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Los andaluces en América

Luis Marañón

Con motivo de la celebración del quinto centenario del descubrimiento de America se desempolva la idea de que sin los musulmanes, los españoles no habrían emprendido la búsqueda hacia el nuevo mundo. La exposición mundial de 1992 en Sevilla proclama que los andaluces fueron los que promovieron la idea de consquista.

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Luis Marañón, “Los andaluces en América,” accessed April 27, 2024, http://repositorio.fundacionunir.net/items/show/2518.

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Los andaluces en América

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Con motivo de la celebración del quinto centenario del descubrimiento de America se desempolva la idea de que sin los musulmanes, los españoles no habrían emprendido la búsqueda hacia el nuevo mundo. La exposición mundial de 1992 en Sevilla proclama que los andaluces fueron los que promovieron la idea de consquista.

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Luis Marañón

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Nueva Revista 007 de Política, Cultura y Arte, ISSN: 1130-0426

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Difusiones y Promociones Editoriales, S.L.

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IOS ANDALUCES EN AMERICA Por luís Maranón s hacia 1560 cuando España viene a En la elaboración de esa unidad cultural redondear su dimensión americana. diferente, y, en cierta medida extraña para E^^ Fue una operación increíblemente rála época, la aportación andaluza —que tampida y singular porque, junto a los esfuerzos bién es mestiza— ocupa un lugar destacamateriales y a ios desgastes físicos del emdo, sin que con ello se reste valor a las propeño, supuso el trasvase a las nuevas tieporcionadas por extremeños, cántabros, rras descubiertas y, sucesivamente, poblavascos, catalanes, canarios y astures. Las das, de la civilización occidental que, una gentes de aquella España, una y múltiple, vez tomado asiento, cobra un renovado e inpusieron su granito de arena, con mayor o sólito impulso para formar una cultura dismenor intensidad, en la colosal aventura: tinta y una civilización de cuño inédito, la Nohasta el primer movimiento indigenista del vo Hispánica, gracias al mestizaje global que continente, se construye por manos españose opera. El cimiento cultural de los actualas (los p.p. Montesinos y de las Casas). Jules latinoamericanos proviene de esa fusión, lián Marías mantiene la tesis de que la Ande la síntesis lograda a lo largo de una «v¡dalucía arabizada fue un factor clave en la vidura» —como utilizaba Américo Castro— génesis y la figura de la España resultante. fecunda, aunque no exenta de amores y Por su parte, Claudio Sánchez Albornoz enodios, venganzas, malos entendidos, asonaseña que «si los musulmanes no hubieran das y rebeldías, rencores y traiciones, resenpuesto pie en España, nosotros no habríatimientos, desafecciones, abusos y errores. mos realizado el milagro de América». Estas de la aventura española en América. No exafirmaciones que aparecían algo adormecitraña, pues, que Antonio Domínguez Ortiz, das, con el paso de los siglos recobran vida en relación con la contribución andaluza en al aproximarse el año 1992: algo así como América, afirme lo siguiente: «os andaluces, si Andalucía y los andaluces quisieran recusostenidos por extremeños y canarios, conperar el tiempo perdido. Se hace verdad el figuraron la sociedad colonial durante un siverso del malagueño José Moreno Villa, reglo largo, le dieron su arte, su lengua, sus dactado en el México del exilio de 1939: costumbres y no sólo a los criollos, sino a la población de color». «Ya estamos en la playa nueva. La misma arena, A América no sólo llegaron andaluces de el mismo rizo acompasado de la dulce orilla, batalla, animales, capitales, barcos y prolos mismos vagarosos pájaros de la otra». ductos agrarios, sino también alarifes, maestros canteros, religiosos del común, artistas y artesanos: la primera imprenta que Parece confirmarse que los andaluces se se instala en el Nuevo Mundo, en 1539, promueven, que han vuelto al camino. Desde cede del taller sevillano Cromberger Foster. hace pocos años, individuos, colectividades Una parte importante del acervo cultural lae instituciones se están sacudiendo de entinoamericano cuenta con origen andaluz: cima el conformismo secular y se han puesnormas de heredamiento, técnicas agrícoto a andar por las rutas de la actividad, rulas, el ritual del galanteo, la institución del tas que se extienden más allá de su demarcompadrazgo, hermandades religiosas y cocación geográficoadministrativa: están crufradías, exvotos, devociones y romerías; y la zando el Atlántico, como siglos ha lo hiciemisma imaginería procede