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Los nuevos modelos universitarios

Javier Fernández del Moral

Sobre la integración del proceso de Bolonia en las universidades y de cómo Nueva Revista ha dedicado multitud de reflexiones en estos veinte años a la universidad.

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Javier Fernández del Moral, “Los nuevos modelos universitarios,” accessed April 26, 2024, http://repositorio.fundacionunir.net/items/show/1947.

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Los nuevos modelos universitarios

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Veinte años de Nueva Revista

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Sobre la integración del proceso de Bolonia en las universidades y de cómo Nueva Revista ha dedicado multitud de reflexiones en estos veinte años a la universidad.

Creator

Javier Fernández del Moral

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Nueva Revista 126 de Política, Cultura y Arte, ISSN: 1130-0426

Publisher

Difusiones y Promociones Editoriales, S.L.

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Nueva Revista de Política, Cultura y Arte, All rights reserved

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es

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VEINTE AÑOS DESPUÉSLos nuevos modelos universitariosJAVIERFERNÁNDEZDELMORALCATEDRÁTICODELAUNIVERSIDADCOMPLUTENSECuando comience el curso próximo, el llamado «proceso de Bolonia»se deberá considerar concluido en la universidad española. Concluidoal menos en lo que se refiere a la propuesta definitiva de titulaciones degrado, y por lo tanto con todas ellas iniciadas. Y siendo así, cabría acercarse a la conclusión de que siendo este un proceso de europeizaciónde las universidades, este mismo fenómeno se estará viviendo en elresto de las universidades europeas, pues no. Una vez más nuestro original modo de ser europeos nos dejará prácticamente solos con la obligatoriedad y la universalización del proceso en todas las universidadespúblicas, privadas y adscritas. Y es que ya estamos cogiendo la costumbre de ponernos delante de la manifestación, llevar la pancarta, y cuando miramos hacia atrás comprobamos que nadie nos sigue...En estos últimos veinte años a los que Nueva Revistaha dedicadomultitud de reflexiones a la universidad, en España se han creado casiel noventa por ciento de las universidades que existen hoy. Los oncedistritos universitarios que se mantuvieron inalterables durante más deseis décadas, se han convertido hoy en cerca de un centenar de establecimientos que expiden títulos de licenciados con reconocimiento estatal, y una infinidad de títulos propios, tan variados como efímeros enla mayoría de las ocasiones. Pues bien, a partir del curso 20102011,todos sin excepción tendrán a punto las diferentes titulaciones de grado,con las que en unos años (¡temblad, europeos!), invadiremos el mercado laboral del viejo continente, lo cual me hace pensar que nuestro prestigioso Instituto Cervantes se deberá marcar el objetivo de que toda Europa hable castellano en ese tiempo, porque me temo que nuestros38NUEVA REVISTA 126graduados seguirán con la vieja asignatura de los idiomas pendiente.En estos últimos veinte años a losPero vayamos por partes. ¿Quéque Nueva Revistaha dedicado mules exactamente el «proceso de Botitud de reflexiones a la universidad,lonia»? ¿En qué consiste ?, ¿Cómo vaen España se han creado casi el noa mejorar —si es que mejora— laventa por ciento de las universidauniversidad con su aplicación?des que hoy existen.