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Ensayos sobre nuestro futuro

Alberto M. Arruti

Acerca del libro "¿Es necesaria la ciencia?" escrito por Max F. Perutz.

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Alberto M. Arruti, “Ensayos sobre nuestro futuro,” accessed April 25, 2024, http://repositorio.fundacionunir.net/items/show/2098.

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Ensayos sobre nuestro futuro

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Libros

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Acerca del libro "¿Es necesaria la ciencia?" escrito por Max F. Perutz.

Creator

Alberto M. Arruti

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Nueva Revista 013 de Política, Cultura y Arte, ISSN: 1130-0426

Publisher

Difusiones y Promociones Editoriales, S.L.

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Nueva Revista de Política, Cultura y Arte, All rights reserved

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las operaciones bursátiles, al mismo tiempo que se burla de los «expertos» y apunta críticas LA NOVELA DE a las instituciones y leyes encargadas de regular su funcionamiento. El estilo empleado por el autor y lo complicado de una UN ECONOMISTA trama que sólo captarán los entendidos convierte su novela en un episodio reservado para un Por María Pitar de Cecilia público de élite, capaz de comprender las sutilezas intelectuales de Galbraith y los mecanisTítulo: «El profesor de Harmos que mueven los mercados vard^ de valores bursátiles. El propóAutor: John Kenneth Galbraith. sito irónico del autor se cumple a través de este relato, en el que Editorial: SeixBarral, Barcelodesarrolla una tesis propia de na 1991, 193 páginas. cualquiera de sus ensayos, recuPrecio: 1.200 pesetas. bierta del lenguaje literario, que Título: «¿Es necesaria la cienle da una mayor facilidad de dicia?». fusión entre los aficionados al Autor: Max F, Perutz. URANTE muchos años, género novelístico. las teorías económicas de Editorial: EspasaCalpe, Madrid John Kenneth Galbraith, Da ta impresión de que GalD1990, 318 páginas. favorables a la intervención del braith se ha divertido escribienPrecio: 2.500 pesetas. Estado en la economía privada, do su obra, dejando en ella siguiendo la estela del británico constancia de cierto sentido del John Maynard Keynes, disfrutahumor capaz de suavizar el pesiliteraria, aunque justo es recobro. Se trata de una serie de enron de gran popularidad en lodo mismo predominante en otros nocer que el veterano profesor sayos, agrupados en cuatro el mundo, y no sólo entre los exutiliza con dignidad los recursos estudios de teoría económica grandes epígrafes: «¿Es necesapertos en la materia, ya que fuelingüísticos propios de una perria la ciencia?», que da título ai publicados con anterioridad. I ron aceptadas por amplios secsona que, a lo largo de su vida, libro; «La ciencia en la guerra», tores de las sociedades occidenha escrito gran número de estu«Grandes científicos» y «Sobre María Pitar de Cerilla es licenciada en tales. dios, ensayos y artículos en rela ciencia». En «Grandes cientíFilología Románica y asesora literaria. vistas especializadas. ficos» se hacen unos retratos huPero la economía intervenciomanos de cuatro importantes Nos cuenta el autor los brinista, en mayor o menor grado, científicos: Fleming, Rutherllantes resultados obtenidos por según los países y circunstanford, Planck y Weizmann. un profesor de ta Universidad cias, trajo consecuencias muy ENSAYOS de Harvard, que decide simultanegativas para garantizar el creParticularmente sugerente es near la actividad docente con su cimiento económico exigido por el ensayo «La Influencia humaparticipación en el negocio burlas naciones más desarrolladas. nizadora de la ciencia». Se trata SOBRE sátil, aplicando un sistema de su A John K. Galbraith le sustitude explorar hasta qué punto invención, que practica auxiliayeron nuevas figuras de econonuestra sociedad podría prescinNUESTRO do por un ordenador capaz de mistas liberales, defensores de dir de los conocimientos científirelacionar los datos que le