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La novela española de 1991
Juan A. Olmedo
Sobre el análisis y valoración de las novelas más importantes aparecidas en España en el transcurso de una año.
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Juan A. Olmedo, “La novela española de 1991,” accessed November 22, 2024, http://repositorio.fundacionunir.net/items/show/2343.
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Title
La novela española de 1991
Subject
Artes y Letras
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Sobre el análisis y valoración de las novelas más importantes aparecidas en España en el transcurso de una año.
Creator
Juan A. Olmedo
Source
Nueva Revista 022 de Política, Cultura y Arte, ISSN: 1130-0426
Publisher
Difusiones y Promociones Editoriales, S.L.
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Nueva Revista de Política, Cultura y Arte, All rights reserved
Format
document/pdf
Language
es
Type
text
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LA NOVELA ESPAÑOLA DE 1991 Por Juan A. Olmedo hoy, dándonos desiguales relatos Las páginas que siguen son de análisis y valoración de las novelas más importantes evocadores de un mundo inhóspito aparecidas en España en el transcurso de un año. Período temporal que, aunque breve y lamentable. Con matices expresionistas y críticos en algún caso en el contexto de la historia de la literatura, sirve para hacer balance revelador de la Gabriel y Galán, como resultado pujanza de un género. En el próximo número de NUEVA REVISTA se completará de una descomposición moral que este análisis, forzosamente amplio, ante proliferación de obras aparecidas durante hunde sus raíces en el ayer Guelbenzu o bajo un tinte de nostalgia el pasado año. y melancolía, tampoco exento de crítica Muñoz Molina, toda una época surge, directa o sesgadamenI hubiésemos de efectuar un como en el uso de ias coordenadas te, como fondo de unas vidas urgente bosquejo de las espaciotemporales, e incluso en el carentes de sentido. características de las novediseño editorial de distribución de Slas aparecidas en el pasado año. las unidades, en el que la preferenDesde que en 1948 apareciera habríamos de destacar la vuelta cia por el capítulo, incluso con títuLa sombra del ciprés es alargada temática a los tiempos del franquislos sugeridores del contenido, a! Premio Nadal del año anterior, mo, más como escenario de fondo modo clásico, se impone sobre las Miguel Delibes {Valladolid. 1920) que como reconstrucción de una modernas secuencias yuxtapuestas. ha publicado un total de diecisiete época. En este apartado, que protaDicho sea como simple constatanovelas. En la última, Señora de goniza la memoria, encontramos ción cuantitativa de tendencias forrajo sobre fondo gris rinde el espléndidos relatos y una de las males o temáticas de un año que autor, según él mismo ha declaramás sólidas vetas narrativas del fue, por lo demás, pródigo también do, homenaje a su esposa fallecida, año. Otros núcleos temáticos ofreen calidad. a la que «debía este libro». Esta cen la posibilidad de imaginar cuadeuda la salda Delibes con un dros fantásticos y ubicuas utopías monólogo de 152 páginas en las de corte antiorwelliano, junto a que un pintor de larga trayectoria Recuperación de la situaciones imposibles en que reina artística y miembro de la Academia el absurdo, reflejo del eterno placer trasunto de sí mismo, se declara memoria de narrar. Memorables páginas fracasado y habla a una de las hijas experimentales cifradas en la Guesobre su esposa fallecida. Es el otoDentro de una evidente variedad rra del Golfo, con la que comenzó ño de 1975, Ana, y Teo, su marido, temática, es reseñable en las noveel año, deparó un novelista de larga acaban de salir de la cárcel, tras las aparecidas en el panorama litetrayectoria marginal. Reconstruchaber sido detenidos con motivo de rario español del 91, una marcada ciones históricas de los siglos X o los acontecimientos del proceso Salvo excepciones, la tendencia a la recuperación de la XVI aparecieron, dotadas de rara 1001. Las gestiones para conseguir memoria, por lo general a