Nueva Revista 036 > La pintura antropologica de Manuel Villaseñor

La pintura antropologica de Manuel Villaseñor

Francisco Vega Díaz

Hace referencia a la exposición antológica del artista Manuel Villaseñor.

File: La pintura antropologica de Manuel Villaseñor.pdf

Referencia

Francisco Vega Díaz, “La pintura antropologica de Manuel Villaseñor,” accessed November 22, 2024, http://repositorio.fundacionunir.net/items/show/687.

Dublin Core

Title

La pintura antropologica de Manuel Villaseñor

Subject

Artes y Letras

Description

Hace referencia a la exposición antológica del artista Manuel Villaseñor.

Creator

Francisco Vega Díaz

Source

Nueva Revista 036 de Política, Cultura y Arte, ISSN: 1130-0426

Publisher

Difusiones y Promociones Editoriales, S.L.

Rights

Nueva Revista de Política, Cultura y Arte, All rights reserved

Format

document/pdf

Language

es

Type

text

Document Item Type Metadata

Text

mo crudamente sostienen Gramp (Pricing and Priceless) y otros muchos. LA PINTURA Hace casi tres años estuvo ANTROPOLÖGICA abierta en Madrid (Caja de Ahorros) una exposición antológica de DE MANUEL Manuel Villaseñor, adecuadísima VILLASENOR para el estudio, en cuyo bello y completísimo catálogo, consumaPor Francisco Vega Diaz dos entendidos comentaron con lúcidos y doctos detalles lo que significaban el autor y su obra en el panorama artístico de la España de hoy. Otras muchas opiniones se vertieron, todas competentes y haas exposiciones antológilagadoras, entre las que deseo descas, aunque nunca pueden tacar la de Prados de la Plaza en la #, ser completas, permiten a revista Goya. los aficionados al arte, no sólo hacerse una impresión conjunta de la Ajeno a toda vinculación de obra de un autor, sino también dependencia, y pasado el tiempo deslindar, con mayor o menor precon ganas de hacerlo, yo quiero cisión o verosimilitud, las fases sumarme, aunque sea algo tardíavivenciales por las que el artista mente. Empezando por hacer discurrió toda la vida y las inconstar que a Villaseñor hay que fluencias ambientales, e incluso el sacarle del cajón de sastre de la porqué de los ensayos en cambios profesionalidad pictórica, porque de orientación o estilo. El problesus valores intrínsecos exceden ma crematístico ha influido tanto, mucho de ella. No es un profesiopor ejemplo, en la evolución de nal como puede serlo un médico las artes bellas del siglo actual, práctico, un abogado, un carpinteque tras hipervalorizarlas extrañaro o un pintor de encargos concermente, está ya acabando por destados, sino un artista esencial, que valorizarlas, más que por sus aumerecidamente obtuvo la sobreaténticas categorías, por las impúñadida profesión de catedrático de dicas connivencias de los críticos Pintura Mural en la Escuela de y por los negocios galerísticos, coBellas Artes de Madrid. Fue ciertamente un gran profesional de la tre el jeroglífico sin intención y el enseñanza en sus horas de docendiseño bien concebido, etc... Acticia; pero zambullido en la vida tud casi imposible de ostentar sin que le condicionaba, fue y es un una personalidad fehaciente. El hombre entregado al arte, en el espíritu de Villaseñor derrama que éste sobresale por encima de caudales de capacidades semientes toda profesionalidad funcionarial. y pensantes, entre las cuales no Artista genial, pues, más y antes podrían encontrarse trampas ni que buen profesor de aprendices. desfallecimientos en los mecanismos de su arte: idea previa, proyecto, composición, perspectiva, Maestro sin duda, en su modo color, luz y claroscuro, etc. de ser en el mundo que le tocó vivir y en la construcción idealizada de la ancha parcela existencial que ocupa; supervivencia no lograda a través de sus quehaceres didáctiRealismo antropológico cos que, sin duda, también serán recordados sino pisando con pie Se suele encasillar la pintura firme sobre el evanescente suelo de Villaseñor