de talleres andaron. Andaluces —satisfechos de su bétícoluces (Diego López de Arenas, Pedro Laboromano, árabe, bereber, judío y cristiano— río, Alonso Vázquez, etc.). Y la Universidad y americanos nuevamente se aproximan, de Mareantes, sobre la base del Colegio de quizá regresan a un trabajo en común de malos Cómitres Sevillanos, se levantó, en 1569, yor aliento, teniendo por meta la celebración por disposición de Felipe II, pensando siemdel V Centenario. Muchos de los sueños anpre en que el sol no se ponía jamás en su daluces son americanos y viceversa; como Parece confirmarse que Imperio, gracias al destino de la providencia. las coplas y los romances, son de ¡da y vueltos andaluces se mueven, ta. Ciertamente, la historia se repite, para haque han vuelto al camina cerse contemporaneidad y futuro. Pero es Desde hace pocos años, preciso lanzar la vista atrás para comprender el fenómeno en su cabal extensión, pues individuos, colectividades • EEl, lenguaj lenguaje e Andalucía es la extensión histórica de la e instituciones se están «carrera de poniente» de las viejas navegasacudiendo de encima el Otros cualificados autores confirman y ciones genovesas, venecianas y florentinas. conformismo secular y se sostienen el «andalucismo» de la peripecia española inicial en la otra orilla. Así, Rafael han puesto a andar por las Lapesa manifiesta que el andaluz hablado rutas de la actividad. es decisivo para el primer estrato del español colonial, con las contribuciones lingüisSevilla ticas del seseo, el abandono del «vosotros», el yeísmo, la distinción entre el dativo «le» Donde se fraguan, definitivamente, las tay el acusativo «lo» y la «jota» con aspiración reas del descubrimiento es en Andalucía; la faríngea. Asi, también, Ramón Menéndez Piprimera capital americana tuvo asiento en dal —que comparte las tesis lingüisticas de Sevilla, —Puerta y puerto de América, la llaMeyer Lübke—, López Estrada, Alvar y Busma Francisco Morales Padrón—, lugar dontos, en el sentido de que por Sevilla irradió de se levantó la Casa de Contratación en hacia América no sólo el comercio sino, lo 1503 —pasaría a Cádiz en 1717—. También que es más importante, la cultura. El citado en Sevilla, en la vieja Lonja de Mercaderes Menéndez Pidal profundiza en su plantease construyó el Archivo de Indias, que hoy miento al afirmar que a partir de Andalucía guarda 150.000 fichas de emigrantes y más se construye el imperio trasatlántico comerde 40,000 legajos, sabrosas reliquias microcial y marítimo. Será una voz de la otra ribefilmadas gracias a! mecenazgo privado, para, la del mexicano José Luis Martínez, la ra los pacientes y apasionados buceadores ros, como los de Bastidas, Betalcázar, Giméque admita el predominio lingüístico andanez de Quesada o Díaz de Solís, se emplean luz en el español hablado de América, espeen la conquista con el marchamo andaluz. cialmente en las zonas del Caribe y la cosY, asimismo, lo fueron otros muchos militata oriental de la Nueva España. ¿No es más res, mercaderes, marineros, factores y sirque una coincidencia que e! primer mapa de vientes que, anónimamente, colaboraron en América se trazase en el Puerto de Santa levantar la sociedad americana. Es FrancisMaría? co Solano quien ilumina la aportación andaEl trasvase andaluz a tierras americanas luza de una luz administrativa y política al supone, además, que muchas ciudades reindicar que el 70 por 100 de los virreyes de pitan el nombre originario en la otra margen La Nueva España fue andaluz y que, entre del Atlántico: Palos, Sevilla, Cádiz, Córdoba, 1493 y 1540, de un total de 954 encomendeMálaga, Jaén, Almonte, Alhambra, Almadén, ros, 183 eran andaluces. Loja, Linares, Baeza, etcétera, por citar algunas. Junto a ello, reseñar que Alonso de Ojeda fundó la primera ciudad del continente sur, en 1520, con el nombre de Nuevo Córdoba —hoy, Cunamá, capital del Estado veArquitectura nezolano de Sucre—; que la costa oriental venezolana fue llamada Nueva Andalucía; y El irlandés Francisco Burdett OConnor se que el famoso e indomable río Grande fue vio arrastrado por la personalidad de Bolíbautizado por Coronado, en 1540, como río var y formando parte de la romántica Legión Guadalquivir, Las carabelas andaluzas o de Británica se plantó en América. Combatió en la Armada, a rebosar de marineros habitualas campañas de Colombia, Perú y Bolivia, para terminar fijando su residencia en la acdos a varios mares, partieron de Sevilla, Cátual Bolivia, concretamente en Santa Ana, diz, El Puerto de Santa María, Sanlúcar de cercana a Tarija. Problemas de amores hiBarrameda y Palos de la Frontera rumbo a cieron que el belicoso Burdett OConnor acola conquista de lo desconocido. giera en su casa a las hermanas Juana Manuela y Carmen Gorriti. Juana Manuela, en la pluma de Marta Mercader, define sus imEntre 1493 y 1600, del topresiones de la mansión