifi, que fue nombrado primer ministro por el presidente Liamín Zeroual, el pasado 11 de abril.

Creator

Alberto Míguez

Source

Nueva Revista 036 de Política, Cultura y Arte, ISSN: 1130-0426

Publisher

Difusiones y Promociones Editoriales, S.L.

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Nueva Revista de Política, Cultura y Arte, All rights reserved

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document/pdf

Language

es

Type

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Diálogo frente a violencia ENTREVISTA CON EL PRIMER MINISTRO DE ARGELIA Por Alberto Míguez Mokdad Sifi fue nombrado primer ministro por el presidente Liamín Zeroual, el pasado 11 de abril. Alberto Míguez: Recientemente ha visitado Vd. algunos países europeos entre ellos Italia, Francia y España. ¿Con qué objetivos?. Mokdad Sifi: Argelia ha puesto en marcha un proceso de estabilización en el campo político y económico. Nuestros importantes vínculos con estos países hace que sus dirigentes tengan una lógica curiosidad por conocer cuáles son las reformas que estamos intentando llevar a cabo. Esta es la principal razón de estas visitas: explicar la realidad de lo que nos jugamos tanto en el plano económico como en el político. Los contactos que mantuve en estos tres países han sido muy satisfactorios y estoy convencido de que esa es también la opinión de mis interlocutores. Hubo coincidencias sobre lo que estamos haciendo y solidaridad con el proyecto de reforma argelino. A.M.: También recientemente ha visitado Vd. Arabia Saudita y Egipto. ¿Encontró en estos países idéntica solidaridad con este proyecto? ¿Cuál es la posición de los países del Golfo sobre el proceso de estabilización y reformas que están llevando a cabo? M.S.: Tanto Arabia Saudita como Egipto y los países del Golfo, lo apoyan y son conscientes de que lo que ocurre en Argelia les concierne. Estas visitas a las que Vd. se refiere fueron muy satisfactorias. Las declaraciones de los dirigentes de los países del Golfo han reflejado este apoyo. A.M.: ¿En qué consiste la actual reforma del régimen argelino para superar la crisis y estabilizar la situación? M.S.: El presidente Zeroual ha convocado y sigue convocando a todos los partidos, organizaciones profesionales, personalidades o sensibilidades políticas que rechazan la violencia a un diálogo nacional que conduzca a unas elecciones democráticas tras un período de transición de tres años que podría incluso acortarse si la estabilidad política y económica se lograse antes. El diálogo no excluye a nadie y exige, como única condición, que las personas u organizaciones que intervengan en él rechacen con claridad la violencia y el terrorismo. El objetivo final son unas elecciones democráticas y libres en las que el pueblo argelino pueda expresarse claramente sobre el modelo de sociedad que desea. A.M.: ¿Podrán participar en este diálogo los islamistas o el Frente Islámico de Salvación (FIS)? M.S.: El diálogo no excluye a nadie con tal que quienes quieran participar dejen claro que la violencia no es el método para alcanzar el poder. Y en el Consejo Nacional de Transición instalado recientemente como Asamblea transitoria participan alrededor de 30 grupos políticos, partidos u organizaciones. Hay incluso representantes de los que en Europa se llama islamistas moderados. A.M.: ¿Pero qué tipo de islamistas? M.S.: Argelia es un país musulmán, todos o casi todos los argelinos somos musulmanes, respetamos nuestra religión, y constituye algo muy importante para nosotros, además de una seña de identidad. Lo que rechazamos claramente es la violencia en nombre de la religión: el Islam es un credo de paz y de perdón, de modo que negociar con los islamistas, como algunos les llaman, que rechazan la violencia ¿por qué no? Basta con que condenen la vía armada, las prácticas violentas y que no promuevan el terrorismo. Quienes se pronuncian por esta vía, sean islamistas o no, están excluidos del diálogo, se excluyen ellos mismos. A.M.: ¿Y en cuanto al FIS? M.S.: