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El acabose

Marqués de Tamarón

De la influencia de Fukuyama y su teoría sobre el fin de la Historia. El revuelo que ha generado esta publicación, un fenómeno más social que intelectual. Los dos factores principales frente al liberalismo: el fascismo y el comunismo.

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Marqués de Tamarón, “El acabose,” accessed November 22, 2024, http://repositorio.fundacionunir.net/items/show/2431.

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El acabose

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Ensayo

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De la influencia de Fukuyama y su teoría sobre el fin de la Historia. El revuelo que ha generado esta publicación, un fenómeno más social que intelectual. Los dos factores principales frente al liberalismo: el fascismo y el comunismo.

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Marqués de Tamarón

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Nueva Revista 001 de Política, Cultura y Arte, ISSN: 1130-0426

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Difusiones y Promociones Editoriales, S.L.

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Castro y Gorbachov ante la Asamblea Nacional duranpues a renglón seguido el buen hombre exte la visita del mandatario soviético a Cuba en abril de plicaba con todo lujo de detalles cómo las 1989. En esta ocasión y como una forma de refutar anllanuras del sur de Jutlandía serían el printicipadamente los planteamientos de Gorbachov, Cascipal campo de batalla de la Gran Guerra. tro presentó a su invitado con un minidiscurso que duró casi tanto tiempo como el del orador soviético. Aunque Ahora bien, en la Primera Guerra Mundial, no fue directamente polémico, el discurso de Gorbachov que en efecto estalló poco después de anunpodría interpretarse como un esfuerzo de dar voz a unos ciarla nuestro diplomático, Dinamarca percriterios reformistas que no se atreven a presentarse maneció neutral y el principal escenario bépúblicamente en el PC cubano. lico fueron una vez más «de Flandes las 13. Al analizar los posibles senderos para el desarrollo político y económico en América Latina, V. Sheinis ha campañas» y no los apacibles campos juescrito: Existe, claro está, el camino sobre el cual Cutlandeses. Y es que en las artes proféticas ba ha embarcado y sobre el cual, aparentemente, Nies más fácil vaticinar el cambio que el cócaragua está entrando.» MEMO, no. 5 (1985), p. 121. Como, dónde y cuándo de tal mudanza. Como mentando con respecto al futuro de los movimientos revolucionarios en Centroamérica, V. Grishin ha notaesto último, el detalle práctico, es lo que de do que «el proceso no es rectilíneo y dista mucho de verdad importa, el oficio de ser irreversible a causa de factores internos y externos». adivino resulta duro, y frecuenAmérica Latina, no. 9 (Septiembre 1987), p. 62. tes los traspiés. 14. Yu. Koroliov, «Nicaragua: La Experiencia de un Período de Transición», América Latina, no. 9 (Septiembre Pero a todos nos gusta ju1984), p. 52. B. Merin y Y. Vizgunova, «Fase Actual de gar con la bola de cristal de la ta Lucha Antiimperialista y Democrática», ibld., no. 6 (jupitonisa, y eso explica la monio 1966) caracterizó al FSLN como «un movimiento reda intelectual del momento; volucionario y democrático», (p. 32) Fukuyama y su teoría sobre el 15. A este respecto, véase I. Zorina y V. Sheinis, «Brasil y la Argentina en el Mundo Moderno», MEMO, no. fin de la Historia. La polémica 8 (1987), pp. 6877; O.A. Zhirnov y N.M, Isakova, «El Atlánempezó este verano, cuando la tico del Sur Debe Convertirse en una Zona de Paz», Amérevista americana conservadorica Latina, no. 8 (agosto 1987), pp, 2734; y N. Zhdanovra The National Interest publiLutsenko, «América LatinaParte del Pacifico», Ibld., no. có un artículo titulado «The 2 (febrero 1988), pp. 1926. 16. Pravda. 