través de experimentación textual no maestría. Y cuadros más doméstisu puesta en libertad, las visitas a la una mirada ácida y nada complaobserva en este año 1991 cos, de tono localista, en que prima prisión, las alusiones a «aquel ciente sobre el tiempo pasado. Así, apenas desarrollo, y la el significante firmaron algunos hombre» que detentara el poder tanto por uno de los mejores noveautores andaluces. prosa, dentro del peculiar tantos años, son evocaciones brelistas de la generación de la inmeves y contundentes de una época diata posguerra Miguel Delibes, estilo de cada autor, Salvo excepciones, la experioprobiosa. Pero ése no es sino e¡ como por pane de varios represenmentación textual no observa en discurre por caminos tantes de la generación del 68 José fondo gris sobre el que destaca la este año 1991 apenas desarrollo, y razonablemente Antonio Gabriel y Galán, José figura de la esposa ausente de la la prosa, dentro del peculiar estilo convencionales María Guelbenzu, Eduardo Mendique, con la misma perspectiva utide cada autor, discurre por caminos cuti o como en el caso de algún lizada en Cinco horas con Mario, razonablemente convencionales. Y narrador de muy alto peso específiel monólogo dialógico, y con eviello tanto en lo que concierne a lo co en la narrativa más joven Antodentes afinidades alguien que que en las modernas escuelas de nio Muñoz Molina se han dado habla de su cónyuge fallecido; proretórica se denomina focalización obras que reconstruyen un pasado tagonismo de quienes están frisan«¿Esto esotro embeleco franreflejo de una historia convulsa. La do los cincuenta: invocaciones cés?» o punto de vista, quizá con España de la dictadura franquista directas o implícitas al fracaso perpredominio de la primera persona prolonga su efecto histórico hasta sonal y la soledad el viudo dibuja narrativa, de valor testimonial. un emocionado recuerdo. Activa, una figura que ha sido calificada segura, inteligente, honesta y de patética, sin serlo. La sobriedad seductora, el retrato de este ser expresiva del autor se ha encargadesaparecido que se recompone do de poner coto a cualquier patecon las palabras de Nicolás, reúne tismo y muchas páginas como las toda la perfección y la virtud. Ninde las visitas a los médicos y los guna nota negativa, nada turbio ni sucesivos informes tienen un chocante surge en las sentidas tono objetivo en el que radica prepalabras del viudo sobre la esposa cisamente su eficacia narrativa. contrafigura, por ello, de Carmen De la mano de Delibes, que ya Sotillos en Cinco horas con mostró semejante preocupación en Mario. ¡m hoja roja (1959), vemos apaEl enfoque elegido un monógarse una vida, en una estremecelogo que más que como reflexión dora imagen de desasimiento e interior urdido sólo desde la conimpotencia. Sin estridencia alguciencia del sujeto, se plantea dirina, con la misma mansedumbre gido a otra persona, la hija mayor que se reconoce el fracaso o algún del matrimonio, al modo de los momento de incomunicación con apartes teatrales se dispone como quien se ha ido. El autor prescinde, una convención narrativa más, que también, de excesivos enmascarason presentados como amigos por explica el ensimismamiento del mientos del personaje y en la voz Miguel Delibes temor a que nos envejezcan, semepersonaje padreesposo. El del pintor Nicolás reconocemos la jantes tiempos habrán de ver como supuesto defecto de perspectiva suya. Tal vez debiera haber escrito agresión esta novela escandalosapor el que el narrador permite que Delibes, como ha defendido el promente autobiográfica de Delibes. aquél cuente a Ana cosas que sin fesor Santos Sanz Villanueva, Esto es lo que han reflejado algududa ésta conoce, no existe. Sería directamente unas memorias, quinas críticas. No creo, como algueste simple detalle de efectos zá. Pero cualquier pudoroso recelo nos han dicho, que el personaje demoiedores para la narración, si, está más a cubierto en las páginas femenino descrito resulte poco por ejemplo, el personaje de la hija de una novela cuyo entramado perverosímil: el discurso elegiaco del hiciese su aparición con voz propia mite, a la vez, desvelar