El FIS en cuanto estructura política o partido fue disuelto por la ley, por decisión de la Corte Suprema. Pero esto no quiere decir que las autoridades argelinas no estén dispuestas a reconocer a otros partidos, personalidades o, en tanto que tales, esten próximas o no al FIS. Entre los dirigentes del antiguo FIS hay quienes llamaron a la violencia, otros que no lo hicieron e incluso denunciaron los actos violentos. El diálogo está abierto a todos los argelinos. A.M.: ¿Cuándo serán liberados los dirigentes del FIS que ahora se encuentran en prisión? M.S.: ¡No todos los dirigentes del FIS están en prisión! Hay incluso alguno que está en el gobierno... pero en Argelia, para liberar un prisionero, cualquiera que sea la causa de su encarcelamiento, existen procedimientos constitucionales. El presidente de la República puede hacerlo y si estima que es conveniente, lo hará. En realidad, hace poco tiempo fueron liberados dos dirigentes del FIS por decisión del presidente. A.M.: ¿Cuántos presos por razones políticas hay en Argelia actualmente? M.S.: Es una información que no puedo darle en estos momentos porque no la tengo en la cabeza. Pero le aseguro que todas aquellas personas que están en prisión han sido juzgadas y condenadas conforme a la ley: hay quienes se hallan en la cárcel por terrorismo o por El diálogo está abierto a todos los argelinos. El Islam es un credo de paz y perdón crímenes de otro tipo, pero todos han sido juzgados con todas las garantías procesales. A.M.: Organizaciones humanitarias internacionales insisten en que las fuerzas de seguridad argelinas violan los derechos humanos y practican la violencia sistemáticamente. ¿Es verdad? ¿Hasta qué punto este tipo de acusaciones se basan en hechos reales? M.S.: Es la eterna pregunta. En todos los servicios de seguridad del mundo pueden producirse excesos, ya sea en una comisaría o en campo abierto. Nosotros estamos poniendo en marcha una serie de reformas para evitar todo tipo de excesos, porque una democracia sin derechos humanos no tiene absolutamente ningún sentido. Nos sentimos absolutamente comprometidos con los derechos humanos, incluso con los de aquellos que no los respetan. Precisamente por eso hemos dado a nuestros servicios de seguridad la consigna de que no caigan en la trampa de la venganza o de la represión indiscriminadas. Claro que el respeto de estos derechos en cualquier sociedad no se limita a los servicios de seguridad. Los derechos humanos empiezan por el derecho a la vida, a la propiedad y hay muchos argelinos que hoy no pueden gozar de estos derechos elementales. Hay también otros derechos humanos que nos preocupan tanto o mas y que nos gustaría que los medios de comunicación internacionales resaltarancorno el derecho a una vivienda digna (porque muchos argelinos viven en chabolas) o al trabajo, porque muchos argelinos están parados, o el derecho a la escuela... En Argelia queremos también que este tipo de derechos se respeten y promuevan. A.M.: Fuera y dentro de Argelia se habla permanentemente de negociación entre el gobierno y la oposición. ¿En qué consiste exactamente esta negociación? ¿Cuáles son sus límites? M.S.: La negociación, tal como nosotros la vemos, no consiste en repartirse el poder sino en agrupar a todas las fuerzas del país para que se pongan de acuerdo sobre el proceso de reforma actual. El objetivo, como ya dije antes, son unas elecciones libres y democráticas. Claro que previamente habrá, por ejemplo, que elaborar una nueva Ley electoral, que no corresponde al gobierno hacer, sino a todas las fuerzas, corrientes, grupos, partidos, sensibilidades. Corresponde también a ellos promover la estabilidad, denunciar la violencia y el terrorismo. Este es un gobierno de transición que no reivindica el poder y que, en el momento preciso, debe dejar su sitio a otras personas, una vez que se celebren las elecciones. Será el pueblo argelino el que determine su futuro, fraternalmente. Esto es algo que el gobierno actual ni puede, ni quiere hacerlo. A.M.: