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El modelo de Sagasta en oratoria liberal y la prensa

Eduardo Fernández

Reseña del libro "Retórica e historia en el siglo XIX. Sagasta: oratoria y opinión pública" de José Antonio Caballero.

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Eduardo Fernández, “El modelo de Sagasta en oratoria liberal y la prensa,” accessed November 22, 2024, http://repositorio.fundacionunir.net/items/show/1935.

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El modelo de Sagasta en oratoria liberal y la prensa

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Libros

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Reseña del libro "Retórica e historia en el siglo XIX. Sagasta: oratoria y opinión pública" de José Antonio Caballero.

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Eduardo Fernández

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Nueva Revista 126 de Política, Cultura y Arte, ISSN: 1130-0426

Publisher

Difusiones y Promociones Editoriales, S.L.

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Nueva Revista de Política, Cultura y Arte, All rights reserved

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es

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El modelo de Sagasta en oratoria liberal y la prensaEDUARDOFERNÁNDEZDOCTORENFILOLOGÍACLÁSICALa retórica está de moda. Y por eso no dejan de aparecer sugestivos estudios sobre las manifestaciones prácticas de una determinada retórica en unámbito y momento concreto de la historia de España. Es el caso de esta obraconjunta sobre la oratoria de Práxedes Mateo Sagasta en la denominadaEdad de Plata de la cultura española. Diputado en 16 Cortes y 34 legislaturas, presidente del Congreso y siete veces presidente del Gobierno, resultaun testigo inmejorable de la historia política de la España de finales del XIXa través de más de 2.500 discursos pronunciados en su actividad pública, delos que más de 1.700 ya pueden consultarse en la web de la Fundación Sagasta (www.fundacionsagasta.org). Este inmenso trabajo de documentaciónllevado a cabo bajo la dirección de José Antonio Caballero, editor de laobra, supone un paso de gigante en la investigación histórica y filológicade la oratoria parlamentaria del político riojano.La obra conjunta que ahora reseñamos aborda distintos aspectos de laoratoria de Sagasta y de su contexto históricopolítico y periodístico. Porejemplo, José Antonio Caballero analiza uno de los discursos, el del 22 deenero de 1872, a partir de la «poliacroasis», término acuñado por Tomás Albaladejo a partir de los preceptistas antiguos para definir la variedad deauditorios a los que llega un mismo discurso; interesante aptitud paraadaptar el discurso persuasivo en circunstancias políticas delicadas antefacciones ideológicamente enfrentadas con el fin de lograr el consenso.El estudio concreto del discurso se entremezcla con las necesarias explicaciones de conceptos y términos retóricos que justifican y ejemplificanlas cualidades retóricas del discurso tratado.Por su parte, Jorge Fernández traza un panorama general desde elpunto de vista histórico sobre la situación de la retórica a finales del sigloXIX, a través de algunos manuales representativos del ámbito académico179DICIEMBRE 2009EDUARDO FERNÁNDEZy escolar, como los de Gómez Hermosilla, el Curso Elementalde Raimundo de Miguel, o los Elementos deRetórica y Poéticade Muñoz Peña;en cuanto a la retórica sagrada, sedetiene en las Leccionesde MartínezSanz, y las obras de Valero Palacín,Dupanloup y Martínez Bombín; también dedica un capítulo a otras manifestaciones oratorias en la vida pública, como las conferencias sobreRETÓRICAEHISTORIAoradores griegos y latinos pronunciaENELSIGLOXIX. das por Arcadio Roda en el AteneoSAGASTA: ORATORIAYde Madrid, o las obras de AntonioOPINIÓNPÚBLICABravo y Tudela y Ángel Pulido sobreJOSÉANTONIOCABALLERO(ED.)la historia y la emoción oratoria resColección Quintilianopectivamente. Termina su trabajode Retórica y Comunicación.con una útil bibliografía de treintaLogroño, 2008páginas, que es un verdadero catálogo de los tratados de retórica realizados por autores españoles entre 1800 y 1900, convenientemente razonado y dividido por áreas temáticas.Honoria Calvo se centra en el uso de los apelativos como recurso retórico y su importancia en los artículos periodísticos de La Iberia, periódico del que fue director Sagasta entre 18631866; para ello analiza más deun centenar de artículos en busca de una docena de los políticos más representativos del momento: O’Donell, Cánovas, Narváez, Alonso Martínez,etc., con el fin de explicar el impacto argumentativo de los apelativos utilizados para cada uno de ellos, entendidos como recursos psicológicos(ethospathos) dentro de la tópica aristotélica, además de la vertiente