13 de abril de 1988. End of History?» (ojo al signo de interrogación, que suelen Eusebio MujalLeón es profesor de Ciencias Políticas olvidarlo los exégetas). Su en la Universidad de Georgetown (Washington). Ha puautor era Francis Fukuyama, blicado numerosos artículos y libros, entre ellos, «Cosubdirector del gabinete de esmunismo y cambio político en España» y «El Socialismo europeo y la crisis en Centroamérica». Recientementudios y planificación del Dete salió una colección editada por él titulada «The URSS partamento de Estado. Su teand Latín America: A developing relationship». Boston, sis, en resumen, la siguiente: 1989. Hegel tenía razón. Acertó en Ilustración de Diego MoraFigueroa 1806, cuando tras la batalla de Jena vio en la victoria de Napoleón Bonaparte sobre la monarquía prusiana «el triunfo de los ideales de la RevoluEl ACABOSE ción Francesa, y la inminente universalización del estado que incorpora los principios Por el Marqués de Temerón de libertad e igualdad», en palabras de Fukuyama. Aunque la extensión geográfica de n pleno invierno nórdico, hará una dolos principios liberales democráticos y de su , cena de años, entretuve mis ocios diaplicación ha sido lenta y trabajosa, aunque Eplomáticos fisgando los archivos vieha habido guerras mundiales y otros catajos de nuestra Embajada en Copenhague. En clismos políticos, tales principios básicos un legajo poco anterior a 1914 aprendí algo «no podían ser mejorados». La culminación muy útil. El entonces Ministro de España en hegeliana de la Historia en «un momento abDinamarca mandaba un largo y razonado soluto, un momento en el que se alzaba con despacho a Madrid declarándose convencila victoria una forma final, racionat de la sodo de la Inminencia de una guerra europea. ciedad y del estado», esa culminación se haConfío en que nadie lo leyese, como suele bía en verdad producido en Jena hace cienocurrir con los despachos, y digo confío to ochenta y tres años. Desde entonces estamos asistiendo a la confirmación de la vicla epifanía liberal. V el fanatismo religioso toria, que ahora —a fines del siglo XX— reo racista también puede traer sorpresas, sosulta evidente al haberse impuesto como bre todo en el Tercer Mundo. Pero ninguno único modelo atractivo de estado homogéde esos movimientos tendría crédito univerneo universal el capitalismo democrático, es sal; aunque alcanzasen la primera plana de decir «democracia liberal en la esfera polítilos periódicos seguirían siendo dignos de la ca combinada con fácil acceso a vídeos y crónica de sucesos municipales y espesos. estéreos en lo económico». La dialéctica hisCuando el comunismo desaparezca del iotórica (tesis, antítesis y síntesis) tenía que do «primero de China y luego de la Unión Soacabarse al alcanzar la humanidad un estaviética» (el artículo, ya se ve, está escrito andio de desarrollo en el que las contradicciotes de la matanza de la Plaza de la Paz Cenes quedasen superadas. Ese estadio ha silestial) «el mundo quedaría dividido entre do alcanzado, luego la Historia ha terminauna parte histórica y otra parte postdo. histórica. Todavia podría haber conflictos entre los estados aún en la Historia, y entre dichos estados y aquellos que han llegado al final de la Historia [...] El terrorismo y las La paz perpetua guerras de liberación nacional continuarán Los dos competidores imNaturalmente Fukuyama completa y adorsiendo un punto importante en el orden del portantes que pugnaban na su escatología con toda suerte de adverdía internacional. Pero un conflicto a gran frente al liberalismo, es tencias y aclaraciones, o al menos con toescala habría de envolver a grandes estados decir el fascismo y ei codas las que le caben en las quince páginas aún en las garras de la Historia, y tales esmunismo, han sido vencide su ensayo. No sólo no pretende ser oritados parecen estar desapareciendo de la dos, el uno por la fuerza ginal, sino que reconoce que la idea de Heescena». de las armas y el otro por gel —muy aprovechada por Marx— le ha llesu congénita ineptitud gado a él a través de Kojéve, el pensador moral y material. francés de origen ruso que en los años treinSe rompe el embeleso ta y cuarenta manejó hábilmente estos conceptos hegelianos hasta que se los creyó él Al llegar aqui, al final de su historia del Fin de