Nueva Revista 123 > La musica y el cerebro

La musica y el cerebro

Rafael Gómez López-Egea

Reseña de la obra de Oliver Sacks "Musicofilia" y su percepción musical.

File: La musica y el cerebro.pdf

Tags

Referencia

Rafael Gómez López-Egea, “La musica y el cerebro,” accessed November 22, 2024, http://repositorio.fundacionunir.net/items/show/1886.

Dublin Core

Title

La musica y el cerebro

Subject

Música

Description

Reseña de la obra de Oliver Sacks "Musicofilia" y su percepción musical.

Creator

Rafael Gómez López-Egea

Source

Nueva Revista 123 de Política, Cultura y Arte, ISSN: 1130-0426

Publisher

Difusiones y Promociones Editoriales, S.L.

Rights

Nueva Revista de Política, Cultura y Arte, All rights reserved

Format

document/pdf

Language

es

Type

text

Document Item Type Metadata

Text

158163 Egea_Imp.qxp:Maquetación 1 5609 11:01 Página 158La música y el cerebroRAFAELGÓMEZLÓPEZEGEAPERIODISTAYABOGADOResultaría difícil, y arriesgado, cualquier intento de aplicar a la personalidad múltiple de Oliver Sacks alguna de las clasificaciones que podrían servir al crítico para orientar a los lectores sobre la naturaleza y calidad desus obras. Excelente narrador y dotado prosista, como lo ha demostradoen la deliciosa autobiografía El tío Tungsteno,asombra la finura intelectualy conocimientos médicos plasmados en su famoso estudio clínico Despertares,llevado al cine con éxito notable, pese a que se trataba de unserio trabajo de investigación neurológica. Médico, científico, ensayista yameno escritor, en el conjunto de su obra se percibe la importancia concedida al ser humano, en toda su amplia dimensión, cuya actividad cerebral aspira a conocer en profundidad. Trata así de afinar en los diagnósticos y aplicar luego el tratamiento más adecuado para corregir, o sanar,según las circunstancias, las enfermedades.EL FENÓMENO DE LA PERCEPCIÓN MUSICALDentro de esa tónica, aborda en su último libro, Musicofilia, una de las vertientes más complejas y desconocidas del cerebro humano, la que se relaciona con el fenómeno de la percepción musical. Se trata de una capacidad que,si es difícil definir por la diversidad de factores que intervienen en el proceso, es todavía más difícil de localizar, al encontrarse dispersa en distintasáreas del cerebro. Planteamientos razonados que se hace el doctor Sacks yle llevan a indagar con su habitual sagacidad en torno al modo de abordarcuestiones sobre los mecanismos de la mente que no se deberían dar por supuestos. Para empezar, se plantea una cuestión previa: ¿qué es música?, ¿quizás un puro ruido que puede ser captado por el oído? Evidentemente esono es música. Entonces, hace falta ampliar y precisar el concepto. ¿Estamosen presencia de un fenómeno bastante más refinado y complejo?Parece que sí. En tal caso, ¿no sería más exacto definir la música comoun conjunto de sonidos armónicos relacionados unos con otros, que se158NUEVA REVISTA 123158163 Egea_Imp.qxp:Maquetación 1 5609 11:01 Página 159suceden de acuerdo con un determinado ritmo o cadencia? Esta definición ya se aproxima bastante a la valoración que realiza el autor en torno alpapel y las relaciones de la música en relación con el cerebro del hombre—y, por supuesto con el de la mujer, para que no haya suspicacias—.Pero, además, como aclara el autor, no hemos de olvidar otro aspectofundamental a considerar: en la música los sonidos armónicos transmitenlas sensaciones, emociones y sentimientos concebidos en la mente delcompositor o del intérprete, que el oyente percibe, y después incorpora,«almacena» en su memoria de modo permanente y hasta prevalece, incluso, cuando ha perdido el recuerdo de otros acontecimientos del pasado.EL MISTERIO DE LA PERCEPCIÓN MUSICALDe cualquier modo que se mire, el proceso es, como reconoce expresamente Oliver Sacks, apasionante, en cuanto nos introduce en un terrenomuy complejo que apunta a la presencia de facultades radicadas en lamente humana, cuyas funciones no pueden entenderse en su totalidadconsideradas tan sólo como ejercicio de las facultades racionales, puestoque son «algo más»: aluden a la presencia de valores intangibles del espíritu humano.Al menos así lo considera el neurólogo, como experimentado conocedor de la mente a cuyo estudio ha dedicado muchos años de intenso trabajo en el tratamiento de miles de pacientes, cuyas enfermedades mostraban alteraciones más o menos graves, estrechamente