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Una visita a la diversidad del cine

Jorge Collar

El festival de Cannes es acusado de elitista por elegir siempre a los mismos candidatos que optan a la Palma de Oro. Un resumen de la edición de 2009.

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Jorge Collar, “Una visita a la diversidad del cine,” accessed March 28, 2024, http://repositorio.fundacionunir.net/items/show/1897.

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Una visita a la diversidad del cine

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Cine y el festival de Cannes

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El festival de Cannes es acusado de elitista por elegir siempre a los mismos candidatos que optan a la Palma de Oro. Un resumen de la edición de 2009.

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Jorge Collar

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Nueva Revista 123 de Política, Cultura y Arte, ISSN: 1130-0426

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Difusiones y Promociones Editoriales, S.L.

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Nueva Revista de Política, Cultura y Arte, All rights reserved

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CANNES 2009Una visita a la diversidad del cineJORGECOLLARCRÍTICOCINEMATOGRÁFICO«Se eligen los mismos y se vuelve a empezar». Esta fórmula que se aplicaa menudo en la vida política ha sido aplicada este año a la selección delFestival de Cannes. A menudo acusado de club elitista, el festival ha tenido sus veleidades de rejuvenecimiento. Sin embargo este año todo elmundo comprobaba que los autores invitados eran en muchos casos veteranos de Cannes. Algunos incluso habían recibido ya una Palma de Oro:Ken Loach, Jane Campion, Lars von Trier o Quentin Tarantino. La lista denombres conocidos no hacía presagiar grandes sorpresas.Al retorno de Cannes es preciso responder a la pregunta sobre la calidaddel festival. La respuesta es compleja pues la etiqueta «cine de autor» cubrerealidades diversas. La «cuvée» de este año no era una excepción. Se puedenavanzar sin embargo tres características: un recrudecimiento, casi patológico, de la violencia y del sexo en ciertas películas, la ausencia de revelaciones extraordinarias, el predominio de obras de calidad que podríamos calificar de «menores». Añadamos la ausencia del cine americano, el predominiode Europa y de Oriente y un tono general sombrío. Los únicos momentosde euforia venían, fuera de concurso de The Imaginarium of Dr. Parnassusde Terry Gilliam y de Up, la última obra de DisneyPixar.EL CINE COMO TERAPIA¿Podríamos abstenernos del juicio de algunas películas, como los jueces enciertos procesos, constatando que el acusado no es responsable? Ciertosautores no han dudado en decir que sus películas eran una verdadera curaterapéutica. A esta categoría pertenece una de las películas más esperadas del festival: Antichristde Lars von Trier. La historia, en su secuencia100NUEVA REVISTA 123introductoria, muestra una pareja haciendo el amor, mientras el hijo, detres años, se cae por la ventana. Este traumatismo obliga a la pareja a retirarse a una casa perdida en un bosque donde el sexo y la culpabilidadse dan cita. Inútil de ir más lejos, sino decir que todo terminará trágicamente. La obra con sus prolongaciones eróticoviolentas es además de unhermetismo total. La dedicatoria a Andrei Tarkovski era recibida por lasrisas de los críticos. De esta perplejidad, Lars von Trier no nos sacaránunca. Su película es el resultado de una depresión nerviosa que duradesde hace tres años. Afirmaba seriamente ser el mejor director delmundo, pero se excusaba de no poder dar explicaciones sobre su película. «Ofrezco imágenes fuera de toda lógica y de toda reflexion dramática»,decía. La indulgencia se impone dado el estado mental de su autor.Desgraciadamente la necesidad de una terapia afecta a otros autores menos conscientes de ello. Así, Gaspar Noé, habituado al escándalo que ha ido a rodar a Tokio su Soudain le vide, historia de dos hermanos que se pierden en la capital del Japón. El consumo de drogaspermite jugar con una serie de imágenes caleidoscópicas que terminanpor producir un terrible aburrimiento. Gaspar Noé cultiva las imágeneschocantes, algunas de ellas son