¿Quién lo inicia y por qué? Y sobretodo, ¿si es necesario financiarlo,quién lo va ha hacer en estos momentos? Son demasiadas preguntasque desde luego no pretendo responder, no resultaría adecuado en unartículo de estas características, pero su formulación me permitirá almenos compartir con los lectores de Nueva Revistauna breve reflexiónsobre la institución universitaria.Comienzo por reconocer mi condición de universitario, mi dedicación ala universidad, actividad que he mantenido a lo largo de toda mi vida adulta, y de mi gran amor a una institución que en los momentos actuales seme antoja imprescindible e insustituible. Partimos además de la experiencia acumulada en los últimos ochocientos años y de la infinidad de consideraciones, reformas, adaptaciones, intentos de manipulación, de instrumentalización, de colonización, de control, de vejaciones y desprecios queha sufrido la universidad sin que por eso haya sucumbido, por lo tanto midiagnóstico siempre será optimista. Ahora bien, el nacimiento del llamadoEspacio Europeo de Educación Superior, que surge como idea en la ciudadde Bolonia, tiene poco que ver con el invento —también europeo— medieval. Se da una diferencia extraordinariamente determinante, y es queen el siglo XIIese nacimiento está motivado por el ayuntamiento espontáneo y voluntario de alumnos y profesores en los antiguos Hospitiaparisinos, mientras que ahora han sido los ministros de educación de los diferentes países europeos los que tomaron la iniciativa a instancias del propiogobierno de la Comunidad. Una vez más los políticos metiendo la mano enla educación, nunca ha resultado un buen comienzo.Hace más de seis años, exactamente el 27 de marzo de 2003, tuve laoportunidad de conocer en un almuerzo a la entonces comisaria europeade Educación y Cultura, madame Viviane Reding. Durante la comida, y39DICIEMBRE 2009JAVIER FERNÁNDEZ DEL MORALantes de que ella interviniese de un modo más general, pude conversar enprivado con la comisaria, que me adelantó pormenorizadamente lo que seplantearía más tarde como la gran reforma de la universidad europea, aldefinir el Espacio de Educación Superior. Salí algo turbado porque casitoda la filosofía de la reforma se basaba en un argumento principal quedebería convertirse en el motor del cambio: la universidad europea tendríaque imitar a la norteamericana, si nuestro tejido laboral y profesional quería en el futuro competir con el suyo. De modo, que le tocaba el turno delas reformas a la universidad, intentando hacer de ella un instrumento másútil para la sociedad europea.Podría parecer que se trataba de establecer mecanismos correctoresen las desviaciones que se hubieran podido producir en lo que podríamosllamar «Responsabilidad Social de la Universidad», así al menos se ha presentado la filosofía de esta reforma. La alma máter se habría ido separando del resto de la realidad social, y se hacía necesaria una rectificaciónpara hacer de la institución secular algo más útil, más apropiado para elmercado, las relaciones mercantiles y la modernidad.Ahora bien, si analizamos con rigor la misma idea de «responsabilidadsocial corporativa», llegaremos a la conclusión de que la primera respuesta que toda institución debe a la sociedad es la de aportar su propia identidad institucional, ser lo que se debe ser y no otra cosa, porque entoncesen lugar de una reforma se debería plantear una sustitución. ¿Y que es launiversidad? Después de escuchar a madame Reding me asaltaron multitud de dudas y me fui a repasar autores que me reforzaran la idea primigenia que tenía sobre lo que debe ser la universidad.Para encontrar la esencia de la institución universitaria, resulta del todoimprescindible bucear en sus orígenes incluyendo los antecedentes remotospor los que el pensamiento humano se vincula a determinadas metodologías de búsqueda y transmisión de la verdad. La universidad así contempladatiene algo sustancialmente permanente a pesar de la constante transformación de los modos. Estaríamos ante un fenómeno similar al de la creacióndeluniverso salvando las correspondientes distancias, y así como la materiauna vez creada no hace más que transformarse, sin que se vuelva a crear nia destruir, la inteligencia humana, el genio del hombre, su pensamiento libre,su amor a la verdad, viven en permanentes transformaciones, apareciendo40NUEVA REVISTA 126LOS NUEVOS MODELOS UNIVERSITARIOScon más o menos fuerza, más oLa sociedad necesita más que nunmenos rutilantes. Así, la materia termica a la universidad, pero pidiéndolena evolucionando hasta formar estrealgo más que en los siglos anteriollas cuya aparente inmutabilidad enres, una nueva misión que Ortega inmascara la