Nueva Revista 048 > Tradición y poesía, los juegos de la memoria

Tradición y poesía, los juegos de la memoria

Juan Manuel González

De como al memoria creativa se alimenta de la tradición y patrimonio cultural de una nación, junto con las experiencias vividas.

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Referencia

Juan Manuel González, “Tradición y poesía, los juegos de la memoria,” accessed April 20, 2024, http://repositorio.fundacionunir.net/items/show/978.

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Title

Tradición y poesía, los juegos de la memoria

Subject

Literatura

Description

De como al memoria creativa se alimenta de la tradición y patrimonio cultural de una nación, junto con las experiencias vividas.

Creator

Juan Manuel González

Source

Nueva Revista 048 de Política, Cultura y Arte, ISSN: 1130-0426

Publisher

Difusiones y Promociones Editoriales, S.L.

Rights

Nueva Revista de Política, Cultura y Arte, All rights reserved

Format

document/pdf

Language

es

Type

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Tradición y poesía: los juegos de la memoria [ Juan Manuel González ] La memoria creativa, además de las experiencias de su autor, de las vividas por otros y por él conocidas, y de las soñadas, se alimenta también de la tradición y del patrimonio cultural de un pueblo, en definitiva, de una nación. i hay un cauce de expresión soñadas, la memoria creativa se aliliteraria ligado con nitidez al menta también de la tradición y Sperfil individual, a la singuladel patrimonio cultural de un pueridad profunda y al espíritu irrepeblo, en definitiva, de una nación. tible —tan irrepetible como las hueTal y como advirtió en su mollas digitales— de todos y cada uno mento Yeats con una intuición de de los autores, éste es evidentemenvanguardia aún no superada por la te la poesía. Ella participa de la difrialdad empírica de estudiosos mensión más humana y propia del cientifistas o modernizantes—, antes escritor, revela en directo los entrede que las transformaciones del sijos de su peculiar sensibilidad y se mercantilismo y de la revolución nutre de algo tan insoslayable e imindustrial alentaran y consolidaran perativo como la memoria. En los una nueva clase social y un nuevo entrelazamientos, vaivenes y juegos arte, sin casta ni referentes históride esa memoria, el poeta acuna sus cos, el arte del pueblo estaba tan imágenes y sentimientos, los cuida estrechamente mezclado con el de y defiende, y a trechos los transforlas élites culturales como el propio ma o los deja crecer, para finalmenhabla y los universos míticos, y aun te recrearlos en su trabajo. Pero, religiosos, de ambos estamentos. ¿de qué se alimenta a su vez esta Había así entonces un lenguaje memoria? Además de las experiencompartido, que germinaba en la cias de su autor, de las vividas por vitalidad rítmica, en las posibilidaotros y por él conocidas, y de las des del idioma y sus imágenes, en palabras y tramas épicas o cotidiaguiendo de continuo a Yeats unas nas, plenas de ancestrales sugerenfuerzas creativas capaces de despercias: ese lenguaje es el que ha pertar lo angélico o lo demoníaco que todo ser humano porta en su intemanecido en la expresión de los rior, y que desde éste configuran poetas y en su búsqueda de un esnuestra sociedad y nuestra historia. píritu a la vez individual y colectiEsa posibilidad, refractaria al limbo vo, etéreo y enraizado. de la poesía artificial, roma, materialista o simple y vulgarmente exLos símbolos de la gran memoria perimentadora, es quizá el principal poder del verdadero poeta, su Los límites de nuestra memoria palanca de transformación de la reno son materiales, rígidos, entre alidad y su escudo frente a las inotras muchas cosas proque forman vectivas y dictados de lo tangible. parte de una gran memoria, la meEste poeta, creador, carente de premoria de la Naturaleza en la aceppucios racionalistas y visionario ción amplia, indivisible y eterna de —como Blake— solo en la medida este principio—, una memoria que en que su inspiración lo determina, tal vez —o sin tal vez— solo puede acepta sin remedio, por otra parte, ser evocada mediante símbolos, y el aserto de que una emoción no —no olvidemos— el símbolo es una cobra cuerpo o no llega