otras actitunarradorprotagonista es conviny algún tipo de respuesta al contides la de los esbirros del régimen, cente en todo momento y remite, mim obsesivo del padre. Ello no es por ejemplo sin entrar en comen todo caso, a un orden familiar así. Y la receptora vicaria del menprometedoras precisiones propias clásico y a una valoración, distinta saje queda, con su ausencia, en un de un libro de recuerdos. de la habitual, de la presencia segundo plano que no reclama Por lo demás, hay que señalar femenina. Pero aún hay más. Estaasentimiento ni siquiera comprenque el estilo conciso y claro, de mos penetrados hasta los huesos sión alguna de lo que se le cuenta. tono coloquial, en el que resultan Desde que en 1948 del discurso de la juventud: el merPero las objeciones mayores han elegantes hasta las inevitables asoapareciera «La sombra del cado laboral, los contenidos iconovenido por otro lado. nancias, brilla con fuerza y maesgráficos de la publicidad, las granciprés es alargada» Escribir a estas alturas del siglo tría en esta novela escrita a contrades realizaciones cinematográfiPremio Nadal del año una novela sobre las relaciones corriente de su época. cas, el mundo de la televisión y, matrimoniales y hacerlo no sólo en anterior, Miguel Delibes con frecuencia, la propia literatura, términos de fidelidad y cariño, (Valladolid, 1920) ha se rigen por la sobre val o ración de admiración y respeto hacie el cónlo joven y su inmarchitable señuepublicado un total de Soledad y alienación yuge, sino de ¿moroso trato e intelo. diecisiete novelas rés por los hijos, parece desvarío. Frente a todo ello, nuestra toleHeredero de una tradición exisAños como éstos, de enormes rancia acepta mal la imagen de tencial que tiene sus raíces en Kafprogresos sociales pero de marcaseres enamorados y deseantes que ka, la generación perdida americado recelo hacia la pareja o la famihayan sobrepasado los cuarenta, na o el malditismo de escuela franlia, cuando lo progresista y lo como sucede con el personaje cencesa Celine, Drieu La Rochellemoderno parece ser la defensa del tral de Señora de rojo. Por esto es José Antonio Gabriel y Galán divorcio o de la soltería, y los hijos (Plasencia, 1940) en Muchos años después: parece descreer de la salvación colectiva que proporcionan la militancia partidista o el obrerismo mirífico. Conocedor profundo de los resortes psicológicos del jugador es ésta, en buena medida, una novela sobre el juego, que hubiese podido tener el mismo título que la obra de Dostoievski y de que toda elección ante el azar supone un riesgo, el autor apuesta por el salto al vacío del individuo enfrentado al dilema de la soledad y de un destino imprescriptible. La historia de Muchos años después es la de la alienación de sus dos personajes. Llamado Silverio, según él mismo cree, a más altos designios políticos, ve rechazadas tanto su esforzada militancia como su labor teórica en el seno del PCE. Su voluntarismo político no encuentra más respuesta que el silencio o !a evasiva. Tampoco logrará vender sus servicios al KGB ni obtendrá la condición de agente de la CIA. Víctima de la esquizofrenia, trata de atentar contra un conocido dirigente del PartiMuchos años después do. Ludópata incorregible, Julián, tiende antes a la amalgama por su parte, disuelve su existencia de escritor en ciernes en interminade personajes y anécdotas, compuesto por Carlos Fuentes, bles partidas de casino, incapaz de a la azarosa sucesión de García Márquez, Roa Bastos, aprovechar el éxito de su primera Torrente Ballester y Uslar Pietri, le circunstancias, con un ritmo obra. Barojiana en su concepción, concedió en su día. febril, que a una depurada aunque a veces nos recuerda los Con una estructura desigual, el presentación de trayectorias avatares de las últimas novelas de pórtico de la novela es la evocadon Pío las de su última etapa, de los héroes ción, de extraordinaria fuerza y con reiteraciones o atomizaciones belleza, de escenas infantiles en un arguméntales inexplicables. pueblo extremeño. Son los años de Muchos años después tiende antes la inmediata posguerra; el descua a amalgama de