permanente situación detuía pero no supo definir, la de servircambio, su continua evolución. En elde faro en la sociedad de la inforcielo están constantemente naciendomación.y muriendo estrellas, pero nadie dudaque nos acompañarán mientras existael universo. De la misma manera, unavez que el modo de gestionar el pensamiento humano ha logrado definir lainstitución universitaria, ésta evolucionará de modo continuo, aparecerán ydesaparecerán universidades, pero lo más lógico es pensar en su permanencia como institución.Si ciframos lo esencial de la universidad en el «amor a la verdad», resulta del todo lógico que la institución universitaria tenga necesariamente queocuparse en su búsqueda a través de la investigación y en su transmisión,en su enseñanza. Ahora bien, en la sociedad actual la investigación y la docencia tienen que ver también con la verdad práctica y por lo tanto con lasaplicaciones de las que debe beneficiarse el resto de la humanidad. De ahíque resulte igualmente necesario formar a los profesionales que van a de sarrollar su actividad utilizando su inteligencia, y que se produzca una permeabilidad de todos los saberes expertos en el conjunto de la sociedad.Pues bien, ninguno de los documentos que desarrollan la reforma actual y que definen el llamado Espacio Europeo de Educación Superiortoca para nada estas cuestiones, no se cita ni una sola vez la palabra verdad, pero constantemente se están haciendo referencias a la necesidadde adquirir destrezas, de ejercitar habilidades, de aprendizajes y..., lo quea mí al menos me lleva indefectiblemente a la imagen de las focas manteniendo diferentes pelotas de colores en el hocico mientras bailan.Desde que la universidad hizo su aparición en plena síntesis teológicase convirtió en una institución de referencia social indiscutible y de indiscutible liderazgo intelectual. Los conocimientos se integraban en los saberes en una perfecta y extraña simbiosis entre los últimos descubrimientos de las diferentes ciencias y la sabiduría tradicional decantada por el41DICIEMBRE 2009JAVIER FERNÁNDEZ DEL MORALtiempo y sometida a la cultura popular. Así, cuando se dice que la universidad debe cubrir fundamentalmente sus dos principales funciones de docencia e investigación, se está haciendo referencia a la bidireccionalidadde la misión orteguiana tantas veces citada. Por una parte crea, profundiza, mantiene, justifica, consolida y orienta los diferentes conocimientos especializados, como una auténtica punta de lanza que con paciencia, humildad y perseverancia erosiona la roca de la ignorancia, horada losmuros de las diferentes mentiras interesadas y nos permite acercarnos alos arcanos de la verdad cuidadosamente envueltos por los mil y un laberintos cubiertos de velos que nos alejan de ella. Por otra parte, enseña ytransmite esos conocimientos a los diferentes servidores de la sociedadque a través de las profesiones consolidadas y reconocidas aplica esa ciencia y esa técnica para que rinda sus frutos de forma universal y solidaria.Es cierto por otra parte, que la Ilustración, sorprendió a la universidad sumida en un excesivo embelesamiento aristotélico. La ruptura conla síntesis teológica, supuso no sólo una pérdida de visión global, sino unalejamiento de la realidad social en la que se inscribía de una forma ejemplar la universidad medieval En determinadas ocasiones el avance científico eligió caminos heterodoxos e inhóspitos, pero la universidad tampoco supo reaccionar, y lo que comenzó siendo una falla de dimensionesaceptables, terminó a finales del XIX, convirtiéndose en un abismo. Ninguna de las ideas o acontecimientos científicos que marcaron la culturadel siglo XX, tuvo su origen en la universidad; ninguna de las personalidades que protagonizaron esos cambios lo hizo desde y para la universidad. Marx, Einstein y Freud son tres ejemplos suficientemente representativos que avalan esta tesis. El modelo de la universidad fue desdoblándosehasta llegar a una bipolarización excesiva entre la universidad europea decorte estatalista y especulativo, y la universidad especializada y pragmática de los Estados Unidos que