la Historia, en pleno arrebato de optimismismo y se sintió moralmente obligado a demo ireneico, comete Fukuyama un memorajar de lucubrar y a colocarse como burócrable coitus interruptus. Traduzco íntegro el últa en la Comisión de la CEE para ayudar motimo párrafo, y que juzgue el lector: destamente a la plasmación real del estado homogéneo universal en forma de Mercado «El final de la Historia será una época muy Común. Fukuyama puntualiza que durante triste. La lucha por ser reconocido, el estar dispuesto a arriesgar la vida por una meta algún tiempo seguirán produciéndose aconpuramente abstracta, la pugna ideológica tecimientos aparentemente «históricos», y mundial que exigía intrepidez, valor, imagiseguirá habiendo conflictos, pero la suerte nación e idealismo, serán substituidos por está echada. Los dos competidores imporel cálculo económico, la interminable solutantes que pugnaban frente al liberalismo, ción de problemas técnicos, preocupaciones es decir el fascismo y el comunismo, han sisobre el medio ambiente, y la satisfacción do vencidos, el uno por la fuerza de las arde alambicadas demandas de los consumimas y el otro por su congénita ineptitud modores. En el período posthistórico no habrá ral y material. No pierde mucho tiempo refiarte ni filosofía, tan sólo la perpetua conserriéndose directamente a la liquidación por vaduría del museo de la Historia humana. derribo del marxismoleninismo, pese a que Puedo sentir en mí mismo, y notar en otros en el fondo su ensayo es un conjunto de vaque me rodean, una poderosa nostalgia por riaciones sobre el tema «la Guerra Fría ha los tiempos en que la Historia existía. Tal terminado y la hemos ganado». Sólo que nostalgia continuará, por cierto, alimentanaquí habría que entender por Guerra Fría la do la rivalidad y el conflicto durante algún pugna entre Luces y Tinieblas desde 1700 tiempo incluso en el mundo posthistórico. hasta 1989. Aun reconociendo su inevitabilidad, albergo Admite nuestro autor que en el mundo los más ambivalentes sentimientos hacia la postsoviético pueden surgir nacionalismos civilización creada en Europa desde 1945, exacerbados de corte fascista que retrasen con sus vástagos noratlánticos y asiáticos. habitual grandilocuencia: «El siglo XIX es Acaso esa misma perspectiva de siglos de grande, pero el siglo XX será feliz». O sea, aburrimiento a) final de la Historia sirva patras el tumulto la paz (que puede ser aburrira que ésta se ponga de nuevo en marcha». da y hasta melancólica). Pero el caso es que, Lo que prometía ser un viaje al cielo teren todo el mundo, centenares de comentamina en el limbo. ristas de diversa ¡aya se han tomado en seEn fin, Augusto tenía sus arúspices, Brezrio una idea de por sí bastante simple y en nev tenía su ideólogo Suslov, Franco el brageneral recogida de segunda mano; un penzo de Santa Teresa y Mrs. Reagan una assamiento como esos que entreguerras Eugetróloga, así es que, ¿por qué Bush no iba a nio dOrs, Paul Valéry u Ortega y Gasset potener un mago áulico? Además, el augur del nían en circulación por docenas cada año, Departamento de Estado parece inofensivo: con tanto desenfado como Fukuyama y muun señor que predice «siglos de aburrimiencha más cultura. Lo más curioso del fenóto» no puede ser un Dr. Strangelove suicida, meno Fukuyama no está en Fukuyama sino por muy nostálgico que se sienta. Asimismo en el revuelo que ha provocado: más parehay que reconocer a Fukuyama considerace un fenómeno social que un fenómeno Inble amenidad y oportunidad al dar hechura telectual, Hegel tenia razón. Acertó filosófica a las preguntas que todos nos haen 1806, cuando tras la cemos en estos meses de cambios frenétibatalla de Jena vio la viccos en Europa Oriental. Pero con ser ameUna polémica estridente toria de Napoleón sobre ta no su análisis no lo es tanto como el especmonarquía prusiana, «el táculo que ofrecen sus incontables glosadoMas antes de intentar comprender el portriunfo de los ideales de res, epígonos y detractores. La polémica en qué del guirigay, oigamos algunas de la vola Revolución Francesa, y torno al llamado endism (¿«finismo»? ¿«finaces