Nueva Revista 125 > Una base teológica de futuro
Una base teológica de futuro
José Carlos Martín de la Hoz
Reseña del libro "Breve historia de la teología en América Latina" de Josep-Ignasi Saranyana.
File: una base.pdf
Archivos
Número
Referencia
José Carlos Martín de la Hoz, “Una base teológica de futuro,” accessed November 22, 2024, http://repositorio.fundacionunir.net/items/show/1760.
Dublin Core
Title
Una base teológica de futuro
Subject
Libros
Description
Reseña del libro "Breve historia de la teología en América Latina" de Josep-Ignasi Saranyana.
Creator
José Carlos Martín de la Hoz
Source
Nueva Revista 125 de Política, Cultura y Arte, ISSN: 1130-0426
Publisher
Difusiones y Promociones Editoriales, S.L.
Rights
Nueva Revista de Política, Cultura y Arte, All rights reserved
Format
document/pdf
Language
es
Type
text
Document Item Type Metadata
Text
Una base teológica de futuroJOSÉCARLOSMARTÍNDELAHOZACADEMIADELAHISTORIAECLESIÁSTICACuando se habla de América, es fácil caer en la tentación de asignarle unafecha: 1492, como si en aquellas tierras, ignotas para los europeos, no hubiera nada, o como si los primeros descubridores no hubieran llevadonada. El Nuevo Mundo pasó a formar parte de la corona de Castilla. Erany se consideraban unidos a la metrópoli aunque vivieran a miles de kilómetros de distancia, con un océano por medio.Precisamente, los conquistadores llevaron un bagaje de fe y cultura quefecundaron las relaciones con los aborígenes en un mestizaje real que construyó un nuevo reino de Castilla con sus peculiaridades, como los tenían, ytienen, los pueblos que actualmente forman España o América.El siglo XVIespañol y, en concreto, la Escuela teológica de Salamanca,han pasado a la historia como una de las épocas más fecundas del saberteológico. En el seno del convento de San Esteban de Salamanca y a través de la docencia de Francisco de Vitoria y Domingo de Soto, se fue fraguando una nueva síntesis del pensamiento católico. Con el sentido humanista, el estudio directo de Santo Tomás y el resurgir de la teologíapositiva, bien anclada en las fuentes y atenta a los problemas de la época,surgió un nuevo modo de hacer teología. Volver a recordar aquella época,sirve para tomar aliento en el quehacer teológico de nuestro tiempo. Es indudable que profundizar en la teología española del siglo XVIy de cómose aplicó al Nuevo Mundo, será fuente de inspiración para nuestro tiempo. No se trata de copiar, sino de releer una teología que contiene unasopesada relación entre fe y razón, como está impulsando Benedicto XVI.El profesor JosepIgnasi Saranyana es una de las figuras más importantes del panorama historiográfico actual. Sus investigaciones en el ámbito dela historia de la teología y de la Iglesia son bien conocidas y gozan de reconocido prestigio. A lo largo de su dilatada carrera docente ha sido director del Anuario de Historia de la Iglesia y del Instituto de Historia de la Iglesia de la Facultad de Teología de la Universidad de Navarra. Entre los154NUEVA REVISTA 125reconocimientos, destacan su pertenencia al Pontificio Comité de Ciencias Históricas y su nombramientocomo académico correspondiente dela Real Academia de la Historia. También lo es de las Academias de México, Colombia, Perú y Puerto Rico,Saranyana es actualmente uno delos mejores medievalistas y profundoconocedor de Santo Tomás y de lateología escolástica. Desde esa sólidaBREVEHISTORIAbase y desde hace treinta años, haDELATEOLOGÍAdirigido un equipo investigador acerENAMÉRICALATINAca de la teología latinoamericana. EnJOSEPIGNASISARANYANAestos últimos años ha publicado, enEditorial BACcuatro gruesos volúmenes toda la inMadrid, 2009, 375 páginas formación relativa a la teología enAmérica. Ahora, en este nuevo trabajo, presenta al alcance del gran público el resumen de sus investigaciones, cubriendo de este modo una laguna historiográfica.Como se puede observar en la primera