sumila economía privada y partidacos. Evidentemente, éstos conFUTURO nistra. rios de reducir la intervención llevan una contrapartida, que del Estado al mínimo indispenpuede resultar, en ocasiones, esLa clave fundamental del mésable. pantosamente cara. Pero la restodo es canalizar la actividad Por Alberto M. Arruti puesta es clara y tajante. Sin la bursátil en el sentido contrario Naturalmente, Galbraith — ciencia, nuestra sociedad no poa las tendencias a la baja o alza, que pasa ya de los ochenta dría mantener un nivel de vida con lo cual el inteligente profeL autor, Max F. Perutz, años— no ha renunciado a sus aceptable. Y el autor cita el caso sor consigue amasar una consinacido en Viena, doctoraideas anteriores y se muestra de la Revolución Cultural en derable fortuna. Logra John K. do en Cambridge, ha dedicontrario al liberalismo econóChina. «Los científicos eran enGalbraith describir con detalle cado su vida a la investigación mico representado por las esganchados al arado; los instituel complejo funcionamiento de) científica en los campos de la pectaculares logros de la política tos de investigación eran cerrasistema de Bolsa americano, sebiología molecular y de la mediimplantada por el expresidente dos o se paralizaba su trabajo ñalando los fallos desde unos cina, Pero también ha reflexioRonald Reagan, por interminables discusiones planteamientos contrarios a la nado en una serie de campos, Galbraith ha buscado en esta sobre sus objetivos políticos». economía capitalista entendida que no son susceptibles de una ocasión la sátira irónica en un El resultado no fue, en modo alen sentido liberal. comprobación experimental en relato novelado en el que el fonguno, la vuelta, como predicó el laboratorio. Y, fruto de esas El protagonista demuestra el do puramente económico priva Rousseau, a una sociedad primireflexiones, ha surgido este licomportamiento irracional de sobre cualquier otra pretensión planeadas y organizadas durante tiva pero feliz. Este roussoniaderoso de Europa». Más tarde ¡a época nazi, por unas tresciennismo de café o de pub, al que había de serlo también a! otro tas personas en el Instituto de tan aficionados son ahora mulado del Atlántico, pues ta lucha Neurología del Hospital Charite chos ecologistas, se mostró imde Jefferson por la libertad políen Berlín, el autor concluye, siposible y llevó al país al borde tica en América fue acompañaguiendo a Popper, que la ciencia del colapso económico, «porque da por los argumentos de Adam puede hacer, por lo menos, una los problemas que plantea tener Smith a favor de la libertad comodesta contribución, en el sena la gente alimentada, vestida y mercial, resumida en su critica tido de disminuir las tensiones con una salud razonable, y de —entonces verdaderamente repolíticas, si sabe orientar a la proteger a) país de una invasión volucionaria— dei mercantilisgente hacia una aptitud científiextranjera, no pueden resolvermo, que es tanto como decir del ca en los problemas políticos. se sin la ciencia». Evidentemenproteccionismo contrario al cote, nos encontramos muy lejos mercio libre y competitivo. En En definitiva, un libro lleno de aquellos ingenuos progresisun siglo, el XVIII, en el que el de experiencias vitales, de conotas del siglo XIX, que pensaban comercio, ias actividades de cimientos personales, de vida, que la ciencia era capaz de traer compraventa y el préstamo de escrito por un hombre que se la felicidad a la humanidad. Esta dinero eran revestidas con el define como un biólogo molecupostura carece por completo de prejuicio de lo pecaminoso, lar, «que ha pasado su vida buspasado —bícentenario de la sentido. La felicidad constituye Smilh afirmó por vez primera cando qué aspecto tienen y muerte de Adam Smith (1723un problema personal. Jamás que la persecución del interés cómo funcionan las grandes mo1790)— confirman lo acertado puede ser consecuencia de una personal no es intrínsecamente léculas, que son los caballos de de los estudios de este escocés teoría científica. La ciencia solamala, ya que frecuentemente el carga de la célula viva». • universal que acuñó