a ser perde las propiedades e instrumentos ceptible y activa entre nosotros hasprivativos de la poesía. Esos símbota que no encuentra su expresión los actúan de forma intemporal y propia y definida: en el color, en el por ello en nuestro presente, ya sonido, en la forma, en la palabra, que la gran memoria de la que too en todos estos elementos al unídos nos proveemos a través de sono; y de una manera singular, ya nuestras diferentes culturas matrique —todos lo sabemos no hay ces, los asocia con acontecimientos, dos modulaciones o combinaciolugares, estados de ánimo, mitos y nes de tales elementos que encarpersonajes representativos de pasionen y expresen una misma emones y sentimientos al tiempo partición. culares y universales. Al jugar con esos símbolos, esa gran memoria y Así pues, una vez establecido esas pasiones, el escritor, el poeta, que la memoria del poeta deriva en sabedor de que el verdadero arte no una memoria natural, irreductible es el mero relato de una historia o y extensa, acumulativa, no constreun simple retrato sentimental de ñible a ninguna escuela estilística semblantes, puede desatar —sini soporte formal, y sabido que su expresión es en esencia simbólica, La memoria, la gran memoria, cabe admitir la necesidad de que indispensable en esa conservación, todo creador entienda y realimente es también el fiel de la balanza para la inspiración pura de las épocas cualquier interacción cultural y poprimigenias y arcádicas; es decir: ética. Una gran memoria que, por que abrace, practique y desarrolle, su fidelidad última a lo humano, en paralelo con su ánima personal, refleja espontáneamente relaciones la específica tradición cultural de la estéticas y simbólicas de especial que él mismo proviene. calado entre las diversas culturas y autores. Posiblemente en mi caso, y Pero, cuidado, esa entrega a la en los de otros poetas afines, la metradición no puede ser sectaria, ni moria personal trata de entrelazarse superficial, ni automática. El recocon la memoria heredada, medular nocimiento y asunción de los vecy genética, de los pueblos de la Estores de la cultura y la sensibilidad paña interior y atlántica, de las a la que se pertenece no ha de imgentes que desde mucho antes del plicar el rechazo frontal o el comaculturamiento propiciado por Robate de otras culturas y hechos dima creaban y fertilizaban esas tieferenciales. Con lo propio y antirras, abiertas desde el suroeste anguo como núcleo vertebral, el poedaluz hasta el occidente pirenaico, ta puede aproximarse sin debilidad pasando por los litorales cantábria los destellos de otras culturas, y cos, las nieblas septentrionales lusiaquí es preciso remarcar que únitanas, el León primordial y la Cascamente tal debilidad, surgida de tilla, tan umbría como esteparia, la pérdida de la tradición propia, esparcida entre las márgenes limes el caldo de cultivo del que bropias del Duero y el Tajo. Esta cirtan tanto el entreguismo esnob y cunscrita memoria renació y fue hortera a lo foráneo, como la xetransmitida gracias al innegable esnofobia cultural más cutre. Todo plendor desde las Cantigas, el Roes un gran mestizaje, mas un mesmancero, el Cancionero, la Gesta de tizaje limitado, y para el cual, por Alfonso Henriquez y el mesetario supuesto, hace falta que se conserPoema del Cid hasta la lírica de los ven troncos culturales definidos, arciprestes, el teatro alegóricorelisin los que el mestizaje será impogioso y la prosa de Don Juan Masible y toda riqueza diferencial nuel de la literatura medieval de —hasta la de los mismos cruces— se portugueses, castellanos y asturleperdería en una amalgama caótica oneses, revitalizada con el vigor goy ridicula. do y germánico, garante de signifiria la que explica la coincidencia en cativas incrustaciones hebreas y la utilización de imágenes, símboorientalizantes, y asentada en nomlos y sentimientos por poetas de labres como Hernando del Castillo, titudes y tradiciones alejadas entre Pedro López de Ayala, Gutierre sí, incluso en el tiempo; ésa, y no Díaz de Games, Alfonso Martínez otra, es la memoria que impercepde Toledo, Fernáo Lopes, el Martiblemente hace decir por igual al qués de Santillana y Jorge Manridruida gallego Amergin, cuando que. En esta memoria perfilada se los milesios