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Contra el manifiesto de los cien

Constantino García

Crítica sobre el "Manifiesto de los Cien". La Universidad ofrece un servicio público que presta el Estado y está confiada a los funcionarios.

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Referencia

Constantino García, “Contra el manifiesto de los cien,” accessed November 22, 2024, http://repositorio.fundacionunir.net/items/show/2156.

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Title

Contra el manifiesto de los cien

Subject

Club de debates

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Crítica sobre el "Manifiesto de los Cien". La Universidad ofrece un servicio público que presta el Estado y está confiada a los funcionarios.

Creator

Constantino García

Source

Nueva Revista 015 de Política, Cultura y Arte, ISSN: 1130-0426

Publisher

Difusiones y Promociones Editoriales, S.L.

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Nueva Revista de Política, Cultura y Arte, All rights reserved

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Language

es

Type

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derme más en el asunto, pero quisiera recordar que si la Administración es alguna cosa, es principio jerárquico y escalafón: CONTRA EL «MANIFIESTO precisamente lo más opuesto a la democracia. No tener presente este serio obstáculo es no entender nada. Claro está que algunas cuestiones —aunque no las más relevanDE LOS CIEN» tes— se acometen con maneras democráticas, pero, desgraciadamente, los redactores del Manifiesto tampoco aquí acaban de enPor Constantino García tender otra obviedad: que la democracia es, precisamente, el gobierno de la mayoría. A pesar de tal evidencia, los inspirados autoUÉ decir de la Universidad, res del texto —que son una minoría— insisaquí y ahora. Ni siquiera los ten en la siguiente apreciación: «Democracampeones de las ideas nuevas cia no quiere decir dominio de la mayoría, —aquellos individuos que ansino respeto a las minorías». Si la democradaban transportados por las cia es una de las más importantes conquistas luchas políticas de los años 60 del mundo contemporáneo lo es precisay 70— tienen mucho que predicar. mente porque gracias a ella ya no se acaba Por lo visto, feliz o infelizmente, la realicon los que pierden en los enfrentamientos dad social es muy tozuda y tiende a poner políticos, en esto consiste el derecho de las las cosas en su sitio. Será eso mismo lo que minorías: en que pueden ir a la confrontaproduce tanto malestar entre nuestros más ción sin ser objeto de posteriores persecunotables idealistas. Hace poco más de un ciones. El derecho de las minorías no es el mes, a todos se nos ha hecho notar —desde de participar en el gobierno, sino el de poel periódico mas eminente— su rechazo por na de las cosas más der esperar —sin mayores sobresaltos— a la Universidad actual: cien profesores demejor ocasión. sorprendentes del Manifiesto nunciaban ta «crisis profunda» de la Universidad (El País, 29 de enero de 1991). Dicha de los Cien es la oferta con la Otra cosa es que las maneras de las macenturia, con una reforma pendiente, se hayorías sean menos estimulantes, más acoque comienza el escrito: una llaba desmoralizada en este medio universimodaticias o estúpidas, y que quienes las declaración dirigida «a los tario chato y sin relieve. Tal como si encongobiernan sean arribistas sin demasiados esdirectamente implicados en la traran a faltar los tráficos heroicos con las crúpulos o individuos ambiciosos cuya cademocratización de la dictaduras, el oscurantismo y otras hermoracterística más relevante sea ta zafiedad. sas ocasiones de sobresalto. Universidad». Cómo es posible Estas denuncias de torpeza son una consEstos amigos me parecen de la misma tante en la literatura política antidemocrátique haya quien crea en la cepa que aquellos viejos intelectuales engolca, desde el Pseudojenofonte, de manera democratización de la fados en el problema de España. Una raza que el dichoso asunto no parece tener un Universidad y —lo que da más a la que «le duele España» y que suele enremedio fácil. Por otra parte, la tesis de ias risa— en que existe alguien carnar en dos tipos de energúmeno: el que «minorías egregias» ya sabemos a dónde está en que somos los mejores y los demás con esta competencia expresa condujo, en los años 20, a los moralistas nos tienen envidia, o el que piensa que no más ásperos y exigentes. Está uno por aceptenemos arreglo. Tal que los centuriones tar como buena la conocida presunción de que nos han explicado cómo debe ser la que cierta dosis de corrupción y miseria mo«verdadera universidad». ral le sienta bien a la vida pública: es como ese engrudo