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Política 2.0. Algo más que Internet
Álvaro Matud Juristo
Artículo sobre la historia política de Barack Obama y la clave de su campaña electoral: las nuevas tecnologías.
File: Politica 2.0.pdf
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Álvaro Matud Juristo, “Política 2.0. Algo más que Internet,” accessed November 22, 2024, http://repositorio.fundacionunir.net/items/show/1703.
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Title
Política 2.0. Algo más que Internet
Subject
La Web 2.0 en la campaña de Obama
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Artículo sobre la historia política de Barack Obama y la clave de su campaña electoral: las nuevas tecnologías.
Creator
Álvaro Matud Juristo
Source
Nueva Revista 121 de Política, Cultura y Arte, ISSN: 1130-0426
Publisher
Difusiones y Promociones Editoriales, S.L.
Rights
Nueva Revista de Política, Cultura y Arte, All rights reserved
Format
document/pdf
Language
es
Type
text
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Política 2.0. Algo más que InternetÁLVAROMATUDJURISTOCODIRECTORDELMÁSTERDECOMUNICACIÓNINSTITUCIONALYPOLÍTICADELAUNIVERSIDADCARLOSIIIEl pasado 20 de enero Barack Obama entró en la historia como el primer presidente negro de los Estados Unidos de América. Seguramente, mientrassubía las escaleras del Capitolio para prestar juramento pasarían por su memoria los vertiginosos acontecimientos de su ascensión hasta esa cima. Quizárecordaría que ni uno solo de los asistentes a la Convención Demócrata delaño 2000 pudo imaginar que el próximo presidente demócrata de los EstadosUnidos no estaba entre ellos. Él, un joven abogado de color, estaba entre losque se quedaron fuera. Pero esto no le desalentó y prosiguió con su carrerapolítica iniciada en las calles de Chicago. En la siguiente convención ya consiguió que le invitaran a pronunciar el discurso inaugural. Un discurso que,desde que lo pronunciara John Fitzgerald Kennedy en 1960, se reserva habitualmente a las estrellas emergentes. Ese día, ya se sabe de dos personas quesoñaron con que el joven Obama llegaría a ser presidente: él mismo y su esposa Michelle. Las mismas dos personas que el pasado 20 de enero se convirtieron en la primera familia negra en habitar la Casa Blanca.46NUEVA REVISTA 121En sólo ocho años un perfecto desconocido en su propio partido se haconvertido en el 44 presidente de los Estados Unidos. Una vez más el mitodel sueño americano parece haberse hecho realidad. Un mito al que el propioObama recurrió al aceptar la nominación y que definió como «la promesa deque a través del trabajo duro y el sacrificio, cada uno de nosotros podemosalcanzar nuestros sueños individuales, a la vez que permanecemos juntoscomo una familia americana, para asegurar que la próxima generaciónpueda alcanzar sus propios sueños también». Es un mito tan antiguo comola propia nación americana, pues nació con la llegada del Mayflower. Unmito que desbordó las fronteras, atrayendo a millones de ciudadanos detodo el mundo que emigraron a los Estados Unidos buscando una nuevaoportunidad. Con el paso del tiempo ese mito fundacional se ha convertidoen uno de los principales motores de la psicología social estadounidense. Enel seno del sueño americano se han gestado arquetipos consolidados en lamemoria colectiva como el del selfmade mano la moral del éxito. No esextraño, por tanto, que el sueño americano haya sido también uno de losmitos fundamentales en el relato político de Barack Obama.El presidente Obama no sólo ha tenido que superar muchos obstáculospara llegar a la Casa Blanca sino que ha necesitado inventarse el camino. Nocontaba con el apoyo del partido ni el respaldo económico de grandes corporaciones. Tampoco tenía experiencia de gobierno ni era conocido por laopinión pública. En frente, Hillary Rodham Clinton parecía una apuesta inmejorable: mujer, famosa, con experiencia política y de un liberalismo moderado por los años. Además, gran parte del aparato del partido demócrataestaba controlado por su marido, el ex presidente Bill Clinton. El resto delpartido, quería por encima de todas las cosas desalojar a los republicanosdel poder y Hillary aparecía como un valor seguro. Por lo tanto, un senadorcasi novel y de raza negra no poseía un gran atractivo para el partido azul.En estas condiciones Obama emprendió lo que le gustaba denominar «unviaje improbable». Pero no lo hizo solo. Como no contaba