que se elevan con ¡ra, admiración o esta inminente universalizalismo»? ¿el acabóse?), al alcanzar proporciocarnio. En unas semanas y sin poner especión del Estado que incornes descomunales, resulta reveladora del cial empeño me he tropezado con veintiocho pora los principios de liestado de ánimo francamente milenarista de artículos sobre The End of History? Los he bertad e igualdad», en pala crema de la inteleztualidad occidental. No leído y anotado con creciente perplejidad. labras de Fukuyama. es que la súbita moda de un libro entre los Casi nadie aclara el motivo de su interés por intelectuales americanos sea algo insólito; el ensayo. Diríase que si se les en los últimos años hemos visto la boga mepreguntase darían la contestateórica de The closing of the American Mind ción clásica del alpinista: (de Alian Bloom, uno de los mentores preci«¿Que por qué quiero subir al samente de Fukuyama), La hoguera de las Everest? Pues porque está vanidades, de Tom Wolfe, y El auge y la caíahí». Pero Fukuyama no pareda de las grandes potencias, de Paul Kence una cumbre de la cultura nedy. Pero¿E fin de la Historia? es otra comoderna. Es igual, todo el sa. Ni siquiera es un libro, sino un artículo mundo escribe sobre él y yo de una revista trimestral seria y de mediana también. Algo tendrá el agua circulación. Dudo que mucha gente haya pocuando la bendicen. Unos didido leerlo. Claro es que tampoco muchos cen que tiene el mérito de hahabrán leído el mamotreto de Bloom, pero ber abordado filosóficamente, al menos lo han podido comprar y pasear baaunque con mayor o menor rijo el brazo. Además la moda de Fukuyama gor, un asunto de máxima se extendió en el acto a Europa, donde es trascendencia. Otros admiran aún más difícil hacerse con el texto complesu desparpajo. Los más pareto. En España, por ejemplo, no creo que nincen convencidos de que el fin gún comentarista lo conozca; todos parecen —real o aparente— de la Guerra Fría es porFederico Hegel (1770guiarse por la versión publicada en El País tento de algo hasta ahora nunca visto en la 1831). Grabado. Bibliote(24989). Esta última es un resumen cuatro Historia, y aprecian en Fukuyama su esfuerca Nacional, París. veces más corto que el original. Tal mutilazo por escudriñar tan extraño futuro. Todos, ción no es en sí un sacrilegio: el mensaje de sin embargo, ponen peros a nuestro autor, Fukuyama es tan sencillo que puede extracy algunos reproches llegan al borde del vitarse más aún. Víctor Hugo ya había dicho tuperio. Sistematizando las críticas, aparelo mismo más lacónicamente aunque con su ce el siguiente manifiesto de averias: la dictadura del proletariado, en lugar de • 1Fukuyama está prisionero de Hegel y conducir a una sociedad perfecta, ha resuldebería leer a Aristóteles para comprender tado en la práctica un fracaso siniestro, y el que todos los regímenes son inestables por capitalismo combinado con la democracia estar sujetos al poder corrosivo del tiempo. liberal, un éxito, Pero nada parece impedir, La democracia liberal no va a ser una excepen aplicación de idéntico materialismo hisción. Eso se lo dice el propio director de The tórico, declarar vencedor per saecula saecuNational Interest, Irving Kristol, primer espalorum a! consumismo liberal, como hace Fuda del neoconservatismo americano, y en el kuyama. Esta es la principal paradoja que mismo número (verano 1989) donde aparele achacan entre otros Stephen Sestanovich ce el ensayo que nos ocupa, que Kristol sen(en The National Interest, verano 1989), Satencia con un «no me creo ni una palabra», muel P. Huntington y Timothy Fuller(misma para terminar declarando: «Puede que hayarevista, otoño 1989). En cambio, Francisco mos ganado la Guerra Fría, lo cual es agraAyala no ve paradoja en esto sino loable predable. Es más que agradable, es maravillomonición de Marx (ABC, 181 f89). En cuanso. Pero eso quiere decir que ahora ef eneto a André Fontaine (Le Monde, 27389), se migo somos nosotros mismos, no ellos», escandaliza de que el joven nipoamericano 2.