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La generacion Obama

José M. de Areilza Carvajal

Artículo sobre la figura de Barack Obama y su manera de hacer política, gracial a él algo ha cambiando dentro y fuera de las fronteras norteamericanas.

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Referencia

José M. de Areilza Carvajal, “La generacion Obama,” accessed April 25, 2024, http://repositorio.fundacionunir.net/items/show/1674.

Dublin Core

Title

La generacion Obama

Subject

Una esperanza para Estados Unidos

Description

Artículo sobre la figura de Barack Obama y su manera de hacer política, gracial a él algo ha cambiando dentro y fuera de las fronteras norteamericanas.

Creator

José M. de Areilza Carvajal

Source

Nueva Revista 118 de Política, Cultura y Arte, ISSN: 1130-0426

Publisher

Difusiones y Promociones Editoriales, S.L.

Rights

Nueva Revista de Política, Cultura y Arte, All rights reserved

Format

document/pdf

Language

es

Type

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UNA ESPERANZA CON INTERROGANTESLa generación ObamaJOSÉM. DEAREILZACARVAJALDECANOIELAWSCHOOLarack Obama fue el número uno cuando estudió en la que posiblemente era la mejor Facultad de Derecho del mundo a principios deBlos noventa. Su paso fulgurante por Harvard Law School hizo pensarque lograría cualquier empeño profesional que se propusiera. Pero nadieimaginaba que iba tener un impacto tan grande sobre la vida públicanorteamericana. Con independencia de quién gane las elecciones presidenciales de noviembre, la manera de hacer política ya ha cambiadoalgo gracias a él, dentro y fuera de las fronteras norteamericanas. Obamaes enormemente popular en todo el mundo y representa a una nueva generación de ciudadanos de países muy desarrollados, los baby boomers.A grandes rasgos, en esta generación la imagen tiene preferencia sobrela palabra y se trabaja toda la vida sometidos a una dura competencia,a pesar del bienestar material de la sociedad occidental en conjunto.El caso de Barack Obama desafía las categorías habituales con lasque hasta ahora se explicaban los candidatos a la presidencia de EE.UU.Lo más notable de la campaña de Obama es que está logrando quemucha gente desencantada con el sistema participe y se interese porlos asuntos públicos. Esta capacidad para sumar incorporaciones al proceso democrático es algo realmente valioso. El senador de Illinois se hafinanciado exitosamente sobre todo a través de pequeñas donaciones enInternet. Posee una rara habilidad, ser muchas cosas muy diferentespara sus muy diversos partidarios. Ante la formidable y agresiva campaña de Hillary Clinton ha demostrado resistencia hasta la extenuacióny habilidad para reconocer errores y enmendarlos. Es desde luego elNUEVA REVISTA 118 · JULIOSEPTIEMBRE 2008[ 26] primer candidato afroamericano con posibilidades serias de ocupar laCasa Blanca. Pero se eleva por encima de esta circunstancia. La mayoría de norteamericanos no lo perciben como el candidato de una minoría, sino como un politico capaz de corregir la deriva de la etapaBush, tanto en el plano exterior como en el doméstico. Su reto seríavolver a unir a un país tremendamente polarizado y desafíar a los llamados intereses especiales y a los lobbiesde las grandes empresas. Los estudiantes universitarios y el segmento más educado de la población, losjóvenes y no tan jóvenes con estudios superiores lo respaldan de modomayoritario.Como John F. Kennedy o Ronald Reagan, Barack Obama tienemucho de vendedor de sueños, pero en version postmoderna («Barack», por cierto, podría traducirse al español como «Fortunato», afortunado). Es muy llamativo que el aspirante demócrata prefiera comunicarse a través de historias, imágenes y emociones y deje en un planosecundario las propuestas racionales, detalladas y articuladas. La historia de su vida y de cómo él mismo encarna el sueño americano, contada en dos libros muy bien escritos, le ha hecho multimillonario. Ambosrelatos autobiográficos fueron publicados de forma muy estratégicaantes de lanzarse al ruedo presidencial