en el capítulo del reade la pintura actual. De ahí que a lismo expresionista. Adscripción lo largo de su ya bien larga obra, aceptable en principio, pero que se no se haya hecho pública una sola queda corta. Villaseñor va mucho frivolidad accidental a la que calimás allá y sus figuras tienen siemficar de tropiezo; el climax de sus pre otros aspectos y matices funcuadros, incluidos los primerizos damentales, pero complementay otros de temas entristecedores, rios, muy bien atisbados por Marconfirma una constante sensación tínez de la Hidalga. Por circunsde bienhacer que trasciende de tancias que se dan específicamencualquier motivo argumentai. te en el hombre Villaseñor, para él casi no sirve el léxico habitual de los clasificadores. El realismo, coAquella bien seleccionada exmo sustantivo, require en él un adposición puso de relieve la actitud jetivo de más honda resonancia de Villaseñor ante el ámbito comque el de expresionista; para mí, el plicado, cambiante y desbarajustacalificativo pertinente es el de ando de la contemporaneidad, en el tropológico: la realidad que Villaque resulta difícil, a veces, distinseñor ofrece, no es sólo la que exguir ante la verdadera pintura y la presan con simpleza las cosas que falsa, entre la buena y la mala, enManuel Villaseñor en su estudio. Abajo, una de sus obras. nalidad, pasando de largo por los se le ponen delante, sino las realiintentos y recogiendo de ellos únidades construidas mentalmente camente las esencias que le interepor el hombre que Villaseñor es. saban. De ahí la coherencia de su Con sutileza dice Martinez de la pintura, por muchos señalada. Hidalga que en el cuadro Homenaje a Zurbarán, la realidad espiPor otra parte, es algo archisaritual es aún más palpable que la bido por todos cuantos conocen la material. En efecto, los objetos de pintura de Villaseñor que en ella los cuadros por Villaseñor pintaresuenan ecos de Zurbarán, de Zudos parecen mostrar que, entre loaga, de Solana, amasados con ellos y el ojo del espectador, hay sus descubrimientos juveniles de algo así como un cristal suavísiRoma y las vanguardias de los úlmamente esmerilado o un aire timos decenarios. Sin embargo su blandamente ahumado o una levípintura aparece expurgada de insima neblina transparente que enfluencias excesivas y encasillancierran y ocultan los secretos metes, porque autóctonamente supo tafísicos y la sensibilidad del pineliminar cuanto pudiera tergivertor, intuíble en todos sus cuadros, sar sus calidades intrínsecas; por pues desde sus dibujos y cuadros ejemplo, de las recientes vanguarjuveniles a los más recientes de dias aceptó lo que espiritual y Torrelodones, Villaseñor siente, pensadamente le convenía, despiensa, vive las cosas que su retina preciando lo falso o supérfluo con ensueña, no jugando al qué va a un rígido enjuiciamiento eliminasalir de aquí, sino partiendo siemdor. En Villaseñor los influjos pre de su vividura humana. nunca han sido contagios. No olvidemos que en las artes plásticas recientes hay contagios de caracter netamente epidémico, que han Una pintura coherente afectado casi por igual a artistas y a críticos. Pero él cribó las semiMás de una vez, naturalmente, llas infectantes a plena conciencia, ha intentado Villaseñor variar su anticipándose así al arrepentiorientación pictórica; el hecho se miento y convencido de que hacer apreció con claridad suma en su otra cosa habría significado su deexposición antológica. Pero ars honoravit todo lo que con ello generación. Al cotejar con deteniobtuvo fue dar más empaque a los miento algunos de sus cuadros con fundamentos básicos de su persolas fechas en que fueron pintados, el contemplador sospecha que allí Los pliegues de sus telas, los y en aquellas datas acababa de pimateriales de sus retratos de cocarle una mosca; pero, inmediata e sas (así llama a los bodegones), irremisiblemente, el espectador la pasmosa y