con el aparato delpartido decidió buscar el apoyo directo de la gente. No tenía nada que ofrecerles a cambio, excepto la esperanza de cambiar la forma de hacer política47FEBRERO 2009con la propia campaña. Quizá su gran acierto fue saber explicarles que esecambio dependía sólo de que ellos los ciudadanos quisieran protagonizarlo. De su necesidad hizo virtud y consiguió que miles de americanos anónimos creyeran en ese cambio, precisamente porque era evidente queObama solo no podía conseguirlo. Movido por la convicción o por la necesidad, el resultado es que supo interpretar mejor que nadie la nueva configuración social de la era de Internet.EL CAMBIO SOCIAL Y EL CAMBIO POLÍTICODurante el siglo pasado, los autodenominados «medios de comunicación»TV), realmente no pasaban de ser medios de información uni(prensa, radio, direccional, en los que el emisor es una organización cerrada que difundeun mensaje unívoco dirigido a una pluralidad de receptores. Los verdaderosmedios de comunicación entre personas eran otros: el correo postal, el telégrafo, el teléfono y el fax, etc. En el siglo XXIInternet ha integrado tanto1unos como otros gracias a la digitalización y la interactividad.Actualmente, la web posibilita una comunicación inmediata de uno conuno (email), de uno con muchos (página web), de muchos con uno (blog)y, sobre todo, de muchos con muchos (red social). Se cierra así el ciclo de laauténtica comunicación, que es multidireccional y donde los roles de emisory receptor son intercambiables. Este ciclo produce redes virtuales de relaciones que generan comunidades vitales de intereses, pensamiento, aficiones, etc.Pero, a diferencia de las comunidades físicas, aquí prima la individualidadsobre el grupo. No hay jerarquías sino que cada uno influye en la medidaque participa y tiene iniciativas. Los mensajes se difunden cuando interesa su2contenido, no sólo por lo poderosa que sea la fuente que los emite. El protagonista indiscutible es el usuario, pero en la medida que decida ejercer eseprotagonismo y, siempre, en relación con los demás. No en vano el persona3YOU»; es decir, el ciuje del año 2006 para la revista Timefue precisamente «dadano activo que ejerce su nuevo poder social a través de las redes tejidaspor las nuevas tecnologías. Son los ciudadanos, convertidos en usuarios, losque están protagonizando el cambio social de nuestra época: el paso de la48NUEVA REVISTA 121ÁLVARO MATUD JURISTOinformación a la comunicación. Este cambio se ha querido plasmar en unnuevo concepto de la web, basado en la participación, que ha venido a denominarse Web 2.0En realidad, conviene recordar que la Web 2.0 es sólo un concepto queexpresa la nueva dimensión interactiva y relacional de los últimos desarrollosen Internet. Fenómenos como la Wikipedia, Youtubey Facebooktienen encomún que son creados por unos pocos, pero desarrollados por los propiosusuarios que escriben o corrigen voces de enciclopedia, cuelgan sus vídeoso recomiendan los ajenos y crean su propio perfil en una red social de la queforman parte sus amigos y conocidos. Sin la participación activa de los usuarios, la Web 2.0 no existiría.Muy pocos políticos son conscientes de que la clave del éxito dela comunicación de la campaña de Obama no ha sido Internet, nisiquiera la Web 2.0. La clave, si hay que quedarse con una, ha sidoentender que las nuevas tecnologías han potenciado el valor deun recurso tan viejo como la democracia ateniense: la gente.Esta nueva forma de participar tiene unas importantes consecuenciasdesde el punto de vista sociológico. En el fondo, se trata de una corrientefluida de energías vitales aportada gratuitamente por millones de ciudadanosque quieren formar parte de esas comunidades virtuales. No es extraño que,como vaticinaba Alejandro Llano, esta nueva riqueza social atrajera la atencióndel poder político. Frente a esta nueva capacidad de los individuos el poderpolítico tiene dos opciones: puede aprovecharlo para regenerar la democraciacon una mayor participación de los ciudadanos o puede caer en la tentacióninmediata de colonizar estos mundos vitales para su propio interés.Al principio, la mayoría de los partidos políticos del mundo se interesaron en Internet para dar una pátina de modernidad a su imagen. Al pocotiempo, descubrieron que era un ámbito en el que «hay que estar» para 49FEBRERO 2009POLÍTICA 2.0. ALGO MÁS QUE INTERNETno parecer desfasado. Para justificar esas primeras aproximaciones, los