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Las ciencias y las creencias

Roberto Saumells

De cómo se mira el proceso de formación del saber matemático desde los tiempos griegos hasta hoy y habremos de reconocer que este largo tránsito contiene un solo momento que es gigantescamente superior a todo lo que le precede.

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Roberto Saumells, “Las ciencias y las creencias,” accessed November 22, 2024, http://repositorio.fundacionunir.net/items/show/2128.

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Las ciencias y las creencias

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Ensayos

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De cómo se mira el proceso de formación del saber matemático desde los tiempos griegos hasta hoy y habremos de reconocer que este largo tránsito contiene un solo momento que es gigantescamente superior a todo lo que le precede.

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Roberto Saumells

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Nueva Revista 014 de Política, Cultura y Arte, ISSN: 1130-0426

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Difusiones y Promociones Editoriales, S.L.

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US CIENCIAS Y LAS CREENCIAS Por Roberto Saumells NTRE las muchas cosas que dijo un bióresultante. He aquí una forma personal de logo alemán casi contemporáneo, Ernesaprehender una forma particular del tránsito desde _ to Haeckel (murió en 1919), hay una afirla filogenia a la ontogenia: en el largo ensayo pueEmación que le ha hecho célebre: la ontogenia, es den escucharse las atinadísimas observaciones decir, el desarrollo de cada individuo desde una de Bruno Walters, las reiteradas correcciones, las originaria célula hasta su culminación en un orgarepeticiones, los retrocesos, es decir, las fases del nismo acabado, es una recapitulación de la filogetrabajoso, duradero e interesantísimo aprendizaje nia, es decir, del proceso de milenios y milenios por parte de una orquesta que opone sus resistende la evolución tal como es explicada por Darwin. cías al inspirado propósito de la obra. He aqui la Pongámoslo en el caso que más de cerca nos filogenia, el largo proceso evolutivo. Al final, en la afecta: el organismo de cada uno de nosotros ducuarta cara a parece la sinfonía liberada de todas rante el tiempo de gestación en el seno materno, estas vacilaciones, espontánea, fluida como una ha ido rápidamente recorriendo más o menos retransparente cascada: la ontogenia. sumidamente, uno tras otro, toda la escala de seLa intima experiencia personal de cada uno reSI »e mira el proceso de res vivientes que la Teoría de la Evolución descrigistra multitud de trances que obedecen a análobe como extendida sobre tiempos cósmicos. formación del saber magos esquemas por variados y diversos que sean ¿Por qué ocurrirá que una tesis tan audaz como temático de»de lo» los objetivos a alcanzar. Es muy importante el sepoco o nada argumentada se nos presente como ñalar que cada una de estas etapas tiene su protiempo» griego» hasta algo tan verosímil? ¿Qué ocultas resonancias la pio interés; demanda la aportación de aptitudes hoy, habremos de recoacompañan que seducen nuestro asentimiento? adecuadas. Es más, cada etapa tiene un propio y Desde luego que a nadie se le ocurriría argumenautónomo estatuto, una sustantiva independencia, nocer que este largo tar el proceso de la propia gestación mediante los una manera propia de ser comprendida. tránsito contiene un sorecursos teóricos del darwinismo como la acumuQuizá podría resultar de algún interés el translo momento que e» gilación de pequeñas variaciones somáticas, la luponer estas breves observaciones sobre los mocha por la supervivencia de los más aptos, etc. dos de evolución de la ciencia para así intentar gantescamente supeMirada desde este punto de vista, la afirmación comprender en qué puede consistir el espíritu que rior a todo lo que le prede Haeckel sobre la generación del individuo vivo anima algunas de sus más importantes etapas, esparece una tesis descabellada. Nuestra momentácede y gigantescamenpecialmente en la ciencia contemporánea. nea y casi instintiva aceptación —sea o no sea te superior a todo lo que ésta cientificamente fundada— viene a corroborar le sigue