Nueva Revista 007 > Terror y melancolía en Lovecraft

Terror y melancolía en Lovecraft

Lorenzo Martín del Burgo

Sobre la literatura de H.P. Lovecraft, consagrado en el género de terror y fantasía.

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Lorenzo Martín del Burgo, “Terror y melancolía en Lovecraft,” accessed April 25, 2024, http://repositorio.fundacionunir.net/items/show/2512.

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Terror y melancolía en Lovecraft

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Panorama

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Sobre la literatura de H.P. Lovecraft, consagrado en el género de terror y fantasía.

Creator

Lorenzo Martín del Burgo

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Nueva Revista 007 de Política, Cultura y Arte, ISSN: 1130-0426

Publisher

Difusiones y Promociones Editoriales, S.L.

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Nueva Revista de Política, Cultura y Arte, All rights reserved

Format

document/pdf

Language

es

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En el centenario de su nacimiento
Terror y melancolía
en Lovecraft
Por Lorenzo Martín del Burgo
La emoción más antigua y
más intensa de la humanidad
es el miedo, y el más
antiguo y más intenso de los
miedos es el miedo a lo desconocido.
Con estas palabras comienza
Lovecraft el excelente
ensayo que consagró el horror
sobrenatural en la literatura. Sí,
el miedo es una intensa emoción,
una emoción y una pasión.
¿No fue Hobbes el que dijo que
la gran pasión de su vida había
sido el miedo? Pero quizás a
nadie convengan mejor estas
palabras que a Lovecraft, el centenario
de cuyo nacimiento conmemoramos.
Howard Phillips Lovecraft
nació el 20 de agosto de 1890 en
Providence (Estados Unidos).
Cuando contaba 3 años de edad,
su padre, viajante de comercio,
se volvió loco, siendo ingresado
en un manicomio, y muriendo
cinco años después de parálisis
general progresiva. Su madre
nunca se repuso del desmoronamiento
de su marido. Entre su
neurótica madre, sus abuelos y
tías maternas, transcurrió la infancia
y la juventud del escritor.
Fue un niño sensible, enfermizo,
precoz y solitario, que se pasaba
las horas en la biblioteca de
su abuelo, en la que abundaban,
entre otras materias, los libros
de astronomía, y en la que, asimismo,
se gestó su culto por el
siglo XVIII. Su vida, tras el declinar
de la fortuna familiar,
transcurrió en la penuria económica
y en la soledad. Compensó
esta última con una abundante
correspondencia con un puñado
de fervorosos admiradores.
En 1908 publicó su primer cuento,
The Alchemist, yen 1917 escribió
Dagon, con el que en 1923
iniciaría su colaboración en la
mítica revista Weird Tales. En
1924 se casó con una mujer 10
años mayor que él, y fijó su residencia
en Brooklyn; pero el
matrimonio no duró, pues no
habían transcurrido aún dos
años cuando se separaron. Regresó
a Providence, donde retomó
su vida de soledad. Gustaba
de escribir de noche, y, cuando
lo hacía de día, corría las cortinas
para trabajar con luz eléctrica.
También le gustaba pasear
de noche por las calles de Providence.
Murió el 15 de marzo
de 1937 de cáncer intestinal.
Los relatos fantásticos y de
terror que escribió le han dado
fama imperecedera. En vida
apenas si fue reconocido. Sus relatos
eran publicados en Weird
Tales y otras revistas de género,
y no transcendieron del circulo
de ios aficionados. Apenas si un
puñado de escritores afines y jóvenes
admiradores reconocieron
su valía. Algunos de ellos continuarían
determinados aspectos
de su obra, constituyendo lo que
se llamaría e! Círculo de Lovecraft
y dando lugar al nacimiento
de los mitos de Ghulhu.
Algunos de los cuentos de Lovecraft
son fantásticos, y en
ellos resulta más o menos perceptible
la influencia de Lord
Dunsany; otros son de misterio
y de terror cósmico. August
Derleth subdivide estos últimos
en cuentos de Nueva Inglaterra
y cuentos de los mitos de Cthulhu.
Son, sobre todo, estos últimos
los que han cimentado la
fama postuma de Lovecraft.
El mismo Lovecraft resumió
asi el motivo central de su obra:
«Todas mis narraciones, aun
cuando no guarden relación entre
sí, se basan en la tradición,
o leyenda, según la cual este
mundo estuvo habitado en épocas
anteriores por otra raza que,
como consecuencia de las prácticas
de magia negra, perdió su
dominio y fue expulsada, pero
vive en algún lugar del exterior
dispuesta en todo momento a
volver a adueñarse de la Tierra».
Para Jacques Bergier, Lovecraft
es el inventor de un género
nuevo, «el cuento materialista
de terror». En cualquier caso,
con Lovecraft el cuento de
terror asciende a una cumbre
de pavor insuperable. Ningún
cuento de miedo da tanto miedo
como un cuento de Lovecraft,
ningún escritor se ha consagrado
de tal modo a esa intensa
y antigua emoción, la más
intensa y antigua de todas; de
tal modo que en sus cuentos casi
no hay otra cosa, y lo que hay
está siempre a su servicio. Esa es
su limitación; pero también su
grandeza. Sus personajes suelen
ser ascéticos eruditos, consagrados
por entero al estudio de los
horribles secretos que no pueden
sino descubrir.
Para Lovecraft, la clave de un
cuento de terror «es simplemente
la violación o superación de
una ley cósmica inmutable». Pero
esta «idea terrible para el cerebro
humano» es, a! mismo
tiempo, «un escape imaginativo
de la aburrida realidad». Lo que
más se teme es al mismo tiempo
lo que más se desea. Y en otra
ocasión dijo que «de siempre me
he sentido mucho menos interesado
por la vida que por escapar
de ella». Esta es la otra cara
de Lovecraft, la otra cara del
terror secreto de Lovecraft, su
más secreta aún melancolía.
Muchos de sus cuentos son
obras maestras del género: El
horror de Dunwich, El susurrador
en la oscuridad, La sombra
sobre Innsmouth, En las montañas
de la locura, y otros. Pero
quizás ninguno tan melancólico
como La música de Erich
Zann, que, según Sprague de
Camp, «ha sido considerado
con frecuencia el mejor de los
relatos de Lovecraft». ¡Quién
fuese ese estudiante pobre de
metafísica, que, en una buhardilla
de la fantasmal Rué
d'Auseil, fue espectador privilegiado
de la música, preñada de
horribles acechanzas, del violinista
mudo alemán Erich Zann!
En ningún otro cuento como en
éste dejó traslucir Lovecraft toda
su profunda melancolía.
El miedo es la más antigua de
las emociones humanas, la más
primigenia. Quizás la melancolía
sea, en cambio, la última, la
emoción póstuma que ha sobrevivido
a la muerte de las emociones.
Miedo y melancolía son
los pilares en que se basa rigurosamente
la obra de Lovecraft;
por eso no puede sino resultarnos
imprescindible.
Lorenzo Martin del Burgo es bibliotecario
y escritor.