insoportables no sólo por su crudeza,también por su estupidez.El filipino Brillante Mendoza se revela un especialista en historias sórdidas que dan una imagen negativa de su país. Este año, en Kinatayasistimosal secuestro de una prostituta por cuatro policías corrompidos, en relacióncon el tráfico de droga. Después de los abusos de rigor, la mujer será asesinada y descuartizada, los diversos trozos de su cuerpo son depositados enestercoleros. Ni la excusa de la denuncia social ni la etiqueta de filme de horror salvan la película de la provocación gratuita. Algo semejante, podría decirse de la película del chino Lou Ye, Spring Fever, confuso drama sobre lahomosexualidad. Esta película que nunca será vista en China, llevará la etiqueta de este país en un mercado internacional del cine «gay».TALENTOS CONFIRMADOSLooking for Cantonade Ken Loach es una película de encargo, hecha porcineastas inteligentes. La idea es de Eric Cantona decidido a explotar su reputación futbolística en Manchester. Una vez encontrado el productor101JUNIO 2009JORGE COLLARfrancés era preciso elegir un director británico. Ken Loach y su guionistahabitual, Paul Laverty, no tenían dificultad en dar vida al modesto emplea do de correos (Steve Evets), separado de su mujer desde hace treinta añosy que debe hacer frente a los graves problemas de sus hijos. Cantona sele aparece y le ayuda en los momentos difíciles. Acoplar todo los elementos de la historia no era tarea fácil, pero los autores de la película sorteanlas dificultades para ofrecer una comedia sumamente divertida.Una vena más dramática en el cine social es la utilizada por Andrea Arnold en Fish Tank, la historia ingrata de una adolescente de quince años,Mia (excelente Katie Jarvis), en perpetuo conflicto con una madre demasiado joven que crea situaciones insostenibles. Los retratos psicológicosson justos y la acción, a pesar de su aire pesimista, sabe encontrar unanota positiva como conclusión.El cine de género ha estado confiado a Johnnie To en Venganza, quecomo tantas otras películas orientales son coproducciones mayoritariamente francesas. Se trataba esta vez de hacer viajar una estrella nacionalde la canción, Johnny Hallyday, a China. El motivo es simple. Un hombre,Costello, viaja a Macao donde la familia de su hija ha sido bárbaramenteasesinada. Actualmente propietario de un restaurante en París, veinte añosantes había sido «asesino a sueldo». Por ello usa de su experiencia pararemontar la cadena de responsabilidades. La película será una sucesión desecuencias de acción —tiroteos y persecuciones—, montadas por un virtuoso del género. Existía una gran expectación por ver como JohnnyHallyday se desenvolvía en Oriente. Aparte de imponer su presencia, supapel no permite grandes matices pues a lo largo de todo el relato suúnico objetivo será la venganza.La presencia de los cineastas confirmados no estaría completa sin aludir a los nombres del palestino Elia Suleiman, del veterano Alain Resnaisy de la nueva frustración de Pedro Almodóvar. Los tres tienen abiertas laspuertas de Cannes con tal de que vengan con una película debajo delbrazo, incluso si el resultado final es decepcionante.Elia Suleiman, con The Time That Remains, cuenta su propia historiaen varios momentos de su vida. Ésta se confunde con la lucha de su pueblo para subsistir en su tierra natal, un mundo dramático desde la creacióndel Estado de Israel. El arma de Suleiman, es bien sabido, es la sonrisa. Sólo102NUEVA REVISTA 123UNA VISITA A LA DIVERSIDAD DEL CINEPenélope Cruz en Los abrazos rotosel humor permite escapar al odio. Su nueva película es una evocaciónnostálgica de su padre, y la constatación de que medio siglo más tarde lassituaciones son tan absurdas que pueden ser cómicas. Construida en pequeños sketchs, su película es una invitación a la comprensión y a la tolerancia.Alain Resnais a los 87 años, es un activo representante de la nouvellevague. Su cine juega desde hace tiempo con la ligereza y el humor. Así,Les herbes folles, adaptación de la novela de Christian Gailly, contiene unaanécdota muy ligera Un ladrón roba el bolso de Marguerite (SabineAzema), poco después Georges (André Dussollier) encuentra los documentos que el bolso contenía. Los dos protagonistas van a tratar de encontrarse, van a tener acciones y reacciones divertidas, en las