partidos políticos se convencieron de que era un canal muy adecuado parahacer llegar su mensaje a los jóvenes. Con el paso del tiempo, y la extensión de las conexiones de banda ancha en los hogares, los políticos se convencieron, definitivamente, de que «hay que utilizar Internet». Se multiplicaron entonces las páginas web de los partidos y los blogs de los candidatos.La aparición de Youtubefue saludada como una oportunidad de difundirgratuitamente los mismos vídeos publicitarios que se proyectaban en losmítines. En la actualidad, la última tendencia es apuntarse a la moda Obamapara decir «hay que tener una red social». Pero muy pocos políticos son conscientes de que la clave del éxito de la comunicación de la campaña deObama no ha sido Internet, ni siquiera la Web 2.0.La clave, si hay que quedarse con una, ha sido entender que las nuevastecnologías han potenciado el valor de recurso tan viejo como la democraciaateniense: la gente. Como decía Hannah Arendt, «las libertades democráticaspueden hallarse basadas en la igualdad de todos los ciudadanos ante la ley;sin embargo, adquieren su significado y funcionan orgánicamente sólo allídonde los ciudadanos pertenecen a grupos y son representados por éstos o4. La sociedadred es, más quedonde forman una jerarquía social y política»nunca, el conjunto de las personas que la conforman al colaborar entre ellas.«NO ES LA TECNOLOGÍA, ESTÚPIDO»Nadie pone en duda ya que el éxito de la campaña electoral de Obama harevolucionado la comunicación política. Impulsado por la improbabilidad desu objetivo político se arriesgó con una estrategia electoral considerada imposible hasta la fecha: hacer campaña en los cincuenta estados de la Unión,en lugar de centrarse en los estados clave. Para conseguirlo necesitaba, principalmente, dinero y voluntarios. Como el partido no se los iba a proporcionar decidió buscárselos él. Y acudió a Internet.Evidentemente, Obama ha sabido desarrollar las posibilidades de Inter5net que la brillante campaña de Howard Dean había explorado en 2004. Elactual presidente del Partido Demócrata ya había demostrado la eficacia de50NUEVA REVISTA 121ÁLVARO MATUD JURISTOla web para conseguir tres objetivos fundamentales: recaudar fondos, captary organizar voluntarios y difundir el propio mensaje. Los responsables de lacampaña de Obama, dirigidos por uno de los fundadores de la red socialmás extensa del mundo, Facebook, desarrollaron un elemento integrador de6toda la estrategia on line de Obama: «mybarackobama.com». Bajo la apariencia de una amigable y moderna página Web 2.0, «mybarackobama.com» esconde una red social propia que se relaciona, además, con la mayoría deredes sociales relevantes en los Estados Unidos. Para dinamizarla, Obama7contaba con casi trescientas personas. Esta red social propia ha atraído ados millones de personas que han querido formar parte de ella.En esta gigantesca comunidad de simpatizantes se han organizado durante esta campaña 35.000 grupos de voluntarios y 200.000 eventos reales (offline). La ininterrumpida conversación surgida entre ellos y con sus amigosha generado 400.000 comentarios (posts) de blog. Partiendo de esa red elequipo de campaña de Obama recopiló 13 millones de direcciones de correo electrónico dispuestos a recibir mensajes. Esta impresionante base dedatos posibilitó la emisión de 13.000 millones de mensajes de correo electrónico sobre la campaña de Obama. A diferencia de los envíos indiscriminados de publicidad electoral por correo postal, estos mensajes se segmentaban según las características de los destinatarios: domicilio, sexo, edad,ocupación, etc. Además, se enviaron conforme la situación de la campaña lorequería y siempre vinculados a asuntos concretos y con peticiones determinadas. Esta red de simpatizantes se convirtió también en una formidable máquina de captación de donativos. Sólo en la última semana, las páginas webpersonales de 70.000 simpatizantes recaudaron 30 millones de dólares.Estamos, sin duda, ante una revolución en la forma de llevar a cabo unacampaña electoral. Sin embargo, cabe preguntarse ¿no tuvieron estos instrumentos tecnológicos a su disposición los sucesivos rivales de Obama? Enefecto, tanto Hillary Clinton primero como John McCain después, dispusieron de las mismas herramientas: páginas web, correo electrónico, redes so8ciales, etc.Parece, entonces, que no es la capacidad tecnológica lo quemarca la diferencia sino la manera de utilizar esos