Religión, libertad

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Libros

Reseña literaria de "Carta al Duque de Norfolk" por John Henry.

Rafael Gómez López-Egea

Nueva Revista 046 de Política, Cultura y Arte, ISSN: 1130-0426

Difusiones y Promociones Editoriales, S.L.

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pectiva (y desde otras, por supuesto) su especial relevancia para la actual el análisis de la familia tiene ya musituación española. Tenemos la tasa chas investigaciones empíricas y de fecundidad más baja del mundo muchos trabajos teóricos. Pero es y tenemos la política de ayuda famipreciso reconocer que la mayoría de liar más insignificante de la UE. Allos trabajos se han realizado desde go tendrá que ver lo uno con lo otro. el enfoque de la sociología o de la Parece que las condiciones objetivas demografía. para una posible recuperación de la fecundidad son adecuadas: la esFaltaba en nuestro país un libro tructura por edades es todavía favoque primase la orientación econórable y la crisis económica parece mica de la familia; que presentara, haber dejado atrás sus consecuencomo él mismo acierta a decir en el cias más negativas. Aun cuando no prólogo, los principios generales se establecieran con fines natalistas de la economía de la familia de formedidas más decididas de protecma global y sistemática, con especión a la familia (en el sentido cacial referencia a la institución famibrilliano del término) podrían faliar española. vorecer lo que yo entiendo como Como se diría en una tesis docnecesaria recuperación de la natalitoral, el libro viene, por lo tanto, a dad en nuestro país. Rafael Puyol. colmar un gran vacío en la bibliografía española sobre el tema. Hay que destacar, por tanto, la oportunidad del libro y, por supuesto, su caReligión, lidad en el tratamiento de un tema tan oportuno. libertad Con su lectura sabemos mucho más sobre la elección del cónyuge, John Henry, sobre el juego de los emparejamienCardenal Newman tos, sobre el precio de la novia, soCarta al Duque de Norfolk bre por qué la gente tiene hijos, soEditorial Rialp bre el valor de los hijos y sobre muMadrid, 1996, 124págs. chas cosas más. Me parecen bien todos los capítulos. Me parecen adecuados los dos niveles de lectura que el autor propone, y me parece n documento breve, apareespecialmente interesante el capítucido en 1875 en forma epistolar, y dirigido a Su lo dedicado a la protección de la faUGracia el Duque de Norfolk, bajo milia por su interés objetivo y por la firma del sacerdote y teólogo incia en numerosos documentos reglés John Henry Newman, suscita, cientes del Magisterio de la Iglesia, muchos arios después, el mismo inno había sido traducida al español. terés que despertó en la Inglaterra Al disponer ahora de esta cuidada victoriana en el último cuarto del sitraducción a cargo de Víctor García glo XIX. Ruiz y José Morales, es más fácil La clave de esa actualidad tal considerar alguna de las razones vez estribe en que Newman se por las que el texto de la carta no muestra como eterno buscador y deestuviera disponible en nuestro fensor de la verdad frente a la intoidioma. La dificultad estriba en el lerancia, de la libertad frente a los inglés de Newman, muy bien elaboque hablan mucho de ella, pero no rado y denso de contenido, que haestán dispuestos a concederla a los brá exigido sin duda a los traductoque no piensan como ellos. Una lures un trabajo paciente, y minucioso cha en defensa de la verdad y la lique ha resultado sobresaliente. bertad, que continúa en nuestros La Introducción sitúa al autor y días, cuando nos encontramos a las a sus escritos en su contexto históripuertas del siglo xxi. co, y resulta de lectura indispensaLa Carta al Duque de Norfolk ble para interpretar los términos de del que sería después elegido cardela polémica suscitada. Se incluye, nal de la Iglesia Católica, J.H. Newpara completar el pensamiento de man, fue publicada como respuesta Newman reflejado en la carta, un a un agresivo folleto del político capítulo de otra de sus obras, Sobre británico William Gladstone, figura el desarrollo de la doctrina cristiadestacada en los gobiernos de la reina, también de gran interés en relana Victoria, que había demostrado ción con los temas tratados. en numerosas ocasiones su animosiA pesar de la brevedad del libro, dad contra los católicos. Newman los comentarios que suscitan los consideró necesario salir a la palestextos de Newman podrían llenar tra a combatir en defensa de sus más varios voluminosos tomos. Tal vez profundas convicciones religiosas. debido a la enorme capacidad de Lo hizo con enorme talento, mesura, síntesis que define el método expocomprensión hacia el oponente y sitivo del teólogo británico. Por lo hasta con una bien calculada dosis que se refiere al contenido de la de ironía y flema británicas. carta, en términos generales, NewNo sabemos por qué extraños man rechaza con gran fuerza la acumotivos esta carta, modélica en musación de Mr. Gladstone relativa a chos aspectos, y citada con frecuenla falta de patriotismo que injustase reconocen tan fieles cumplidores mente atribuye a los católicos inde sus deberes patrióticos, de ciudagleses. danos ingleses, como de sus debeSegún tales acusaciones, los cares hacia la Iglesia romana, puesto tólicos, por su fidelidad a la Iglesia que no son de suyo incompatibles. romana y a su cabeza visible, el Papa, se verían incapacitados para ser Es evidente que Newman asume fieles a las normas, decisiones y decon gallardía la defensa de los dereberes exigibles a todos los súbditos chos de los católicos, olvidados, de la Corona británica. Alude Mr. cuando no allanados, por las autoriGladstone con especial virulencia al dades políticas y religiosas. Su voz contenido del Syllabus y a la infalise alza, segura, comprensiva con la bilidad del Papa, definida en el posición de la Iglesia Anglicana, Concilio Vaticano i, clausurado en pero sin dejar el menor resquicio 1870 durante la invasión de los Essobre su condición de Iglesia sepatados Vaticanos. rada de la única verdadera. Ante esas lealtades encontraVerdad, libertad, comprensión, das, que el político Gladstone atritolerancia y respeto a los derechos buye a los católicos, Newman reacde los que no piensan igual, son los ciona con valentía y rotundidad. valores que Newman maneja con Con una lógica serena, irrebatible, demuestra la falacia de tales acusaadmirable precisión y soltura de esciones y prueba con argumentos teótilo, dando lugar a páginas brillanricos y prácticos su falsedad. En totes, de actualidad permanente. La do momento, se mantiene fiel a la Carta al Duque de Norfolk es una verdad, dispuesto a reconocer erropieza magistral del género epistolar res y exageraciones que hayan poque se vuelve oratoria fluida en sus dido cometer los católicos, pero conclusiones finales. siempre salva la santidad de la IgleEjemplo de solidez en el contesia, a la que reconoce como única nido, atento el autor a no renunciar heredera de la fundada por Jesucrisa las propias convicciones, respeto y encarnada por el Sumo Pontífitando al mismo tiempo las ajenas. ce en la Cátedra de Roma. Hablando así, con palabras y heEn aquellos tiempos tan comchos, del verdadero sentido del prometidos, una vez sentadas las amor y la caridad cristianas que, bases doctrinales en las que fundatantas veces, se olvidan al dictado menta su fe, Newman habla de jusde las pasiones. Rafael Gómez Lóticia y tolerancia y la reclama para pezEgea. los católicos que, como él mismo,