personajes y brimiento del hambre y la muerte anécdotas, a la azarosa sucesión de signará las vidas de los protagoniscircunstancias, con un ritmo febril, tas. Tras esa rápida mirada retrosque a una depurada presentación pectiva encontramos, ya en la pride trayectorias de los héroes. mera parte del relato, a los jóvenes viviendo un voluntario exilio en El frecuente caos argumental París. Con ocupaciones y actitudes contribuye poderosamente a crear vitales contrapuestas, el azar volese otro caos existencial que la verá a unirlos. Una amistad rehenovela recoge. Las dos grandes cha sin excesivo fervor ni convicobsesiones nucleares del texto el ción, con la presencia de Odile interminable ensayo de Silverio, como elemento clave, los lleva a sus páginas como una devoradora experiencias trascendentales conmetástasis de sí mismo y la pasión fonnadoras del precario equilibrio del juego en Julián lleva al narrade! trio. La paternidad de Julián y dor a prolongar situaciones y a volOdile, el trabajo «artístico» de ella, verlas a abrir, como una verdadera pronto abandonado, la enfermedad pesadilla. El tono desgarrado de la de Silverio con ecos de La montaobra, cuyo trágico final no es sino ña mágica de Thomas Mann y de el regreso circular al comienzo del la Perorata del apestado de texto, atrapa al lector y justifica el Gesualdo Bufalino marcan el Premio Carranza que un jurado. relato con una poderosa nota de desarraigo y drama contenido. El regreso a España de los amigos da lugar a la segunda parte, la más floja del conjunto. La ausencia de Julián cambia el sentido de la relación OdileSilverio, pronto envueltos en una desoladora incomunicación. La errática existencia de ambos y la iniciación en el peligroso juego de la droga de ia muchacha desembocan en el episodio de la detención de Silverio. Son estas páginas, que tienen por escenario las tristemente famosas dependencias de la DGS, de poco rigor y vigor. Suenan a retazos oídos sobre la detención de un tercero, con un tratamiento del tiempo alabado artificialmente y una concepción espacial poco realista, en tanto que las páginas anteriores lo son. La figura de Silverio recuerda en esta tesitura ¡a del joven médico Pedro en Tiempo de silencio, Pero en la novela de Luis Martín Santos, la experiencia vivida por el mismo autor, quedaba, merced a una visión voluntariaHay en esta novela de mente deformada, reducida a una Gabriel y Galán una larga verosímil escena de interrogatoserie de personajes rios y posterior aislamiento. En Muchos unos después el autor no secundarios tomados de la José A. Gabriel y Galán Hay en esta novela de Gabriel y ha querido o no ha sabido resultar vida real que contribuyen de Galán una larga serie de personaconvincente, y un Silverio con jes secundarios tomados de la vida forma sugestiva a recrear mucho de pelele es puesto en real políticos, jefes de policía, un período de nuestro libertad sin el preceptivo forrado escritores conocidos que contripasado de la época. Y, por consiguiente, buye de forma muy sugestiva a sin Jas carismáticas llagas del marrecrear un período de nuestro tirio. pasado. Con todo, ciertas reiteraciones de nombres de figuras La tercera parte da curso a las públicas, antes que devoción, dos obsesiones antes señaladas: el sugieren un despiadado ajuste de juego, en Julián, y el larguísimo cuentas sobre moro muerto, por ensayo de teoría política de Silveotro lado. También se hacen explírio, de efectos paralizantes en citas referencias a novelas o ensaambos casos. Con algún traspiés yos: ei comienzo es una paráfrasis argumental, la desoladora mirada del inicio de Cien años de soledad; del narrador se impone eficazla alusión al libro de Javier Echemente en esta parte, en la que verría, Sobre el juego, parecía casi encontramos una nobleza entregaobligada: psicoanálisis y literatura da al derroche, unos representanse entrelazan de continuo; menutes de las clases pasivas víctimas dean las citas literarias enmascaradel vicio, la honrada mesocracia das en el texto, etc. con algún magistrado de por No obstante, no es una novela medio dilapidando el tiempo y el cultista, como ha llegado