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Aspectos deficientes de la ciencia actual

Roberto Saumells

Sobre la ortodoxia científica que en su día produjo escándalos como el de Galileo o Kepler, sigue encorsetando al mundo de la Ciencia. Se conoce que muchas ideas del universo matemático han sido utilizadas más o menos explícitamente en concepciones anteriores.

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Roberto Saumells, “Aspectos deficientes de la ciencia actual,” accessed April 26, 2024, http://repositorio.fundacionunir.net/items/show/2491.

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Aspectos deficientes de la ciencia actual

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Ensayos

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Sobre la ortodoxia científica que en su día produjo escándalos como el de Galileo o Kepler, sigue encorsetando al mundo de la Ciencia. Se conoce que muchas ideas del universo matemático han sido utilizadas más o menos explícitamente en concepciones anteriores.

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Roberto Saumells

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Nueva Revista 006 de Política, Cultura y Arte, ISSN: 1130-0426

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Difusiones y Promociones Editoriales, S.L.

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Consúltese una historia de la ciencia que La ortodoxia científica, que en su día prose considere suficientemente documentada dujo escándalos como el de Galileo, olviENSAYOS y se comprobará que lo que —salvo alguna dos tan ilustres como el de Kepler, y galarreferencia biográfica—, se dice de la apordones de castigo como el Premio Nobel de tación científica de, por ejemplo, Kepler, quien firmaba siempre sus escritos «J. KeEinstein, sigue encorsetando al mundo de la pler. Mathematicus», puede escribirse en Ciencia. Ahora, los mandarines de turno suuna tarjeta postal: sus tres leyes y alguna peditan todo al resultado de laboratorio, mención de su óptica. Las obras completas de Kepler llenan dieciséis volúmenes «in focon abandono casi total de la intuición prelio». Y aquí hay que añadir sin rodeos ni disvia que constituye, en términos generales, culpas que de todo lo que ha escrito el gela base del proceso formativo de la ciencia. nial germánico, lo único que viene a resultarle interesante a lo que hoy llamamos «Ciencia», lo único que cabe dentro de este ASPECTOS estrecho marco es esto mencionado que se escribe en cuatro líneas. Pero, en realidad, ni siquiera está limitadísima aceptación vieDEFICIENTES ne teóricamente argumentada puesto que no se hace referencia alguna al horizonte en el que Joahnnes Kepler, Mathematicus, tuDE LA CIENCIA vo necesariamente que situarse para justificar sin desánimo los veinte años de meditación que dedicó al decisivo hallazgo de Por sus leyes. «Jamás una fama ha pasado más ACTUAL Roberto Saumells injustamente de un autor a otro —dice Hegel— que la fama que ha pasado de Kepler n una Historia de la Música publicaa Newton.» da por una entidad de tanto prestigio EObservaciones análogas pueden hacerse ^^ como el Conservatorio de París, a ficon respecto a las célebres leyes de Mennes del siglo pasado, podía leerse: Juan Sedel que los estudiantes aprenden ahora desbastián Bach: músico alemán del siglo XVIII de su EGB. Interesantes son estas leyes, peautor del acompañamiento sobre el cual ro si tuvieron ellas que esperar hasta MenGounod compuso una célebre melodía (el del para aparecer en el horizonte de la BioAve María). Se trata en este caso de un ejemlogía, parece ser cosa de importancia el aveplo extremo, increíble de abismo entre la inriguar qué es lo que orientó al monje agusmensidad de una obra genial y la mínima retino hacia esta original búsqueda y hallazpercusión de la misma en un ulterior contexgo. El mismo Mendel, en la introducción a to cultural. Es cosa sabida que la obra de su escrito «Versuche über PflanzenHybriBach tardó en alcanzar el reconocimiento den» cita «las cuidadosas observaciones de universal de su grandeza. Aparte de este caKölreuter, Gärtner Herbert, Lecocq, Wichuso hay que reconocer que persiste y persisra y otros que con incansable constancia tirá en un numeroso sector del público una han dedicado buena parte de su vida a escultura musical que vendría a cifrarse en estos temas». «Si sus trabajos no han tenido tas ecuaciones: Beethoven = Claro de luna; éxito —añade—, si no han conducido a váSibelius = Vals triste; Ravel = Bolero; Chailidas leyes generales sobre la