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Singularidad del jardín mediterráneo

Francisco Páez de la Cadena

Sobre la inclusión de jardines y parques en los planes urbanísticos, los ciudadanos exigen un tratamiento cada vez más cuidadoso y completo de los espacios libres. El objetivo es salvaguardar las jardinerías como patrimonio cultural.

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Referencia

Francisco Páez de la Cadena, “Singularidad del jardín mediterráneo,” accessed March 28, 2024, http://repositorio.fundacionunir.net/items/show/535.

Dublin Core

Title

Singularidad del jardín mediterráneo

Subject

Naturaleza y ciencia

Description

Sobre la inclusión de jardines y parques en los planes urbanísticos, los ciudadanos exigen un tratamiento cada vez más cuidadoso y completo de los espacios libres. El objetivo es salvaguardar las jardinerías como patrimonio cultural.

Creator

Francisco Páez de la Cadena

Source

Nueva Revista 029 de Política, Cultura y Arte, ISSN: 1130-0426

Publisher

Difusiones y Promociones Editoriales, S.L.

Rights

Nueva Revista de Política, Cultura y Arte, All rights reserved

Format

document/pdf

Language

es

Type

text

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Naturaleza. Ciencia Un patrimonio poco conocido SINGULARIDAD DEL JARDIN MEDITERRANEO Por Francisco Páez de la Cadena ablar de jardines podría considerarse un pasatiempo para desocupados: muchas veces parece que las flores y los árboles tienen que ver más con la poesía galante que con la vida urbana. Pero ésta es una visión reduccionista y antiHcuada. Los jardines han dejado de ser, hace más de un siglo, privilegio de unos pocos y se han convertido en patrimonio de todos, tanto en las grandes ciudades como en los pequeños pueblos. Los planes urbanísticos contemplan la inclusión de parques y jardines en sus desarrollos, los Ayuntamientos y Comunidades Autónomas poseen servicios municipales relacionados con estas áreas verdes y los ciudadanos exigen un tratamiento cada vez más cuidadoso y completo de los espacios libres. Hablar de jardines, pues, no es un mero pasatiempo: es una necesidad. Y una primera reflexión sobre jardines lleva a la inevitable conclusión de que, por encima de diseños, trazados y estilos, los jardines están primordialmente relacionados con el ambiente en que se desarrollan: lo que es tanto como decir con el clima y el suelo. Es claro, entonces, que los jardines de la cuenca mediterránea, herederos de una cultura que va desde el homérico jardín de Alcínoo hasta los patios islámicos, habrán de ser diferentes de los desarrollados en Extremo Oriente, en el Norte de Europa o en los trópicos, por poner sólo algunos ejemplos. Y que estudiar la esencia de los jardines mediterráneos, para mejor comprenderlos y diseñarlos, ha de ser una preocupación primordial de todos los profesionales jardineros de esa zona geográfica. Haciéndose eco de esta reflexión, la Universidad Complutense de Madrid, avaló la propuesta que conjuntamente hicimos Pedro Salvador Palomo y yo para un Curso de Verano, que bajo el nombre Jardinerías mediterráneas, se celebró en Aguadulce (Almería) del 13 al 17 de julio de 1991. El título hacía referencia expresa a un fenómeno de partida que había de tenerse en cuenta: que no hay una sola jardinería mediterránea sino muchas, con elementos comunes pero también con diferencias notables, en el espacio y el tiempo. Aspectos botánicos y naturalísticos Para intentar dar respuestas a esta pregunta fueron convocados diferentes profesionales prestigiosos de la cuenca mediterránea, con una doble intención de estudio: los aspectos formales y funcionales del jardín, y sus aspectos botánicos, habida cuenta de que el elemento vegetal es parte imprescindible en los jardines. El sector botánico estuvo magníficamente representado por los botánicos Gómez Campo y Pedrola, así como por el naturalista Kunkel. Gómez Campo (Universidad Politécnica de Madrid) insistió una vez más, lleva años haciéndolo, en la posibilidad de utilizar plantas espontáneas y endemismos mediterráneos con un doble objetivo: por un lado, preservar estas especies de su desaparición por medio de un cultivo efectivo en jardines (y no sólo conservando sus semillas en un banco ad hoc) y, por otro, enriquecer la dotación vegetal de las zonas ajardinadas con material propio, bien adaptado a las condiciones edafoclimáticas y de buen resultado ornamental. Sus ideas fueron asimismo recogidas por Pedrola (Estació Internacional de Biología Mediterránea) quien expuso algunos de los criterios de diseño con plantas Hay una variada influencia romana, musulmana, italiana y francesa en los diversos modelos de jardín mediterráneo