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Beaumarchais en Sevilla

Felipe Santos

Reseña del libro de Hugh Thomas, Beaumarchais en Sevilla. Intermezzo (2007). El hispanista Hugh Thomas cuenta en este libro la divertida peripecia del viaje del dramaturgo francés a España en 1764.

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Referencia

Felipe Santos, “Beaumarchais en Sevilla,” accessed March 29, 2024, http://repositorio.fundacionunir.net/items/show/3073.

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Title

Beaumarchais en Sevilla

Subject

Historia de la Música

Description

Reseña del libro de Hugh Thomas, Beaumarchais en Sevilla. Intermezzo (2007). El hispanista Hugh Thomas cuenta en este libro la divertida peripecia del viaje del dramaturgo francés a España en 1764.

Creator

Felipe Santos

Source

Nueva Revista 117 de Política, Cultura y Arte, ISSN: 1130-0426

Publisher

Difusiones y Promociones Editoriales, S.L.

Rights

Nueva Revista de Política, Cultura y Arte, All rights reserved

Format

document/pdf

Language

es

Type

text

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nio abrumador del tiempo narrativo —contra lo que cree una vanguardia impostora, es muy difícil hacer un relato lineal y que jamás decaiga la tensión— el autor logra una parábola muy semejante a la que esculpió Daniel Defoe con su Robinson, sólo que desde filosofías históricas opuestas: si Crusoe era el Prometeo de la orgullosa civilización renacentista, capaz de llevar el progreso racional al salvaje, el padre sin nombre de La carretera es el exponente terminal del fracaso de la edad moderna, que se jacta de unos avances científicos que no han conBEAUMARCHAIS EN SEVILLA seguido humanizar la sociedad y que a la HUGH THOMAS postre, de hecho, la han destruido literalPlaneta mente. Como el pianista judío en la pelícuBarcelona, 2007, la de Polanski, la novela describe de cerca 200 páginas los días y las noches de esta familia que la madre dejó sola al quitarse la vida por pura desesperación. El hijo es la única razón del padre para seguir resistiendo, con una abneierreAugustin de Beaumarchais nunca gación que en varios momentos emparenestuvo en Sevilla, como tampoco WolfPta con la fe religiosa: la inocencia de un niño gang Amadeus Mozart ni Gioacchino nacido justo después del desastre nuclear Antonio Rossini. Jamás Giacomo Puccini funciona como símbolo de la presencia divillegó hasta el Japón y, en cambio, nos legó na en un mundo infame. Por otra parte, el una Madama Butterfly repleta de aromas niño reconviene con sencillez a su padre orientales. La imaginación es un vasto terricuando su cuidado paternal implica un daño torio al que se asoman las experiencias que directo a otros supervivientes, contributuvimos pero también aquellas que creíyendo así a mantenerlo en el lado de los mos tener alguna vez. Lugares que visita«buenos». mos, rostros que nos turbaron, sonidos que nos conmovieron. El libro es duro. Muy duro. Pero así como no hay lugar en La carretera para A tenor de sus obras posteriores, sobre la complacencia, sí lo hay para la catarsis todo las que le darían fama, Beaumarchais quedaría hondamente marcado por cuangenuina de las grandes novelas, que se proto vio y sintió en su viaje a España. Hijo duce cuando el escritor toca el núcleo terride un renombrado relojero, decide viajar ble y milagroso a la vez del corazón humaa Madrid para visitar a una de sus hermano. JORGE BUSTOS nas, que llevaba viviendo allí diez meses y sigue sus pasos por el periplo que le lleandaba algún tiempo metida en problevaría, además, a Segovia y La Granja. mas por un pretendiente español que desaRegresaría el 22 de marzo de 1765 con la pareció cuando hubo cobrado por anticialforja llena de vivencias. «Mi inagotable pado algunos favores por su futuro humor no me abandonó ni un instante» matrimonio. La afrenta la deja maltrecha diría después sobre aquel viaje. De ese y su hermana, que vive con ella, decide ambiente surgirían en su imaginación con escribir a su padre en febrero del año 1764. el tiempo los ya eternos Rosina, Fígaro, BarEn ella, una frase que nos suscita una sontolo o el conde de Almaviva. risa: «Todo Madrid sabe que mi hermana Pero no hablaría de Madrid, sino de nada tiene que reprocharse». Todo Madrid. una ignota Sevilla. Con sus obras, traslaSiglos después, no han cambiado tantas daría a varias generaciones posteriores la cosas. imagen de la España de aquellos años, como se encarga el autor de recordarlo el Por aquel entonces, reinaba Carlos III libro. Beaumarchais «regresó a París con y España, qué cosas, tenía dos ministros algo mucho más valioso: un mito de Espaitalianos. Lo primero que vio de Madrid ña que pervive hasta nuestros días, un tesoaquel 18 de mayo de 1764 fue la puerta ro de recuerdos interesantes, de hombres antigua de Alcalá, ya que la nueva se consy mujeres ingeniosos de todas las clases, truiría en 1778. En aquel momento, la Villa a todo lo cual dio excelente uso en sus y Corte estaba en plenas fiestas de San obras El barbero de Sevilla, Las bodas de Isidro. Pararía en la parada en la calle de Fígaro y La madre culpable». Las dos priMontera y de ahí, viajaría a Aranjuez, que meras las publicaría en 1775 y 1784, resentonces estaba a diez horas de caballo. pectivamente, y servirían de inspiración Tendría relaciones con la realeza y la arispara dos óperas esenciales en el repertotocracia españolas, y llegaría a sorprenrio de cualquier teatro y que compondrían derse de las críticas que los madrileños Gioachino Rossini y Wolfgang Amadeus hacían a su rey por la megalomanía de sus Mozart. FELIPE SANTOS nuevas obras públicas. «Las ciudades son como niños. Lloran cuando las frotan y las limpian». Lo que el hispanista Hugh Thomas cuenta en este libro es la divertida peripecia de este viaje, que trae a España al dramaturgo francés por otros cometidos y que le devuelve a Francia con otras vivencias que marcarían su vida posterior. A raíz de una nutrida bibliografía y los escritos del propio Beaumarchais, el historiador