mismos recursos. En el51FEBRERO 2009POLÍTICA 2.0. ALGO MÁS QUE INTERNETfondo, mientras Hillary y McCain utilizaron la Web 2.0 para su campaña po9lítica, Barack Obama hizo Política 2.0.UNA NUEVA FORMA DE HACER POLÍTICAHacer Política 2.0 es adaptarse al nuevo ámbito social. Por eso, va mucho másallá de utilizar Internet como un nuevo canal de información e influencia.Incluso trasciende la posibilidad de facilitar la participación de la gente en elpropio proyecto a través de mecanismos de la Web 2.0. Hacer Política 2.0 esconvertir el proyecto político en un proyecto coprotagonizado por los ciudadanos. En el que ellos son verdaderos agentes de la acción política y no sólode su difusión. No se trata, por tanto, de la concesión graciosa de un nuevodespotismo digital ilustrado sino de una adaptación a la actual descentralización del poder político. Esta nueva forma de hacer política parte de reconocer que el poder ya no habita sólo en las casas de lujo de las grandes ciudades sino que viaja en cercanías y se mueve por el Metro. Por eso, requiereintegrarse en las nuevas redes sociales virtuales.Este proceso de cambio, para ser verdadero, debe respetar la forma deser y de actuar en la sociedad red. Sólo así las energías de ese nuevo mundovital podrá regenerar el ámbito de la política. De lo contrario, será como asfaltar los caminos de un bosque para convertirlo en un bonito, pero artificial,jardín botánico. Porque, actualmente, existe un desfase enorme entre la capacidad tecnológica y la cultura política. La sociedad red es refractaria, porejemplo, a proyectos teledirigidos y cerrados donde sólo se pide la opinión.Tampoco acepta mensajes unilaterales que no aceptan el feedbacksincerode los receptores. La sociedad red evita los controles y las prohibiciones ytiene otro concepto de la discreción: lo que no quieres que se sepa no lodigas. Es una estructura social donde recibes en la misma medida que das:información, contactos, etc.Hablar de una nueva forma de hacer política puede parecer un planteamiento utópico o futurista. Pero ya hay una persona que lo ha llevado a la práctica y ahora mismo está sentado en el Despacho Oval de la Casa Blanca. Y sepuede decir que está allí porque cientos de miles de personas se involucraron52NUEVA REVISTA 121ÁLVARO MATUD JURISTOdirectamente en su campaña y se sintieron parte de la misma. Como resultado, Obama levantó una estructura más importante que la del propio partidodemócrata.Esa amplia base social y el compromiso de sus partidarios le permitieron recaudar más dinero que Hillary, a pesar de que ella contaba con unagran fortuna personal e inmejorables apoyos entre la clase adinerada americana. Además, cuanto más lejos llegaba el candidato Obama más claro aparecía que eran ellos, los voluntarios y simpatizantes, los que estaban consiguiendo que un desconocido se impusiera al aparato del partido. Por eso,cuando consiguió la nominación como candidato demócrata, Obama searriesgó a renunciar a la financiación oficial, segura pero sometida a unoslímites rígidos. Sabía que su red social podía conseguir romper todos los récords de recaudación de la historia política. En total, se calcula que llegó arecibir más de seiscientos millones de dólares para su campaña electoral.Esta impresionante capacidad económica le sirvió para contratar miles deprofesionales que formaran y coordinaran a los voluntarios de cada estado.Sólo en su cuartel general de Chicago, trabajaban casi mil personas. No esde extrañar que algunos analistas políticos hayan destacado que uno de losfactores decisivos de la campaña de Obama fue la logística. En cualquiercaso, este formidable partido político levantado en pocos meses se puso alservicio de la estrategia política 2.0. En lugar de sustituir a los voluntariosde la primera hora, el papel de los profesionales era potenciar aún más sutrabajo y aportar un férreo control del mensaje.Gracias a las tecnologías de la comunicación, los partidarios de Obama se10. Simplemente dandoconvirtieron en sus agentes electorales por todo el paísel nombre, la dirección de correo electrónico y el código postal en «mybarackobama.com», cualquier persona podía empezar a trabajar para la campaña através de la web, el correo electrónico, los teléfonos móviles, etc. Pero más importante que el aprovechamiento de estos nuevos canales fue la apertura dela producción de contenidos. En esta tarea el recurso a las energías creativas11y espontáneas de los