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Novela. Un erizo en París

María Pilar de Cecilia

Reseña del libro "La elegancia del erizo" de Muriel Barbery.

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María Pilar de Cecilia, “Novela. Un erizo en París,” accessed November 22, 2024, http://repositorio.fundacionunir.net/items/show/1818.

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Title

Novela. Un erizo en París

Subject

Novela

Description

Reseña del libro "La elegancia del erizo" de Muriel Barbery.

Creator

María Pilar de Cecilia

Source

Nueva Revista 119 de Política, Cultura y Arte, ISSN: 1130-0426

Publisher

Difusiones y Promociones Editoriales, S.L.

Rights

Nueva Revista de Política, Cultura y Arte, All rights reserved

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document/pdf

Language

es

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NOVELAUn erizo en ParísMARÍAPILARDECECILIACRÍTICALITERARIAna primera duda que podría asaltar al lector, se refiere al significado del rótulo que figura en la portada. ¿Por qué esta novela apareUcerá titulada de un modo tan extraño y tan poco llamativo desde elpunto de vista comercial o de marketing?La respuesta es sencilla: las palabras del título reproducen la opiniónque Paloma, uno de los más destacados personajes del relato, dedica a laoprotagonista, la portera encargada del inmueble n.7 de la rue Grenelle de París, que muestra en su talante «la elegancia del erizo», es decir,«que por fuera está cubierta de púas, una verdadera fortaleza, pero intuyo que por dentro tiene el mismo refinamiento sencillo de los erizos,que son animalillos falsamente indolentes, tremendamente solitarios yterriblemente elegantes».Con estas frases, define la pequeña Paloma de doce años, e hija superdotada de un rico diputado socialista, ex ministro y probable futuropresidente de la Asamblea Nacional, a la portera de su casa. En efecto.Estamos en presencia de una típica madame la concièrge, parisina, raravez amable pero siempre cortés. Aunque carece de estudios, es lectorainsaciable, admiradora de Tolstói, en cuyo recuerdo llama León a sugato. En cuanto a la filosofía, la señora opina de Edmund Husserl que es«un nombre para aspiradores sin bolsa»y a su fenomenología la considera como «un monólogo solitario y sin fin de la conciencia consigomisma».Aclarado el asunto del título, cabe aún el intento de averiguar lasrazones que movieron a los libreros franceses a otorgar su premio a laNUEVA REVISTA 119 · OCTUBRE 2008[ 164]obra de creación literaria que les pareció la mejor novela de 2007. Podemospensar que lo hicieron porque el relatomuestra el espíritu francés, hasta la médula de su estructura: ingenioso, sutil,cartesiano, erudito y aplastante por sudespliegue técnico, impropio de unasegunda incursión en el género narrativo de la autora, profesora de filosofía,no muy versada en lides literarias.Sobre todo, a la vista de la brevedad yLAELEGANCIADELERIZOescasa enjundia de su primera obra, publicada, sin mayor relieve, con el tituloMURIELBARBERYde Una golosina.Seix Barral. Barcelona, 2007Aun a su modo de niña rica y rebel367 páginasde, la adolescente Paloma se comportacomo la conciencia del edificio, mientras la portera es la mente, el intelectoque da forma y estilo a este antiguo palacete, transformado en grandesy lujosos pisos. La niña escribe dos diarios a la vez: uno se refiere a suvida personal, mientras en el otro expresa, a su manera, la evoluciónde las ideas que pasan por su cerebro. En uno y otro cuenta al lectorcómo es su familia, padre, madre y hermana mayor, los remordimientosdel padre, angustiado porque su madre, la abuela de Paloma, no vivecon ellos, sino en una lujosa y aséptica residencia. Tampoco faltan lasreferencias al carácter y costumbres de los vecinos, cada uno de ellos dotados de su peculiar idiosincrasia y costumbres