rompió definitivamente con el modelo delos saberes universales.En estos momentos, la sociedad de la información nos coloca antenuestras propias contradicciones con una nueva expectativa de síntesiscultural que resulta cada vez más acuciante. Las instituciones más obligadas a mantener los sistemas de valores han entrado en el torbellino de unutilitarismo rampante y del reconocimiento de una utopía imposible de42NUEVA REVISTA 126LOS NUEVOS MODELOS UNIVERSITARIOSaprender y de fijar en coordenadas humanas. La sociedad se mantiene estructurada en torno a centros de poder, donde la única verdad tiene quever sobre todo con los resultados a corto plazo, mientras la autoridad sepierde por los vericuetos del pragmatismo. Es probablemente la época enla que la humanidad ha logrado distanciar más dramáticamente la potestasde la auctoritas, haciendo de los valores éticos una moneda a puntode ser retirada de la circulación.Pese a todo, son muchos los que parecen atisbar un cuadro lleno decontrastes, capaz de establecer mecanismos regeneracionistas que noshagan transitar por el tercer milenio con un profundo cambio de actitudes.Desde la universidad se buscan conexiones eficaces e indiscutibles, útilespara la sociedad. Desde la sociedad, por su parte, se busca esa referenciaestable y coherente que sin dejar de ser antropocéntrica devuelva al hombre su sentido más auténtico, sin necesidad de caer en el reduccionismoinmanentista al que nos abocó el racionalismo cientifista del positivismoque rompió con la síntesis teológica.Y eso necesariamente hay que hacerlo por y desde la universidad, desdeuna universidad europea que nos identifique con nuestras propias raíces. Nosé, sinceramente, si esta reforma nos servirá para conseguir ese objetivo, perode momento, como dirían los taurinos, no se ve que apunte maneras.Si se trataba de poner a la institución universitaria frente a su responsabilidad social, se tendría que haber empezado por analizar los mecanismosde conexión entre universidad y sociedad, pero respetando sobremanera enprimer lugar la propia identidad corporativa universitaria. Si no es así, se termina por defraudar a ambas por llegar a identificar como algo diferente esoque al principio tan sólo comenzamos a llamarlo de modo diferente.Hace tiempo que las reformas legislativas en materia de enseñanza universitaria buscan procedimientos y organismos que puedan resolver el alejamiento social de la universidad sin conseguirlo, pero en lugar de reconocer los errores y tratar de evitarlos parece que se ha elegido el caminode la pérdida de identidad, exactamente el que puede producir mayordesconexión y mayor irresponsabilidad social. Porque la sociedad necesita hoy más que nunca a la universidad, pero pidiéndole algo más que enlos siglos anteriores, una nueva misión que Ortega intuía pero no supo definir, la de servir de faro en la sociedad de la información.43DICIEMBRE 2009JAVIER FERNÁNDEZ DEL MORALPor lo tanto, las misiones tradicionales de la universidad de búsqueday depósito del conocimiento y transmisión de ese conocimiento para elejercicio de las profesiones tituladas, habría que añadir hoy otra de enorme trascendencia, la de la prescripción social y el liderazgo, justo en elmomento en el que, a través de la red, todo parece saberse.¿Y cómo plantear en el conjunto de estas relaciones universidadsociedad, una auténtica responsabilidad social?, ¿con Bolonia?, ¿es por eso porlo que surge Bolonia?DESCRIPCIÓN DEL PROBLEMAAl analizar las relaciones de la institución universitaria con la sociedad, nopodemos limitarnos a establecer las clásicas propuestas que tradicionalmente imponen las estructuras internas de los órganos de gobierno. Así, en laactualidad parece que resolvemos esa cuestión admitiendo un vicerrectorado específico que trate de abordar esa relación, y al que se le suele denominar extensión universitaria o también más recientemente relaciones institucionales. Ambas denominaciones a veces coexisten y tratan de atenderaspectos muy concretos de esa relación. Pero hoy, la universidad que tenemos que plantear es diferente, y probablemente no son del todo válidas