° Fukuyama no conoce a Hegel más «pretenda nada menos que sustituir con su que a través de Kojéve (lo acusa León Wieprofecía la del autor del Capital». seltier, en The National Interest, otoño 1989) y no ha comprendido que las ideas del alemán tienen poco que ver con la democracia derivada de Jefferson (le reprocha Frederick Utopismo optimista L. Will en la misma revista). 3.° Fukuyama sigue fielmente a Hegel, 8.° Otra variedad del reproche anterior es El revuelo levantado por acusar a nuestro hombre de inconsecuencia mas éste era un charlatán y un farsante coel fin de la historia», un filosófica: unas veces es voluntarista (cuanmo decía Schopenhauer, el cual estaba lofenómeno social más que do afirma que la Historia se desarrolla de co pero se quedaba corto en su calificación. intelectual. acuerdo con las ideas sobre el significado «La gente que se toma en serio las pretendel mundo) y otras es determinista (al asesiones de Hegel es capaz de creerse cualgurar que la Unión Soviética tendrá que liquier cosa», lamenta David Stove, también beralizarse so pena de quedarse «empantaen The National Interest, otoño 1989. Otros nada en la Historia»). Timothy Fuller es se quejan de que con su tema hegeliana desquien más subraya esta incongruencia de la conozca a filósofos como Husserl, Heidegteoría del acabóse. ger o Bergson (AlainGerard Slama, Diario 9.° Las críticas más duras no son, sin em16, 21189). bargo, las filosóficas o los argumentos ad 4. Fukuyama no sabe bastante Historia hominem, sino las objeciones históricas, po(Alain Besangon, Commentaire, otoño 1989). líticas y de mero sentido común. Muchos, in5.° Fukuyama es tonto. Su pernicious cluso entre los que aceptan la previsión de nonsense está llena de prepotencia y miola hegemonía liberal, le echan en cara su pía (fulmina Strobe Talbot en Time, 11989). utopismo optimista en lo tocante a la futu6.° Su ensayo no es histórico ni filosófira ausencia de conflictos. Huntington se co, sino «teológico» (según Simón Schama, muestra vigorosamente escéptico frente a New York Times Magazine, 221089) o es «un las tres modalidades de la teoría del acabópoema» (según James Atlas, en la misma se: no cree en el fin de la Guerra Fria (una publicación) o «no encaja en la realidad» (seRusia desovietizada del mañana puede ser gún José María Carrascal, en el ABC, tan expansionista como la URSS del ayer), 71289). no cree en el final de la guerra como fenó7.° El endism o «teoría del acabóse» de meno histórico y no cree en el fin de la HisFukuyama no es sino marxismo vuelto del toria (en última instancia porque la naturarevés. Usando la propia dialéctica determileza humana es irracional). «Esperar en el finista de Marx —también de raíz hegeliana— nal benigno de la Historia es humano. Conllega a la misma conclusión mesiánica: la fiar en que ocurrirá es poco realista. Hacer aparición de un nuevo orden social, orden planes dándolo por hecho es desastroso», definitivo pues supera todas las contradictermina severamente Huntington, con clara i ciones de la Historia. Ocurre, empero, que alusión al puesto oficial de Fukuyama, subcuando reprochan a Fukuyama su displicendirector de policy pIanning. cia al rechazar como cuestiones de detalle 10.° Otros lo tachan de ciego ante procelo que a ellos parece gravísimos problemas, sos de fuerte carga histórica, actuales o prepero a fin de cuentas es difícil salir de las visibles. Las angustias parturientas de Euroredes de Fukuyama si se aceptan, como casi pa (lan Davidson, Financial Times, 191089), todos hacen, sus dos premisas básicas: que el posible frenesí de China (si hacen como el tiempo histórico es lineal y no cíclico y hicieron toda las demás grandes naciones que el American wayofiifees universalmenal industrializarse, «mil millones de chinos te atractivo. Y ocurre que ambas creencias dedicados a la expansión imperial es probaestán enquistadas en el fondo del pensable que impongan muchisima historia al resmiento occidental: la primera (que el homto del mundo», avisa Huntington), el fundabre tiene un destino sobre la tierra) priva desmentalismo islámico («puede que tan sólo de hace cien generaciones y la segunda (que tenga interés para el mundo Islámico, pero tan sólo