dramática seriedad advierte que la picadura no le profacial de sus personajes, las cuardujo una roncha pruriginosa ni alteadas fachadas o paredes, las canzó la toxicidad de una droga ventanas de las casas (abiertas o adietante. Fue sólo una acción vicerradas a las tragedias o alegrías tamínica y estimulante, pero no del mundo), los contornos y las desviadora de la prístina voluntad simples superficies de Villaseñor artística. son más suyas que de la propia realidad objetual, exhibiendo un sentido íntimo de vivencia humana. Un membrillo, un tazón, una ceEl alma de las cosas bolla, un laurel, no figuran en sus cuadros como simples objetos maSi se repasan los momentos en teriales que quiso retratar, sino coque parecen vislumbrarse en sus mo puntos de fijación de su vivicuadros inflexiones hacia vandura humana; tienen pues, ese guardismos adivinables, se comsentido que Pérez Sánchez exiprende pronto que si aquello huge a todo buen bodegón, pero en biera sido un contagio verdadero este caso con unos cimientos de habría acabado por ser esterilizanuna ostensible humanidad otorgate. Justamente lo que después de da a cada cosa; esto concede a sus esos ramalazos sale de sus pincebodegones una firme y veraz cales es siempre mejor que lo de anpitalización antropológica. El autes. A través de su pintura, como tor dice acercarse a las cosas con es lógico, se reiteran bastantes temucha intensidad, o sea, llegando mas nunca réplicas, y esto da a su alma, a su magia dormimás valores potenciales a su obra, da. por estar ligados a su propio e intransferible mundo. Ese conjunto En los tiempos que atravesade informaciones empíricas al que mos, atolondrados de vaivenes, de llamamos experiencia, en Villaseilimitados vanguardismos sanos, ñor se nutrió de aprendizajes consemisanos (sustentados en arenas cienciados en su ser y, por ende, movedizas) o podridos, de abstracciones inteligentes o psicopátiantropológicos: Integra mens aucas o camelísticas, la pintura de gustísima possesio. Villaseñor (marginada a voluntad que fueran los argumentos vividos propia) sobrenada sobriamente soy vividos de sus cuadros. Decía bre todo ello, manteniendo enhiesJuan Ramón Jiménez que la felita y fulgurante una marca modercidad del hombre está en el buen na de orteguiana historicidad vital, uso de su tiempo y de su espacio que tiene mucho de admonitoria. y Ortega, en fechas muy aproxiViene a ser una llamada de atenmadas y coincidiendo en la apreción que separa la verdad de la ciación escribía: Felicidad es la mentira y que no admite verdades vida dedicada a ocupaciones para a medias. las cuales cada hombre tiene singular vocación. Metido en ellas no echa de menos nada; íntegro le Escribió Bernard Shaw que el llenan el presente, libre de afán y arte es el espejo mágico hecho panostalgia. Conceptos pintiparara revelar los sueños invisibles en dos para la vida y los quehaceres pinturas visibles. Los espejos se de Villaseñor. Si sumáramos todos emplean para verse la cara; pero el los momentos, por fugaces que arte para verse el alma. Alma en fueran, en que se sintió feliz danvilo y en busca de necesitada felido un último toque de pincel a cidad es lo que ostentan las pintucuantos objetos pintó, y las feliciras de Villaseñor; hasta las más dades mayores que debieron emdoloridas, ya que rechazan el dobargarle al terminar sus cuadros, lor porque el autor añora la feliciconcluiríamos que Villaseñor endad. Villaseñor nunca ha buscado contró en la pintura las felicidades en su trabajo mera satisfacción. El de que la sola estancia terrenal casabía que la satisfacción podría rece. Hallazgos necesarios tamderivar hacia el cansancio y la bién para los gozos de cuantos desgana, y que con sólo ella no planten sus reales ante su pintura habría de lograr lo que Platón llaen el gran Museo de su nombre en maba enzthousiasmós. Buscó Ciudad Real. • siempre la felicidad por tétricos