a decirdinero, y una juventud corrompise: esos datos son simples elemenda por la droga. Las penúltimas tos reveladores de las preocupapáginas del relato son una verdaciones de unos personajes y una dera bajada a los infiernos: la época, estando como está el autor noche canalla y corrosiva del peor entre ellos. Son, pues, referencias Madrid, el mundo de los marginainmediatas y datos coloristas de un dos y de la droga en un itinerario tiempo no tan lejano que aparece inolvidable. decuado y resultados fallidos, El esperado (1984). Un experimento tardío, concebido a partir de una situación límite, un asesinato, recogido en La mirada (1987). Al que se suma, por último. La tierra prometida que ha obtenido el Premio de la editorial que lo publica. Esta novela, como suele ser habitual en la mayor pane de la obra del autor, apenas tiene línea argumentai. Gira en torno a cuatro personajes: el profesor y antiguo poeta López Mansur, candidato a un lectorado en una universidad extranjera; Andrés Palacio, insomne hombre de negocios a punto de romper con su esposa; su mujer, Isa, que en la soledad nocturna desmenuza su frustración; Río aunque resulte más convincente Río, este personaje se llama como Ea tercera persona del indefinido de reír, un mejicano frecuentador de tertulias, con un pasado cabe intuir que rico en experiencias. Todos han alcanzado la cuarentena y de todos da el narrador, en sus propias voces, frecuentes ecos unas de otras, la imagen del cansancio, la autocompasión y la amargura: a ello parece aludir el título. Estos personajes Estos personajes que que vivieron la conmoción de la vivieron la conmoción de la vivo a ojos del lector. Aunque sea José María Guelbenzu guerra de Vietnam, el mayo del 68 guerra de Vietnam, el mayo más cómodo y rentable predecir el o la matanza de la plaza de Tl atepretérito, creo que esta novela será, del 68 o la matanza de la lo Ico ello esta sólo aludido en el junto a la de Muñoz Molina, El texto, pág. 240 sienten la vida plaza de Tlatelolco sienten jinete polaco, y la de Benet, El como una pesada carga. la vida como una pesada caballero de Sajonia, que comencarga taremos aquí, firme candidata al Con una estructuración en Premio de la Critica 1991. secuencias breves de efecto dinamizador y un lenguaje por lo general correcto salvo esos deber ser utilizados reiteradamente como suposición o conjetura, págs. 123, Una vida opresiva 129, 133. 192, 207. etc.y de signo preferentemente coloquial, De José María Guelbenzu (Madrid, 1944) conocemos una como corresponde a los monóloprimera novela juvenil, deudora de gos de los protagonistas, la novela, Joyce y de Cortázar, que fue finade forma similar a como sucedía en lista de! Premio Biblioteca Breve, La mirada, pretende captar ias El mercurio (1968). También, dos expresiones mentales de los personovelas posteriores, con mucho de najes, su agria melancolía posánexperimentales y algunos aciertos: dose en el pasado y, a lo último, Antifaz (1970) y El pasajero de también extendiéndose «Avanultramar (1976). Una breve y herzar es un error. Retroceder es un mosa historia de amor, emblemátierror», pág. 240 al futuro, en una ca de los sentimientos de los jóvesuerte de caquexia paralizadora. nes universitarios de aquella décaEl procedimiento de búsqueda da. La noche en casa (1977). Una de la mendiga, que se resuelve con obra de madurez, la mejor hasta el mare mágnum de pensamientos ahora de! autor, que mereció el Prede Mansur, botella en mano, es mio de la Critica, Ei río de la luna escasamente verosímil. Sólo a la (1981). Un texto de lenguaje inaluz de caminatas semejantes en El Juan Goytisolo mercurio o arrastrando pesos parecidos la lata de petróleo de David en El pasajero de ultramurpodrían ser leídos como marca dei autor. Pero al lector que se enfrenta con el intento de localizar durante horas a una mendiga, autista para más señas, sin resultado alguno, queda perplejo. También el episodio, entrelazado al anterior, de Andrés esperando durante horas la llegada de Amanda a la casa de campo es redundante con respecto a esa otra espera que supone la búsqueda de la desconocida. Tal estructura