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Novedades discográficas

M José Fontán

Reseña musical de "Concierto para orquesta" y "Suite del Mandarín maravilloso" por Béla Bártok.

Reseña musical de "Conciertos para violonchelo" por Vivaldi, Tartini y Boccherini.

File: Novedades discográficas.pdf

Referencia

M José Fontán, “Novedades discográficas,” accessed November 22, 2024, http://repositorio.fundacionunir.net/items/show/2535.

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Title

Novedades discográficas

Subject

Artes y Letras

Description

Reseña musical de "Concierto para orquesta" y "Suite del Mandarín maravilloso" por Béla Bártok.

Reseña musical de "Conciertos para violonchelo" por Vivaldi, Tartini y Boccherini.

Creator

M José Fontán

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Nueva Revista 007 de Política, Cultura y Arte, ISSN: 1130-0426

Publisher

Difusiones y Promociones Editoriales, S.L.

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Nueva Revista de Política, Cultura y Arte, All rights reserved

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Language

es

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NOVEDADES DISCOGRAFICAS
Por María José Fontán
Zubin Mehta se está convirtiendo
en un director de
moda y a través de su participación
en conciertos de cierta espectacularidad
de los que la
prensa se ha hecho bastante eco,
ha conseguido hacerse muy popular.
Sin embargo detrás de todo
ello hay una carrera de una
gran profesionalidad; Zubin
Mehta ha realizado una labor
destacadísima al frente de orquestar
como la Filarmónica de
Nueva York y como director invitado
de prestigiosas agrupaciones
de todo el mundo. Destaca
de forma especial la atención
que ha prestado Mehta al
repertorio de los clásicos de
nuestro siglo. Tal es el caso de
Béla Bártok (1881-1945) del que
interpreta en este disco dos de
sus más destacadas obras orquestales.
El Concierto para orquesta,
una de las últimas composiciones
del músico húngaro, fue escrita
en 1943 por encargo de Sergio
Koussevitzky, quien la estrenó
con gran éxito dirigiendo a la
Orquesta Sinfónica de Boston.
Esta es probablemente una de
las obras más accesibles al gran
público, y suele figurar en el repertorio
básico de todas las
agrupaciones orquestales. El título
de Concierto hace referencia
a la tendencia a hacer tocar
a los distintos grupos instrumentales
de forma concertante o dialogante,
con pasajes en estilo fugado
y de carácter muy virtuosístico.
El Mandarín maravilloso
compuesto entre 1918 y 1919,
fue puesto en escena siete años
más tarde provocando un gran
revuelo en su estreno. La iglesia
prohibió la obra desde su primera
representación. En 1933
cuando se estrena en París la
Suite de orquesta sacada de la
partitura original, las reacciones
vienen a ser las mismas. El juego
demoniaco de Amor y Muerte
no fue bien aceptado hasta
pasados varios años, y las audacias
musicales de la partitura
fueron de igual modo motivo de
la mala acogida de ta obra. El
Mandarín maravilloso reposa
enteramente sobre el ritmo y sus
desviaciones sincopadas, con
ángulos hirientes, rotos, y chirriantes
disonancias.
La riqueza tímbrica del Concierto
para orquesta y del Mandarín
maravilloso, es resaltada
ampliamente en esta brillante
versión de Mehta, con una gran
orquesta como la Filarmónica
de Berlín y en grabación de alta
calidad sonora.
El violonchelo nació para
dotar de una mayor extensión
al registro grave de las violas
de bracció, antecesoras de los
violines. Fue hacia mediados del
s. XVI cuando los músicos se
vieron en la necesidad de poseer
un instrumento de arco capaz de
guiar desde sus notas fundamentales,
los registros cantabiks, y
de ofrecer al mismo tiempo un
asentamiento armónico a la orquesta.
Así, la primera función
musical del violonchelo fue la de
mero acompañante, pero paulatinamente,
gracias a su potente
y nítido timbre, le fue confiada
una literatura para solista que
con el tiempo ha llegado a ser
extraordinaria.
Vivaldi, que fue el gran impulsor
del concierto con solista,
dedicó al violonchelo 27 conciertos,
en los que las exigencias interpretativas
son comparables a
las del instrumento solista por
excelencia, que hasta ahora era
el violín. El Concierto en Do
Mayor que aquí se muestra, tiene
características muy similares
a los conciertos vivaldianos en
general, con algunos ejercicios
virtuosísticos en el tiempo central,
el largo, cercanos a los usos
ornamentales propios de ¡o vocal.
Tartini sólo escribió un concierto
para violonchelo que dedicó
a un célebre virtuoso del
instrumento, el primer violonchelista
de la orquesta de Padua.
El punto culminante en ta historia
del desarrollo de la técnica
violonchelista lo representa
Luigi Boccherini. Injustamente
valorado, Boccherini no ha sido
considerado en su verdadera importancia;
se trató al violonchelo
de manera muy especial dentro
del conjunto orquestal, y fue
autor de obras dedicadas a este
instrumento como solista en las
que afianzaban al violonchelo
como protagonista. En el Concierto
en Re Mayor de esta grabación
la parte de solista es de
una gran brillantez y lucimiento,
y se han llegado a conocer
dos versiones diferentes de
acompañamiento orquestal, al
parecer debidas ambas al propio
autor.
Mstislav Rostropovich es un
gran violonchelista. Pero sin lugar
a dudas le va mejor el repertorio
clásico-romántico que el de
obras barrocas. En este disco
apreciamos mejor las cualidades
del gran violonchelista ruso en
la música de Boccherini que en
la de Vivaldi o de Tartini. Con
todo, la grabación resulta agradable
de escuchar y para el aficionado
un disco a precio medio
con un programa atractivo y variado.
María José Fontán es profesora de música
y periodista.