refinadas, incluyendo loscuidados que dedican a sus perros de lujo.Madame Michel, Renée para los amigos, representa a la portera cincuentona, viuda y sin hijos, poco agraciada y muy inteligente, que noescribe, si bien lee con entusiasmo, incansable, en su ratos de ocio, abase de continuas visitas a la sección de préstamo de una biblioteca pública. Además, toma el té con su gran amiga, una asistenta portuguesaque trabaja para dos familias de la casa.NUEVA REVISTA 119 · OCTUBRE 2008[ 165]María Pilar de CeciliaA estas tertulias acabará por unirse Paloma, que encuentra en ellasrespiro ante el agobio y cansancio que le causan sus familiares. El rechazo llega a tal punto, que ha pensado incendiar su apartamento, aprovechando, eso sí, un día en el que todos los familiares se encuentrenfuera del hogar. Renée y la asistenta Manuela, portuguesa del Algarve,limpian, charlan y dejan pasar los días. Mientras, Paloma sigue estudiando, a la espera de que llegue el 16 de junio, fecha que se ha fijadopara provocar el incendio de su piso. De repente, ocurre un hecho insólito, algo inesperado. Un caballero japonés, jubilado y con muchodinero, compra el piso que ha dejado libre la mujer de un famoso crítico gastronómico a la muerte de su marido. La aparición de este últimopersonaje, dotado del refinamiento oriental y tan consumado lectorcomo Renée, fascina a Paloma, estudiante de japonés en sus ratos libres,y atrae las miradas del resto del edificio, incluida, como es natural, latitular de la portería.La novedad aporta una nota de color en la vida de todos aquellosoque residen en el n.7 de la rue Grenelle, que se mueren de curiosidadpor conocer detalles sobre el exótico inquilino, que se ha colado en unrecinto reservado a la rancia estirpe gala y, para colmo, ha reformado lavivienda al más puro estilo de su país de origen. Paloma, Renée y el caballero japonés, señor Ozu, se hacen amigos, en un idealizado procesoque inspira la trama narrativa y, a veces, hace pensar en el cuento deLa Cenicienta. Sensación que termina al llegar al quiebro final, con undesenlace dramático, propio de la novela rusa clásica, de esas que tantogustan a los tres. La acción externa, claramente minimalista, transcurre casi exclusivamente dentro del edificio donde residen los personajes con algunas, escasas y esporádicas, salidas al mundo exterior.Por ejemplo, el día que Paloma acompaña a su madre a las rebajas,lo que da lugar a episodios muy divertidos. En cambio, la interioridad delos personajes, su mundo de pensamientos parece todo lo contrario: intenso, activo y variado, tanto como para implicar en él al lector, queacaba sintiéndose mudo testigo, presente en las reuniones de Renée, Paloma y el señor Ozu. El juego de sentimientos interiores, tratados congran agudeza y lucidez, descubre la faceta pedagógica de una profesoraNUEVA REVISTA 119 · OCTUBRE 2008[ 166]Un erizo en Parísde filosofía y muestran un expresivo retrato de las inquietudes delmundo posmoderno, hecho de fortunas inestables, poderes cambiantes, ideas confusas, ausencia de certezas y de creencias y temores, quemiran tanto al pasado como al futuro. La variedad y nitidez de los trazos personales y ambientales, constituyen el mejor acierto de la novelay hacen olvidar los rasgos, un tanto forzados de los protagonistas, queaparecen trazados como criaturas de diseño, más que como seres humanos de carne y hueso. El intelectualismo autodidacta de Renée, la precoz agudeza de la adolescente Paloma y la serena y bien humorada actitud vital del amigo japonés, ofrecen, no obstante, un materialnovelístico de buena calidad, donde razón y sentimiento se equilibran.Ingredientes que la autora alterna con buen estilo aunque, a este respecto, hemos de lamentar que la traducción española no contribuya aresaltar la calidad literaria del original francés.MARÍAPILARDECECILIANUEVA REVISTA 119 · OCTUBRE 2008[ 167]