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El humanismo y el ideal de la cultura

Eduardo Fernández

Ensayo sobre el libro de Antonio Fontán "Príncipes y Humanistas"

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Eduardo Fernández, “El humanismo y el ideal de la cultura,” accessed April 26, 2024, http://repositorio.fundacionunir.net/items/show/1692.

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Title

El humanismo y el ideal de la cultura

Subject

El humanismo como conocimiento o cultivo de las letras humanas

Description

Ensayo sobre el libro de Antonio Fontán "Príncipes y Humanistas"

Creator

Eduardo Fernández

Source

Nueva Revista 121 de Política, Cultura y Arte, ISSN: 1130-0426

Publisher

Difusiones y Promociones Editoriales, S.L.

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Nueva Revista de Política, Cultura y Arte, All rights reserved

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document/pdf

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es

Type

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El humanismo y el ideal de la culturaEDUARDOFERNÁNDEZDOCTORENFILOLOGÍAEl humanismo como conocimiento o cultivo de las letras humanas resulta unconcepto de corto alcance para explicar el humanismo renacentista, esa revolución de los saberes que tiene por modelo paradigmático el mundo clásico grecolatino, y más aún para entender la actitud vital basada en una concepción integradora de los valores humanos. Estas diversas acepciones dela palabra humanismo pueden aplicarse al mismo tiempo al humanismo delque trata este libro: los protagonistas del segundo humanismo europeo acoXV, concretamente desde la lletado temporalmente desde finales del siglo gada de Nebrija a España tras sus estudios en Italia, hasta mediados del XVIcon la apertura de la biblioteca de El Escorial.El origen de este libro tiene que ver con una investigación que comienza en el año 1947 con la lectura por parte del joven Fontán del libro de Walter Rüegg, Cicero und der Humanismus, publicado en Zúrich en 1946 en elque aparecía una reflexión sobre el humanismo que va a impresionar y marcar una de las grandes líneas de investigación de Antonio Fontán. Y es queel término de humanismoy humanistano es tan antiguo como se piensa.Al parecer se remonta tan sólo a principios del siglo XIXcuando el filósofoy pedagogo bávaro Friedrich Immanuel Niethamer lo empleó por primeravez. Es el concepto más que el término lo que despertará el interés que llegahasta Príncipes y humanistas.Además de un comentario del libro de Rüegg, publicado en 1947 enArbor, la revista del CSIC, poco después su labor investigadora quedaría reflejada en un artículo más amplio titulado «Humanismo» (Arbor,1951, vol. XIX,pp. 6674). Seis años después aparecen publicados tres artículos de carácter41FEBRERO 2009más divulgativo en la tercera de ABC(«Distinción del humanismo» 17857; «Laeducación por la palabra», 18857; «El nuevo humanismo nacional», 231057).Fruto de un trabajo más profundo —y al estilo de la lección magistral de oposiciones a cátedra pronunciada por Menéndez Pelayo en 1878, dedicada a los«humanistas españoles del siglo XVI»—, Antonio Fontán dedicó la lección inaugural del curso académico 195758 en Pamplona, a las Artes ad humanitatemen lo que luego sería publicado como libro con ese mismo título para rescatar los ideales del hombre y de la cultura en tiempos de Cicerón. En esta obradestaca la soltura en el manejo de las fuentes clásicas, griegas y latinas, parainterpretar en su contexto histórico y filosófico el concepto clásico de humanitasque aparece repetidas veces «con un matiz ético y social, característicode lo mejor del hombre, es decir, de aquella condición que más radicalmentelo distingue de las bestias y que igualmente aleja al hombre civilizado del bárbaro, a quien puede calificarse como immanis, ferus, ferox».A partir de ese momento comienza una nueva investigación sobre el humanismo más ambiciosa desde el punto de vista histórico y del concepto dehumanitasen Cicerón, pasamos al concepto de humanismo romano, que logrará una visión de conjunto de toda la influencia del pensamiento de Antigüedad romana a través de sus textos y de sus autores, desde la tradición dela cultura antigua y los grandes clásicos, especialmente Cicerón, Horacio, Virgilio, Tito Livio y Séneca, hasta el humanismo renacentista y el humanismocientífico moderno. En el libro titulado Humanismo romano, publicado en1974 por la editorial Planeta, Antonio Fontán compendia, ilustra y desarrollainnumerables artículos, trabajos científicos u obras de divulgación, estudiadosy publicados algunos de ellos durante la década anterior. Quizá los más destacados son los aparecidos en la extinta revista Atlántida, todos ellos convenientemente citados en la nota bibliográfica. Allí, en el capítulo dedicado alhumanismo renacentista titula uno de sus apartados como «Introducción al humanismo español» como un esbozo de lo que ahora, más de treinta años después, presenta bajo el título Príncipes y humanistas.Durante esos años, desde 1974 hasta hoy, su atención y dedicación al humanismo fue suficiente para que sus amigos le homenajearan con un libro42NUEVA REVISTA 121EDUARDO FERNÁNDEZacadémico en 1992, con motivo de sunombramiento como profesor emériLogra una recreación del ambiente cultural de la Europa de los sito, que lleva por título precisamenteglos Humanitas in honorem Antonio FonXVy XVI, basada en las obrastán(Madrid, 1992); vieron la luz liy el pensamiento de unas pocas figuras fundamentales del humanisbros sobre Luis Vives (Valencia, 1992)mo europeo, todos ellos profesoy Juan Dantisco (Alianza, 1994); tamres, escritores, políticos, amigos,bién por esas