una experiencia personal más íntima, más profun| Cálculo Infinitesimal da: la propia vida del espíritu se escinde también en dos etapas: la una es de un esforzado y largo Conviene comenzar por una doble y quizá no aprendizaje, y la otra, de una posesión luminosa, suficientemente atendida afirmación referida a la ágil y placentera del resultado mismo de este Matemática. Si se mira el proceso de formación aprendizaje. Hay una grabación de una sinfonia de del saber matemático desde los tiempos gnegos Mozart contenida en dos discos y dirigida por Bruhasta hoy, habremos de reconocer que este largo no Walter al frente de una orquesta deliberadatránsito contiene un solo momento que es giganmente mediocre; las tres caras de los discos registescamente superior a todo lo que le precede y tran los ensayos y la cuarta cara ofrece la audición gigantescamente superior a todo lo que le sigue. Se trata de la aparición en el siglo XVII del Cálculo Infinitesimal. Nada tan renovador, tan eficaz, tan audaz, de tan colosal y progresivo alcance en el seno de la producción cientifica. Todo lo que se hizo antes, todo lo que se ha hecho después sobre este terreno de la ciencia matemática, son monumentos más o menos elevados, dominados por la altísima e imponente Acrópolis del Cálculo mencionado. Hemos señalado primeramente el carácter excepcional de este momento de la creación cientifica. Ahora bien, si el lector quiere percatarse de otro aspecto de la originalidad de este momento en la historia de la ciencia, ha de comenzar por representarse uno de estos Castillos de Hadas que se sostienen flotando en el espacio. Algo así fue y siguió siendo durante más de un siglo el Cálculo Infinitesimal: un grandísimo edificio sin base, y que. carente de cimientos, se iba. sin embargo, ampliando con nuevas y espaciosas estructuras. En efecto, la sacudida causada por el estallido de la nueva Idea Grande hizo tambalear las exigencias tradicionales de la razón. Asi. el obispo y filósofo Jorge Berkeley venía a decir por su parte: «Estas gentes que no creen en Dios, cuya existencia puede probarse, creen, en cambio, en este nuevo cálculo cuya existencia es un absurdo». Esto decían los detractores. El marqués de ¡Hospital, que defendía dicho cálculo y que ha dejado su nombre en un digno rinconcito de la Matemática, encarecia a sus alumnos con estas palabras: «¡Practiquen, practiquen este cálculo; la fe les irá cuestión deriva? La forma más superficial del rigor Godofredo Guillermo. viniendo!». Las liturgias de esta nueva fe cientifica científico contemporáneo sentenciaría: «Es que Barón de Leomiz exigían ciertamente extraños sacrificios a la razón. empezaron la casa por el tejado». La fórmula de Pero, sin embargo, la cosa iba funcionando, la este tipo de menosprecio, tan usual en nuestro cosa iba creciendo, la cosa se iba diversificando tiempo, es casi siempre, cuando se aplica a cualcon siempre renovada fecundidad. quier empresa, una injusta y esterilizante condenación. Las casas de la razón minuciosamente lógica Asi pues, una primera y quizá sorprendente a la que son muy adictos algunos profesores conconclusión: una de las más grandes creaciones temporáneos, resultan casas tan bajitas que hay del espíritu científico se desarrolló durante más de que agacharse para entrar. un siglo mediante la fuerza de un conjunto de actividades intelectuales que. en ultima instancia, La verdadera moraleja la suministra cualquier descansaban sobre convicciones más que sobre buena historia de la Matemática. Pero conviene razones. aqui proceder con cuidado al valorar la obra de El mérito original de esta legión de hombres de los grandes matemáticos de verdadero genio a lo matemáticas de los siglos XVIJ y XVIII reside en esta largo del siglo pasado: Gauss, Cauchy, Weiersfidelidad al desarrollo de una inspiración nueva, trass, Abel, Dirichlet, etc. Se trata de matemáticos aunque esta fidelidad comportara la renuncia a la creadores de ideas propias que en conjunto llevatierra firme de las razones últimas. ron el Análisis Matemático a una altura estelar. Pero al hablar de esta época se dice, además —y esto es lo que aquí interesa—, que tales matemá| Moraleja ticos, en especial Cauchy y Weierstrass, asentaron la ciencia matemática de los siglos precedentes Éste fue durante toda una época el estado de la sobre bases