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El ambiente literario del 98
Rafael Núñez Florencio
Se refiere al libro, El ambiente literario del 98, de Andrés trapiello.
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Rafael Núñez Florencio, “El ambiente literario del 98,” accessed November 22, 2024, http://repositorio.fundacionunir.net/items/show/1214.
Dublin Core
Title
El ambiente literario del 98
Subject
Libros
Description
Se refiere al libro, El ambiente literario del 98, de Andrés trapiello.
Creator
Rafael Núñez Florencio
Source
Nueva Revista 057 de Política, Cultura y Arte, ISSN: 1130-0426
Publisher
Difusiones y Promociones Editoriales, S.L.
Rights
Nueva Revista de Política, Cultura y Arte, All rights reserved
Format
document/pdf
Language
es
Type
text
Document Item Type Metadata
Text
matemática es capaz de encontrar en análisis de unas formas, extraordinalos mismos ciertas y determinadas riamente complejas, que siempre hairregularidades. Alberto M. Arruti. bía rechazado la geometría tradicional. Por ejemplo, la noción de escalante, para señalar aquella forma en El ambiente la que su grado de irregularidad o de fragmentación es idéntico a todas las literario del 98 escalas. Euclides descartaba por informes el estudio de ciertas formas. Andrés Trapiello Ahora constituyen el objeto predilecLos nietos del Cid. La nueva to de los matemáticos actuales. Se Edad de Oro de la literatura han adentrado en la investigación de española (18981914) la morfología de lo amorfo. Si bien Editorial Planeta se había rechazado, en multitud de Barcelona, 1997, 405 págs. ocasiones, el estudio de todo aquello que podemos ver o sentir, es ahora cuando estos aspectos de la naturaleza pasan a un primer plano, por ualquier lector potencial que ejemplo, la medida de la costa de ojee distraídamente el índice Bretaña, que el autor estudia en el cadel último libro de TrapieCpítulo cinco, y llega a la conclusión llo, puede dar un respingo al leer que de que si bien la geometría de una el primer capítulo se titula bazar un costa es complicada, su estructura poco confuso, para qué decir otra copresenta también un alto grado de sa, donde cabe un poco de todo, orden. etc., etc., etc., hasta tres líneas más; que el segundo habla de los escritoNos encontramos ante una revores un poco inútiles, pero muy pintolución en el pensamiento matemátirescos...; o que el undécimo lleva esco. Ante un cambio profundo de méto como epígrafe explicativo: uno de todos y de fines del análisis matemálos capítulos más curiosos del libro, tico. Además, se había insistido, en porque se habla en él de escritores muchas ocasiones, en el carácter, meque todos, o sea, los cinco que están ramente especulativo, de gran parte en esto, suelen decir que fueron escridel conjunto de conocimientos matetores muy importantes, pero que namáticos acumulados, hoy esta moderdie se ha tomado la molestia de leer na matemática nos enfrenta ante propara corroborar esta generosa opiblemas absolutamente reales y, con nión o para refutarla. En este caso, frecuencia, al alcance de cualquiera, quien escribe estas líneas, sí se ha topero ante los cuales solo la reflexión cia límite 1914, es decir, los primeros mado la molestia de reproducir alguaños de lo que ha dado en llamarse nos de esos interminables titulares, edad de plata de la literatura espapor la sencilla razón de que constituñola. Denominación, digamos de payen un excelente adelanto, en forma so, que Trapiello también rechaza, y fondo, de lo que el lector va a encomo pone de relieve el propio subtícontrarse en las páginas que siguen. tulo del libro, pues nuestro autor ve Para empezar, hay pues que señalar aquí una nueva Edad de Oro de las que Trapiello no engaña a nadie: la letras hispanas. También es cierto, suya es una incursión en el campo de para no dejar en este aspecto nada nuestras letras completamente antipor mencionar, que Trapiello no es convencional, con todo lo que ello de los que se dejan encorsetar por las supone: original, personalísima y, sofechas, de modo que por sus páginas bre todo, iconoclasta. Caiga quien aparecen con sumo desparpajo autocaiga. Y a fe que caen algunos granres tradicionalmente considerados des popes. Pero vayamos por partes. anteriores (desde Bécquer a GalEl ensayo (quizás no sea el nomdós), y menciones diversas a lo que bre más apropiado, pero es difícil enpasó mucho después del teórico tope contrar otro) de Trapiello es la sedel inicio de la Gran