formación y covski = Cascanueces, etc., ecuación esta desarrollo de los híbridos no le sorprenderá última mencionada, que causaba irritación esto a quien tenga una idea del alcance de al gran maestro ruso. Valga esta sumaria rela empresa y de las dificultades que comporferencia para poner de relieve que lo que en ta.» A continuación da Mendel la clave de la el caso de la cultura musical nos parece una originalidad del horizonte que según afirma degradación que desciende hasta el nivel del «es el único camino desde el cual puede ser ridículo es en cambio en el dominio de la culfinalmente alcanzada la solución de una tura científica y en la misma historia de la cuestión... cuya significación y alcance es ciencia, lo aceptado, lo enseñado, lo publide verdadera importancia». La tendencia gecado. Albert Einstein Muchas de las ideas del universo matemático, antes de haber emergida con precisiéi y claridad en virtud de una aportación de genio, han sido precedidas por vislumbres; han sido utilizadas más o menos explícitamente en concepciones anteriores al tema de este escrito, recordando un caneral de toda exposición actual consiste en so que bien merece una consideración esdescribir estas leyes como llovidas del ciepecial. Se trata de la obra de Jorge Cantor lo, como el resultado de una opaca manipuen el dominio de la Matemática. Se trata de lación y recuento que no hace mención allo que Stefan Zweig llamaría, quizás, «un moguna del punto de vista original —que el biómento estelar» en la historia de la creación logo Jean Rostand califica de genial— que matemática que iba a conferir una nueva y iba a dar un sentido nuevo al proceso experadical orientación a buena parte del pensarimental. miento matemático. He aquí la desconcertante interrogación que ya proponía Galileo: hay más números enteros —decía— que núJorge Cantor meros cuadrados. Así 1, 2,3, 4,5,... son los números de la serie natural mientras que nú m Con estos ejemplos vamos acercándonos meros cuadrados sólo lo son el 1 (1 x 1), el ción y éste es el caso del cantorismo, según 4(2x2), el 9(3x3), etc. afirma Beth. Pero, ¿qué es lo que pensó CanENSAYOS tor, de qué consideraciones partió para haHasta aquí la cosa no parece ofrecer ducer accesible un dominio que para tantos das. Se puede añadir además, que hay la hombres de matemáticas permanecía impemisma cantidad de números cuadrados que netrable? de raíces cuadradas, puesto que cada cuadrado tiene una sola raíz cuadrada: la raíz Si consultamos el estudio que le dedica de 9 es 3; la raíz de 25 es 5; etc. Habrá que E. T. Bell en su libro «Men of Mathematics» afirmar, pues, que hay más números en la hallaremos también solemnemente afirmaserie natural que raíces. Pero esto es falso da la novedad cantoriana: la teoría cantoriapuesto que cada número de la serie natural na del infinito «una de las más originales y es a su vez la raíz de un cuadrado: 1 es la perturbadoras contribuciones a la matemáraíz de 1; 2, la raíz de 4; 3, la raíz de 9; 4, la tica en los últimos mil quinientos años», nos Kepler. de 16; 5, la de 25; etc. Llegamos así a una dice. No se trata, pues, de una novedad que extraña conclusión: hay tanquede como tal contrastada con respecto a tos números naturales como lo que se pensaba en una próxima anterioraíces cuadradas; tantas raíridad. No; según Bell, Cantor se enfrenta y ces como cuadrados, miensobrepasa una ortodoxia vigente desde los tras que al mismo tiempo últimos treinta siglos, ortodoxia vigorosa e hay menos cuadrados que intransigente defendida todavía por los más números en la serie natural. grandes matemáticos contemporáneos suyos. La biografía que Bell dedica a Cantor He aquí un escollo terrible, está salpicada de observaciones más o meentre tantos otros igualmennos conexas en las que, como de paso, dite desconcertantes, que obsce que Cantor era «un experto en Teología», truían la entrada a un inmenque «Cantor se alinea definitivamente con so y desconocido mar: el mar los grandes teólogos de la Edad Media de del infinito matemático que los cuales era un profundo estudioso y arCantor abrió a la navegación. diente admirador». «Si Cantor no hubiera siTodo esto es cosa sabida do matemático —añade Bell— es muy poque aquí sólo se aduce con sible que hubiera dejado la marca de su geel fin de centrar la atención nio en la Filosofía o en la Teología». sobre un punto que es éste: la excelente obra de Evert W. Ahora bien: ni siquiera se insinúa que su Beth «The Foundations of profundo conocimiento y admiración por los Mathematics. A Study in the grandes teólogos