el dinero da dignidad) desde hace ese mundo tiene mil millones de personas», cinco. El mesianismo judío, recogido por el nos recuerda Wieseltier), la creciente precristianismo, convertido por la Ilustración en sión inmigratoria del Tercer Mundo frente a fe en el progreso y transformado por Marx las sociedades ricas (como apuntan a Fukuen mesianismo revolucionario y materialisyama su propio maestro Alian Bloom y Pieta, sigue siendo dogma —vago y multiforme rre Hassner, ambos en The National Interest, pero sólido— generalmente admitido en el verano 1989) son algunas de las grandes pensamiento moderno. Lo normal es creer cuestiones de este fin de siglo desechadas que el hombre y la Historia siguen un curso con ligereza por Fukuyama, en opinión de que va de Alfa a Omega, y que ese curso tieLas críticas a Fukuyama sus críticos. Si la palabra «Historia» exclune un sentido. Ese sentido puede ser sobreson muchas, diversas y ye los nacionalismos y las religiones, entonnatural o profano, según ias doctrinas, pecontradictorias: ni son races esta teoría es bien poca cosa, concluye ro de alguna manera existe y reconforta al dicales ni convencen. The Economist (16989). hombre en su pequeñez y en su inmensa capacidad de sufrimiento. Si a eso añadimos 11.° Y para colmo Fukuyam es un frivolo que, en otro plano, el vital y cotidiano, el —viene a decir Pierre Hassner con el proverhombre ha ido concentrando sus ansias y bial respeto francés hacia las reglas del jueafanes en alcanzar un nivel de vida material go logomáquico— como se deduce de su pidecoroso, hasta el punto de perder interés rueta final declarándose presa del taedium por todo lo demás, ¿qué tiene de extraño el vitae ante la sola idea de vivir en un mundo nacimiento de una soteriología tan patéticaperfecto y posthistórico. mente trivial como la de Fukuyama? Y ¿có12.° Toca madera, muchacho, y no tienmo refutarla sin antes rechazar una de las tes al diablo, es la más tempestiva de todas dos premisas antes citadas? Un griego clálas observaciones dirigidas a Fukuyama. Se sico o un estoico romano, empapados de la hace Raymond Plant (The Times, 3089} en sentido cíclico del tiempo histórico, se hutérminos más cultos y helenizantes: «No debiesen carcajeado de Fukuyama pero ¿con beríamos arriesgarnos a la hubris proclaqué derecho se reirían de este acabóse esmando en voz demasiado alta el triunfo de catológico el progre de facultad, el «yuppie» Occidente». bancario o el teólogo de la liberación? Si se El variado pliego de cargos que antecede admite que todos viajamos en el mismo tren es curiosamente irrelevante. Nuestro autor y que éste sigue una línea férrea teleológihabía previsto de antemano casi todos esos ca, habrá que admitir que cada cual piense reparos y los había apartado con suave firque esta o aquella parada es la última o la meza, reconociendo que durante mucho óptima. Sólo tienen derecho a discrepar tiempo seguirá sin faltar materia para tituquienes piensan que esto es una noria molares periodísticos, que habrá conflictos y vida por un mulo cada vez más viejo, ciego que subsistirán o nacerán extraños credos, y doliente. pero insistiendo en que todo ese tumulto no También, por qué no, podrían protestar pasaría de ser suma de alborotos periféricos contra el mensaje de The end of History? al meollo de la Historia, el cual no es sino quienes ven en el agonizante mundo del sosu propia consunción por consumación. Clacialismo real el producto de una prolongaro es que los críticos están en su derecho da opiomanía {el opio del pueblo habría retros como Alian Bloom, Paul de Man, Rolan sultado ser no la religión sino las certidumBarthes y Jacques Derrida, Trabajó en la bres marxistas y la general irresponsabilidad Rand Corporation haciendo informes sobre del colectivismo), mientras que notan en la asuntos muy concretos y prácticos de políagitación febril de la sociedad occidental los tica internacional. Este hombre no es ningún efectos del permanente estímulo del lucro. analfabeto. Que se sepa, tampoco está lo¿No habrá una tercera vía entre el torpor del co. Puede ser un tonto instruido, como