firmes y sólidas. m cuestión. Pero, ¿cuál es la moraleja que de esta tadas por un Designio Inteligente, y, tercera, si la Es aquí donde ciertas estrechas ortodoxias del Naturaleza está bajo la acción de causas naturales espíritu contemporáneo inducen a un decisivo y debidas desde el principio a leyes fortuitas, sin esencial error en la general valoración de la creacontener ideas de designio, ni siquiera en su orición científica. Porque una manera muy actual de gen». interpretar esta afirmación y consolidación del análisis matemático del siglo xix consiste en esto: Mírese desde cualquier punto de vista, la Teoría •Salvemos a Newton y a Leíbniz (de palabra}. Los de la Evolución responde al tercero de estos tres matemáticos que les sucedieron fueron una legión planteamientos y constituye el acontecimiento cade obreros cuyos nombres figuran en humildes pital y definitivo de toda la Biologia. Todo lo antemármoles del cementerio de la historia. Estos arterior y todo lo posterior queda abrazado dentro de sanos construyeron como pudieron y con los masu horizonte. La Biología contiene como la Mateteriales más a mano, todo un poblado de barracomática una consecución crucial. Pero obsérvese nes llenos de goteras y grietas hasta que, ¡por fin!, ahora que el presupuesto que va a movilizar todos en el siglo XK, los matemáticos de genio, en poselos hallazgos que quedan bajo su advocación resión de una maquinaria racional adecuada y venisulta de la eliminación de la componente de dos de no se sabe dónde, desmantelaron este creencia en una causa creadora —en un designio campamento, y sobre el terreno bien barrido diseinteligente, como dice Osborn— que onentaba la ñaron el Análisis, que es lo único que hoy se estubiologia anterior. dia en la más completa ignorancia respecto de la Así comienza el Sistema de la Naturaleza de ciase de labor que llevaron a cabo los antiguos La biología creadoniita Linneo: «O Jehova! Quam ampia sunt opera tua! pobladores del territorio y de los recursos que emQuam sapienter fecisti! Quam plena est terra poscomporta una manara plearon». sesione tua!». de mirar, da observar, Después de Darwin, también aquí generaciones Alguien podría leer estas cortas páginas como de biólogos se aplican a orientar sus nuevos méde comparar que, por siendo una bienpensante exhortación a! estudio todos a la fundamentadón de la evolutiva formade la Historia de la Ciencia para así poder comejercetie al margen de ción de las especies. También aquí tropezará con prender mejor sus manifestaciones actuales. toda presuposición teódificultades ingentes la sumisión a los principios ¡Error! No es esto lo que aquí se pretende. Lo que darwínianos. Aquí se tratará, sin embargo, de una se intenta sugerir es la conveniencia de legitimar rica, se lleva a cabo con fidelidad de carácter opuesto a la que orientó la de modo particular la Matemática de los siglos xvii una libertad, con una matemática. Ahora es la primacía del fundamento y XVM como creencia en pie de igualdad al lado de sagacidad que la conteórico la que dirige la investigación. Habrá que la Matemática del sigío XK como fundamentadón demostrar que lo que ha ocurrido ha ocurrido sey, en general, sugerir la ampliación de las actituducen a conclusiones al gún exigen los principios de la racionalidad teórides del espíritu científico al exterior de todo un margen y a veces por ca, y esta demostración a veces triunfante será conjunto de limitaciones que lo tienen envarado y también a veces penosa y poco convincente. Pero rígido y le impiden no sólo hallar soluciones sino encima de todos los prela práctica de la metodología evolucionista será que le obstruyen la visión de problemas de la másupuestos qne el evoluuna progresiva y esforzada imposición de los prinxima importancia. cionismo impone cipios teóricos a los resultados de una observación a veces extremadamente refractaria. Para poTeoría de la Evolución ner un ejemplo a este respecto, resulta de sumo interés la lectura de los trabajos de Richard GoldsSirva lo dicho hasta aquí como una preparación chmidt (La base material de la evolución) en torno para ofrecer ahora una base de comprensión de al circunstanciado estudio de la Lymantria dispar, la Biología cuyo moderno desarrollo se presenta este lepidóptero (que en tierras extremeñas llaman como una contrapartida de