medievales pudiera haber Philosophy of Science», emcontribuido a la concepción de una teoría del pieza el Capítulo 14 Cantoinfinito, es decir, pudiera haber contribuido rism, en estos términos: «Jorge Cantor ha algo a que «Cantor dejara la marca de su gecreado ex nihilo y desarrollado hasta consinio en la Matemática». Podría aducirse aquí derable altura una rama de las matemáticas el amplio testimonio del propio Cantor quien completamente nueva...» Ex nihilo subraya declara, afirma y reitera que su estudio de la el autor; así, a partir de la nada aparece en Filosofía y Teología medieval ha contribuido la matemática el nuevo y amplísimo horizonprofundamente a orientar la elaboración de te cantoriano. En cierto y restringido sentisus grandes ideas matemáticas. Pero según Una novedad matemática do resulta verdadera esta sorprendente afirla ortodoxia profesoral «las matemáticas de sin precedentes es más mación. Muchas de las ideas del universo Cantor son una hábil construcción, un sistebien la excepción y este matemático, antes de haber emergido con ma simbólico totalmente artificial», dado que es el caso del cantorismo, precisión y claridad en virtud de una aporla matemática una vez impresa en un libro según afirma Beth tación de genio, han sido precedidas por visde texto, una vez puesta en ciertas manos, lumbres; han sido utilizadas más o menos es esto y no es más que esto: «ex nihilo». explícitamente en concepciones anteriores. (Hasta podría decirse que éste es el caso común y general del cual podrían darse nume| Número atómico rosísimos ejemplos). Una novedad matemática sin precedentes es más bien la excepPor esta misma época en que Cantor se inspira en la Teología para desvelar todo un tal castigo. De su Teoría de la Relatividad, mundo en la Matemática, por esta misma nada de nada. Su creación capital no se época Newlands en Inglaterra da un enunmenciona y ésta no mención por parte de un ciado de la periodicidad de los elementos tribunal de hombres de ciencia no tiene otra químicos. Señala que, a partir de cierto agrulectura que la de una condena. Como sea, pamiento, viene a patentizarse una analogía sin embargo, que toda nuestra capacidad de entre los elementos químicos que forman repulsa y desprecio ya la habíamos agotaoctavas, tal como ocurre en la escala musido con el Santo Oficio, de todo lo demás que cal. Se trata, en verdad, de una aportación ocurra o pueda ocurrir no hay que hablar. científica que, aunque alcanzada por un ra¿Qué ha venido aconteciendo desde aquezonamiento de analogía, va ciertamente más llos años para acá? Pues ha acontecido que al fondo de la cuestión que la mera consiesta tendencia condenatoria o despectiva ha deración del peso atómico. En su obra El llegado hoy a su máxima radicalidad en la Galileo. pluralismo coherente de la Química modervaloración de la actividad y creación cientína, dice Bachelard que «la formación de la ficas. La exclusión de la culnoción de número atómico es una de las tura científica de toda creamás grandes conquistas teóricas del siglo» ción, de toda idea que no y según dicho autor la grandeza de esta conquede inmediatamente traquista que viene a establecer una originaria ducible en un manejo de lacorrespondencia entre números abstractos boratorio constituye el ceny elementos químicos, se podría comparar tro de gravedad de la ortodocon la correspondencia, si la hubiera, entre xia contemporánea. La comdos niveles tan aparentemente heterogéprensión científica no tiene §¡§|j¡ neos como la paginación de un libro y el más valor ni sentido que el contenido de cada página. Bastó, sin embarde transitoria antesala de la go, que Newlands mencionara sus conociacción, del manejo, de las mientos de música como un factor sugeriformas de manipulación, vidor de una idea científica para que fuera púgentes en la estricta y comblicamente abucheado y puestos en ridícupleja mecánica del laboratolo sus nuevos conceptos. Esto sí: más aderio. Se llega, en este sentido, lante se le condecoró con una medalla; la más lejos, se llega hasta el lí i ortodoxia científica, aunque a destiempo, se mite de lo imaginable: no só1 arrepintió. lo se prescribe y se determina el cauce por el que ha de l De todos modos, cuando se habla de inproceder la investigación efij transigencia, de condenación, de persecucaz, aceptada, publicable; se ción, siempre tenemos a mano un ejemplo legisla con idéntico rigor de tanto espectáculo y repercusión que nos perfil completo del investigador novel de mopermite perdonar y olvidar todos los demás do tal que su posible talento