un concepmente puede aportar un nivel de individuo promueve de manera to tan lúcido como el de «Gran vida razonablemente confortainconsciente los intereses de, ciSociedad», retomado siglos desAlberto M. Airutl es físico y periodista. ble. Y esto no es poco. Es cierto tando la Teoría de los sentimienpués por el pensador liberal que la ciencia encierra también tos morales, ese «gran tablero de Kari Popper con los términos de muchos peligros y no pocas trala sociedad humana» en el que «Sociedad abierta». Sin duda, gedias. Como ejemplo, basta ci«cada pieza posee su propio imlas aparentemente inconmovitar Chernobil. Posiblemente, pulso». bles estructuras del poder sociauno de los temas cruciales de lista en ¡os países del Este se Quizá en la defensa smithiana nuestro tiempo sea el de saber han quebrado, entre otras razodel libre comercio influyera e! hacer un uso ético y razonable nes, por el ansia de libertad de hecho de que su pueblo natal, de los conocimientos científicos. sus sociedades, que se querían KirckaJdy —a pocos kilómetros abiertas y no totalitariamente Muy interesantes son los páa! norte de Edinburgo—, debía cerradas —y encerradas— en rrafos que el autor dedica a la en parte su prosperidad como una doctrina que, albergando creatividad. Nos encontramos puerto marítimo al desarrollo preciosas aspiraciones utópicas, aquí ante un fenómeno tan difídel comercio. «Marineros, midisminuía en todos los órdenes cil que nadie es capaz de descrineros. fabricantes de clavos, las posibilidades del ser humabir con alguna precisión. En esta contrabandistas —todos ellos no. línea Popper ha escrito «que no fueron conocidos por Smith en existe, en absoluto, un método su infancia, y todos habrían de Recuperar e incluso rehabililógico de tener nuevas ideas, ni figurar en La riqueza de las natar frente a los tópicos la figura una reconstrucción lógica de ciones». asegura West. El autor de Smith en sus justos términos Título: «Adam Smith. El homeste proceso. Puede expresarse se detiene también en los estu(y esto significa recordarle como bre y sus obras». mi parecer diciendo que todo dios de Adam Smith en Glasgow autor de la Teoría de los sentiAutor: Edwin G. West. descubrimiento contiene un y Oxford, no en vano en la primientos morales y no sólo de la elemento irracional o una inmera universidad había de reciInvestigación sobre la NaturaleEditorial: Unión Editorial, Matuición creadora en el sentido bir la poderosa influencia de za y Causas de ta Riqueza de las drid, 236 páginas. de Bergsor». Pero el trabajo paFrancís Hutcheson, profesor de Naciones) representa, pues, una Precio: 1.900 pesetas. rece estar siempre presente en el Filosofía Moral. En Oxford enfeliz empresa. La biografía de acto de la creación y, además, contró, sin embargo, «un lugar Edwin G. West, profesor de la la imaginación, que ocupa el pride estancamiento intelectual», Carleton University of Otawa, mer lugar tanto en la creación de tal modo le defraudó que dese encuadra en esa tarea de jusUNQUE la figura del auartística como en la científica. cidió abandonar su universidad ticia intelectual. tor de La riqueza de las antes de que concluyera su beca En el ensayo «ciencia y polítinaciones haya sido distorLa influencia de Smith fue en en la misma. Pasados algunos ca». Perutz se pregunta sobre si sionada por buena parte de la su época muy amplia, tanto que años, volvería a Glasgow al ser la ciencia puede hacer algo para historiografía marxista presenveinte años después de su muerelegido profesor de Lógica en disminuir las tensiones, nacionatándole como el insensible pate un estudiante alemán, Aledicho centro académico. les o internacionales. En líneas dre teórico de la explotación caxander von der Marwitz, escrigenerales, y después de relatar pitalista decimonónica, algunos bía a un amigo acerca del pensaEntre otras, la biografía de E, una serie de hechos, algunos esde los históricos hechos que tudor británico: «Después de NaG. West tiene la virtud de hacer peluznantes, como las matanzas vieron lugar a lo largo de! año poleón, es el monarca más pohincapié en la condición de filó