Wilheroinómano y la histeria del cocainómano? son, pero no provinciano como él, así es que ¿A la fuerza hay que escoger entre el Gulag ha tenido que enterarse de que los Balcanes y Wall Street? Mas seamos realistas. No pason distintos de las Rocosas. Todo parece rece por ahora quedar mucho sitio en el plaindicar que es un hombre culto e irónico, no neta para la búsqueda de la serenidad, de crédulo (consta que los estructuralistas pala belleza o del honor, fuera de la Cartuja, risinos le aburrieron). ¡Qué delicia para alla torre de marfil o la mente de don Quijote. guien así gastar una broma erudita y refinada a sus pares! Un canulard intelectual a la francesa, una parodia exquisita como las de Sir Max Beerbohm, una chanza mandarinesLa única refutación posible ca... Y luego toda una vida por delante — tiene treinta y seis años— para reírse del reEn la práctica tan sólo hay una refutación Yo propongo el siguiente sultado mundial de la cuchufleta con un par posible de la tesis de Fukuyama. De puro silogismo: para creer que de amigos, a los que se prohibe desvelar el evidente ha pasado inadvertida. Más de un una situación local y temsecreto, para mayor ludibrio. Dos glosistas comentarista ha señalado que hacer exten)oral es global y perenne se han planteado la posibilidad de que Fusivo a la eternidad y al orbe entero lo que lay que ser un prodigioso kuyama sea un guasón, pero la han rechaocurre hic et nunc es desvarío. Pero nadie gnorante y un aldeano cazado precipitadamente. Uno —James Atha sacado la consecuencia lógica. Yo protetisiino. Es así que Fukulas— porque «su prosa es racional y erudipongo el siguiente silogismo: para creer que yama no es ni lo uno ni lo ta» (como si un pastiche pudiese ser de otra una situación local y temporal es global y otro, ergo no se cree lo manera) y otro —Huntington— por «el tiemperenne hay que ser un prodigioso ignoranque nos cuenta. po y el esfuerzo intelectual dedicados a dete y un aldeano catetísímo. Es así que Fusarrollar estos argumentos» (pero es que kuyama no es ni lo uno ni lo otro, ergo no una broma cruel y sabrosa requiere mucho se cree lo que nos cuenta. Es así también trabajo, como el de aquellos jóvenes que que no gana nada engañándonos, más que convencieron a Juan Ramón Jiménez, con el placer de tomarnos el pelo, luego toda su sus cartas falsas, de que tenía una novia teoría es una broma. epistolar de lo más apasionada). Veamos esta exégesis lúdicra con más Un último dato confirma mis sospechas. detalle. Un pastor tibetano puede pensar que Fukuyama cuenta con aprobación cómo su el té con manteca de yak le gusta a todo el admirado Kojéve, siempre consecuente, mundo y gustará siempre. Woodrow Wilson abandonó el filosofar cuando comprendió pudo estar convencido de que sus Catorce que Hegel tenía la razón absoluta, y se conPuntos eran la panacea universal para la paz virtió en covachuelista europeo. Pues bien, perpetua. Stalin preguntó sarcásticamente nuestro hombre no ha hecho otro tanto. Sicuántas divisiones tenía el Papa, persuadigue especulando con las ¡deas, no en boldo de la perdurabilidad de la tiranía comusa. Por algo será. No, no debe de haber llenista. Pero todos ellos eran gente muy local gado el acabóse histórico. Clio, musa de la y con nulo sentido de la Historia, la cual Historia, nos mandará un día de estos un —como descubriera LéviStrauss— asusta mensaje como el telegrama de Mark Twain a los primitivos pues les causa inseguridad a la Associated Press: «La noticia de mi y ellos prefieren creer en la estabilidad premuerte era una exageración.» histórica. Fukuyama, por el contrario, es un cosmopolita de lo más viajado y leído. Se crió en Nueva York, hijo de un clérigo proSantiago de MoraFigueroa, Marqués de Tamarón, es testante de origen japonés que luego fue diplomático en situación de excedencia voluntaria, y diprofesor de Religión. Se educó en Yale, la rige el Centro de Estudios de Política Exterior. Ha publicado un libro de cuentos («Pólvora con aguardiente») Sorbona y Harvard, estudiando Literatura y otro de ensayos {«El guirigay nacional»). Comparada y Ciencias Políticas con maes