parte de su trabajo, la teología en la América de los primeros años está llena del frescor y de la profundidad teológica de los misioneros, pero también de la vida cristianade los laicos cristianos que conquistaron aquellas tierras. Unos y otrosllevaron su cultura, la organización, el derecho, pero sobre todo llevaronla fe.Primero fue la vida cristiana y luego la explanación de la fe. Los datosrecogidos por el profesor Saranyana son impresionantes: miles de catecismos, sermonarios, tratados teológicos, devocionarios, pequeños autossacramentales, y a la vez diccionarios y gramáticas de todas las lenguas indígenas. Es claro que desde el principio se realizó un gran esfuerzo porentender la lengua y las culturas indígenas de modo que pudiera presentarse la fe católica mediante ejemplos y expresiones inteligibles, comomuestran esas joyas catequéticas.155OCTUBRE 2009JOSÉ CARLOS MARTÍN DE LA HOZUna de las manifestaciones de la fe de aquellos gobernantes y de la claridad de ideas que tuvieron fue el nacimiento de las primeras universidades.Es impresionante que en medio del gran esfuerzo evangelizador, fueran segregados de la tarea los más capaces y los mejor conocedores de las lenguas para comenzar, en 1550 y 1551, las Universidades de México y Lima,con sus cátedras de Teología y de Lenguas. Como subraya Saranyana: «Enellas se produjo un fecundo maridaje de las corrientes teológicas: aquella quehabía nacido en Salamanca, de la mano de Francisco de Vitoria, basada enuna lectura inteligente y situada de la segunda parte de la Summa Theologiaede Santo Tomás, con especial acento a las cuestiones relativas al tratado deiure et iustitia(legitimidad de la conquista, origen de la soberanía, adecuada distinción entre el orden sobrenatural y el natural, primacía de los derechos fundamentales del ser humano, etc.) y las innovaciones introducidas por el Concilio de Trento, tanto en la reforma de la vida eclesiástica,como en un mayor acento en una pastoral basada en la primacía de los sacramentos».Las aportaciones fundamentales de la Universidad de Salamanca enAmérica fueron las Constituciones, privilegios y planes de estudio de esauniversidad; pero fue en el campo de la ética de la conquista donde serealizó la principal contribución. Los presupuestos de Francisco de Vitoria,Domingo de Soto, Diego de Covarrubias, etc., quedaron fijados a travésdel trabajo directo de sus discípulos. Por tanto influyeron en los legisladores, gobernantes, misioneros, universidades y escuelas; el 70% de losconsejeros del Real y Supremo Consejo de Indias son juristas formadosen la Universidad de Salamanca, y ellos elaboraron las leyes de gobiernoXVI.del Nuevo Mundo en el Muchos antiguos alumnos de Salamanca acabaron en América: de losprofesores, misioneros y altos funcionarios con formación universitariaque pasaron a las Indias en el periodo de 15351580, 180 han sido identificados como discípulos directos de los grandes maestros de Salamanca:113 son personalidades de la vida civil o eclesiástica, 33 son obispos o arzobispos, y 35 son profesores universitarios.Se conservan muchas obras escritas por profesores universitarios deaquella primera época, lo que indica que junto a las tareas docentes serealizaba una labor investigadora. Como demuestra este libro, se puede156NUEVA REVISTA 125UNA BASE TEOLÓGICA DE FUTUROhablar de una auténtica producciónProfundizar en la teología españolateológica americana, pues la necesiXVIy de cómo se aplicó aldel siglo dad de establecer la fe en pueblosNuevo Mundo será fuente de inspide cultura tan diversa produjo un esración para nuestro tiempo.fuerzo no sólo catequético sino también de una profundización teológica. En las páginas de este manual, elprofesor Saranyana desglosa detenidamente las figuras y el pensamientoteológico de los más importantes: Fray Bartolomé de Ledesma O.P. FrayPedro de Pravia O.P. Fray Alonso de Veracruz O.S.A. El padre