lasestructuras de gobierno con las que contamos para tratar de cubrir esas relaciones. La llamada extensión universitaria, ha servido más para atender determinadas necesidades impuestas por la masificación universitaria y se hareferido sobre todo a la atención cultural y deportiva de la propia comunidad universitaria a sus estudiantes. Por su parte, las relaciones institucionales han perseguido, a veces de modo poco profesional, la gestión del patrocinio y las relaciones con el mundo empresarial. Estos dos departamentosse han considerado además siempre como añadidos a los tradicionales dela ordenación, investigación, alumnos, internacional, etc., en los que básicamente radicaba el gobierno universitario.Por otra parte, en un momento determinado se vio la necesidad de establecer otro tipo de mecanismos para garantizar esa relación entre una universidad endogámica y distante y una sociedad cada vez más exigentecon sus universidades, y se ha trató de dar a los consejos sociales un protagonismo, como propuso en su día la Ley de Ordenación Universitaria. Estosconsejos sin embargo parecen haberse planteado más como mecanismos44NUEVA REVISTA 126LOS NUEVOS MODELOS UNIVERSITARIOSde control social que como elementos de conexión con la sociedad, a la quese sigue viendo cada vez más alejada de la alma máter.Las fundaciones de las respectivas universidades, por su parte, tampoco han sabido ofrecer interfaces eficaces de relación con la sociedad, máspreocupadas por el corto plazo y por los problemas presupuestarios decarácter doméstico para poder atender las enormes demandas económicasde sus universidades matrices.Con este panorama, nos encontramos por una parte que desde la universidad fallan los mecanismos con los que entrar de modo más eficaz enel tejido social y, por otra, la sociedad va tomando distancia y se separacada vez más de los ámbitos universitarios en los que no se reconoce, nolos necesita y los considera cada vez menos suyos. Es cierto que esa relación viene deteriorándose desde hace ya bastante tiempo, pero quizás enestos momentos sea especialmente crítica y reclame y necesite de urgentes e imaginativas soluciones.Esta reflexión trata de poner de manifiesto la necesidad que tiene lasociedad de hoy de encontrar respuestas auténticas y desinteresadas a susdemandas, a sus numerosas inquietudes, desde instancias que no respondan básicamente a planteamientos económicos o políticos y que poseanel conocimiento experto adecuado, de tal modo que si hoy no existiera launiversidad, sería muy conveniente inventarla. Ahora bien, como ya está inventada, lo que deberíamos proponer es reinventarla, haciéndola eso símucho más permeable con la sociedad a la que debe servir y conscientede su responsabilidad social. Si no, otras instancias tomarán su lugar e intentarán suplantarla poniendo otros intereses en juego, tanto a la hora deasumir la misión de prescripción y de autoridad moral ante cualquier problema, como a la hora de dar respuesta a las demandas de un mundo profesional y empresarial extraordinariamente cambiante y exigente. La incoherencia de las llamadas «universidades empresariales o corporativas» sería unejemplo de ello.Pero donde esta suplantación tiene un efecto más dramático y pernicioso es en la labor de las fuentes informativas expertas en los procesosde la comunicación de masas, dejando sin atender una de las funcionesbásicas de los medios de comunicación, la función pedagógica, o lo quees peor, inundando los flujos de la comunicación de visiones interesadas.45DICIEMBRE 2009JAVIER FERNÁNDEZ DEL MORALResumiendo, podríamos definir el problema de la falta de relación eficaz de la universidad con la sociedad en los siguientes puntos:1. Falta de respuesta universitaria adecuada y ágil a las demandas cadavez mayores y más vertiginosas en el tiempo del mundo profesional y empresarial.2. Necesidad social creciente y acuciante de que la universidad asumasu compromiso de liderazgo social y su responsabilidad con toda la sociedad.3. Riesgo de ensimismamiento académico, especialización y aislamiento en las universidades actuales, alejándose cada vez más de