y son la base de su campaña. Loque resulta más interesante, novedoso y también preocupante es queestas narrativas han sustituido en buena medida a sus argumentos sobrepolíticas públicas concretas.A estas alturas todavía se sabe poco sobre sus posiciones acerca denumerosos asuntos de interés público. En su corto recorrido en el Senado de EE.UU. estos tres últimos años, el representante de Illionis seha protegido a sí mismo de muchas votaciones en las que había quefijar un posicionamiento en cuestiones difíciles o controvertidas,hasta el punto de que tiene el récord de votos en la Cámara Alta queno han favorecido ni el sí ni el no, una actitud de cautela pero también de cálculo electoral.En política exterior y en cuestiones de seguridad, nos encontramossin duda ante el candidato menos experto y viajado de los tres que hanestado en liza durante estos meses. Es cierto que Barack Obama tieneNUEVA REVISTA 118 · JULIOSEPTIEMBRE 2008[ 27]José M. de Areilza Carvajalla capacidad de generar simpatíaCon independencia de quiénhacia EE.UU. en casi todo el mun gane las eleccionesdo, algo muy necesario en la campresidenciales de noviembre,paña global de relaciones públicasla manera de hacer política yaque debe comenzar el próximo ocuha cambiado algo gracias a él,pante de la Casa Blanca para recudentro y fuera de lasperar la imagen norteamericana,fronteras norteamericanas.seriamente dañada por las torpezasde planificación y comunicaciónde la Administración Bush. Pero pudiendo haber adquirido conocimientos y experiencia en asuntos internacionales, el senador de Illinois hasta ahora ha preferido no hacerlo. De ser elegido presidente,deberá elegir muy bien a sus asesores y aprender rápido. Todavía no haplanteado reformas claras ni iniciativas muy concretas para encararla seria crisis financiera y la delicada situación económica que atraviesa EE.UU.Algunos analistas temen que detrás de esta indefinición no sólo exista un nuevo modo de conectar con los electores a través de imágenes yejemplos y por supuesto un cálculo inteligente para ganar las primariasy en noviembre las elecciones. Barack Obama es acusado de ser un candidato disfrazado del sector más proclive a las recetas anticuadas delPartido Demócrata, más impuestos y mayor gasto, y no un moderado,rápido aprendiz de estadista y brillante gestor de sus evidentes puntosfuertes mediáticos, como querrían verlo muchos.Por otro lado, es cierto que Obama no está encasillado en dogmatismos ideológicos y parece capaz de gobernar desde el centro y unir a republicanos y demócratas en cuestiones esenciales para la buena marcha del país (como John McCain, por cierto). De hecho, muchos delos votantes de Obama en otoño serán republicanos desencantados quebuscan el cambio y quieren dejar atrás los años de Bush y ofrecer a sumaltrecho partido la posibilidad de regenerarse en la oposición. Estosnuevos demócratas piensan que John McCain está demasiado contaminado por lo peor del Partido Republicano de estos últimos años. Encualquier caso, los análisis que se hacen en España equiparando las ideasNUEVA REVISTA 118 · JULIOSEPTIEMBRE 2008[ 28]La generación Obamarepublicanas con las de nuestro centro derecha y las del Partido Demócrata con el socialismo de José Luis Rodríguez Zapatero no tienen fundamento ni deben ser tenidos en cuenta.Nadie duda a estas alturas de que Barack Obama es un político deenorme inteligencia, pragmatismo y talento como orador. Igualmente,parece muy deseable que un miembro de una minoría racial de EE.UU.pueda llegar a ser en algún momento el ocupante de la Casa Blanca. Sedaría así un gran paso para dejar atrás las lacras del racismo y la exclusión social. Por ahora Obama ha cambiado la manera de hacer política,poniendo el acento en el estilo, la trayectoria vital y los mensajes deesperanza, pero los interrogantes sobre su programa de gobierno permanecen sin resolver. En los próximos meses el cuerpo a cuerpo conJohn McCain desvelará el alcance y el contenido de este fenómeno po?lítico. JOSÉM. DEAREILZACARVAJALNUEVA REVISTA 118 · JULIOSEPTIEMBRE 2008[ 29]