relacionadas con elfenómeno musical. De sus experiencias en el ámbito de la neurología, deduce el autor algunas conclusiones que resultan muy útiles para conocercómo funcionan algunos de los mecanismos que son comunes a sanos yenfermos. Y es que, como expone el autor de modo magistral: «Nuestrossistemas auditivos, nuestros sistemas nerviosos están exquisitamente afinados para la música. Hasta qué punto esto se debe a las características intrínsecas de la propia música, sus complejas pautas sónicas que se entretejen en el tiempo, su lógica, su ímpetu, sus secuencias inseparables, susritmos y repeticiones insistentes, la misteriosa manera en que encarna laemoción y la ‘voluntad’ y hasta qué punto obedece a resonancias especiales, sincronizaciones, excitaciones, oscilaciones mutuas o retroalimentaciones en el circuito nervioso inmensamente complejo y de muchos 159JUNIO 2009158163 Egea_Imp.qxp:Maquetación 1 5609 11:01 Página 160RAFAEL GÓMEZ LÓPEZEGEAniveles que subyace a la percepciónmusical y la reproduce, es algo quetodavía no sabemos».Para que una primera autoridadcientífica, tal es el caso de OliverSacks, afirme desconocer algunos delos elementos sobre los que investiga, se requiere una fuerte dosis dehumildad profesional muy poco frecuente en este tipo de obras. Pero, almismo tiempo, nos anima a los queMUSICOFILIAsabemos todavía mucho menos queOLIVERSACKSél a seguirle en su discurrir por losvericuetos de la mente relacionadosEditorial Anagrama,Barcelona,2009.con los misteriosos y atractivos mun562 págs.dos del espíritu y del arte creativo. Setrata de campos de expresión abiertos al genio humano que se renuevan de modo constante y de formas distintas a través de la historia, segúnlas diversas épocas, razas y culturas.Una vez acotados las líneas maestras por los que va a discurrir su trabajo como investigador y sanador de la mente, el autor se sitúa en el terrenoque más le gusta y en el que se encuentra más cómodo: el ser humanoante la música, bien sea en calidad de compositor, de intérprete o de perceptor, estudiando las diversas formas conocidas de reaccionar ante ella.Como adelantaba en el citado párrafo anterior, un curioso fenómenoque llama la atención de Sacks es la capacidad que tenemos la mayoría delas personas para captar la música en toda su integridad desde su «sentimiento original, hasta la melodía, su tono y tempo». Añade, además, quenuestro cerebro no sólo es capaz de «comprender» la música de estemodo, sino también de recordarla a través de los años, con la particularidad de que melodías y acordes musicales percibidos durante la infanciapueden permanecer grabadas en el cerebro con nitidez a lo largo de lavida y ser reproducidos fielmente con la voz o el instrumento adecuadoen cada caso.160NUEVA REVISTA 123158163 Egea_Imp.qxp:Maquetación 1 5609 11:01 Página 161LA MÚSICA Y EL CEREBROMÚSICA Y ALTERACIONES DE LA MENTENo es de extrañar, pues, que tal «maravillosa maquinaria, quizá por ser tancompleja y tan tremendamente desarrollada —continúa Sacks— es vulnerable a diversas distorsiones, excesos y averías. La capacidad de percibir, deimaginar la música, puede verse afectada por diversas lesiones cerebrales:hay muchas formas de amusia. Por otro lado, la imaginería musical puedevolverse excesiva e incomunicable, lo que conduce a la repetición obsesivaincesante de melodías pegadizas o incluso de alucinaciones musicales. Enalgunas personas, la música puede provocar ataques».Así, el autor nos lleva como de la mano al terreno de sus investigaciones sobre los efectos que la música produce sobre el cerebro humano.Unos efectos que no siempre son positivos y saludables, ya que en determinados casos desencadenan alteraciones que pueden ser graves y afectar en particular a los profesionales, sean compositores o intérpretes. Serían los llamados por Sacks «trastornos de destreza» generados por losesfuerzos derivados de la necesidad de fundir la actividad intelectual conla emocional, como ocurre a la hora de crear o interpretar partituras. Si escierto que la música ejerce una influencia benéfica en las personas normales, sean o no profesionales, sean o no aficionados, también lo es que nosiempre sus efectos son igualmente saludables, cuando despierta sentimientos o recuerdos asociados a situaciones dramáticas o dolorosas parael oyente.Mientras en determinadas circunstancias la música puede elevar losánimos en