los problemas reales de nuestra sociedad.4. Necesidad en los medios de comunicación de masas de atender lademanda creciente de contenidos y de contar con fuentes solventes e independientes.5. Desproporción e inadecuación de los instrumentos actuales paraabordar esa relación con una mínima esperanza de éxito. Los vicerrectorados más cercanos al ámbito del problema quedan en la actualidad bastante lejos de las soluciones, limitándose a acciones puntuales con personal dela propia universidad, sobre todo alumnos, o a intentar institucionalizarunas cuantas relaciones con el mundo exterior.6. Falta de adecuación en determinados aspectos de los consejos sociales, que pueden caer también en esa misma falta de eficacia por su nivelde burocratización, politización o sindicalización y su actuación reducidaen muchas ocasiones a temas internos de la propia universidad.7. Necesidad de generar instrumentos ágiles de penetración universitaria en los tejidos productivos, empresariales y sociales, sin que por ellohaya que reducir el nivel de autonomía y los mecanismos de control ydemocratización interna de la institución.PROPUESTAS ALTERNATIVASCon este diagnóstico, el problema de las relaciones entre la universidad yla sociedad no parece fácilmente subsanable con una propuesta concretay simple. No se trata de aportar la sugerencia de un nuevo departamentoo una nueva función dentro del conjunto administrativo o académico actual, o de sus órganos de gobierno, pero tampoco se trata de dar a los46NUEVA REVISTA 126LOS NUEVOS MODELOS UNIVERSITARIOSestudiantes un barniz de formación útil y de imponer criterios de instrumentalización como parece apuntar la reforma de Bolonia. Se trata más bien deasumir una nueva mentalidad que permita recuperar por una parte los principales componentes de la identidad universitaria y por otra reflejarlos a lasociedad de un modo rotundo, eficaz e innovador, con instrumentos propios de la nueva sociedad de la información. Esa nueva mentalidad empaparía todos y cada uno de los departamentos actuales, proyectándoles haciasu entorno inmediato y hacia el conjunto de la sociedad.En lugar de intentar modificar la criatura desde fuera, podríamos entonces partir de la necesidad de una nueva concepción universitaria en losórganos rectores, un cambio de paradigma en la cultura corporativay unanueva política de comunicación que permita la acción de los instrumentos eficaces de modo profesional y riguroso para conseguir llevar esanueva cultura hasta una más auténtica identidad corporativa y una másfidedigna imagen corporativa. Veamos algunos procedimientos.1. FOROS UNIVERSITARIOSSe definirían como instrumentos para el debate público del conocimientoespecializado de los saberes expertos universitarios.Estarían concebidos como escaparates interactivos al servicio de todala sociedad, fundamentalmente a través de los medios de comunicación.Deberían procurar llevar de forma continua los conocimientos y las reflexiones universitarias a todos, haciendo de los contenidos especializadosde los medios de comunicación un vehículo permanente de conocimiento social, atendiendo así de forma innovadora al deber de responsabilidad social que tiene hoy la universidad como instituciónLa universidad debe liderar de nuevo una síntesis cultural, que ya nopodrá abrirse camino hoy sin la concurrencia y la utilización de los mediosde comunicación a través de su función pedagógica. El interés periodísticode los acontecimientos debe enraizarse y progresar en el interés real de losexpertos, de ahí el programa que aportó el Foro Complutense, que en supresentación ya proponía «hacer interesante lo importante, poner de modala verdad, introducir en el ruido cotidiano de la comunicación de masasunareflexión pausada, independiente y honesta de los que dedican su vidaa la investigación». De este modo, se trataría de ofrecer una solución a dos47DICIEMBRE 2009JAVIER FERNÁNDEZ DEL MORALimportantes problemas de los diagnosticados en la relación sociedaduniversidad, la falta de presencia social de la auctoritas universitaria y la crisis decontenidos y de superficialidad por la que atraviesa