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El Papa y la guerra

Ignacio Aréchaga

De cómo uno de los temores del Papa es que el conflicto pudiera ser interpretado como una guerra de religión entre Islam y Cristianismo.

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Ignacio Aréchaga, “El Papa y la guerra,” accessed November 22, 2024, http://repositorio.fundacionunir.net/items/show/2087.

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Title

El Papa y la guerra

Subject

Panorama

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De cómo uno de los temores del Papa es que el conflicto pudiera ser interpretado como una guerra de religión entre Islam y Cristianismo.

Creator

Ignacio Aréchaga

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Nueva Revista 013 de Política, Cultura y Arte, ISSN: 1130-0426

Publisher

Difusiones y Promociones Editoriales, S.L.

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Nueva Revista de Política, Cultura y Arte, All rights reserved

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es

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AY dos modos de trivializar las intervenciones de Juan Pablo II a propósito de la guerra del Golfo. Uno es ver sus llamadas a favor de la paz como el simple cumplimiento de un deber de oficio: así como un general debe arengar a sus tropas, lo que se espera de un Papa es que predique la paz. El otro es identificar su rechazo de la guerra con un aval a] pacifismo a cualquier precio: de este modo, algunos han visto su actitud como una postura unilateral, incluso antiamericana, en la que coincidía con algunos sectores izquierdistas. Para despejar estos equívocos hay que tener en cuenta los principios que han inspirado la actividad del Vaticano ante el conflicto. Desde el primer momento, Juan Pablo II afirmó que la solución exigía la retirada iraquí de Kuwait. Calificó la invasión de «violación brutal de la ley internacional». Y mantuvo que cuando un país quebranta de este modo el derecho «es toda la coexistencia entre las nacioTras el alto el fuego, quedan nes la que se cuestiona». Lejos dos países destrozados. En la de contemplar este hecho con coalición internacional se respiresignación, reconoció que la ra satisfacción por haber ganado El Papa y la guerra comunidad internacional no pola guerra con un mínimo de bajas en sus filas. Pero, a no ser día eludir «el imperioso deber Por Ignacio Aréchaga que uno considere que la vida de preservar el derecho internade un occidental vale más que la cional». diálogo y la negociación debían de un árabe, no puede ver ias prevalecer sobre el recurso a las ¿Era lícito utilizar las armas decenas de miles de iraquíes armas. para expulsar a Sadam de Kumuertos —el balance es aún deswait? Juan Pablo H no ha riegaPues, en un momento en que conocido— como una mera eslo que preocupaba a ambas pardo el derecho de la alianza intertadística. tes era si podían ganar la guenacional a recurrir a la fuerza. La tozudez y el La tozudez y el aventurerismo rra, Juan Pablo II llamaba la Si los kuwaitíes tienen derecho de Sadam están en el origen del atención sobre las consecuencias a defender su tierra, tampoco se aventurerismo de Sadam conflicto. Pero esto no excusa la que provocaría el conflicto en puede negar el de la comunidad están en el origen del pregunta de si no era posible cualquier caso: devastaciones, internacional a correr en su ayuconflicto. Pero esto no otra estrategia de presiones y víctimas humanas, posible exda. Pero si no ha negado ese deexcusa la pregunta de si negociaciones para defender el tensión del conflicto, mayor enrecho. tampoco lo ha alentado, no era posible otra derecho sin caer en la violencia. frentan! iento entre los pueblos y ha sugerido que debían buísde la región y entre Occidente y estrategia de presiones y carse otros caminos para lograr los árabes. Por eso, en la carta ese fin. El Papa no se ha parado negociaciones para que dirigió a Bush, recordaba a discutir si la guerra era justa o defender el derecho sin Religión que «la guerra no puede solucioinjusta. Lo que ha asociado es caer en la violencia nar adecuadamente los problela justicia y !a paz. «No queremas internacionales». Y adverUno de ios temores del Papa mos la paz a cualquier precio, tía que aunque