mediterráneas y subtropicales que sigue en Marimurtra (Blanes) en el jardín botánico que dirige. Las comunidades vegetales instaladas en el citado jardín desde los años 50, han demostrado que la asociación vegetal en la definición de BraumBlanquet (1979) no sirve como unidad de diseño integrado con el ambiente. Pedrola define así el episodio vegetal como conjunto de comunidades vegetales cuyos elementos tienen una gran afinidad en sus requerimientos ecológicos esenciales: basándose en estos episodios es posible establecer una composición vegetal que puede dar respuesta estructural y estética a los jardines mediterráneos. En otras palabras: el diseño se supedita a la estructura ecológica del jardín, y de ahí su buena adaptación al entorno. El naturalista Kunkel (Almería), por su parte, añadió buenas dosis de humor y aportó su propia experiencia como cultivador de especies con requerimientos mínimos de agua, como algunos de los asistentes pudimos comprobar en su pequeño jardín de Viator. Esta experiencia tiene continuidad en la actualidad, ya que el llamado Jardín del Desierto empieza a ser una realidad en Murcia, cuyo Ayuntamiento ha aportado terrenos y fondos para implantar un parque de requerimientos mínimos con un máximo de rendimiento ornamental. Acerca de estilos, evolución en los trazados y en las tendencias de diseño, hablaron muchos de los conferenciantes. Ben Arav (Israel) hizo un recorrido por las tierras palestinas e israelíes y la evolución de los jardines en ellas plantados. Su intervención mostró los problemas más acuciantes (el agua, nuevamente, como protagonista) de la jardinería israelí más reciente. Quiot (Francia) aportó su vastísima experiencia en Marruecos, analizando las esencias de los jardines musulmanes, sus influencias sobre el sur de España y su realidad actual en en el Norte de Africa. Tagliolini (Centro de Estudios de Jardines Históricos, Italia) señaló con acierto la base romana e italiana que presentan muchos jardines mediterráneos en otros países, y la profesora Audurier Cros (Universidad de Marsella) explicó ampliamente la vertiente más meridional de los trabajos del paisajista francés Forestier. Por su parte, Rodríguez López (Valencia) introdujo la polémica con su descripción de nuevas urbanizaciones costeras y de campos de golf, que no por ser foráneos en su concepto son menos populares y solicitados hoy, lo que llevó a un profundo debate sobre el tema de las aguas de riego y su salinización, completado en una mesa redonda con la intervención de Mateo Box (Universidad Politécnica de Madrid) y Rubio (C.S.I.C., Valencia) y sus aportaciones sobre cultivos en zonas áridas y desertificación, respectivamente. El profesor Salvador Palomo (Ayuntamiento de Valencia) recapituló experiencias pasadas y se preguntó en voz alta si sería posible una jardinería mediterránea líder para el siglo XXI: la respuesta, indudablemente positiva, tuvo en cuenta los siglos de desánimo y abandono de lo mediterráneo en favor de otras modas importadas, y abogó por la renovación, el estudio, la investigación, el ingenio. De este modo, sin reivindicar nada y sin despreciar otras cosas, los jardines mediterráneos pueden volver a ser lo que fueron en tiempos de los Sforza, los Medici o los dEste, con una proyección novedosa y actual en la jardinería urbana pública. La Propuesta de Almería Por mi parte, intenté resumir lo expuesto por los demás profesores del Curso, procurando concretar ideas y enfoques. Me pareció útil establecer una especie de decálogo que bajo el nombre de Propuesta de Almería presenté a los asistentes, muchos de los cuales expresaron con su firma el acuerdo con sus términos. Explicar detalladamente cuáles eran éstos exigirían un espacio excesivo, pero merece la pena destacar alguna frase de la Propuesta que revela su carácter abierto al futuro. Partiendo de que las jardinerías que se han desarrollado en el entorno de la cuenca mediterránea poseen una personalidad propia y un carácter identificable (punto I) la Propuesta reconoce que el futuro de estas jardinerías se encuentra ante retos ecológicos y paisajísticos de gran envergadura (punto II); admite que no hay una única profesión de jardinero (punto V) y que el monopolismo de conocimientos debe ser desterrado y sustituido por una formación integral, humanista, científica y técnica (punto VI) para terminar haciendo un llamamiento a la divulgación pública de estas riquezas, así como a la solicitud de cooperación, ayuda y respaldo de los poderes públicos de toda índole (punto X). El objetivo es, naturalmente, salvaguardar nuestras jardinerías mediterráneas como parte de nuestro patrimonio cultural. El reto es, naturalmente también, para todos. •