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Diez Epigramas de Joaquín Gurruchaga

Manuel Fontán del Junco

Del poeta Joaquín Gurruchaga que ha permanecido en silencio desde que la guerra truncara su primera publicación poética.

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Referencia

Manuel Fontán del Junco, “Diez Epigramas de Joaquín Gurruchaga,” accessed November 22, 2024, http://repositorio.fundacionunir.net/items/show/907.

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Diez Epigramas de Joaquín Gurruchaga

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Del poeta Joaquín Gurruchaga que ha permanecido en silencio desde que la guerra truncara su primera publicación poética.

Creator

Manuel Fontán del Junco

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Nueva Revista 046 de Política, Cultura y Arte, ISSN: 1130-0426

Publisher

Difusiones y Promociones Editoriales, S.L.

Rights

Nueva Revista de Política, Cultura y Arte, All rights reserved

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document/pdf

Language

es

Type

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Diez Epigramas de Joaquín Gurruchaga [ Presentación ] on José Ortega escribió en algún lugar de su copiosa obra que hoy (por ayer) es una obra de misericordia no publica?. Joaquín Gurruchaga (San Sebastián, 1910), hubiera encabezado la galería Dorteguiana de misericordiosos hasta 1995, el año en que su primer libro, Últimos Poemas (Ed. Calambur, Madrid) ha pasado por las prensas. Aunque no han sido los últimos: hace unas semanas, la misma Editorial ha publicado El tiempo, el humo, el pasado. El caso es que desde que en la primavera de 1936 la guerra truncara lo que habría sido su primera publicación poética acordada con Manuel Altolaguirre para la mítica colección Héroe, Gurruchaga ha persistido en su silencio. Es importante anotar que voluntariamente: Franz Xaver Kappus, que pasó a la historia por ser el joven que escribía a Rilke pidiéndole consejo sobre si debía ser poeta, recibió como respuesta de éste que no le preguntase a él, que preguntase a la necesidad: pregúntese: ¿debo escribir?¿me moriría si no escribiera?. Hoy, a la vista del panorama, quizá le hubiera dicho: pregúntese: ¿debo escribir?¿me moriría si no publicase nada de lo que escribiera?. Alguien que conoce bien a Joaquín Gurruchaga nos pasa un par de hojas escritas a mano con tinta azul: cuentan la historia de un despacho que escondía cuadernos con poemas escritos a lápiz... con lápiz blando de dibujo y trazos gruesos, que se iban poco a poco borrando, según él decía, porque nadie tenía acceso a ese mundo suyo secreto. Nadie los había leído excepto él. En esas mismas líneas se cuenta que en 1992 le convencieron para que fuese dictando tranquilamente sus poemas a un pequeño magnetófono de bolsillo (como en París, Texas, la película de Wenders). Más tarde, una inmensa máquina de escribir alemana, de los años treinta, fue la encargada de la transcripción. Bautizaron a la máquina con el nombre de Champollion. El resultado del trabajo de desciframiento de Champollion, un paquete de folios, fue a parar a un arcón de madera, que cerró su pesada tapa guardando nuevamente los poemas secretos... En el verano del 94 le pedimos permiso para sacar los poemas del sarcófago... En el otoño del 94 los leímos por primera vez. Cualquier otro final menos feliz de esta pequeña historia hubiera sido inmisericorde con los lectores de Joaquín Gurruchaga, NUEVA REVISTA añade ahora a sus dos libros llenos de espléndida poesía (¿Qué quieres que te diga?N o se. Algo como el viento,de noche.: Últimos Poemas, pág. 82), estos epigramas inéditos. Son diez, como diez minúsculas obras de misericordia. Y el grande de don José Ortega hubiera estado de acuerdo. Manuel Fontán del Junco. • [ Joaquín Gurruchaga ] Diez Epigramas i Atardece. El día termina en un cielo azul, oscuramente azul. Sombras profundas atraviesan estrellas lejanas. La gente deja de pasar por la calle. Oigo coches aislados. Hace frío. Todavía luces brillantes en las tiendas que se cierran. 24 de diciembre, 1984 II En la juventud amamos como un golpe de viento, como una ola en el mar, como el rayo que convierte en ceniza los árboles. Más tarde, amamos como la nieve, como un fuego invisible que desciende sobre todos. 7 de abril, 1989 ni Viven en mí las voces del poeta como si las oyese de repente en la noche. Voces que parecen de nadie o pequeños latidos de un cuerpo que no vemos. ¡Relámpagos y pájaros eléctricos en una callada noche de verano! Pero el ser es como un cielo blanco, amaneciendo, como un mar, como una pequeña gota que es un mar. El ser es un cielo blanco amaneciendo, amaneciendo, Siempre amaneciendo. 10 de abril, 1989 IV Y avanzando en penumbra, sin antes o después, pero avanzando, sin relojes, sin cuarto, sin viviendas pequeñas, sin campo, con un rumor de mar próximo y lejano. Con la evidencia de lo que no se puede demostrar, en un diálogo que es silencio, mientras, fuera, los árboles se agitan, se estremecen en la noche, por última vez, sacudidos por un viento oscuro. 11 de junio, 1989 v Es un viento joven, un impulso de vida, unos ojos que abren sus aguas misteriosas, como lagos que piensan. ¿Qué sería del mundo sin flores en la tierra? Flores en todas partes, entre silencio y piedras. 20 de mayo, 1989 VI Construir realidades que no existen. Soñar volcanes. Presentir la lluvia. Oir el estallido de las piedras. Ver lo que se oculta, lo que huye. Huir de todo lo que no sea tu voz, tus ojos, tu silencio. 4 de junio, 1989 VII La palabra se desliza suavemente, ocupa un sitio que estaba vacío, siempre se desliza hasta que respira, y entonces, inmóvil, ya no es más que una cosa. Pero veo lo que pasa cerca de mí, delante de mis ojos, a la sombra de la luz que entra por la izquierda de la llama azul, inexplicable y viva, vertiginosamente rápida, instantánea. Y digo algo, exclamo algo, pronuncio una palabra, que ahora no recuerdo. 12 de junio, 1983 VIII Las cosas piensan, pero no sabemos lo que piensan. Las cosas viven, pero no sabemos cómo viven. Las puertas profetizan, pero no entendemos lo que dicen. Las ventanas abiertas se enamoran, las ventanas cerradas lloran. Y ese humo gris, que sale del tejado habla ¡tan bajo!. 14 de febrero, 1986 IX Era hace meses, quizá hace más de un año. Venías de la guerra, no habías muerto, pero tampoco estabas vivo. Tocaste el timbre. Te abrí la puerta. Una tarde de lluvia. Hace meses. Quizá hace más de un año. 8 de agosto, 1989 X El rumor de las calles son venas que golpean el centro de nuestro corazón. El pensamiento vive en largas nubes blancas. 17 de didembre, 1990