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Tres reformadores Lutero-Decartes-Rousseau
Ignacio García de Leániz
Reseña del libro "Tres reformadores. Lutero-Descartes-Rousseau" de Jacques Maritain.
File: Tres reformadores Lutero-Decartes-Rousseau.pdf
Número
Referencia
Ignacio García de Leániz, “Tres reformadores Lutero-Decartes-Rousseau,” accessed November 22, 2024, http://repositorio.fundacionunir.net/items/show/2935.
Dublin Core
Title
Tres reformadores Lutero-Decartes-Rousseau
Subject
Libros
Description
Reseña del libro "Tres reformadores. Lutero-Descartes-Rousseau" de Jacques Maritain.
Creator
Ignacio García de Leániz
Source
Nueva Revista 110 de Política, Cultura y Arte, ISSN: 1130-0426
Publisher
Difusiones y Promociones Editoriales, S.L.
Rights
Nueva Revista de Política, Cultura y Arte, All rights reserved
Format
document/pdf
Language
es
Type
text
Document Item Type Metadata
Text
un concepto tan genuino de la venta de automóviles como el de la «ocasión» (De inventione, 1, 26, 37). También la dispositio depara algunas sorpresas, pues el orden de los elementos ofrece en los anuncios una regularidad sistemática, que algunos creían imposible de recuperar en la oratoria contemporánea. En este apartado cabría sugerir que el slogan se podría identificar y estudiar a través de la teoría de la peroratio romana. Una especial referencia, y una recomendación de consultarla en la primera lectura, mereTRES REFORMADORES. ce la esmerada clasificación de los anunLUTERODESCARTESROUSSEAU cios conforme a las figuras retóricas empleaJACQUES MARITAIN das con la misma finalidad pretendida por los oradores clásicos, por los abundantes Ediciones Encuentro, Madrid, 2006 199 páginas resultados que se ajustan a las figuras tradicionales. La enumeración de estos ejemplos, ace apenas cien años, el 11 de junio unidos a abundantes loci clásicos recogide 1906, Jacques Maritain recibía en Hdos en la obra que siguen sirviendo hoy París el sacramento del bautismo en la iglepara vender, parece contradecir la idea, sia de San Juan Evangelista. Culminaba así también clásica, de que lo que despierta el un itinerario espiritual que nacía en un deseo (ephímeros) sea necesariamente flor entorno familiar impregnado de protesde un día (ephémeros). Y es que sin duda tantismo liberal y laicismo era nieto de el fundamento último de la persuasión Jules Favre para desembocar a instan(concepto más amplio que el de convicción cias de Péguy en el encuentro de la noción racional, como precisa Fernández) escapa objetiva de verdad a través de las lecciones a las técnicas comerciales más pragmátide Bergson en La Sorbona y subsiguiencas y se sitúa, junto a la retórica entre los temente con la fe y existencia cristianas saberes más profundamente humanos. que encarnaba de singular manera la obra y persona de Bloy. LUIS PABLO TARÍN En 1925 verían a la luz en un único volumen los tres ensayos que dan pie al título de la obra que nos ocupa y que ahora en feliz coincidencia con el mentado centenario reedita Ediciones Encuentro, rescatando la clásica y excelente traducluterana como la que más influencia ha ción de Ángel Álvarez de Miranda. Su apatenido en la conformación de la mentalirición causó un hondo impacto en los círdad moderna. Lutero es visto así no tanto culos intelectuales de ambos lados del como fundador del protestantismo sino Atlántico no sólo católicos que habícomo enemigo declarado del saber filoan asistido al hundimiento de varios de los sófico, dotado más que de una inteligenpilares fundamentales de la Modernidad cia especulativa orientada a lo universal de en la escombrera de la Gran Guerra y que una inteligencia cogitativa volcada en lo a su vez presentían los fúnebres rumores particular: su especialidad serán los domique no lograba acallar la algarabía de los nios del yo y sus sucesivos estados de años veinte. Baste recordar, a modo de ánimo y sentimientos, que va a producir ejemplo, la influencia que las tesis aquí un drástico corrimiento desde el cristoexpuestas por Maritain iban a tener de centrismo que presidía la vida interior a una inmediato en el pensamiento y evolución nueva espiritualidad egocéntrica necesitaespiritual del poeta angloamericano T. S. da de consuelos espirituales y de la expeEliot, quien merced a esta obra trabaría riencia de la piedad. honda y prolongada amistad con nuestro El sentimiento de sentirse en gracia autor. deriva así, a juicio de Maritain, en una mayor preocupación que la debida al propio Dios. Lutero, Descartes y Rousseau: en estos Para mostrarnos