simpatizantes también desbordó todas las previsiones.En medio de esta explosión de creatividad, la campaña de Obama practicó 55FEBRERO 2009POLÍTICA 2.0. ALGO MÁS QUE INTERNETescrupulosamente la disciplina del mensaje. Para conseguirlo, los ejes temáticos y los mensajes eran siempre muy claros y accesibles, pero siempre los mismos. La sencillez de los mensajes permitió la máxima flexibilidad para quecada voluntario los pudiera adaptar a diversos públicos, soportes, etc. El último paso en esta estrategia viral consistió en convertir a los propios miembrosde la red en controladores del mensaje cuando arreciaron los ataques desde12la campaña republicana. Mediante la iniciativa «Fight the Smears»(«combatelos rumores») se pidió a los voluntarios que denunciaran todas las acusacionespublicadas sobre Obama en cualquier medio de comunicación. Para ello tenían a su disposición las explicaciones defensivas de la campaña y la posibilidad de preguntar si surgían nuevos temas polémicos.Pero no todo es comunicación viral en la Política 2.0. La potencialidaddifusora de las redes sociales debe combinarse con la capacidad de plasmarse en acciones reales de ámbito local. Es indudable que uno de los aspectos más fascinantes de Internet es su capacidad para trascender las fronteras geográficas y generar nuevas comunidades basadas en interesescomunes más que en la proximidad física. Pero las personas solemos usarmás la tecnología para mejorar nuestra vida diaria que para sustituirla. Y nohay que olvidar nunca que las elecciones no se ganan en el mundo virtual,sino en el mundo real. Al final todos votamos en los lugares donde vivimos e influidos por el ambiente donde nos desenvolvemos. Por eso, una estrategia viral debe terminar en acciones locales: reuniones, fiestas, mítines, etc.Es aquí donde resulta clave la logística en red de la campaña. A través dela tecnología Obama pudo alimentar de mensajes y recursos publicitarios alos simpatizantes, pero sobre todo les mantuvo animados en todo momento a tener iniciativas y comunicárselas al resto de la red. De esta forma, acada simpatizante le llegaban las actividades que se iban a celebrar cercade su domicilio, sobre cuestiones que por su perfil le podían interesar, etc.Esta permanente comunicación sirvió también para crear un efecto imitación de los seguidores entre sí que multiplicó cada una de las iniciativas:charlas en el propio domicilio, encuentros para ver los debates televisadoscon amigos y vecinos, etc.56NUEVA REVISTA 121ÁLVARO MATUD JURISTO¿UNA NUEVA FORMA DE GOBIERNO?¿Dónde está, entonces, la novedad del liderazgo político de Obama? Más alláde tipologías y de mitos su originalidad consiste en haber encabezado un verdadero movimiento social. Por primera vez, un político ha sabido conectarcon el zeitgeist del siglo XXIpara presentarse como un catalizador de las iniciativas individuales. Así lo explicó el propio Obama en el discurso más decisivo de toda su campaña, el día que Hillary Clinton ganó ajustadamente lasprimarias de New Hampshire. En la noche del 8 de enero de 2008, las palabras de Obama transformaron la dulce derrota en una alegre victoria y lanzaron un grito que recorrió el mundo: «Yes, we can!». Hay quien ha querido ver en este eslogan una suerte de palabras mágicas. Pero no resulta muyHacer Política 2.0 es convertir el proyecto político en un proyecto coprotagonizado por los ciudadanos, en el que ellos son verdaderos agentes de la acción política y no sólo de su difusión. Nose trata, por tanto, de la concesión graciosa de un nuevo despotismo digital ilustrado sino de una adaptación a la actual descentralización del poder político.original, ni siquiera especialmente logrado. La fuerza de esa frase hay quebuscarla en la idea que lo alimenta: «La razón de nuestra campaña ha sidosiempre diferente; la razón por la cual hemos emprendido este viaje improbable hace casi un año es porque no se trata sólo de qué voy a hacer comopresidente; se trata también de qué vais a hacer vosotros: la gente que amaeste país, los ciudadanos de los Estados Unidos de América pueden hacer elcambio. Esto es de lo que se trata en esta elección». Este mensaje, de evidentes raíces kennedyanas, anuncia un nuevo modelo de liderazgo político.La conversión de ese liderazgo político en una acción de gobierno es unode los principales desafíos con los que se enfrenta el nuevo presidente americano. Hasta ahora ha seguido fiel a su estilo consiguiendo involucrar