¿Hacia dónde?

¿Hacia dónde?

Poesía

De la poesía de Claudio Rodríguez, un repaso a su producción literaria.

Claudio Rodríguez

Nueva Revista 001 de Política, Cultura y Arte, ISSN: 1130-0426

Difusiones y Promociones Editoriales, S.L.

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o primero que me pregunto es hasta qué nivel de familiaridad, de cercanía, tiene el autor hacia su propia obra. En mi caso es lejano. Hace anos pensé en dos peligros: uno e¡ que ¿HACIA DONDE? asedia a¡ desviar la atención del lector hacia otras zonas extranPor Claudio Rodríguez jeras al lerrhoiío de los poemas, lo que puede influir en su encuentro con ellos; el otro: que se tenga en cuenta que el poeta, en mi caso, no puede registrar, en la declaración de su creación, su experiencia única, sino a lo sumo una serie de abstracciones, de juicios y prejuicios más o menos próximos a eila. Porque si la poesía es, entre ouas cosas, una búsqueda, una participación entre la realidad y su experiencia poética a través del lenguaje, claro está que cada poema se configura y se modifica, a la vez, junto a la presencia de las cosas, de la vida y de su expresión: la palabra humana que va excavando un cauce, por decirlo así, que puede llegar hasta el «oráculo del sueño» o hasta un intento de creación del ritmo de las cosas y del de !a intimidad más inefable. Cuando comencé a escribir, muy tempranamente, mis poemas manaron de la contemplación viva de la realidad de mi tierra, con la geografía y con el pulso de ¡a gente castellana, zamorana. Estos poemas se realizaron con una ausencia de conocimiento, en su posible concreción o articulación. De aquí su evidente tono irracional. Grave problema que tan sólo sugiero: ¿la experiencia es concreta? o bien, ¿mi ignorancia era sabiduría? No sabía entonces que la contemplación, que es pensamiento, entraña moralidad y que mis andanzas iban configurando y modificando al mismo tiempo mi visión de las cosas y la de mi propio vivir (historia o leyenda) hasta hoy. El soñar es sencillo pero no el contemplar. Después de este primer peldaño adolescente se impone la forma de la maieria, de su actividad que se serena o late de manera fulminante. como un asalto aue hav Claudio Rodríguez en 1988. que conectar, tejer. Lo que el sepa de modo consciente), y lo hombre ignora. Y es necesario que estaba marchito se hace jugo. que el volumen oscuro del deveEsto no es cuestión del arte nir tenga una situación. Pero pero para mí, sí: ai intuir, esentambién se trata, sobre todo, de cialmente, se apuntala, se aclala aventura. La poesía es avenra, la creación inconcreta hasta tura, cultura, leyenda, como la que se celebra, hasta que el vida misma. Fábula y signo. V hombre sabe y se mejora: se potemple, repito, en vibración codría hablar de un estado emomo fondo del misterio. Hasta cional «mejor», que es indepenllegar a mí último libro El vue~ diente de sus consecuencias en lo de la celebración siempre exiscierto sentido. Largo seria cotió en mi poesía —y en toda mentar este tema. poesía— una tensión entre la Mi único intento, en fin, es objetividad y la subjetividad. Y, que mi poesía sea natural (no diademás, ¿podremos alcanzar recta, o realista, o simbólica, tan sólo lo próximo, ío fascinanetc.) de acuerdo con lo que puete o lo que, mutilado, arrasado, do hacer y con lo que estoy vicondenado está ahí: lo tremenviendo, ¿Para qué hablar de códo? Este dualismo es, en el fonmo un poema es amo y es servido, una identificación. Se celedumbre a la vez de uno? Sigo bra, se canta lo que se abre o lo creyendo, como el primer día, que se cierra desde todas las poen esta ebriedad armoniosa, en sibilidades vitales: la figura de esta aventura, en este peligro rilas cosas, el poderío de las senguroso que es fracaso y triunfo. saciones que pueden desemboLo único verdadero que un poecar en feracidad y en sequía. Es ta puede decir de sus poemas es como una «animación» que reque «quien lo probó lo sabe». crea, fugitivamente, lo que nos mejora. La celebración como posible conocimiento, como serClaudio Rodrigue (Zamora, 1934), de la Real Academia Española, es uno de vidumbre, dando a esta palabra los poetas más destacados de las geel significado más clarividente: neraciones de postguerra. Fue premio el destino humano con todos sus Atlonais en 1953 por su libro Don de adjetivos y consecuencias. Volla ebriedad; premio de la Crítica por Alianza y Condena (1965); Premio Naviendo a la «mejora», según Fr. cional por su recopilación Desde mis Luis de León. En efecto, se cepoemas (1983) y Premio de Castilla y Fernando Pennetier. (Ilustración para el libro «Conjuroseditado en lebra, se escribe (aunque uno no l eón de las Letras (1987). 1988 por la Diputación de Zamora). ESPUMA HERMANA MENTIRA Miro la espuma, su delicadeza que es tan distinta a la de la ceniza. ¿Por qué me está mirando Tiza, aceite, Como quien mira una sonrisa, el aire? La mañana es clara. carbón en la* paredes. ¿Y qué dicen aquella por la que da su vida y le es fatiga y amparo, miro aliora la modesta Salgo de casa y siento esas palabras como verdaderas, espuma. Es el momento bronco y bello esta ternura musical del cielo mal escritas, ahi, en la cal? del uso, el roce, el acto de !a entrega y la luz que se ofrece. Están las calles Nunca me mires tú con la mirada baja, creándola. El dolor encarcelado muy inocentes, con llaneza, ayuda, con orejas, del mar, se salva en libra tan ligera; recién regadas. Pero, rumorosa a mi engaño bajo la quilla, frente al dique, donde ¿por qué me está acusando lleno de ti, como está llena existe amor surcado, como en tierra el aire? la gola de agua, muy trémulamente, la flor, nace la espuma. Y es en ella donde rompe ¡a muerte, en su madeja ¿Qué es lo que pido, qué es lo que he perdido, de la fecundidad de su mentira donde el mar cobra ser, como en la cima qué es lo que gano ahora? desnuda y plata. de su pasión el hombre es hombre, fuera Tú cállale o habla Pero, ¿por qué me está mirando de otros negocios: en su leche viva, sin posible desvío, el aire A este pretil, broca! de la materia entre la sombra generosa, entre si ahora estoy maldiciendo que es manantial, no desembocadura, el bullicio o la gracia. su ilusión y su trampa? me asomo ahora, cuando la marea Y no te quejes. Hay clima templado. Cállate, cállate. sube, y allí naufrago, allí me ahogo muy silenciosamente, con entera cálido hoy; No cuentes y no mientas. aceptación, ileso, renovado crece el naranjo y la mostaza negra, Pero, ¿por qué me está mirando el aire en las espumas imperecederas. de semillas rojizas, en las viejas paredes con vileza y sin fe?