estética de la lexis. El resultado es una interesante antología que llama laatención sobre el alcance de un recurso periodístico que podemos encontrar en la actualidad.Rebeca Viguera analiza el reflejo de la actuación pública de Sagasta enlos corresponsales y redactores del diario inglés The Timesy por tanto en180NUEVA REVISTA 126EL MODELO DE SAGASTA EN ORATORIA LIBERAL Y LA PRENSAla opinión pública inglesa. Esta novedosa visión de toda su vida polítiEl conjunto de todos estos trabajosca a través de otro centenar de artílogra una visión uniforme de la Espaculos de veinte periodistas «muestranña liberal y muy especialmente dea un Sagasta guiado siempre por unalos recursos oratorios parlamentafuerte disciplina, una visión de unirios del político riojano.dad entre sus principios políticos ylos intereses del país, y decidido enla aplicación práctica de estrategias de gobierno destinadas a la cohesiónde su partido y el logro de sus objetivos».José Luis Ollero traza un panorama del liberalismo español como modelo de comunidad política que a lo largo de todo el siglo XIXtrata deconciliar los derechos y libertades del individuo con la legitimidad de unEstado soberano. Parece comúnmente admitido que las invocaciones a lapatria y a la nación inauguraron el liberalismo español tras la guerra de laindependencia y la Constitución de 1812, cuando tuvo lugar el paso desúbditos a ciudadanos. El liberalismo progresista apostó por un nacionalismo fundamentado en una nueva construcción nacional gracias al grandogma de la soberanía nacional, con un discurso sobre la tradición histórica desde la tribuna parlamentaria, la prensa e incluso las tertulias literarias que tenía como objetivo la creación de una cultura progresista y elafán descentralizador para dotar de vida propia a los ayuntamientos y diputaciones provinciales; frente a un liberalismo moderado que apostabapor la monarquía y el catolicismo como cimientos de la nación españolay priorizaba el control ministerial. El proyecto de la unión ibérica o de lamaterialización de la nacionalidad española, fueron también temas importantes. Ante el progresismo, de todas formas, no puede hablarse deun único discurso monocorde, sino que dentro de él convivieron varias«facies» que respondieron a distintas sensibilidades. «Sagasta y el resto delos progresista históricos asistieron a una paulatina pero inexorable desmembración del partido que había liderado, por cuadros y doctrina política, aquella revolución».Gonzalo Capellán aborda el concepto de «opinión publica» en el discurso político de Sagasta, un concepto que nace con el liberalismo, comoun principio de legitimidad política del que no pueden prescindir los 181DICIEMBRE 2009EDUARDO FERNÁNDEZgobiernos. Se trata de un importante paso en el transcurso de la sociedadposilustrada a una sociedad liberal: la opinión, unida inexorablemente ala libertad de imprenta, es como el cordón umbilical por el que la nacióndeja oír si voz y somete a vigilancia toda la acción de los gobiernos. Losliberales progresistas utilizaron este tópico, incorporándolo a su discursopolítico, conscientes del prestigio de este concepto básico del gobierno representativo, expresado a través de las elecciones, el parlamento o la monarquía. Así, Sagasta pretende erigirse en el portavoz más autorizado de laopinión pública, a la vez que le sirve como arma arrojadiza contra sus adversarios políticos.José Miguel Delgado nos presenta la faceta más periodística de Sagasta, como colaborador primero y director después del periódico La Iberia,que utilizó como medio principal para difundir sus ideas políticas mientras no actuó como representante en el Parlamento. Llama la atención laíntima relación que mantuvo siempre con la prensa, a la vez que la definía como una madrastra con la que se mantienen relaciones peligrosas. Suactitud fue siempre la de defender la libertad de expresión por encima delcontrol del Gobierno, aunque lógicamente tuvo su momento de gloria durante el sexenio revolucionario, y también sus ataques, especialmente durante la primera república. Finalmente, tras la restauración monárquicade 1876, la nueva Constitución proclama que «todo español tiene derechoa emitir libremente sus ideas y opiniones, ya de palabra, ya por escrito, valiéndose de la imprenta o de otro procedimiento semejante, sin sujecióna la censura previa». Se facilita así el más amplio e interesante desarrolloen la historia de la prensa española.El conjunto de todos estos trabajos logra una visión uniforme de la España liberal y muy especialmente de los recursos oratorios parlamentariosdel político riojano, el contexto histórico y político de su desarrollo en lacultura y en la prensa española e inglesa: un verdadero progreso en elconocimiento de la historia política del siglo XIXespañol.182NUEVA REVISTA 126