todo el fenómeno mediático.2. DEPARTAMENTOS DE COMUNICACIÓNLa existencia de los departamentos de comunicación de las universidadespodría ofrecer una excelente vía de solución para lograr la interconexiónuniversidadsociedad, salvando los problemas derivados de la exigenciade una mayor profesionalización de los mismos. Habría que considerar lafigura del Dircom de un modo más rotundo, y su labor de diseñador ygestor de estos departamentos de forma mucho más innovadora. No bastaya con establecer meros gabinetes de prensa o redacciones de órganos periodísticos internos o externos, esta función y esta figura deben gestionartoda la comunicación de la universidad, tanto en su vertiente interna, conuna adecuada gestión de la cultura corporativa, como externa, de gestiónsocial del conocimiento experto.De ahí que haya que considerar de otromodo a estos departamentos, tanto en la estructura orgánica, como en sufunción en el equipo de gobierno de las universidades.3. CENTROS ACREDITADOSSe trata de replantear la relación de la universidad con centros de titularidad pública o privada que aporten nuevas funciones a la sociedad y alguna especialización en ámbitos académicos del máximo nivel. Los tradicionales «centros adscritos» darían paso así a otro tipo de relación concentros que aporten a nuestras universidades mayor valor añadido.Sin dejar de contar con universidades grandes, y bien dotadas en todoslos sentidos, el resto de la sociedad civil podría estar presente en la propuesta universitaria sin necesidad de competir con esas universidades,ofreciendo propuestas académicas especializadas, a través de unos centrosque hoy lamentablemente nadie considera.Los centros adscritos han dejado de ser simples incubadoras de universidades que querían nacer al cobijo de otra universidad conocida y pública, alcanzar a su sombra la masa crítica suficiente y poder caminar sola, yesa figura atraviesa en estos momentos una clara crisis de identidad.48NUEVA REVISTA 126LOS NUEVOS MODELOS UNIVERSITARIOSNuestra propuesta es la de establecer una nueva relación de centrosacreditados con universidades grandes y de larga trayectoria académica,para conseguir diversos objetivos de interés mutuo. Estos centros, tendríanque orientarse por alguna especialización que les permitiera actuar conuna especificidad y aplicaciones metodológicas de inerdisciplinariedadviable,es decir, definir ámbitos de conocimiento especializado en áreas temáticas como las ciencias humanas, sociales, de salud o experimentales,y aplicar allí modelos multidisciplinarios realistas en cuanto a su aplicación.Su tamaño y características les permitirían tener una enorme agilidady capacidad de llegar a lugares y situaciones de difícil acceso para universidades grandes a la hora de establecer acuerdos con empresas o instituciones a las que ofrecer determinados servicios universitarios. Sería algoasí como disponer de lanchas rápidas desde un gran portaaviones con difícil acceso a determinados lugares.La relación, asimismo, posibilitaría la ejecución de programas de investigación conjunta a los que ninguno de los dos socios por separado podría acceder.La acreditación, por otra parte, debería exigir un mayor rigor que laadscripción y podría basarse en el resultado de una relación anterior previamente establecida y unas propuestas creativas e innovadoras.En definitiva, la propuesta es la de considerar la creación de un nuevomodelo de relación con Centros Universitarios de Aplicación Especializada,a los que se podría aplicar el modelo anglosajón de acreditación universitaria, al estilo de la London School of Economics and Political Science, unode los centros especializados en ciencias sociales de mayor prestigio delmundo.He aquí tres propuestas concretas que podrían plantearse como instrumentos básicos de acercamiento entre universidad y sociedad, perosobre todo tres propuestas para ejercer de modo innovador y eficaz laauténtica responsabilidad social corporativa en la universidad y desde launiversidad, sin necesidad de abordar otro tipo de modificaciones o reformas planteadas por los políticos y desde la política.49DICIEMBRE 2009