Guerra. gunda entrega de un proyecto más ambicioso, España, sueño y verdad, Andrés Trapiello relata en estas que pretende hacer un recorrido en apretadas cuatrocientas páginas la vicuatro grandes etapas por la vida y las da y milagros (es decir, las anécdotas letras españolas de la primera mitad y los libros) de los autores que cualdel siglo XX, grosso modo. Hace unos quiera juzgaría previsibles: Baroja, cuatro años apareció, como se recorUnamuno, ValleInclán, Azorín, los dará, porque causó también un cierto Machado, Rubén, Maeztu, etc.; desrevuelo, Las armas y las letras, que espués, las de aquéllos que son menos tudiaba la actitud de los escritores e previsibles, como Blasco Ibáñez, Beintelectuales españoles de ambos bannavente, Marquina, Rusiñol, Corpus dos en el difícil trance de la guerra ciBarga, Pérez de Ayala o dOrs; y por vil. El volumen que ahora comento último, también los imprevisibles por abarca un período cronológicamente raros u olvidados, que forman una anterior: se toma como punto de parlista casi interminable: Silverio Lantida 1898 por aquello de la generaza, Martínez Sierra, Ciro Bayo, Luis ción (aunque Trapiello abomina Bonafoux, Ruiz Contreras, Manuel cuantas veces puede del método geBueno, Mariano de Cavia, Eugenio neracional o, por lo menos, de su uso Noel, Gómez Carrillo... Las divisioacadémico), y se toma como referennes convencionales entre lo que es 98 abarcar Trapiello pretende ser exy lo que no lo es, entre noventaiohaustivo: da cabida al ensayo desde chistas y modernistas, entre españoles Costa a Ganivet, a los estudios filoy americanos, entre prosa y verso, enlógicos Menéndez Pidal, a la botre tradicionales y modernos, entre hemia Sawa, a las letras catalanas las propias generaciones incluso, todo de Maragall a Carner, a los noveello salta aquí por los aires. listas populares Trigo o comproNo es un mero capricho o simple metidos Ciges, además naturalveleidad de iconoclasta, sino la consemente de la gran literatura en verso cuencia natural de un punto de vista y prosa del período. El problema, bien fundamentado. El distanciapara muchos, viene precisamente de miento en este sentido de la crítica esa vocación de totalidad: se le ha tradicional literaria e historiográfireprochado a Trapiello el dar excesica que ha fosilizado las compartiva importancia a la cohorte de figumentaciones no puede ser más explíras menores en detrimento de las cito. Veamos una muestra, referida a mayores, pero en mi opinión tal oblas revistas modernistas: Cuando los jeción carece de fundamento. Se trahistoriadores realizan un balance de ta más bien de una cuestión de persestas revistas, lo hacen de manera espectivas, y en este caso creemos que corada. Por ejemplo, de Helios dicen: la razón está de parte del autor, en la colaboraron en ella los Machado, Vamedida en que ha pretendido trazar lleInclán, Rubén, JRJ, Pérez de Ayaun cuadro lo más exacto posible del la..., pero insistimos, lo cierto es que período, una aproximación a ras de también colaboraron Valera, la Pardo tierra, viva, a la literatura del moBazán, Rueda y gente de las viejas mento, y no un catálogo de museo, guardias. Luego vienen los catedrátique enumere y describa las obras cos a informarnos de que la revista maestras ya decantadas por el tiemera radical y todas las demás cosas. po, con una selección hecha desde la Pero lo cierto es que no, o lo era de perspectiva y la sensibilidad postemanera moderada (pág. 270). En esriores. te párrafo está sintetizado perfectamente todo el sentido de la obra de En cualquier caso, tampoco se Trapiello: frente al examen erudito, trata de renunciar a esto último. Napero sin vitalidad el entomólogo die pretende, por ejemplo, que la con su colección de bellas maripoobra de Villaespesa se equipare con sas, el acercamiento a la literatura la de Juan Ramón, pero lo cierto es del pasado como puro disfrute. que el primero tuvo una gran influencia en el aún inédito JRJ, y funLiteratura en su más amplio sendó revistas decisivas en un primer tido, porque el panorama que quiere momento para el desarrollo de la autores de siempre, incluso a los inpoesía modernista. De un modo patocables. Pero también buscándoles recido, habría que decir que Manuel las cosquillas (por decirlo suavemenMachado fue a comienzos del siglo te). Por eso el libro tiene necesariamucho más popular que su hermamente que molestar a los sumos sano, o reconocer que el despreciable cerdotes, a los que mantienen el fueen muchos