mejor todo ello, el capítres nombres filia Maritain la génesis y tulo entrevera de manera magistral deteresencia de la Modernidad en su triple verminados aspectos doctrinales del monje tiente religiosa, filosófica y moral, respecagustino con sus peculiaridades personativamente. Los subtítulos que acompaña a les y vivencias biográficas, destacando cada uno de ellos, Lutero o el advenimiento cómo las vicisitudes de la vida del homdel yo, Descartes o la encarnación del ángel bre Martín Lutero en su tragedia agonisy Rousseau o el santo de la naturaleza, ta tiñen aquí y allá sus escritos y polémijunto con la respectiva tentación del desiercas, de forma sesgada. La voluntad esclava to asignada a modo de introito a cada se verá así obligada a renunciar a la vida reformador, nos indican ya la seriedad interior mas no por ello a la santidad: la desde la cual Maritain va a encarar su exaascética y la razón son sustituidas por la jusmen crítico: los analizará como teólogo y tificación que viene de la sola fidesy la sola filósofo cristiano anclado en un realismo scriptura. La confusión luterana entre «perfilosófico con una solícita preocupación por sonalidad» e «individualidad» dará lugar a los efectos que la Modernidad así confiun triunfo de la inmanencia que jalonará gurada ha tenido en la salus animarum. toda la Modernidad planteando una serie Por ser la religión el ámbito que gobierde conflictos irresolubles (espíritu y autona toda actividad humana, nuestro penridad, Evangelio y ley, sujeto y objeto, sador alsaciano considera la revolución intimidad y trascendencia) que al parecer siste en la resignación de sí mismo acepde Maritain no tendrían sentido en un tándose a sí mismo y a sus peores contraorden de cosas respetuoso para con las readicciones como el fiel acepta la voluntad lidades espirituales. de Dios. De ahí la insistencia con que el ginebrino repetía la siguiente formula al Si en Lutero hemos visto un cambio final de su vida, tan en boga en la mente sustancial en el concepto mismo de perdel hombre moderno: «Hay que ser uno sona respecto de su naturaleza, entendimismo». Por todo ello, declarará sin ambamiento y voluntad, ahora en la revolución ges nuestro autor: «El hombre de Rouscartesiana veremos cómo se trastoca la seau es el ángel de Descartes haciendo la noción del pensamiento mismo. Para nuesbestia». Maritain no se llama a engaño restro autor el pecado de Descartes reside pecto del optimismo y del naturalismo en su angelismo, al concebir nuestro entenrusonianos por suponer este último una dimiento bajo las categorías que la filosorepulsa del orden sobrenatural y proclamar fía medieval atribuía al pensamiento proaquél la bondad de la naturaleza, adivipiamente angélico, cuyas notas esenciales nando en su trasfondo una realización inteson su independencia respecto de las gral de la vieja herejía pelagiana de la mano cosas, su índole intuitiva y su carácter innaahora del misticismo de la sensibilidad. to. Una tal inflación de la razón será índice y causa de una gran debilidad aneja a Ahora que el ángel de la Historia del la Modernidad misma, a saber: la razón que hablaba Benjamin contempla con desarmada pierde su asidero en lo real y desolación las imágenes rotas de esta tras un tiempo de presunción se ve reduModernidad nacida en una celda de un cida a abdicar en el mal contrario: antiinmonasterio de Erfurd, soñada luego al calor telectualismo, voluntarismo, pragmatisde una estufa a orillas del Danubio y avenmo, etc. De ahí que veamos, en lúcida tada años más tarde por entre los jardimetáfora de nuestro pensador, al hombre nes de Montmorency, puede ser un lúcimoderno equipado como un dios para do momento para interpelar serenamente luchar contra los cuerpos, pero inerme con estas páginas a sus proféticos reforparan pugnar contra los espíritus y cómo madores sobre el sentido y verdad de su las leyes del universo metafísico le aplaslegado. A buen seguro que este ejercicio tan de forma irrisoria. nos reportará algo de luz, esa misma luz matinal que inundó gratuitamente hace Rousseau dio en realizar en el plano de ahora cien años a Maritain y a Raisa por la moralidad natural una obra del mismo entre las vidrieras de una iglesia recién eritipo que la de Lutero en el evangélico, gida en el mundanal Montmartre, dando yendo, de las altas esferas de la gracia al lugar a frutos de sabiduría como estás págifondo mismo sensible y animal del ser nas. IGNACIO GARCÍA DE LEÁNIZ humano. Para nuestro autor, lo privativo de Rousseau, su singular privilegio, con