fechas impartió uncurso de doctorado sobre humanishumanistas.mo y humanistas españolesen la Universidad Complutense de Madrid, alque tuve la suerte de asistir, centrado en la figura de Nebrija. Además de algunos trabajos (estrenas navideñas) son otros muchos los artículos que permiten hacer un seguimiento de la investigación que concluye con la publicación de este libro.Así, podemos afirmar que con este trabajo se recoge el fruto de más desesenta años de estudio y dedicación al humanismo desde aquellas primeras incursiones de 1947; y (a pesar de que el autor hace concretísima mención de los trabajos que, como hitos a lo largo del camino, marcan el itinerario seguido) lo que podía parecer una recomposición de viejos artículosdesparejados por el tiempo y las circunstancias editoriales, se descubrecomo una seria y duradera reflexión, en ocasiones académica, otras vecesmás ensayística o histórica, a veces más filológica de lo que supone el humanismo para Antonio Fontán.Príncipes y humanistaslogra una recreación del ambiente cultural de laXVy XVI, basada en las obras y el pensamiento de unasEuropa de los siglos pocas figuras fundamentales del humanismo europeo: Erasmo, Moro y Dantisco, especialmente; y Nebrija y Vives como representantes del humanismoespañol que podríamos resumir con una pincelada: Nebrija el profesor, Vivesel filósofo, Erasmo el escritor, Moro el político; y todos ellos profesores, escritores, políticos, amigos, humanistas. Son, sin embargo, más de quinientos los nombres citados, entre antiguos y modernos y casi trescientos los 43FEBRERO 2009EL HUMANISMO Y EL IDEAL DE LA CULTURAlugares a los que se hace referencia; resulta difícil que cualquier especialista no encuentre alguna noticia o pertinente mención de alguno de los humanistas aquí denominados filósofos del rey: Mendoza y Coloma, Furió y Rivadeneira, Arias Montano, Las Casas, Sepúlveda o Sigüenza, etc. En cuantoa los príncipes, Felipe II y Carlos V; Enrique VIII, Francisco I, los Reyes Católicos, o Lorenzo de Médicis, entre otros.En común, además del latín como lengua de cultura, el interés por losproblemas políticos, el compromiso en el conocimiento de los antiguos paramejorar el presente y el futuro y la preocupación por hacerse oír e influiren los príncipes capacitados para tomar decisiones. Recuerda en cierta medida a la platónica idea de los reyes filósofos que buscan la verdad y la jusXVI. Los prínticia, pero adaptada a las circunstancias particulares del siglo cipes comienzan a recibir una específica formación para ser reyes y comoprofesores y maestros reciben a los humanistas, después, una vez ya en eltrono, tampoco dudarán en acudir a ellos avalados por la aureola de ser loshombres más sabios de su tiempo. Destaca el capítulo titulado «1516, annusmirabilisde la filosofía política», en el que se publicaron tres libros con estemismo objetivo político: El Príncipede Maquiavelo, la Principis christianiInstitutiode Erasmo y Utopíade Moro.El ambiente cultural también ayuda a la rápida difusión de sus ideas, la aparición de la imprenta, los grandes descubrimientos, la confianza en la razón yel mejor conocimiento de los antiguos son características que pueden atribuirse igualmente a esta época. Por eso, los humanistas se convierten en modelopara toda Europa a la vez que entre ellos se abre un especial cauce de comunicación.Se respira el ambiente cultural de la época que se apoya en la investigación filológica y el manejo de las fuentes; se trata con rigor la obra de Nebrija, de Vives, de Erasmo; se cita y se utiliza la bibliografía más actual, desmintiendo u afirmando; se aportan nuevos datos, por ejemplo sobre lasmediciones de Nebrija en Zalamea (págs. 7883). Además se intercalan e incluyen comentarios y anécdotas que nos ayudan a un mejor acercamiento alos protagonistas: se descubre a un irónico Nebrija recomendando seguir44NUEVA REVISTA 121EDUARDO FERNÁNDEZlos nuevos preceptosde un recetariode cocina (pág. 93); o la noticia deDestaca la soltura en el manejo delas fuentes clásicas, griegas y latiuna elegía latina (de Emerita restituta)nas, para interpretar en su contexen la que describe el teatro de Méridato histórico y filosófico el conceptoa finales del siglo XV(pág. 63); a Moroy Erasmo paseando juntos en el otoñoclásico de humanitas.de 1499 en la localidad de Greenwichpara ir a comer con el duque de York,futuro Enrique VIII (pág. 230); o el abandono de Inglaterra por parte de Vivesen 1528 «por el asunto de Juno y Júpiter», refiriéndose a la irónica expresiónque utilizaban Moro y Erasmo para referirse al matrimonio de Enrique VIII(pág. 246).XVreDetrás de todas estas anécdotas de los grandes espíritus del siglo luce el primer humanismo romano, aquel ideal del hombre cultivado, recto,virtuoso, que aprende y enseña al que dedicara sus trabajos de 1957 (Artesad humanitatem) y que da continuidad y coherencia al concepto de humanismo «perfilado ya por Cicerón como un ideal de cultura en el sentido moderno de la palabra. Su realización es fruto de un proceso educativo teóricopráctico que supone la existencia en el sujeto de determinadas condicionesnaturales. Humanitases la meta y el camino del proceso entero».El humanismo europeo descrito en Príncipes y humanistases como laconclusión de una trilogía que nace en el ideal griego (Artes ad humanitatem), se desarrolla en el Humanismo romanoy sirve de sustrato para la moderna mentalidad del hombre sabio. Por eso no resulta sencillo adscribir estelibro a un determinado género, porque contiene historia, filología, filosofía,literatura y todo ello vinculado, empapado, de política, de cultura y de latín:eso es el humanismo para Antonio Fontán. 45FEBRERO 2009EL HUMANISMO Y EL IDEAL DE LA CULTURA