de España conquistaenhebran por ende múltiples coban Irlanda, Yo soy un salmón en rrientes sensitivas, superadoras de la corriente. Yo soy un toro de siete lo peninsular y expandidas desde combates. Yo soy un buitre sobre las desembocaduras del Odiel y el los riscos. Yo soy el dios que azuza Anas hasta las del Laune y el Shanel fuego, y al poeta Kiowa Scott non. Corrientes que en nuestro esMomaday, en estos días, Yo soy el pacio concreto fecundaron primero triángulo de cisnes en el cielo de las oleadas del romanticismo, luego invierno. Yo soy la llama de cuatro el modernismo —movimiento este colores. Todo arte, si es verdadero, más vigoroso en España de lo que es uno y diverso, mestizo y puro, la mayoría cree, con firmas del represente y —felizmente— eterno. lieve de Navarro Ledesma, Zayas de Baumont, Moreno Villa y Lasso Evitar el acartonamiento de la Vega, y finalmente el simbolismo. Y que son detectables en la Otro peligro que ha de evitarse hermosa cercanía de Unamuno, en el camino de la entrega a la traJuan Ramón Jiménez, Vicente dición es, cómo no, el mecanicisAleixandre, Gerardo Diego y Claumo, el acartonamiento, la reprodio Rodríguez. No todo como esducción rígida de modelos arcaitá en auge pensar es en la literatucos. Como sugerí hace meses en un ra española arabesco, filigrana aljabreve apunte publicado en la revismiada, sufismo subterráneo, cripta Delibros, casi siempre la creación toorientalismo o numen dual juliteraria conlleva un prólogo de dedeoconverso. solación, de ruptura y aniquilaAún así, y a pesar de los claros miento de bases previas, de muerte contornos de esa memoria cultural, de lenguajes agotados en el ir y vebajo —o sobre— ella hay una gran nir de itinerarios y trayectorias estimemoria, cuyos influjos llegan a lísticas. Y cuando esa creación es todos los impulsos artísticos de topoética, toda destrucción de la padas las culturas. Es esa gran memolabra se vuelve imprescindible para tus, ambos —poesía y poetas seríacometer una reconstrucción de los an ya material de desescombro signos, ritmos y sensaciones que asentado en pardas estanterías de constituyen las nuevas articulaciobibliotecas arqueológicas o en cánes de la poesía. Pero esa tarea de tedras—túmulo de instituciones asolar para dar vida solo suele ser más próximas a lo museístico que realizada por vértices muy reducia lo vital. dos de gentes fascinadas por la Ante la gravedad del asunto soaventura de la palabra y de la músilo resta conspirar. Conspirar —tal y ca del verso. Su objetivo, la exprecomo señalé en el número de Insusión personal y única de percepciola recordatorio del cincuenta anines más o menos latentes en la senversario de esta revista— a favor, sibilidad colectiva, es poco rentapor un lado, de una nueva crítica ble, demasiado intemporal y claraliteraria, dotada de intuición poémente temerario. tica, y por otro, de una nueva liteEn consecuencia, tanto por sus ratura, narrativa y poesía, de sesgo fines como por su proceso de elanacional, imaginativa, ligada a leboración y por sus cultivadores, la gados transformadores y distante poesía es un bien escaso y minoride la parva cochambre documentario. Nadie tiene por ello que sortalista. Conspirar. Escribir y leer prenderse de la proporcionalmenpoemas como instrumento de te baja difusión de sus líneas, de conspiración de los sentimientos y sus inclinaciones elitistas ni del de reconstrucción de la palabra y idealismo que condiciona —e imde la tradición, de la Memoria pulsa su desarrollo. Sin embargo, —con mayúscula—; ése es el único todo tiene un punto medio o decamino practicable con dignidad y bería tenerlo—, y en cuanto a consin esperar especial reconocimiensideración y divulgación de la creto. En línea con aquella postura ación poética, los tiempos que codefendida por el rumano Lucian rren por nuestro terruño son de lo Blaga en el resumenpoema de su más tristes, silentes y poco incitabiografia: Con palabras tenues he dores al vicio de lo poético. No es cantado, canto aún, la gran traveque la poesía y los poetas sean un sía, el sueño del mundo, los ángedoble fenómeno minoritario, sino les de cera. En silencio, de hombro más bien que de no ser por la loa hombro, tiro, como carga, de mi cura que impregna a cietos espíriestrella. H