que se aplica a los ejes de las máquinas, para engrasarlos, con unos exceDemocracia lentes resultados. Una de las cosas más sorprendentes del Competitividad Manifiesto de los Cien es la oferta con la que comienza el escrito: una declaración dirigida «a los directamente implicados en la También se denuncia en estas páginas la democratización de la Universidad». Cómo existencia de una competitividad, introducies posible que haya quien crea en la demoda por la LRU, que establece unas relaciocratización de la Universidad y —lo que da nes de guerra en las que juegan un destacamás risa— en que existe alguien con esta do papel las «autoridades naturales» —para competencia expresa. seguir en la jerga castrense— y los numeroLa Universidad ofrece un servicio público sos clanes. Estas relaciones hobbesianas son que presta el Estado, es parte de la Admiparticularmente visibles en ¡a conducta de nistración Pública y, por lo tanto, está conlos candidatos a cualquier promoción en la fiada a los funcionarios. No debería extencarrera académica. Hay aquí un importante asunto a destacar: se trata de una concep«políticas». Después de esta última apreciaversitario: la filosofía, la literatura, la filoloción russoniana de la existencia que carece ción ya no cabe la menor duda: hay que adgía, las bellas artes y todas las otras dedicadel más mínimo fundamento. Más bien hamitir que los planes de estudio están obsoleciones tenidas por rancias, para dar paso a bría que recordar que —contra So que pientos. la contabilidad, el marketing, la informátisan ios redactores del Manifiesto—la socieca. la publicidad y otras «manualidades». dad es fundamentalmente conflictiva y que La condición académica debe mucho a la la bronca es una actividad normal de tos gente de Iglesia y la sombra de los eclesiásModernización hombres y no una enfermedad de la que ticos puede percibirse con una claridad eshaya que curarles. Si compartiéramos ¡as candalosa en estos amigos nuestros. En la concepciones de estos ahijados de Rousseau Universidad todavía permanecen los vocatambién lo están porque no responden a daríamos por bueno que —salvo en el peblos de los clérigos, sus maneras, incluso la las exigencias de la modernización. El caso ríodo de la armonía original y en el estadio ropa solemne y los atributos que se lucen es que la modernización —por la que claprometido de ia reconciliación— ios homen los actos académicos. Esos iluminados man nuestros amigos— no es algo tan excibres nunca se hallan en el estado normal. pretenden que en la sociedad democrática tante como pudiera pensarse. ProbablemenOtro bloque de afirmaciones hace refe—o sea, en ésta, porque no hay otra— no te la voz modernización admite bien, como rencia a cuestiones que tienen que ver con existe ninguna grandeza. Desde luego, no sinónimos más próximos, los siguientes: la ciencia. En el Manifiesto se dice que «se caben ni los héroes ni los santos ni otros rendimiento, utilidad, eficacia, aprovechapercibe una tendencia a ta fragmentación de seres extraordinarios: que, como los cien miento, rentabilidad y otros aún más ruines. las disciplinas y se ven promocionadas unas «abajofirmantes». no son de este mundo. Por esto, frente al despilfarro de recursos o materias troncales que son casi siempre la la falta de adecuación de la Universidad a La democracia, al mostrar a los hombres expresión de relaciones de fuerza». Es verlas necesidades actuales, se solicita la racioy tas situaciones, con todas sus bajezas, acadad, es tal cual. Los planes de estudio tiennalización y la modernización de la Univerba por parecerles un proyecto obsceno y reden a ¡a fragmentación porque todo el munsidad. pugnante. Supongo que es esto mismo lo do quiere ser catedrático y actualmente no que lleva a nuestros queridos «abajofirmanNo nos engañemos, las demandas sociales hay materias para todos. Esto es lo íjue tes» a rechazar este mundo como algo insoson muy ratoneras y escandalosamente obíiga a la incesante división o a la creación portablejj pragmáticas. Si buscáramos satisfacer estas de asignaturas artificiales a las que con toda demandas tendríamos que abandonar las Constantino García es profesor titular de Historia Conpropiedad podríamos calificar de disciplinas dedicaciones que dan grandeza al oficio unitemporánea de ta Universidad Complutense ALUMNOS MATRICULADOS EN EDUCACIÓN UNIVERSITARIA POR CURSO ACADÉMICO 194041 197071 198667 196061 196566 198081 196586 166364 192021 193031 195051 197576 198768 196889 198990 0 38,947 37.286 76.458 127.704 216,552 538.142 854.1B9 902.380 20.388 54.605 649.098 966.007 1.027,018 1.067.874 8.305 (1) Avance del Anuario Estadístico. FUENTE: Ministerio de Educación y Ciencia. Instituto Nacional de Estadística