que les recibe: «Catal de tos 54.881 emigranEl tirón de la conquista sona baja, enjalbegada, con rejas y malvotes registrados, ti 36,9 nes al estilo andaluz, rodeada de vides y oliPero, ¿cuáles fueron las razones por las por 100 era andaluz; asi vares y un rústico trapiche donde se arrasque los andaluces viajaron al nuevo conticomo, de las mujeres que traban indios desarrapados, huraños». Es un nente? Ramón Carande enuncia dos como cruzaron el océano, entre cuadro del sur profundo español trasplantafundamentales, si bien sin carácter exclusi1520 y 1579, cerca del 60 do al terruño boliviano. vo: et tirón de la conquista y el apego que por 100 procedían, tamsentían por la vida trashumante y las faenas Este relatillo extraído de una novela, no cobién, de Andalucía. pastoriles. Partiendo hacia la aventura amerresponde a la imaginación exclusiva de la ricana, los andaluces de la época consideautora reseñada, sino que testimonia un pairaban que las dos motivaciones se satisfasaje americano auténtico. El andaluz, en su cían plenamente {otra coincidencia históriaventura americana, llevó su palabra y sus ca: en 1492 se editaba la primera gramática piedras, o las ideas que tenía de cómo coespañola, cuyo autor, Antonio de Nebrija, es locarlas y encalarlas. Así como en la arquiandaluz). tectura militar y civil en América se registran Todos estos datos se confirman en el esinfluencias góticas e italianas, en la arquicueto terreno de las cifras. Nada mejor, en tectura popular aparecen profusamente rasmateria de población, que manejar los cuagos y trazos canarios, extremeños y, sobre todo, andaluces —fundamentalmente en el dros, ya clásicos, de BoydBowman. De ellos área del Caribe—, Como explica Ramón Guespigamos las siguientes: entre 1493 y 1600, tiérrez «indicará a la vez la voluntad de condel total de los 54.881 emigrantes registratinuar siendo España en América y, por dos, el 36,9 por 100 era andaluz; asi como, aquello de la unidad, más España como sínde las mujeres que cruzaron el océano, entesis, que simple operación sumatoria de retre 1520 y 1579, cerca del 60 por 100 procegionalismos», Los mismos modos de concedían, también, de Andalucía. Nombres sonobir y proyectar la arquitectura revelan que la tradición de la casa romana pasó de Andalucia a las Antillas, pero se adapta a las propias variaciones que sufría en el sur español, afirma el autor citado. Las estrechas calles de La Habana recuerdan a las de Sevilla, las angostas escalinatas entre dos paredes de Santo Domingo son árabes de pura cepa y los artesonados y entramados de Cuba y Puerto Rico son mudéjares. El arquitecto norteamericano Palm confirma esta tesis. Personalmente me ha ocurrido que estando en una villa americana creía verme en una andaluza y viceversa. Lo andaluz —como el buen cante que va y viene— es ubicuo: perfuma, da luz y vida en las dos orillas del Atlántico. Es tanto percepción intuida como realidad presentida. O, como afirmó Juan Ramón Jiménez. «La Habana está en mi imaginación y mi anhelo andaluces, desde niño. Mucha Habana había en Moguer, en Huelva, en Cádiz, en Sevilla.» Emigración Pero también en la emigración masiva de europeos que cruzó el Atlántico entre 1881 y 1920, de unos 30 millones de personas, se encontraba un gran contingente de andaluces: el anarquismo andaluz guarda estrecha vinculación con el movimiento obrero latinoamericano que comienza a fraguarse en esas épocas. Amén de agentes comerciales —de vino, aceite, corcho y minerales—, gentes andaluzas son las que crean centros de reunión y confraternidad— Círculo Andaluz, en Buenos Aires, que edita la revista Andalucía, Agrupación Andaluza, en Rosario; Unión Andaluza, en Santiago de Chile; y formada a los pies de los Andes y en los laCentros Andaluces en Montevideo, La Hababios del Caribe. Es algo que, con ocasión del na y Nueva York. Dei medio millón de espaV Centenario, debe, no sólo reconocerse, siñoles que, por esas fechas, pasan al extranno reavivarse. jero, un 20 por 100 son andaluces. Un marinero gaditano en tierra exiliada, de fatigado corazón grana y melena de romero Cristóbal Colón, en su primera carta, afirblanco, cantará en el borde argentino: «Hoy mó que «esto es como la primavera en Anel Paraná respira con aliento de azahares. dalucía». A América se llevó el paisaje anCon el azahar me voy. No me detengáis». Al daluz prendido en el alma. Y allí se afincó otro lado del mar, el andaluz no se siente soy desarrolló. Por eso, todos los intentos de lo ni perdido; es uno más de la estancia y las quebrar o difuminar la presencia de Andaarboledas. Andalucía y América, entre olivalucía en el proceso histórico americano han res y guayabas, entre el beso y la palabra. fracasado. Cualitativa y cuantitativamente, la impronta andaluza continúa actuando de manera indeleble en la cultura de mestizaje Luis Marañón es abogado y escritor.