declive, suscitar emociones o devolver la calma en momentosde fatiga o estrés, como así ocurre en gran parte de los casos, en otras losresultados no resultan igualmente favorables. En este sentido, aparecen referenciadas diversas anomalías de gran interés para orientar a los profesionales en el diagnóstico y tratamiento de enfermedades cuyos orígenes sondifícilmente localizables ya que el propio paciente no logra definir lossíntomas ni orientar al especialista sobre las posibles causas de los trastornos.Se aprecia en las páginas del estudio, la realidad del dicho: no existenenfermedades, sino enfermos. Para Oliver Sacks, cada ser humano es unmundo, único e imprevisible, cuyas reacciones, por diferentes, apenas sepueden generalizar puesto que exigen una atención específica, adaptada161JUNIO 2009158163 Egea_Imp.qxp:Maquetación 1 5609 11:01 Página 162RAFAEL GÓMEZ LÓPEZEGEAa cada tipo de personalidad teniendo en cuenta sus circunstancias personales: edad, afectos, salud...Al considerar los efectos que despierta la música en las personas, elautor señala con acierto esas diferencias: «Algunas personas, en númerosorprendentemente elevado, ven colores o huelen o gustan o percibendiversas sensaciones cuando escuchan música aunque esta sinestesia seconsidere más un don que un síntoma».VALOR TERAPÉUTICO DE LA MÚSICATras analizar y ordenar los datos extraídos de casos reales se ofrecen losresultados de experiencia reconociendo las ventajas y posibilidades, apenas exploradas, del valor terapéutico de la música en pacientes afectadospor dolencias neurológicas de distinta índole y gravedad. Según las fichaspersonales manejadas por Sacks en numerosos casos, expuestos con detalle, los enfermos respondieron muy favorablemente a la música inclusoen situaciones de demencia en fase muy avanzada. La conclusión es muyclara, al reconocer que la música posee «un gran valor terapéutico para pacientes de diversas dolencias neurológicas. Estas personas podrían responder de manera intensa y específica a la música». Sin embargo, el recursono debe aplicarse con criterios generales o indiscriminados. Hay que estudiar las peculiaridades de cada tipo de anomalía antes de elegir el método adecuado. Un error en esa elección puede agravar o al menos resultar inútil para mitigar la enfermedad. Se trata de un asunto de granimportancia que exige, además, el máximo cuidado por parte del especialista... teniendo en cuenta que «el papel terapéutico de la música en lademencia es muy distinto del que juega en pacientes con trastornos motores o del habla, la música que ayuda a los pacientes parkinsonianosposee un fuerte carácter rítmico pero no precisa resultar familiar o evocativa. En los afásicos es fundamental contar con canciones con letras o frases entonadas e interactuar con un terapeuta».Impresiona la forma como Oliver Sacks ilustra las tesis científicas, basadas en hechos reales, con referencias directas, testimonios y cartas depacientes, o de sus familiares, con valiosos datos que le sirven para fundamentar las teorías en sólidos argumentos. Algunos de los testimonios seleccionados son profundamente conmovedores al mostrar esa vertiente de162NUEVA REVISTA 123158163 Egea_Imp.qxp:Maquetación 1 5609 11:01 Página 163LA MÚSICA Y EL CEREBROhumanidad que rodea las diversas facetas de la actividad profesional ypersonal del autor. «Aunque mi esposa padece Alzheimer la persona esencial pervive de manera milagrosa. Toca el piano varias horas al día y muybien. Su ambición actual es memorizar el Concierto para piano en Lamenorde Schuman. Tiene 88 años y ha perdido el lenguaje pero toca cadadía. Cuando ensayamos Mozart señala adelante y atrás adelantándose a lasrepeticiones. Hace dos años grabamos el repertorio completo a cuatromanos de Mozart que había grabado... en los años cincuenta. Aunque ellenguaje ha empezado a fallarle me encanta su concepción musical y sumanera de tocar actual, más aún que en la grabación anterior».La carta, de la que se reproduce un fragmento, es sólo una muestra,como resumen final, de la sensibilidad y delicadeza con las que el neurólogo Sacks desciende al trato directo con el ser que sufre y no sólo el paciente, a veces incapacitado, sino también, como en este caso, con las personas que le rodean y ayudan al médico, a base de paciencia, comprensióny amor, a cumplir con mayor eficacia su noble tarea de sanar la mente y elespíritu.163JUNIO 2009