Luis Alberto de Cuenca

Luis Alberto de Cuenca

Nueva Revista 131 de Política, Cultura y Arte, ISSN: 1130-0426

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LUIS ALBERTO DE CUENCAEmpec? a escribir versos cuando ten?a doce a?os, imitandoa Juan Ram?n Jim?nez, en un cuaderno de tapas rojas queme regal? mi madre y que todav?a conservo. Nunca me heconsiderado un profesional de la poes?a, sino un enamoradode la misma. Gan? un premio a los diecinueve a?os que meabri? las puertas de la publicaci?n de mis versos, y desdeentonces no he parado de publicarlos. Escribo porque no tengom?s remedio: es una pulsi?n obligatoria, fruto de la miradapo?tica que, de manera innata, ejerzo sobre el mundo.4Fotografía de José del Río Mons5LUIS ALBERTO DE CUENCATRES POEMAS MAGREB?ESCampo loridoAqu? se lucha a cambio de la gloria,si es que la gloria es algo. Aqu? las loresdel mundo se transforman en espadas.Aqu? los caballeros se despidende sus enamoradas para siemprey queman sus recuerdos en la hoguerade un combate ininito. ?ste es el Campode donde nadie vuelve, donde nadietiene un nombre, un linaje, una familia,y la guerra es el padre y la madre de todos.Olvida tu pasado. Ven al juegode las hojas desnudas, de las lanzasrotas y los caballos sin jinete.Ven al fuego perpetuo de los h?roesan?nimos, al prado de los mitosque no explican el mundo. Y no te tardes,porque Campo Florido va a sumirseen la sombra de un sue?o hecho pedazos.Briech (Marruecos), 10 agosto 20106NUEVA REVISTA 131Tres poemas magrebíesLa ?ltima per?frasisTe faltaba, mi vida, una per?frasispara redondear tu biograf?a:princesa del desierto. Palmerales,d?tiles, dromedarios y un arroyol?mpido y cristalino entre las dunas,como un milagro m?s de los que ha obradoNaturaleza en ti. (Vana ret?ricacon que suplir cari?o, pobre intentode ijar tu silueta en un poema.)Briech (Marruecos), 11 agosto 2010Mois?sDame la mano. Hay que cruzar el r?opara llegar al otro lado, y sientoque las fuerzas me faltan. C?gemecomo si fuera un bulto abandonadoen un cesto de mimbre que se muevey que llora a las luces del crep?sculo.Cruza el r?o conmigo. Aunque sus aguasno replieguen su cauce ante nosotrosesta vez. Aunque Dios no nos asistay una nube de lechas acribillenuestras espaldas. Aunque no haya r?o.Briech (Marruecos), 11 agosto 2010NUEVA REVISTA 1317