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Chesterton

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“Chesterton,” accessed April 27, 2024, http://repositorio.fundacionunir.net/items/show/1960.

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Title

Chesterton

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Nueva Revista 127 de Política, Cultura y Arte, ISSN: 1130-0426

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Difusiones y Promociones Editoriales, S.L.

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Nueva Revista de Política, Cultura y Arte, All rights reserved

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es

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CHESTERTON ANTE EL DILEMADEJESUCRISTOTomás Baviera PuigINGENIERO TÉCNICO SUPERIOR DE TELECOMUNICACIONESLA IDENTIDAD DE JESUCRISTO HA SIDO UNO DE LOS GRANDESENIGMAS DE LA HISTORIA DE LA HUMANIDAD. LA RESPUESTAA ESTE INTERROGANTE DETERMINA EN BUENA MEDIDA LA ACTITUD ANTE EL HOMBRE Y ANTE EL MUNDO. ACTUALMENTEEL RELATIVISMO TIENDE A HACER EQUIPARABLES ENTRE SÍTODAS LAS RELIGIONES. CHESTERTON SALIÓ AL PASO DE ESTEPRESUPUESTO EN LAS PÁGINAS DE EL HOMBRE ETERNO (1925)Y OFRECIÓ UNA RESPUESTA CONSISTENTE Y RAZONABLE APOYADA EN LA EXPERIENCIA COMÚN.«Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?». Esta fue la pregunta que hizo Jesús de Nazaret al grupo de sus discípulos más cercanos. Ellos habían vivido un buen número deexperiencias junto a él. El interrogante planteado buscabaimplicar a los interlocutores. En realidad, se trataba másbien de un dilema, puesto que la respuesta que se diera nodejaría indiferente a quien respondiera.Chesterton ofreció una respuesta a este dilema en laspáginas de El hombre eterno. Publicó este libro en 1925, a los tres años de ser recibido en la Iglesia católica. Fuenueva revista· 12793tomás baviera puiguna réplica a la visión racionalista de la Historia que Wellsestaba difundiendo con Esquema de la Historia.Para Wells, Jesucristo era un maestro galileo de unagran personalidad, que había predicado una doctrina deamor fraterno y universal, y que había sido juzgado y condenado a muerte. Ni los milagros ni la resurrección tenían,para Wells, un valor histórico: habían sido añadidos a lostextos que compusieron sus seguidores.La explicación de Wells no difiere mucho de las respuestas al dilema de Jesucristo que podríamos encontrarhoy en día. De ahí que la réplica de Chesterton a esteplanteamiento continúa teniendo plena vigencia.Dicha actualidad fue puesta manifiesto ya por EvelynWaugh: «Chesterton es, ante todo, el autor de El hombreeterno. En este libro se reúnen y perfeccionan todas susideas lanzadas al azar, se encauza toda su originalidad. Esun gran libro, un libro popular: una de las pocas grandesobras populares de este siglo. No requiere elucidación alguna, es de una claridad meridiana. En su momento vino asatisfacer una necesidad y sobrevive como un monumento permanente».En la nota preliminar de El hombre eternoel autor expresa la intención de la obra: «Intentaré demostrar queaquellos que ponen a Cristo al mismo nivel que los mitos,y su religión al mismo nivel que otras religiones, no hacenotra cosa que repetir una fórmula anticuada, contradichapor un hecho sorprendente». Chesterton aborda de frenteel dilema central de la historia de la humanidad: ¿Quiénfue Jesús de Nazaret?nueva revista· 12794chesterton ante el dilema de jesucristoCOMPARAR RELIGIONESEn una primera aproximación al hecho religioso, sale alpaso la variedad de religiones. La valoración de este fenómeno produjo una serie de estudios de carácter científicoen los que se comparaban entre sí las religiones. Nada máspropio de una mentalidad ilustrada, puesto que la clasificación y el contraste son tareas propias de la razón.Para Chesterton este tipo de comparaciones entre religiones resulta muy cuestionable, dado que se colocan en lamisma tabla realidades diferentes. Quizá compartan algunos rasgos, pero resulta confuso presentarlos como si fueran equivalentes.Esta dificultad es todavía más acusada cuando nos detenemos a examinar la Iglesia. Así, por ejemplo, en el islamismo podemos encontrar prácticas ascéticas, como lashay en el cristianismo; sin embargo, el islam no es una iglesia. De la misma forma, el confucionismo ha informadomoralmente la civilización china, al igual que el cristianismo ha propuesto un determinado actuar moral. Peronunca un seguidor de Confucio reivindicará el nombre deiglesia para todos los que viven de acuerdo con las enseñanzas de su maestro.La Iglesia es una realidad única. Probar su singularidades una tarea compleja porque no es fácil encontrar algoequiparable. De ahí que, para Chesterton, la Iglesia debería compararse con el conjunto de todas las religiones paganas: «es el Paganismo el único rival auténtico de la Iglesia de Cristo».A diferencia de los enfoques comparados de las religiones, Chesterton analizó el paganismo precristiano desdenueva revista· 12795tomás baviera puiguna perspectiva interior y espiritual. Como buen maestrode la paradoja, estaba convencido de que este ángulo facilitaría explicar mejor la realidad del hecho