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La formación de hoy, la economía de mañana

Guillermo Cisneros Pérez

Una de las asignaturas pendientes de la reforma de Bolonia es
establecer un proceso de acreditación de titulaciones que garantice
la calidad de las enseñanzas universitarias como única forma
de reconocimiento trasnacional de nivel y calidad de los títulos
universitarios. El autor describe la experiencia llevada a cabo en
la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Telecomunicación y
en la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Industriales de la
Universidad Politécnica de Madrid para estar al mismo nivel que
Estados Unidos en la captación de estudiantes de alta capacidad.

File: nuevarevista135 138-143.pdf

Referencia

Guillermo Cisneros Pérez, “La formación de hoy, la economía de mañana,” accessed April 25, 2024, http://repositorio.fundacionunir.net/items/show/3625.

Dublin Core

Title

La formación de hoy, la economía de mañana

Subject

La educación ene España

Description

Una de las asignaturas pendientes de la reforma de Bolonia es
establecer un proceso de acreditación de titulaciones que garantice
la calidad de las enseñanzas universitarias como única forma
de reconocimiento trasnacional de nivel y calidad de los títulos
universitarios. El autor describe la experiencia llevada a cabo en
la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Telecomunicación y
en la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Industriales de la
Universidad Politécnica de Madrid para estar al mismo nivel que
Estados Unidos en la captación de estudiantes de alta capacidad.

Creator

Guillermo Cisneros Pérez

Source

Nueva Revista 135 de Política, Cultura y Arte, ISSN: 1130-0426

Publisher

Difusiones y Promociones Editoriales, S.L.