En los medios de comunicación europeos y de Estados Unidos se habla permanentemente de algunos países o personalidades extranjeras que intentan mediar en el proceso argelino. ¿Qué hay de cierto en todo eso? ¿Se está produciendo un proceso negociador fuera de Argelia entre el gobierno y los grupos que se oponen a él por las armas? M.S.: No hay ninguna intervención ni mediación exterior en el proceso político argelino. Nuestra posición es clara al respecto: rechazamos cualquier tipo de mediación o intermediación exterior en nuestros asuntos. Los argelinos somos suficientemente maduros para resolverlos entre nosotros. Esas informaciones son simplemente erróneas. A.M.: ¿Cree Vd. que la situación ha mejorado desde el mes de abril? M.S.: Globalmente creo que sí, aunque se hayan producido ciertos hechos mediáticos que indiquen lo contrario. Pero sigue siendo grave: incluso si sólo hubiera un muerto, en Argelia sería ya demasiado. El gobierno actual está para cumplir una misión de recuperación de la situación, política y económica y, por supuesto debe ocuparse también de la situación de seguridad, aplicando la ley, luchando contra el terrorismo. Será el pueblo argelino el que determine su futuro, fraternalmente A.M.: ¿Ha encontrado el gobierno argelino por parte de los países europeos, sus partenaires tradicionales, comprensión y apoyo suficientes? M.S.: Este apoyo existe y se manifiesta todos los días. Están interesados tanto como nosotros en que Argelia salga de la crisis actual, que no beneficia a nadie y apoyan nuestro proyecto de reforma que sitúan en un contexto magrebí, euromagrebí. En cuanto a la ayuda que nos prestan, es importante aunque sólo consistiese en evitar, por ejemplo, que sus territorios sean un santuario para favorecer la violencia contra Argelia, o una zona de paso para los violentos. Esperamos que en el futuro la cooperación política aumente, al tiempo que los intercambios comerciales. A.M.: ¿Hasta qué punto los acuerdos con el FMI sobre la deuda externa argelina (l) despejan el horizonte económico del país? M.S.: Sin duda mejoran mucho nuestras posibilidades porque la reforma de los plazos de la deuda la hace manejable. Debemos ahora acelerar las negociaciones bilaterales con cada uno de los 17 países acreedores. La deuda argelina estaba evaluada antes del acuerdo en unos 26.000 millones de dólares y, aunque era muy elevada, no constituía un problema en relación con nuestras posibilidades. La dificultad estaba en que debía ser satisfecha en un plazo de tres años. La reforma de los plazos gracias al programa argelino pactado con el Fondo Monetario, facilita las cosas. El pago de esta deuda ha sido distribuido en 16 años. El proyecto es perfectamente viable y facilitará la recuperación del país. Por lo demás nuestro mercado sigue siendo importante para los países europeos, y para nuestros clientes tradicionales en productos energéticos y, si las cosas mejoran, lo será mucho más. Los países europeos mediterráneos son conscientes de ello. A.M.: Hace unas semanas se iniciaron las obras del nuevo gaseoducto entre Argelia y Europa que atraviesa una parte de Marruecos y desemboca en España. ¿Se respetarán los plazos de este proyecto gigantesco? ¿Hasta qué punto los problemas políticos pueden dificultar su construcción? M.S.: El nuevo gaseoducto funcionará, como estaba previsto, a finales de 1995 o, como muy tarde, a principios de 1996. Nos hemos comprometido a ello y así será. Entre nuestras obligaciones está garantizar la seguridad energética de nuestros amigos y clientes europeos. • (1). El gobierno argelino firmó con el FMI una carta de intenciones por la que se comprometía a reformar los plazos del pago de su servicio de deuda exterior (unos 26.000 millones de dólares) y a desmonopolizar el comercio exterior y varios sectores de la economía argelina. El acuerdo de reforma de plazos fue aprobado en el Club de París por los 17 países acreedores, con quienes Argelia deberá negociar ahora bilateralmente el pago de los débitos.