o incluso su gecasos. El ejemplo de intransigencia e incomnio no es aceptado en lo que pudiera proprensión que resuena a lo largo de toda la meter de original, de renovador, de creador. historia ofrecido por el Santo Oficio cuanla exclusión de la cultuNo, no; previa una sumaria instrucción, hay do en 1633 condenó la interpretación realisra científica de toda creaque enseñarle a polarizar todo su esfuerzo, ta que hacía Galileo del sistema astronómición, de toda idea que no toda su atención sobre la línea del frente co de Copérnico. Pero pásese de tribunal a donde ahora, este mes, hoy mismo, se está quede inmediatamente tribunal, de siglos pasados al siglo presenlibrando la batalla, allí donde reside el protraducible en un manejo te, del año 1633 al año 1921, del Santo Ofiblema pública y comúnmente reconocido, cio a la Comisión del Premio Nobel. El presde laboratorio constituye publicado en las revistas serias, especialitigio de Einstein es ya tal que el tribunal que el centro de gravedad de zadas, acreditadas, autorizadas, las que, por adjudica el Premio Nobel no puede inhibirla ortodoxia contemporáasí decirlo, dan el diario parte de guerra. ¿Es se y así Alberto Einstein recibe, mientras esnea qué no hay importantes cuestiones, a veces, taba en Shangai, un telegrama en el que se previas, sólo vagamente o, quizás, erróneale anuncia la concesión del Premio Nobel mente planteadas, cuestiones que reclaman «por su ley fotoeléctrica y por su trabajo en a gritos otras formas de consagración de la el campo de la física teórica». Se trata de un inteligencia científica? Sí; las hay, probablem premio que contiene un significativo y capiENSAYOS Einstein estaba en Shanllegar la biología molecular. Tampoco se tramente a montones, pero si te dedicas a ellas ta de incurrir en la vana ilusión de que este gai cuando recibié un teno obtendrás resultados publicables, no setexto pudiera merecer algo más que la delegrama en el que se le rás escuchado; quedarás orillado, al margen saprobación y repulsa tanto individual como anuncia la concesión del de la corriente; podrás llegar a ser tan descolectiva, de todo el estamento —social y Nobel por su ley fotograciado como Mendel que no acertó a depolíticamente ensalzado— aquí sumariaeléctrica y por su trabajo dicarse a la Teoría de la Evolución en vez de mente descrito, en caso de ser leído. Por en el campo de la física plantar guisantes, preocupado en contar los consiguiente, cuando se proclama que el feérica. Se trata de un inviduos de cada cosecha y establecer relaverdadero investigador, una vez en posesión premio que contiene un ciones numéricas entre ellos, cosa entonces de la información académica inicial ya no significativo y capital cascompletamente incoherente, vista desde la lee más libros, sino solamente revistas, se tigo. De su Teoría de la reevolución darwiniana, está plenamente convencido de que se eslatividad, nada de nada tá enunciando una característica positiva Estrechez que es la que viene precisamente exigida por de la ortodoxia científica aquella auténtica actividad investigadora capaz de rendir frutos. Resulta este proceder No se trata aquí de regatear ni un ápice tan bien obedecido que escasean los libros del interés, de la utilidad y alcance de los acque van un poco más allá del escribir o vultuales resultados y corrientes de investigagarizar lo que las mencionadas revistas van ción, sino sólo de describir la relativa estreaportando. chez de los límites dentro de los cuales toLa investigación científica contemporáda una ortodoxia científica se mueve y se nea no tiene contexto; tiende a discurrir por siente, no sólo ancha y cómoda, sino a vecauces sin paisaje; sus conclusiones, preces incluso aventuradamente extrapoladocisas y fecundas en su terreno, no resuenan, ra de los resultados adquiridos o alcanzano repercuten sobre ámbitos distintos de bles. Léase, para citar un texto autorizadísiaquel dentro del cual se explicitan; no sugiemo, el prólogo a la «Biología molecular del ren ni inspiran nada en el entorno cultural gen» de J. D. Watson, y se comprobará hascontemporáneo de sus hallazgos; son pura ta qué lejanos límites pretende, a mi juicio, técnica sin expresión; enuncian y prometen tes a la investigación. En un universo privaventajas, realizaciones, comodidades y podo de creación, convertido en un universo deres venideros que podrán disfrutarse en gratuito, la ambición de la biología no reconoce límites». el seno del mismo, o quizá mayor, grado de obscuridad por el que ha venido transitanF. Jacob, gran lector, al parecer, del