Rights

Nueva Revista de Política, Cultura y Arte, All rights reserved

Format

document/pdf

Language

es

Type

text

Document Item Type Metadata

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Las decisiones en materia de formación tienen su impacto
a muy largo plazo. La recuperación económica de un
país tiene necesariamente que venir de quienes, tras su
proceso de formación, estén en condiciones de realizar
una actividad económica relevante para desarrollar el tejido
productivo del país a través de la innovación. La disponibilidad
de estos profesionales de adecuada calificación
determinará directamente la capacidad futura de un país
para progresar, o incluso, para atravesar las crisis económicas
aprovechando en ellas las oportunidades que ofrece la reestructuración de los mercados de bienes y servicios.
Países como Alemania, Francia e Inglaterra son plenamente
conscientes de esta situación y no han dudado en
ir a buscar a estos profesionales fuera de sus fronteras.
Un informe reciente de la asociación alemana de ingenieros1
(VDI), el European Engineering Report 2004-10,
pone de manifiesto cómo en la sociedad considerada como
el «motor económico» de la Unión Europea, el número de
profesionales trabajando en el ámbito de la ingeniería es
cuatro veces superior a los que trabajan en España, siendo
la población de Alemania próxima al doble de la población
española. Y aporta este mismo informe algunos datos
adicionales sobre la demografía de esta población como
que en España, casi el 50% de los «trabajadores empleados
en ingeniería» son menores de 34 años o el preocupante
dato que casi el 30% de los «ingenieros egresados»
(titulados que han estudiado alguna carrera de ingeniería)
no trabaja en actividades que puedan ser consideradas
«de ingeniería». Este mismo informe pone también de
manifiesto el riesgo que supone a medio plazo para la
economía española los malos índices obtenidos en el Informe
PISA (niveles académicos de nuestros estudiantes
de secundaria) y su relación con la formación de los profesionales
responsables de consolidar un cambio de modelo
productivo: los ingenieros.
En relación con la formación universitaria, actualmente,
Europa está terminando el proceso de transformación
de las enseñanzas universitarias en el llamado Proceso de
Bolonia: la creación del deseado Espacio Europeo de Enseñanza
Superior que nos permita competir con Estados
Unidos en la captación de estudiantes de alta capacidad.
Bases de este proceso son la estructuración de los estudios
universitarios en tres niveles (Bachelor, Máster y Doctorado),
la adopción de una métrica común basada en el
esfuerzo del estudiante (ECTS, European Credit Transfer
System) y el establecimiento de un proceso de acreditación
de titulaciones que, a través del establecimiento de
relaciones de confianza mutua entre agencias de acreditación,
garantice la calidad de las enseñanzas universitarias
en cada uno de los países y su reconocimiento por el resto.
En España, al contrario de lo sucedido en otros sistemas
educativos europeos, la adaptación a este EEES ha llevado
pareja una profunda reforma de la estructura de las
titulaciones universitarias.
En la mayoría de los sistemas educativos europeos2,
los estudios del primer nivel universitario (Bachelor) se
han establecido en una duración de tres años asignando
al Máster dos años de duración, lo que se conoce como
estructura de 3+2. En España se ha adoptado una duración
de cuatro años para el nivel de Bachelor (Grado) y
uno o dos años para el Máster (4+1 o 4+2). Esto hace
que la convergencia para el reconocimiento trasnacional
de las titulaciones españolas, a nivel europeo, deba necesariamente
realizarse en el nivel de Máster, tras completar
entre Grado y Máster un recorrido de entre cinco y
seis años. Igual que en el sistema anterior la convergencia
internacional se encontraba con Licenciados, Ingenieros
y Arquitectos, en el actual sistema, la convergencia con
Europa se consigue con el nivel académico de Máster.
Cuando la titulación da acceso al ejercicio de una profesión
regulada, además debe verificarse que cumple con
el ordenamiento jurídico propio de cada país. En el caso concreto de la Ingeniería, los acuerdos de doble titulación
entre universidades europeas, con reconocimiento mutuo
de la condición de ingeniero en los respectivos países, seguirán
siendo necesariamente de nivel de Máster. En Estados
Unidos, también la condición de ingeniero se alcanza
únicamente tras la superación del nivel de Máster. Las
condiciones de arquitecto, médico y abogado, igualmente
se alcanzan en el contexto internacional tras superar el nivel
de Máster.
Además de la obligatoria acreditación de las titulaciones
por las correspondientes agencias nacionales que contempla
el actual ordenamiento legislativo, la posibilidad de que
una titulación esté acreditada por una agencia independiente
vinculada a las más prestigiosas organizaciones profesionales
de ingenieros a nivel mundial (IEEE, ACM...) como es
ABET (Accreditation Board for Engineering and Technology)
garantiza el reconocimiento internacional de sus egresados
de acuerdo a los más altos estándares internacionales.
Esto es lo que nos planteamos en la Escuela Técnica
Superior de Ingenieros de Telecomunicación y en la Escuela
Técnica Superior de Ingenieros Industriales de la
Universidad Politécnica de Madrid. Quisimos que nuestros
respectivos títulos de Ingeniero de Telecomunicación y de
Ingeniero Industrial estuvieran en el mismo listado internacional
que los Másteres de Universidades como Harvard,
MIT, Boston, Berkeley, etc., de los Estados Unidos de América,
y por tanto ser reconocidos como ellos, al máximo nivel
internacional. Por tanto, sometimos a nuestras escuelas
y a nuestros títulos al mismo examen que acredita y cualifica
esos títulos de esas universidades de los Estados Unidos
de América, que es el que realiza ABET a través de su EAC (Engineering Accreditation Commission). El resultado fue
positivo, de forma que estos títulos son ahora, por pleno
derecho y para quienes los poseen, «Master of Science, Ingeniero
de Telecomunicación (o Ingeniero Industrial),
EAC/ABET Accredited, Universidad Politécnica de Madrid».
Esta actuación de estas dos escuelas fue pionera. Sin
embargo, el examen de ABET se ha convertido ya en forma
legal de acreditación de títulos universitarios en Alemania
para las universidades de ese país, dándolos así por acreditados
la Agencia Nacional de Acreditación alemana (ASIIN).
También la Agrupación de las Grand Écoles de Ingenieros
de Telecomunicación de Francia se ha interesado por
el proceso necesario para que sus respectivos títulos franceses
de Ingeniero aparezcan con el mismo nivel de «Master
of Science» en el mismo listado de ABET. También se
ha interesado más recientemente la Agencia de Acreditación
griega junto con varias de sus universidades.
Con la acreditación ABET como «Master of Science» de
estos dos títulos de Ingeniero de Telecomunicación e Ingeniero
Industrial por la Universidad Politécnica de Madrid,
se ha puesto el sistema universitario español en el
mapa internacional al más alto nivel. Por otro lado, merced
al interés suscitado en Europa, esta acción ha abierto
un camino para resolver la verdadera asignatura pendiente
de la reforma de Bolonia, buscando un mecanismo común
para la acreditación, como única forma fehaciente
de reconocimiento trasnacional del nivel y la calidad de
los títulos universitarios. Se abrió ese camino para que
sirviera de modelo, en algún momento, para la acreditación
de títulos universitarios en España, así como de estímulo
para el incremento de calidad del propio sistema universitario español mirando el contexto internacional,
todo ello con el pleno apoyo de la Comunidad de Madrid.
Por ahora, la Administración española considera de futuro
estas acciones en relación con su posible reflejo en nuestra
legislación; pero ese futuro ya está siendo presente en
Europa, además en consonancia con los Estados Unidos
de América. Sea pues, este paso, una invitación para que
universidades y administraciones con responsabilidad en
el Espacio Europeo de Enseñanza Superior sigan el camino
abierto para posicionar a la Universidad española en los
rankings internacionales del mayor prestigio y para que
los titulados universitarios españoles sean conocidos y reconocidos
de iure en todo el mundo al máximo nivel.
El proceso de formación de un titulado universitario habilitado
para la profesión de ingeniero, médico, arquitecto,
abogado, etc., dura entre cinco y seis años (Bachelor/Grado
seguido necesariamente del correspondiente Máster).
Por tanto, pongamos todo nuestro empeño en el incremento
de la calidad de nuestro sistema universitario de forma
reconocida en el contexto internacional, porque nuestros
profesionales de mañana, merced al bagaje de su formación
internacionalmente acreditada, serán quienes habrán
de dar confianza a quienes nos miran desde fuera, deseosos
de invertir en España para mover nuestra economía.
La formación de hoy, es la economía de mañana. 

NOTAS
1 Disponible en: http://www.vdi.de/uploads/media/2010-04_IW_European_
Engineering_Report_02.pdf

2 «Focus on Higher Education in Europe: The Bologna Process», Informe de
ERYDICE disponible en (http://eacea.ec.europa.eu/education/eurydice/documents/
thematic_reports/122EN.pdf).