sentidos Martínez Siego sagrado del más rancio academirra fue, sin embargo, un eficaz agitacismo. Lo cierto es que nuestro audor cultural de su tiempo. Está destor entra a veces a saco, en ocasiopués la cuestión del tiempo, ese gran nes se desmelena, y el resultado es escultor que diría M. Yourcenar, que no deja títere con cabeza. Repeque simplemente con su paso deja timos que no siempre, ni mucho convertidas en ruinas las más aclamenos. Pero sí en casos muy señalamadas obras del período. ¿Quién lee dos. ValleInclán, por ejemplo, sale hoy ¿quién se atreve? a Trigo y a bastante malparado, mientras que Zamacois, a Mata o Insúa? Pero no Baroja poco menos que toca el cielo. confundamos, nos dice Trapiello, la En determinados pasajes, Trapiello sensibilidad literaria decantada por se excede al cargar la escopeta de sus el tiempo con su contrario, la pereza filias y de sus fobias: ValleInclán mental que nos lleva a divisiones tan fue un hombre sin ideas, y si acaso convencionales como poco fundaalguna vez tuvo barrunto de alguna, mentadas entre literatura menor y ésta la concibió y expresó de forma grandes nombres de nuestras letras. tan confusa que era mejor no haber¿Quién ha decidido se pregunta la tenido. No tuvo ideas sobre la nonuestro autor que un libro como vela, sobre la vida ni sobre nada las memorias de Corpus es un libro (pág. 120). En cambio, Baroja resulmenor?. Y este caso puede hacerse ta ser la figura más cordial, simpátiextensivo a una pléyade de nombres ca, sugerente y próxima de todas, lo injustamente postergados o excluicual, reconocerá quien conozca mídos por la simple inercia, la costumnimamente el carácter del novelista bre o el sometimiento servil a los vasco, más que elogio, es... devoprincipios establecidos por una crítición. ca literaria que se considera inapelaPero, en fin, ésas son las servible. dumbres de una obra de estas caracEsta inercia es la que trata Traterísticas. Quien no soporte ese enfopiello de vencer al trazar su peculiar que personal, a veces hasta caprichopanorama literario, insuflando nueso, arrojará el libro lejos de sí ya en va vida, una lectura distinta, a los las primeras páginas. Quien contisión asegurada. Rafael Núñez Flonúe, encontrará que a veces Trapiello rencio. es irritante, en otras ocasiones tiene gracia, y aquí y allá, como dardos sueltos, pueden encontrarse algunas perlas, juicios de una gran agudeza, Una democracia propios de un buen conocedor de los más humilde recovecos de nuestra literatura. Trapiello tiene la virtud y la desvergüenJavier Roiz za, que en este caso son una sola cosa, El gen democrático de decir en voz alta algunas cosas que Trotta muchos hemos pensado más de una Madrid, 1996, 245 págs. vez sobre algunos autores, y que nos callamos por miedo a desafiar las verl gen democrático es la segundades establecidas. da entrega de una trilogía de ¿Libro irregular, desigual, imperla que ya se ha publicado la fecto? ¡Por supuesto! Pero es que el Eprimera parte {El experimento moderautor no ha pretendido hacer una no, Trotta, Madrid, 1992) y cuya obra rigurosa, objetiva, académica ni tercera parte (Viaje a la intemperie) exacta. En cambio, tiene soltura y verá la luz próximamente. En ella, el desparpajo, es irreverente y anárquiautor quiere ofrecer una reflexión en co. Desde el punto de vista formal, el momento actual sobre la teoría y sin embargo, no hubiera estado de práctica de la democracia. más una redacción un poco más reposada en diversas páginas, que huEl tema de fondo, hilo conductor biera eliminado reiteraciones innecede toda la obra, lo constituye la relasarias y algunas pequeñas incorrección entre la política y el individuo. ciones. Se trata de dar respuesta a la pregunEn definitiva, a lo que más se pata: ¿tiene alguna influencia en el rece Los nietos del Cid es a un paseo mundo interior del ciudadano el tipo despreocupado por el ambiente litede régimen político en el que vive? Si rario español de comienzos de nueses así, ¿cómo influye en la persona tro siglo. Y, como en un paseo, se vivir en un régimen democrático o detiene aquí y allá, donde le place, en un régimen autoritario, en un tipara ver de pasada lo que apenas le po de democracia o en otro? Y, en llama la atención, o para contemplar consecuencia, ¿hasta dónde debe la detenidamente aquello que le gusta. política tener en cuenta al individuo, Se toma o se deja. El lector que con las peculiaridades que le son acepte esas premisas tiene la diverpropias?