que de amboslados se dibuja una novela que sólo reside en la cabeza de cada uno. Resnais realiza un brillante ejercicio de estilo que naufraga en un final incomprensible. La noche de la presentación a la prensa todo el mundo seguía la película con una cierta euforia, bastaba sin embargo su finalconfuso para que la ovación esperada no tuviera lugar.103JUNIO 2009JORGE COLLARPedro Almodóvar, con Los abrazos rotos, no obtenía la Palma de Oroque siempre espera de Cannes, ni siquiera un premio menor. Su películaya criticada en España, era mejor apreciada en Cannes por su tema menosprovocador, que pretende mostrar su pasión por el cine. No faltaban loscríticos entusiastas que le hubieran dado la Palma de Oro, pero sin dudaesta forma de melodrama popular no agradaba a una presidenta del jurado más sensible a la provocación que a la serenidad.Sin tener aún el renombre de los autores citados, el director francés Xavier Giannoli confirma con A l’origineel éxito obtenido hace dos años conQuand j’étais chanteur. La historia es verdadera pero increíble, la de unpequeño estafador (François Cluzet ) que ponía en marcha toda una región con la idea de relanzar la construcción de un tramo de autopistaabandonado por las protestas de los ecologistas. En la categoría de valores que se confirman figura también Isabel Coixet, que viaja a Japón pararodar su Mapa de los sonidos de Tokio, una obra cuyo estilo visual es másconvincente que su artificial trama dramática.CINE E HISTORIANunca faltan en Cannes las evocaciones históricas, este año la de carácterpolítico ha correspondido a Marco Bellocchio. Vincerees una película insólita pues evoca un matrimonio secreto de Mussolini, del cual naceríaun hijo. Ida Dasler (Giovanna Mezzogiorno) conocía al Duce (FilippoTimi) cuando era simple diputado socialista. Ida aseguró siempre quehabía existido un matrimonio civil y que su hijo había sido reconocido porMussolini. Sin embargo, existía otro matrimonio oficial y reconocido y elaparato del fascismo tenía interés en hacer desaparecer a la madre y alhijo. Ambos morirían en asilos de alienados, desapareciendo de la biografía oficial del Duce. Bellocchio ha utilizado las actualidades de la tomadel poder por el fascismo. Su visión carga las tintas de la época sobre unaserie de personajes que marchan hacia un destino trágico. Naturalmentesin información complementaria sobre los hechos narrados es precisoaceptarlos como Bellocchio los propone.Una evocación más modesta es la que nos ofrece Ang Lee en TakingWoodstock. Se trata de una página de la historia que narra las circunstancias que daban lugar al famoso concierto de música rock de 1969. Se104NUEVA REVISTA 123UNA VISITA A LA DIVERSIDAD DEL CINEadapta el libro de Elliot Tiber, concejal homosexual de una pequeña localidad desconocida que se haría celebre reuniendo medio millón de jóvenes. El concierto había dado lugar a un documental de tres horas de Michael Wadleigh que Cannes presentaba en 1970. Allí lo importante era lamúsica, aquí la música está ausente, cuenta sobre todo el personaje del organizador aterrado de que su familia judía descubra su homosexualidad.Es un tema que vuelve así al cine de Ang Lee, ya presente en 1993 en Elbanquete de boda.¿Puede hablarse seriamente de historia cuando se evoca Inglourius Basterdsde Quentin Tarantino? Sí, en principio, puesto que la película transcurre durante la segunda guerra mundial y comienza de forma dramática. Uncoronel nazi (Christoph Waltz) liquida toda una familia judía que con unafalsa identidad intentaba escapar de la persecución. Sólo la hija, Shosanna(Melanie Laurent), consigue escapar. La descubriremos después en París alfrente de un cine con una nueva identidad. Esta línea narrativa es simultánea con otra, la del comando de judíos que dirige Brad Pitt y que reclamaa sus hombres las cabelleras de responsables nazis como si estuviéramos enun western. El estilo Tarantino, mezcla de humor y de violencia se pone enmarcha para terminar con la muerte de toda la plana mayor nazi — Hitlerincluido— precisamente en el cine que dirige Shosanna. La película, que erauna de las más esperadas, decepcionaba, como siempre lo hace el cine deTarantino, por la mezcla de géneros. La maestría de ciertas secuencias semalogra en la parodia incapaz de producir emoción.La más bella reconstitución