religioso pagano, y, en consecuencia, entender con más profundidad lasingularidad de la Iglesia.EL ASOMBRO DE CHESTERTONAdemás de periodista polémico, Chesterton destacó comocrítico literario. Sabía iluminar los autores que comentaba,de modo que enriquecía la mirada del lector con lucesnuevas y originales. La segunda parte de El hombre eternorecoge esa capacidad de lectura profunda y crítica aplicada a los textos del Evangelio.Chesterton escribe: «Debo intentar imaginarme qué sucedería a un hombre que realmente leyera la historia de Cristo como la historia de un hombre, incluso de un hombre dequien nunca antes hubiera oído hablar. Y me gustaría señalar que una lectura de este tipo, realmente imparcial, conduciría, si no inmediatamente a la creencia, al menos a unaperplejidad para la que no habría otra solución que creer».Wells también pretendía ser objetivo al tratar la figurade Jesucristo, pero el resultado no podría ser más diverso.Wells escribe desde el racionalismo que procura caminarpor la senda de la certeza experimentable, y, por ello, noadmite dar un paso apoyándose en la fe.En cambio, Chesterton asume inicialmente la tesis racionalista de que Cristo no puede ser Dios sino sólo unhombre. A partir de este punto, nos va mostrando la perplejidad que se deriva de este planteamiento, e, incluso, el absurdo al que nos abocamos. La única solución para salir denueva revista· 12796chesterton ante el dilema de jesucristoesta perplejidad es justamente admitir el dato de fe de queCristo es efectivamente Dios. Este es el método de demostración conocido como «reducción al absurdo».Fiel a tratar de acceder al texto como si fuera la primera vez y sin prescindir de ninguna parte, Chesterton califica al Evangelio como la afirmación más sorprendente queel hombre haya hecho nunca. No se trata de un relato mitológico o fantástico, o de un sistema filosófico que puedadar razón de todo: «Se trata, nada menos, que de la rotunda afirmación de que el misterioso creador del mundo loha visitado en persona. De que, real e incluso recientemente, o justo en la plenitud de los tiempos, caminó porla tierra este original Ser invisible, sobre el que los pensadores hacen teorías y los mitologistas mitos: el HombreQue Hizo el Mundo».Y esta afirmación, inverosímil para una mentalidad racionalista, ha sido anunciada como una noticia cargada deesperanza, y continúa siendo difundida por unos mensajeros con un vigor y un ímpetu que supera las fuerzas humanas: «Lo que desconcierta al mundo, a sus sabios filósofos y a sus imaginativos poetas paganos, respecto a lossacerdotes y personas que forman parte de la Iglesia católica es que todavía se comportan como si fueran mensajeros. Un mensajero no se para a considerar o discute cuálpodría ser el sentido de su mensaje, lo entrega tal cual es.No se trata de una teoría o una suposición sino de unhecho. No nos interesa en este esbozo, deliberadamenterudimentario, probar con detalle que se trata de un hecho,sino señalar que estos mensajeros tratan su mensaje de lamisma forma que se trata un hecho».nueva revista· 12797tomás baviera puigA pesar del mensaje inaudito que anuncian estos curiosos mensajeros, el paso del tiempo no ha hecho sinoamplificar su difusión. Hablan sobre esta noticia como siacabara de suceder puesto que se presentan como testigos. El testimonio conlleva una experiencia vivida. Estosmensajeros no ofrecen su mensaje con vistas a ser entendidos o ser admirados sino que lo transmiten íntegroporque han sido enviados precisamente para darlo a conocer.Este es el hecho sorprendente que aclara el gran enigma de la historia: que un mensaje tan frágil, cuya integridad resiste a la razón y deslumbra a la imaginación, sigasiendo anunciado sin recortes de conveniencia: «Si fueraun error, no hubiera podido durar más que un día. Si setratara de un mero éxtasis, no podría aguantar más de unahora. Sin embargo, ha aguantado dos mil años, y el mundo,a su sombra, se ha hecho más lúcido, más equilibrado, másrazonable en sus esperanzas, más sano en sus instintos,más gracioso y alegre ante el destino y la muerte, que todoel mundo que no se acoge a ella».CONCLUSIÓNAquellos pescadores que se enfrentaron por primera vez enGalilea al dilema de la historia de la humanidad supieron,con sus pocas luces intelectuales pero con un corazón renovado, intuir la clave que resolvía el enigma. La respuesta al dilema de quién es Jesucristo transformó a aquellosapóstoles, que no fueron simples predicadores o piadosossacerdotes, sino que se sabían mensajeros y ejercieroncomo tales.nueva revista· 12798chesterton ante el dilema de jesucristoCon El hombre eterno, Chesterton se unió al cuerpo deesos mensajeros para proclamar esa misma respuesta de unmodo ameno y profundamente intelectual. Bien podría decirse de él lo mismo que escribió sobre los que anuncian elcontenido del Evangelio: «El ímpetu de aquellos mensajeros aumenta mientras corren a extender su mensaje. Siglosdespués todavía hablan como si algo acabara de suceder.No han perdido la frescura y el ímpetu de los mensajeros.Sus ojos apenas han perdido la fuerza de los que fueronauténticos testigos».nueva revista· 12799