ausente de la mujer acaba siendo onerosa para el relato. Y, sin embargo, tal vez sea esa soledad del varón abandonado, compulsivamente afecto a la bebida no es sólo una copita para llorar el tempusfiigit la que toman estos personajes y a un discurso solipsista, la imagen paradigmática de las novelas de Guelbenzu. Novela experimental Si la novela de cone experimental en la que el vanguardismo Don Julián (1970), Juan sin Tierra sobre nuestro mejor poeta vivo y como tentación, esto es, como ele(I975), Makbara (J980) y Paisatraductor de Miguel de Molinos, mento mimético de las vanguarjes después de la batalla (E 982) se añade una relación de cosas que dias europeas de entreguerras, cuya poblicación venía precedida por ars combinatoria forman el basaba su lógica negadora del por la aureola de malditismo del texto, la confesión de la súbita mundo en una destrucción del lenautor: su condición de exiliado y muene de una amiga y la sorprenguaje y del perspectivismo narratienemigo del régimen dos hechos dente declaración de que, cuando vo tradicional durante los años que pudieran suscitar nuestra simsé disponía el autor a componer el sesentasetenta en nuestro país, a patía, pero nada, en principio, que libro, falleció. Ello no es un simple partir de esas techas la mayoría de tenga que ver con la talla de verdaartificio retórico sisvo la justificaios autores evolucionan hacia condero escritor y el papanatismo y ción d priori del planteamiento cepciones más clásicas. La volun[a desinformación había plumas narrativo que merced a la contad de contar historias, con mejores y menos aireadas en el cepción islámica de un estado de planteamientos de linealidad y exilio contribuyeron a darle latencia tras la muerte, cuando el enfoques más convencionales, priinjusta fama. Parte de la cual ha alma navega en un medio difuso, marán hasta hoy sobre el intento contribuido a que una eximia propermite la dualidad del interior y el de destrucción de estructuras espafesora norteamericana, con retazos exterior del relato, la caracterizaJuan Goytisolo ha ciales y temporales y de alteración de Brecht. de Roland Barthes y del ción como mueno capaz de evomantenido y mantiene una sistemática del significante. primer Marx como bagaje teórico car, en su tránsito, un pasado de línea de oscuridad textual, de primeros auxilios, haya teorizasufrimiento o de someterse al inteNo es éste el caso de Juan Goydo sobre nuestro novelista, en una rrogatorio, llegado el caso, de voluntariamente marginal, tisolo (Barcelona, 1931) que ha abracadabrante historia de buenos Naquir y Muncar. ángeles de la desde los años sesenta mantenido y mantiene una línea de y malos sobre la que convendría muerte. oscuridad textual, voluntariamenvolver Parte también de aquella te marginal, desde los años sesenSi a las diecinueve preguntas fama se aprecia en el recibimiento ta. Tras ser finalista del Nadal con retóricas y cinco súbitas excladispensado al último relato de Juegos de manos (1954), se sucemaciones desazonadoras del Juan Goytisolo, La Cuarentena dieron obras como El tino, Duelo capítulo 2 ei lector no se declara en ei paraíso (1955) y Fiestas vencido, podrá hay párrafos El narrador explica en el capítu(1958) y, ya en las décadas desgarradores y de potenciales lo primero los componentes, a siguientes. Señas de identidad efectos poéticos en el trayectomodo de propósito, de la obra. Al (1966), Reivindicación del conde llegar al 40. Número ligado a los dato, disculpable, aunque falso. días que dura el duelo tras el fallecimiento de un ser querido en la tradición árabe, y duración, a su vez, de la Guerra del Golfo, nódulo esencial de la obra. El llanto por la difunta amiga se suma al de la humanidad errante identificada en el pueblo árabe, y por las víctimas y los horrores de la guerra. Esa correlación se observa también en la concepción del protagonista masculino, que queda transmutaEl llanto por la difunta amiga do en su alter ego femenino: se suma al de la humanidad reflexión sutil sobre la homoseerrante identificada en el xualidad y el papel extrapolable de los conceptos El y Ella, redupueblo árabe, y por