Esteban deÁvila S.J. Juan Zapata Sandoval. Después vendrá la decadencia de la teología, tanto en España como en América.Como ya hemos dicho aquellas tierras eran parte de la corona de Castilla y la corona se siente obligada a legislar y a solucionar sus problemas.XVIIIy XIXcoRespecto a la expansión misionera en América, los siglos rresponden con un gran aumento de corrientes migratorias. Son muchosmiles de hombres y mujeres los que se trasladaron al Nuevo Mundo. Unoscatólicos, otros protestantes y judíos, y, juntos, construyeron una sociedadde nueva planta. América del Norte fue una nueva Europa donde se ensayaron la tolerancia y la democracia de corte liberal.Una faceta fundamental de la acción de la teología católica en las misiones de este periodo fue su contribución decisiva a la abolición de la esXVIy XVIIfueron cada más lasclavitud. Como es sabido, desde los siglos voces que clamaban por ello. Autores como Alonso de Sandoval, Tomásde Mercado, Bartolomé Frías de Albornoz, etc., plantearon la necesidad deque el Estado dejara de sostener la esclavitud. Un problema acuciante enAmérica, especialmente en la zona del Caribe, donde los grandes ingeniosde azúcar se hallaban explotados por un gran número de esclavos.La abundante presencia de diputados americanos en las Cortes deCádiz de 1812 demuestra el grado de identidad de las tierras españolas yde la América española. En sus intervenciones mostraban afanes y preocupaciones similares a los de la metrópoli. Saranyana estudia los teólogos,las intervenciones magisteriales y las corrientes de pensamiento de las facultades de Teología americana que existieron y que se fueron creando enAmérica. Las páginas dedicadas a esta época ocupan más de la mitad del157OCTUBRE 2009JOSÉ CARLOS MARTÍN DE LA HOZlibro. La emancipación de las tierras americanas de la corona españolaprodujo problemas importantes. La influencia de países como Francia eItalia modificó notablemente la situación intelectual de esas universidades y del mundo cultural en general.Los últimos capítulos muestran cómo desde los años sesenta del sigloXXla renovación de la teología y del neotomismo propiciado por el magisterio pontificio dio paso a la recepción del Concilio Vaticano II, perotambién a corrientes de pensamiento que se separaron de la letra y del espíritu conciliar. Como se ha dicho muchas veces, América fue como unlaboratorio de ensayo de ideas que nacían en Europa.La aparición y desarrollo de las llamadas «teologías de la liberación»; unmodelo europeo que terminó por no cuajar en América. Como resume Saranyana: «La Teología de la Liberación dio pie a importantes pronunciamientos de la Sede Apostólica, principalmente de la Congregación para laDoctrina de la Fe. Tales documentos no deben tomarse sólo como merasadvertencias o correcciones, según los casos, sino también como verdaderas aportaciones de carácter teológico, que extrajeron el núcleo de verdadde las diversas propuestas de la Teología de la Liberación y, separándolode la ganga, lo ofrecieron a la reflexión posterior, para la utilidad de la Iglesia. Tal es el caso, en especial, de la exhortación postsinodal Evangelii nuntiandi, de 1975; de la instrucción Libertatis conscientia, de 1986, un estupendo documento que constituye, en algún sentido, un autentico manualde teología liberacionista; y de la encíclica Redemptoris missio, de 1990».En las conclusiones, el profesor Saranyana se muestra optimista. Supropuesta de futuro no puede ser más positiva y alentadora: «No cabeduda de que la teología latinoamericana, muy sensible a las intrínsecasrelaciones entre Cristo, la Iglesia y el reino; tan interesada por averiguar enqué medida y cómo la edificación de la ciudad terrestre contribuye al advenimiento del reino, se halla en una excelente posición para recibirconespecial fecundidad la renovación teológica propuesta por el último concilio ecuménico».158NUEVA REVISTA 125