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El poder de las letras

Pilar del Castillo

Presentación de la obra de Antonio Fontán "Letras y poder en Roma". Ponencia que se expuso en la sala de Conferencias de la Biblioteca Nacional por Pilar del Castillo.

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Referencia

Pilar del Castillo, “El poder de las letras,” accessed April 19, 2024, http://repositorio.fundacionunir.net/items/show/2762.

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Title

El poder de las letras

Subject

Clásicos del latín

Description

Presentación de la obra de Antonio Fontán "Letras y poder en Roma". Ponencia que se expuso en la sala de Conferencias de la Biblioteca Nacional por Pilar del Castillo.

Creator

Pilar del Castillo

Source

Nueva Revista 079 de Política, Cultura y Arte, ISSN: 1130-0426

Publisher

Difusiones y Promociones Editoriales, S.L.

Rights

Nueva Revista de Política, Cultura y Arte, All rights reserved

Format

document/pdf

Language

es

Type

text

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CLÁSICOS Roma y el latín ocupan una posición singular en lo historia de la cultura occidental y en la historia general de la civilización. Antonio Fontán, humanista apasionado, filólogo y catedrático de Latín ha reunida algunos desús estudios sobreestá disciplina en un libro titulado Letras y poder en Roma. El año de edición es 2001, pero el articulo más antiguo que en él se recoge es de 1950. Cincuenta años, pués, investigando «cosas muy antiguas —dice el autor— pero también cosas nuestras, de ios hombres de hoy». Unos ensayos de arqueología literaria, política y social de nuestra propia cultura, que consiguen sin embargo persuadirnos de que los autores romanos son unos escritores que merecen ser leidos por sí mismos, no sólo como una materia de estudio o un ejercicio de erudición. Con motivo de la presentación de este libro, la ministra de Educación, Cultura y Deporte, Pilar deí Castillo, y el catedrático de Filología Latina y presidente de la Sociedad de Estudios Clásicos, Antonio Alvor, presentaron sendas ponencias el pasado 11 de diciembre en la Sala de Conferencias de la Biblioteca Nacional,que aquí reproducimos por su interés para acercar la literatura clásica al ciudadano de hoy. El poder de las letras por PILAR DH CASTILLO resentar esta obra de Antonio Fontán constituye, de por sí, una Penorme satisfacción; hacerlo en esta su casa, en esta Biblioteca Nacional que tanto quiere y a la que dedica tantos y tan generosos esfuerzos, es un verdadero honor. Como dice el propio Antonio Fontán en el prólogo, el libro que hoy presentamos «trata de cosas muy antiguas, pero de cosas nuestras». Trata de la antigua Roma y trata, al cabo, de los hombres de hoy que se miran en los hombres del pasado para comprender y aprender. Yo añadiría que este libro trata también de la excelencia: de la excelencia de unos autores y de la excelencia de sus obras, que han servido de guía a decenas de generaciones. Trata también, y en profundidad, de muchos aspectos de las disciplinas que componen las Humanidades, y lo hace desde la generosidad intelectual, desde la entrega y el reconocimiento de la labor llevada a cabo por los filólogos e historiadores de todas las épocas, incluidos los que son más jóvenes que el autor. Antonio Fontán es un sabio y, al mismo tiempo, un hombre de acción. En su persona, estos términos no se excluyen. Ni siquiera se encuentran en un equilibrio inestable. La actividad científica y el servicio del político a la sociedad pueden ser dos caras de una misma moneda, y en su caso lo son. No descubro nada que no sepa cualquiera que le conozca: que el periodista, el político, el profesor y el hombre de cultura forman una unidad indisoluble en la persona de Antonio Fontán. Cada una de esas facetas necesita de las otras y, a la vez, las enriquece. Las páginas de Letras y poder en Roma que, a primera vista, podrían quedar reservadas exclusivamente al estudioso, al filólogo, al profesor, dan cabida también al incisivo ensayista, que descubre aquí y allá lo que hay de común a todas las épocas y a todos los hombres, y con él, al político de altura, atento