las cidos a mera cuestión gramatical víctimas y los horrores de la pág. 26. Y si el sujeto de la guerra acción es movible no ¡o son menos los temas que van apareciendo. La imagen aniquiladora de la guerra arranca destellos apocalípticos pág. 36 para dar pronto paso al alegato contra quienes anatemizaron a figuras heterodoxas como Miguel de Molinos o Blanco White pág. 41, en tanto que la voz y presencia de una azafata dirige los pasos del autornarradorpersonaje por un supuesto Museo de Cera, etc. La prosa de La Cuauna concepción maniquea y arbiPortada del libro: Reivindicación se el famoso catecismo de prerentena recoge, así, un bullicio y del Conde don Julián traria del mundo. guntas y respuestas del penúltiuna amalgama de zoco, un azacaTres graves reparos cabe mo capítulo del Ulises de Joyceneo de los ojos del narrador de hacerle a este libro de Juan Goyentorpece drásticamente el relala que la pintura de El Bosco dirítisolo aparecido como novela. El to. ase el modelo y de su espíritu primero concierne a la ya apuntapor el tiempo y el espacio, tan da abundancia temática que pronto en un pasado infantil impregna con su desconcertante como en el mundo adulto; en los suma el texto, evidenciando la Novela del absurdo bombardeos de la guerra civil ausencia de un específico hilo española o en esa otra guerra conductor. El estilo, nervioso y No es la filosofía, en el sentido inmediata del Oriente Próximo; descuidado, no hace sino subrade sistema que porporgione una en Barcelona, París o en cualyar esta carencia. El segundo es imagen del mundo, el ingrediente quier ciudad árabe. el procedimiento, invalidador de más llamativo de la obra de Javier afirmaciones o evocaciones de El texto se precipita en ocasioTorneo, y aun me atrevería a afirimprobable atribución, elegido nes por complicados cruces de mar que, pese al resultado «propara representar al personaje. perspectivas donde una voz son fundo» de la misma no deben Centaúrico en su esencia y herpedírsele muchas teologías. Es el muchas voces: la del autornarramafrodita por su doble condición autor de esa estirpe de escritores dor. la de su amiga, la de ese viscerales dotados de un enorme ver capítulo 24 en un juego de alguien que interroga, acaso la instinto y facilidad para narrar que papeles imposibles ¿podría el conciencia. Y el referente entra aprendieron antes, y más, de la Raskólnikov de Crimen y Castien un juego equívoco de espejos vida, que en los libros, y que, sin go ser también, y a la vez, la vieque lo aniquila. La evocación y grandes conocimientos académija usurera asesinada; Elena el deseo, la pulsión y el rechazo, cos, siente una profunda curiosiBovary. su propio esposo?, la áspera diatriba, la doble y aun dad por el universo y por el homdefine más la sombra proyectada triple atribución de todos elfos, bre. Y eso es lo que Torneo lleva a en un muro que figura humana con el predominio del tú autorresus libros: aquello que la mayor alguna. La pretensión de ruptura, flexivo, muy querido del autor, parte de los humanos nunca vería por último, que encierran las reconstruye un pasado que quiere o que. viéndolo, no sabe darle forsucesivas preguntas retóricas, a ser abolido y da cuenta de valoma. Fruto de esa peculiar mirada. más de no ser nuevas recuérderes opuestos y antagónicos, en singularizado de los objetos que no encuentre...», «podría penhasta el hiperrealismo y captadora sarse que...», «No sería de extradel latente conflicto entre las perñar que...», «puede que sea...», «parece ahora que...», «puede sonas. con tintes expresionistas y también que...», etc. son las componentes absurdos, es siemexpresiones más repetidas. pre la obra de este autor. En Patio de butacas un grupo Estas marcas de un estilo relade dieciocho personas reunidas tivizador connotan de conjetura el por azar en un teatro para asistir a monólogo del protagonista que, ni una representación esperan indeaun en los momentos de mayor finidamente a que la obra comiendecisión y excitabilidad, abandoce, Esto no sucede y, durante na un pronunciado escepticismo. horas, el solitario el sempiterno Su carencia de convicciones tiene solitario