con ella «pudiera es que el conflicto pudiera ser sino una paz justa», aclaró, solucionarse momentáneamente interpretado como una guerra como para desmarcarse de cualuna situación de injusticia», sus de religión entre islam y cristiaquier postura simplemente «paconsecuencias «podrían ser denismo. De hecho, Sadam se cifista». En esa búsqueda de una vastadoras y trágicas». apresuró a disfrazar su causa solución justa al conflicto, el Frente a esta situación, el Papa ha recordado lá «injusticia» sufrida por el pueblo palestino, «en estado errante desde hace cuarenta años». Y el hecho de que la existencia del Estado de Israel sea «discutida y amenazada». A este respecto, ha lamentado que «demasiado a menudo se haya respondido negativamente a propuestas (...) que hubieran permitido iniciar un proceso de diálogo con vistas a garantizar las justas condiciones de seguridad al Estado de Israel y sus derechos indiscutibles al pueblo palestino». Tampoco se puede cerrar los ojos ante la suerte de! Líbano, que desde 1975 vive «una larga agonía» y está «ocupado por fuerzas no libanesas». En el plano económico, ha señalado que las desigualdades existentes en la región son tan grandes que ponen automáticamente en peligro la paz. Si no se resuelven estas cuestiones de fondo, la paz estará siempre amenazada. La Iglesia no tiene una solución milagrosa que proponer. Pero advierte que el fin de la guerra no trae con íos oropeles de la «guerra flicto bélico. De ahí su deseo de consigo automáticamente la paz. santa», esperando capitalizar en evitar toda ruptura en el siemLa paz sólo puede venir de la resu favor el empuje del fundapre difícil diálogo entre cristiaconciliación. Y ésta depende de mentalismo islámico. Por eso, nismo e islam. la justicia, no de la ley del más una de las preocupaciones prinfuerte. cipales de Juan Pablo [I ha sido Palestinos aclarar que la guerra tenía razoAhora la diplomacia se ha nes políticas, no religiosas. Ha puesto en marcha, para tratar de rechazado el concepto mismo de arreglar lo que se ha postergado Tanto antes como después de «guerra de religión», pues los durante mucho tiempo. La Iglela guerra. Juan Pablo II ha insisvalores «que se derivan de la fe sia católica quiere contribuir a tido en que la búsqueda de una en Dios llaman a la concordia y esta pacificación, como se ha depaz duradera exige también soel diálogo», no al enfrentamienmostrado en la reunión celebralucionar los focos permanentes to. da en Roma en torno a Juan Pade tensión en Oriente Medio. Uno de ios temores del blo II por los patriarcas de las Esto no significa que el Papa Esta clarificación estaba tamPapa es que el conflicto iglesias católicas de Oriente Mejustificase la vinculación interebién motivada por el deseo de pudiera ser interpretado dio y a los presidentes de las sada que hizo Sadam Husein enpreservar el futuro de las minocomo una guerra de conferencias episcopales de los tre la invasión de Kuwait y el rías católicas en la región —un religión entre islam y países de Occidente más impliproblema palestino. Pero no islote de cuatro millones en un cados en la guerra. Con la autocabe duda de que el apoyo que cristianismo. De hecho, océano de población musulmaridad moral que le da el no haha encontrado entre las masas na—. Estas minorías, diezmadas Sadam se apresuró a ber adoptado una postura de árabes se debe también a! resendesde hace tiempo por un éxodo disfrazar su causa con los parte, Juan Pablo II está en las timiento por la inhibición de Ocmasivo, son reconocidas, toleraoropeles de «guerra mejores condiciones para tender cidente ante otras injusticias de das o excluidas de la vida públisanta», esperando puentes entre Oriente y Occila región, como el incumplica, según los casos. Y el Papa dente, entre cristianos y musulmiento por parte de Israel de las capitalizar en su favor el temía que la guerra provocara manes. • resoluciones de la ONU sobre una mayor intolerancia contra empuje del los territorios ocupados. La conestos árabes cristianos, riesgo fundamentalismo islámico vicción de que hay dos pesos y más probable por el auge del dos medidas no favorece el resfundamentalismo islámico y por Ignacio Artchigi es licenciado en Genpeto al derecho internacional. los rencores que suscita un contias Económicas y periodista.