Nueva Revista 063 > Me gusta contar

Me gusta contar

Pablo Echart

Nos habla de la obra del polifacético, novelista, Antonio Pereira, que reúne en este volumen más de sesenta cuentos.

File: Me gusta contar.pdf

Referencia

Pablo Echart, “Me gusta contar,” accessed April 19, 2024, http://repositorio.fundacionunir.net/items/show/1369.

Dublin Core

Title

Me gusta contar

Subject

Reseñas

Description

Nos habla de la obra del polifacético, novelista, Antonio Pereira, que reúne en este volumen más de sesenta cuentos.

Creator

Pablo Echart

Source

Nueva Revista 063 de Política, Cultura y Arte, ISSN: 1130-0426

Publisher

Difusiones y Promociones Editoriales, S.L.

Rights

Nueva Revista de Política, Cultura y Arte, All rights reserved

Format

document/pdf

Language

es

Type

text

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fuego. De la tradición oral, Pereira perfecto testimonio de una era de heredó algunas virtudes narrativas, transiciones múltiples, además de por ejemplo la capacidad para adenhaber logrado verdaderas y raras pietrarse con rapidez en la historia o zas líricas. Lo que llevó a escribir: para mantener siempre despierta la «Saboreo la alegría áspera del esplénatención del que escucha; pero quizá dido aislamiento». lo que más agradece el lector es la ANDRÉS SÁNCHEZ MAGRO forma en la que el narrador se oculta para dejar que la historia se quede con todo el protagonismo. Pereira va al grano, trabaja la sencillez y desecha cualquier tentación manierista que se acerque a sus relatos. Me gusta contar supone una excelente oportunidad para acercarse a la obra de este escritor periférico, polifacético —poeta vocacional, cuentista siempre, novelista esporádico—, acostumbrado al reconocimiento minoritario, a transitar por lo que hasta hace bien poco eran los «Me gusta contar»: con tres palabras arrabales de la literatura española. resume Antonio Pereira más de cuaPereira reúne en este volumen más renta años de dedicación al cuento. de sesenta cuentos, muchos publicaExacto desde la primera frase, Pereidos anteriormente y otros inéditos, ra encierra en esta afirmación una muestra acertada de su aportarotunda el norte que guía su escritución al género en la que recopila hisra, el fin grande y modesto de quien torias memorables: «El hombre de escribe para tener amigos, para la casa», «El apartamento», «El señor poder reunirse con ellos alrededor de los viernes», «El síndrome de de una mesa y charlar y beber unos Estocolmo», «Palabras, palabras para vasos de vino. una rusa» y tantas otras. Pereira busca siempre la complicidad de su lector, crear el ambiente Pereira ha dividido el conjunto familiar y de camaradería que presien cuatro apartados, de los cuales tres día los filandones, aquellas reuniones aluden a lugares geográficos: Madrid, invernales de otro tiempo en las que remotas regiones del globo y, por se contaban historias a la luz del supuesto, el noroeste peninsular. En los lugares más exóticos —Roma, Río, Acapulco...— y en los parajes más cercanos —Villafranca del Bierzo, Astorga, León— habitan sus protagonistas tragicómicos, hombres casi siempre, a veces víctimas de sucesos imaginarios o fantásticos, y a veces simplemente de mujeres, tan deseables como avispadas. Pereira trasciende la anécdota humorística o irónica para fascinarEn el prólogo del libro, que ha sido nos con unos personajes que nos uno de los finalistas del último Precautivan con su debilidad, personamio de la Crítica, Julio Martínez jes picaros, galanes de tres al cuarMesanza señala —insistió sobre esto to, un poco atontados y cobardes en la presentación en el Ateneo que tienen algo de Marcello Masmadrileño—, que «predomina, en la troianni, aunque sean a veces más poesía española, la abstracción» y es llanos y grotescos. Con la ayuda de poco frecuente la relación profunda, estos personajes, Antonio Pereira no meramente decorativa, de los hace saltar nuestros resortes anímipoetas con la Naturaleza: «Para cos y nos conduce, cuento a cuento, Pedro Antonio Urbina la poesía de la melancolía a la carcajada. existe en lo que nos rodea y saberlo ver es la condición sin la cual no PABLO HCHART puede comenzar el proceso creativo. No son las palabras las que hacen poéticas las cosas, sino que son éstas, poéticas en sí mismas, las que dan vida a las palabras y despiertan el canto del poeta». La lectura de Algún interminable mérito muestra la coherencia del autor, que ha escrito, en su ensayo Filocalía o el amor a la Belleza (Madrid, 1998), unas palabras que expresan perfectamente el tenor de sus últimos poemas: «La acción del hacer artístico es un ver inteligente que, mientras dura la iluminación,