que habla en voz alta en que ver con la naturaleza de los las novelas de Torneo narradorpersonajes que lo rodean: una protagonista urde ficticios dióloincitante pelirroja que se revela gos consigo mismo, con otros portadora de peluca, un tuerto espectadores, confecciona menprovisto de un llamativo parche de talmente suculentos menús, fantaplástico, un anciano asmático, sea una platónica relación con una otro en el que la alopecia hizo mujer que sólo él ve, se fuga, con estragos, alguien picado de viruela imaginación, de aquella espera las, parejas incongruentes, seres intranquilizado. Llegado el que parecen sacados de las pintucaso, llamará la atención a dos ras de George Grosz, sometidos espectadores por su comportasiempre a ¡a mirada ácida del gran miento inadecuado «He sido Anselmo. Decía Jardiel Poncela siempre un hombre intransigente que los hombres no se constituían con la ordinariez de los demás», en sociedades sino por piaras. Y el entabla conversaciones anodinas mismo vitriólico pensamiento con otro o le propone a un cuarto parece emanar de esta obra de rasurarle el bigote. Mientras ello Torneo de la que no cabe duda es sucede, los acomodadores vigilan algo más que un simple divertiJavier Torneo con mirada alerta al público o evamento. Sólo que esta vía literaria maria y el desaliño añoran donde cúan a algunos espectadores por puede acabar siendo como ei la máscara social exigía composcausas que se ignoran. voluntario encierro de su textotura y decoro. Démosles un tiemun callejón sin salida. po lo suficientemente largo para Siempre que se habla de la obra actuar a los que venían a ver cómo de Torneo, la referencia a Kafka Juan Antonia Olmedo es doctoren Filoactuaban otros y los veremos parece inevitable. Pero es sólo un logía Hispánica y escritor. entregarse a las más bajas pasioestrambote para explicar una obra nes el arrebato sexual, la bebide evidente complejidad en la que da, a la crispación, al dolor, una hay componentes no específicavez exentos de su máscara. Por mente kafkianos y sí matices del Siempre que se habla de la consiguiente, tampoco está el mundo de lo absurdo: el aislaobra de Torneo, la referencia espectáculo donde creíamos, vieNOTAS miento prolongado, la inexistena Kafka parece inevitable. ne a decir el autor de Patio de cia de representación, el carácter butacas; ¿para qué la ficción o el Pero es sólo un estrambote t. Barcelona, Destino, 1991. voluntario de ia espera, la transdrama si ésos son los componen2. Madrid, Alfaguara, 1991. para explicar una obra de formación efe los espectadores en tes cotidianos de la vida? 3. Barcelona, Plaza & Janés, actores, la condenada pasividad evidente complejidad en la Una última reflexión, que tiene 1991. de todos los personajes. ¿Hay que hay componentes no que ver con el lenguaje utilizado y 4. Las cuatro primeras en Ed. algún sentido último en todo ello? específicamente kafkianos y con el carácter de los personajes, Destino; las tres siguientes en Tengo escrito a propósito de otra sí matices del mundo de lo nos permite valorar la realidad Joaquín Mortiz. Méjico; las novela de Torneo, en estas mismas presentada por Torneo. Desde el dos últimas en Seix Barral. páginas algo que debo repetir absurdo comienzo del texto, su sintaxis Barcelona, que ha reeditado la ahora: el carácter de parábola o incide en el valor aproximativo de mayor parte de los títulos. alegoría si se prefiere sobre la lo que omnisciente Anselmo per5. En La novela desmitificadora condición humana que su obra cibe alrededor: en el mundoespañola (19611982), Stacey significa. Todos los hombres se comoteatro al que ha ido, su lecL. Dolgin, Barcelona, Anthrodirían iguales en tanto que las tura de los hechos la hace desde pos. 1991. situaciones ambientales no rommatices de duda y suposición des6. Madrid, Mondadori, 1991, pen una armonía de naturaleza virtuadores de la inmediata reali7. Barcelona, Ed. Planeta, 1991. social. Cuando ésta cambia, sucedad: «como si estuviese en el fon8. NUEVA REVISTA, julioagosden también cambios radicales en do de un pantano», «suponiendo to. 1991. págs. 7882. aquéllos: la instintividad más pri