siempre a recibir la lección de la Historia. Letras y poder en Roma recoge artículos y ensayos escritos a lo largo de cincuenta años de actividad investigadora. Estos constituyen algunos de los frutos de una vida entregada a la filología clásica, al estudio y a la interpretación del mundo romano, de su historia y de su literatura. La variedad de estos textos y su profundidad los convierten casi en una guía con la que desplazarse a lo largo y ancho de la cultura latina, desde sus orígenes hasta sus desarrollos posteriores, cuando dicha cultura comienza a caminar de la mano del cristianismo. Estos escritos proporcionan además un conocimiento amplio y coherente de algunos de los hitos fundamentales de la Antigüedad. Les resultarán de mucho provecho a los estudiosos e investigadores de la lengua y la literatura latinas, así como a todos los lectores cultos interesados en ampliar sus conocimientos en una de las raíces del saber occidental. De manera intencionada, Antonio Fontán abre su libro con unos enLETRAS Y PODER EN ROMA sayos dedicados a los autores clásicos Antonio Fontán y a lo que éstos representan en la hisEunsa toria de nuestra cultura. Los clásicos Pamplona, 2001, 431 páginas son la expresión de valores que, de alguna manera, son permanentes y, desde luego, ejemplares. Unos valores de tipo estético y también de índole moral, que ayudan a la comprensión del mundo. Leemos a los autores clásicos porque, después de tos siglos, nos seguimos reflejando en ellos, y tamhién porque su lectura aporta nuevas y variadas perspectivas a nuestro entendimiento. En palabras de Antonio Fontán, «un clásico merece ser leído porque enriquece la personalidad y multiplica la experiencia humana de quien dedique unas horas a la tarea de hacerlo». Es la actitud más noble, la de! verdadero, la del desinteresado estudio, la que renuncia a los criterios puramente utilitarios y hace de ese enriquecimiento de la personalidad su principal objetivo. Hablar de literatura clásica no es sólo hablar de literatura: es hablar de la excelencia, porque eso es, en última instancia, un clásico: alguien excelente, alguien que sobresale, que puede ser una referencia, alguien que ha trazado un camino, en principio propio, que habrá de ser transitado por los demás hasta convertirse en un elemento insustituible del paisaje inrelectual. Por eso he apuntado hace un momento que esta obra trata de la excelencia, porque estudia algunas manifestaciones de esa excelencia. De la excelencia de la literatura latina, de los poetas, oradores e historiadores de Roma, y de la excelencia de los humanistas que nos han transmitido su visión de esa literatura. Son páginas dedicadas al estudio de lo mejor entre todo lo que es bueno y provechoso. La erudición de Antonio Fontán no es, digamos, «presumida»: está al servicio de la reflexión, al servicio de las ideas. La lectura de cada uno de estos ensayos nos lleva de lo particular a lo universal. En ellos no sólo encontramos preciosos datos, sino también brillantes hipótesis, sugerentes conjeturas y esclarecedoras imágenes. La prosa del autor aúna claridad expositiva y tensión ideológica. En ella se respira ese ritmo espiritual del que sólo son capaces los buenos ensayistas. Ya trate del pensamiento de sus autores preferidos, de Livio, de Séneca, o de cuestiones estrictamente filológicas, su prosa siempre transmite altura y dignidad: excelencia, en suma. Los que hemos tenido la suerte de contar con su consejo desinteresado y oportuno, sabemos de la generosidad de Antonio Fontán. Esa generosidad, como también apunté al principio, se trasluce en muchas páginas de Letras y poder en Roma. Antonio Fontán sabe admirar y reconocer, y ésa es una virtud tan rara como necesaria en la comunidad científica. Estoy segura de que todos nosotros hoy, en este acto, queremos devolverle, con nuestra admiración y reconocimiento, algo de lo mucho que ha dado, como sabio y como hombre de acción, a la sociedad española. En nombre de todos, quiero felicitarle también por la publicación de este libro y por ese medio siglo dedicado a la investigación, al estudio y a la generosa comunicación del saber. Muchas gracias. PILAR DEL CASTILLO