histórica es la contenida en Bright StardeJane Campion que cuenta el idilio que unió, de 1818 a 1821, al poeta inglés John Keats (Ben Whislaw) y a la joven Fanny Brawne (sorprendenteAbbie Cornish). Historia apasionante que tiene todas las características deldrama romántico, pues la promesa de boda no pudo realizarse, Keatsmoría en Italia de tuberculosis a los 26 años. Esta historia de amor platónico gracia a la fuerza de los caracteres, ha dado uno de los raros momentos de emoción del festival.En la historia debe situarse Ágora, la última película de Alejandro Amenábar, superproducción internacional, rodada en inglés y que pretende reIV. La acción se sitúa en Alevivir una página de la historia religiosa del siglo jandría, mostrando las tensiones existentes entre el empuje del cristianismo105JUNIO 2009JORGE COLLARfrente a los cultos paganos en plena decadencia. El personaje central esHypatia (Rachel Weisz), una mujer dedicada a la ciencia, que será al finallapidada por los extremistas cristianos. Al cambiar completamente de género su película desconcertaba en Cannes. Y si el estilo visual es perfecIVto, más discutible parecen sus intenciones profundas. Aplicar al siglo esquemas ideológicos actuales es sin duda arriesgado. El espectador ordinario, sin el conocimiento de una época especialmente compleja, corre elriesgo de perderse en los meandros de un guión, que firman Mateo Gil yel propio Amenábar.SIGUIENDO EL PALMARÉSNo es un secreto para nadie que hubo importantes disensiones este añoentre los miembros del jurado. El trabajo de la presidenta, Isabelle Huppert, fue juzgado de autoritario y existieron fuertes tensiones con el director americano, James Gray. Resulta imposible, sin embargo, distinguir laverdad de esos rumores. Sólo queda la posibilidad de analizar el resultado, fruto quizá de difíciles compromisos.A medida que los premios se iban anunciando se confirmaba la voluntad de recompensar una serie de películas rechazadas por los espectadores. Así, el premio de la mejor actriz a Charlotte Gainsbourg sólo sejustifica por el deseo de hacer figurar Antichristen el palmarés. Menos justificado aún el premio de dirección a la violencia sórdida de Brillante Mendoza en Kinatay, o el del mejor guión, al drama homosexual Spring Feverde Lou Ye. Nadie discutirá en cambio el premio de interpretación masculina a Christoph Waltz ni el homenaje rendido a Alain Resnais por el conjunto de su carrera. En el capítulo de los olvidos es preciso señalar el deBright Starde Jane Campion, que hubiera podido acumular Palma de Oroa la mejor dirección y a la mejor actriz.Quedaban en cabeza los dos favoritos. Nadie los discutía seriamente,incluso si el orden hubiera sido a la inversa. Jacques Audiard, con Un prophète, cuenta la aventura de un joven preso analfabeto de origen árabe,Malik (Tahar Rahim), que debe subsistir en la cárcel protegido por la«mafia corsa», para volar después con sus propias alas con ayuda de lospresos de origen árabe. Audiard precisaba que su película no era una obrareivindicativa sobre las cárceles francesas y que había querido evitar los106NUEVA REVISTA 123UNA VISITA A LA DIVERSIDAD DEL CINELa actriz Abbie Cornish en Bright Startópicos del género de las series americanas. Hace pues un análisis frío deuna situación en la que los equilibrios del poder están en perpetua evolución, sin privar a los personajes de su perfil humano.En fin, el austriaco Michael Haneke, autor comprometido, se aleja aparentemente de sus temas habituales en Das Weisse Band(La cinta blanca)para describir, más que denunciar, el rigorismo protestante de un pueblodel norte de Alemania, poco antes de la Primera Guerra Mundial. El guión,también de Haneke, es el de una película coral que, a través del relatodel maestro ya anciano, va a evocar ciertos sucesos concernientes a susalumnos y sus familias. Una serie de sucesos extraños, de carácter punitivo, se revelan inspirados por los niños, que reaccionan así a los fallos delos adultos. La virtud de esta obra, rodada en blanco y negro y bien ambientada, es el de no mostrar nunca sus intenciones de forma evidente.La película deja la puerta abierta a muchas interpretaciones. Por eso Haneke era parco en las explicaciones: «Corresponde al director hacer preguntas, a cada espectador de encontrar la respuesta». 107JUNIO 2009