lo más arriba expues«la lagarta») y que el gran biólogo alemán ha estuto. diado recorriendo la Sibéria. Estudios que han esEl título de la obra de Osborn suministra aquí la tablecido contacto entre Evolución y Genética. clave, Desde los griegos hasta Darwin, donde reTambién aquí resulta quizás oportuno el presume así: «Los griegos dejaron al mundo que les guntar si el evolucionismo ha conducido a la supesiguió frente a frente del problema de la causaliración o a la eliminación de los métodos que dad en tres formas: primera, sí el Designio Inteliacompañan al Creacionismo precedente. Sólo una gente está operando constantemente en la Natuestrechez de ortodoxia podría concluir así. No se raleza; segunda, si la Naturaleza está bajo la actrata solamente de argumentar a favor de una tests ción de causas naturales, originariamente implanfilosófica como La evolución creadora de Bergson, tesis por sí sola de gran peso. Ha de haber, ha de subsistir una orientación estrictamente científica respecto de los seres vivos ejercida desde el horizonte creacíonista, orientación que llevó la Taxonomía a un grado de perfección en muchos aspectos insuperado. La biología creacíonista comporta una manera de mirar, de observar, de comparar que, por ejercerse al margen de toda presuposición teórica, se lleva a cabo con una libertad, con una sagacidad que la conducen a conclusiones al margen y a veces por encima de todos los presupuestos que el evolucionismo impone. Obsérvese a título de conclusión que a lo largo de toda la historia de la Ciencia jamás se ha dado un caso de predominio tan espectacular de las más multiformes creencias como el que informa de arriba abajo los conceptos fundamentales de la Biología contemporánea. Es el propio Jacques Monod quien, en su conocido iibro El azar y la necesidad, recoge esta observación de François Mauriac, quien, después de haber escuchado sus conferencias sobre Biología, le viene a decir: «Las creencias que tenemos nosotros como cristianos son mucho más sencillas que lo que creen ustedes como biólogos»». En tiempos ya pasados decia Leibnlz que la física de Descartes era como una novela, quizás algo escandalizado por la ingente variedad de pequeñas y medianas bolitas, limaduras, agujeros, torbellinos, etc., que figuran como actores en las explicaciones de la física cartesiana. En la Biología contemporánea, esta proliferación de recursos explicativos ha llegado a desbordar todo limite previsible. Hemos de creer —un ejemplo entre mil— en un ácido nucleico llamado «mensajero», y que, Oarwm visto por Tullio Pencoli ciertamente como tal, penetra en el núcleo de su cias religiosas como las de François Mauriac. Se célula, se hace allí con un mensaje, sale del nútrataría de discurrir por una difícil vía de simplificacleo, se va donde el ribosoma, le comunica el ción de las creencias propias. mensaje, que este ribosoma lee e interpreta. Al Hay, sin embargo, entre los dos Premios Nobel lado de este actor, el ángel que pinta Fra AngéliMauriac y Monod, uno literato y otro biólogo, una co.., «Plena gratia, Dominis tecum...», representa muy significativa coincidencia: para ambos es la una humilde simplificación de este arcángel bioVida, junto con el Camino y la Verdad, el norte de químico instalado en el seno de la ciencia. su vocación. Porque hay que reconocer que así La Biología actual descansa sobre un credo que como la luz no es el objeto del pintor sino que es hace palidecer las creencias conjuntas de todas aquello que hace posible que el pintor pinte, análas religiones, pero, a ejemplo del Cálculo, la Biologamente la vida no es el objeto de la Biología, logía funciona, se desarrolla, multiplica sus objetisino también aquello que hace posible que el vos sin referirse ni invocar ni depender de un funhombre sea biólogo. V esto quizás se ve mejor damento preestablecido, movilizando así formas ahora, a la venida de la Primavera, cuyo estallido de la vocación científica que en épocas no muy de vida tanto el biólogo como el poeta reconocen lejanas no habrían tenido más destino que el de que «nadie sabe cómo ha sido».! consagrarse a la más audaz fantasia narrativa. No es de extrañar, pues, que el biólogo Monod Roberto SaumelLs es catedrático de Filosofía de la Naturaleza de la Universidad Complutense. halle dificultades serias a la aceptación de creen