a los57FEBRERO 2009POLÍTICA 2.0. ALGO MÁS QUE INTERNETciudadanos en la transición mediante una nueva plataforma www.change.gov.Sin embargo, esta nueva web es mucho más informativa que participativa. Evidentemente el gobierno tiene una legitimidad de ejercicio que no admite elmismo grado de descentralización que una campaña electoral. ¿Cómo encauzar, por tanto, las energías de los cientos de miles de simpatizantes que lehan llevado a la Casa Blanca?Una primera respuesta se ofreció pocos días antes de su toma de posesión. A través de un vídeo, el todavía presidente electo anunciaba a losmiembros de su red de simpatizantes la puesta en marcha de una nueva ini13ciativa: Organizing for America. A falta de ulteriores concreciones, pareceel intento de retomar una vieja idea el voluntariado cívico aprovechando los nuevos canales de la Web 2.0. En sus propias palabras, «vosotros habéis construido el más grande movimiento social en la historia y habéis determinado el futuro de este país. Y el movimiento que habéis construido esdemasiado importante para que se detenga ahora». El objetivo es que losmiembros de su red contribuyan a organizar un tejido de iniciativas cívicasque lleve a la práctica en su ámbito las orientaciones políticas del presidente Obama: «Como presidente, necesitaré la ayuda de todos los americanospara afrontar los desafíos que tengo por delante. Por esto es por lo que pidoa personas como tú que han luchado por el cambio durante la campaña quecontinúen luchando por el cambio en su comunidad».Una vez más, se trata de una propuesta de Política 2.0 en la que la tecnología es una condición necesaria pero no suficiente. Lo más importante esla propuesta que la sustenta que se puede concretar en la misión anunciadaen su discurso de toma de posesión: «El espíritu del servicio, la disposicióna encontrar significado a algo más grande que vosotros mismos. Y es en estemomento, un momento que definirá una generación, cuando este espíritudebe englobarnos a todos».Tenemos por delante cuatro apasionantes años para comprobar si es posible un gobierno con los ciudadanos y no sólo para los ciudadanos. 58NUEVA REVISTA 121ÁLVARO MATUD JURISTONOTAS1Pilar Diezhandino (dir.), Periodismo en la Era de Internet, Fundación TelefónicaEd. Ariel,2007.2Shanto Yyengar y Jennifer A. McGrady, Media Politics, W.W. Norton & Company, NuevaYork, 2007.3«Por hacerte con las riendas de los medios a escala global, por fundar y estructurar la nuevademocracia digital, por trabajar a cambio de nada y ganar a los profesionales en su propiojuego, el personaje del año 2006 eres tú». Time, 23.XII.2006.4Hannah Arendt, Los orígenes del totalitarismo, Taurus, Madrid, 2001, p. 393.5Joe Trippi, The Revolution Will Not Be Televised, ReganBooks, 2004.6www.mybarackobama.com.7www.ethepeople.com.8Ben Adler, Can McCain compete with Obama online?, www.politico.com, 15.VI.9El origen del término es discutido, pero parece que se acuñó en el blog Mother Jones:http:www.motherjones.comnewsfeature200707fight_different.html10Antonio Gutiérrez Rubí, «El nacimiento del ciberactivismo político», El País, 22.VI.2008, p.39.11La primera sorpresa llegó con un videoclip musical protagonizado por la autodenominadaObama Girl, titulado «Ive got a crush on Obama» («Estoy loca por Obama»), que atrajo la atención de los medios, lo que provocó una multiplicación de los visionados en la web. La combinación de medios onliney off lineproporcionó una primera dosis de notoriedad al candidato. Pero la creación que marcará la historia de la comunicación política vino de la manode un grupo de artistas cantantes y actores, principalmente que puso música a las palabras de Obama en el discurso de New Hampshire. Gracias a este vídeo, visto por millonesde personas, el lema «Yes, we can!» caló en la opinión pública y atravesó incluso las fronteras americanas. Desde ese momento, se sucedieron los videoclips musicales y los vídeos caseros apoyando la candidatura de Obama. Las energías creativas espontáneas no se limitaronal formato audiovisual: grafitis por las calles, montajes fotográficos del rostro de Lincoln conlos rasgos de Obama, cuadros al estilo Warhol, pósters con estética alternativa de los añossetenta, pegatinas con lemas originales («Its your mamma for Obama?»), etc., inundaron lascalles de las ciudades estadounidenses.12http:www.fightthesmears.com.13http:my.barackobama.compageinvitethefuture.59FEBRERO 2009POLÍTICA 2.0. ALGO MÁS QUE INTERNET