Antido la existencia humana. El investigador de guo Testamento, apunta en este texto al mismo fondo de la cuestión, pero quizá no hoy no lee libros... ni tampoco los escribe; es necesario apelar a tan extremas instanno va más allá de consignar los resultados cias. Basta, quizá, observar que la biología que arroja una acción que parece vacía de no reconoce otra forma de objetividad que pensamiento. aquélla que resulta homogénea y subordinada a sus métodos. Para expresar esto últiEl fondo mo en forma más asequible e intuitiva, podría ejemplificarse así la cosa: transportaCopérnico. de la cuestión mos un piano a un lejano país habitado por habilísiEl enfoque científico de la realidad conmos mecánicos, completasiderada por las ciencias de la naturaleza no mente desprovistos del senreconoce ni se funda en concepción previa tido del oído. No cabe duda alguna de su objeto. No puede con rigor haque sabrán «reducir el arteblarse hoy de «ciencias de la materia» pues facto a sus elementos consse carece de una aceptable definición de tal titutivos». Sabrán dar del insconcepto. Lo propio ocurre con la actual biotrumento una acabada e inlogía molecular para la cual la realidad de teligente descripción que la vida es una extraña presencia fuera del comprenda todos los elecauce de su comprensión y de su métodos. mentos de su estructura; saSalta a la vista que a pesar de estas desconbrán incluso construir otros certantes ignorancias las ciencias modernas iguales, e incluso mejorar el han obtenido y están obteniendo resultados modelo recibido. No podrán, a veces imprevisibles, abundantes, de inmensin embargo, ni comprender, so alcance que incluso puede resultar inni aceptar jamás que aquel quietante. Alcance que, como ya se ha insiartefacto sea un instrumento nuado, se refiere más a lo que se puede hacapaz de elevar el conocicer que a lo que se puede comprender. He miento humano sobre un hoaquí por qué desde diversos ángulos se forrizonte que está por encima mula la cuestión de si todo lo que la ciende toda la mecánica que cia permite hacer, se debe hacer. El texto de ellos dominan y hacen proF. Jacob en su obra «La logique du vivant» gresar. En realidad, esta autonomía del asilustra muy adecuadamente lo que aquí se pecto mecánico del piano es ilusoria: hay resume, aplicado a la biología: «Se persigue pianos porque hubo y hay músicos y el mela reducción del organismo a sus elementos canismo mismo del instrumento no es algo constitutivos. La Fisiología lo reclama. La substantivo y autónomo, sino que es en el Ciencia lo autoriza. La naturaleza entera se fondo una traducción de previas y primordiaconvierte en historia. Se trata, sin embargo, les teorías y exigencias de carácter musical. de una historia donde los seres vivos no son más que una prolongación de las cosas; De modo análogo, los mismos métodos donde el hombre se alinea con el animal. La que la investigación científica pone en obra, introducción de la contingencia en el seno perfecciona y amplifica, derivan de la vigendel mundo viviente por Darwin y Wallace viecia de una intuición previa que por lo genene a justificar para la biología la exclamaral el proceso de formación de la ciencia, en ción de Ivan Karamazov cuando dice que tobusca de la utilidad y del manejo más que do está permitido. Ya no hay ningún domidel conocimiento, ha ido dejando caer a lo nio reservado dentro del reino de los seres largo de su camino y en la actualidad parevivos, ni ningún espacio sustraído por prince haber abandonado por completo. Así, tal cipio al acceso del conocimiento [científico]. como se decía al comienzo, las tres leyes de Ya no hay ley divina que pueda asignar límiKepler deben su origen y formulación a la*** decisiva convicción de una radical inteligibirio de «Physique theorique et particules élémentales» Universidad de París XlOrsay. lidad que fecunda toda su inmensa y, lamenTambién se pregunta si no será el filósofo tablemente, abandonada producción. No huquien es verdaderamente competente para biera habido la astronomía newtoniana sin comprender los resultados fácticos de la un espacio absoluto referido al sensorio diCiencia y contesta textualmente así: «Los fivino. No cabe duda de que tanto L. Meyer lósofos profesionales tienen mucho que deen Alemania como Chancourtois en Francia, cir sobre la cuestión. Todo conduce incluso Newlands en Inglaterra, Mendeleyev en Rusia a creer que en el porvenir serán ellos quieadivinaron la misma armonía —que ha recines en esta materia tendrán nuevamente el bido sucesivas formulaciones— en el fondo discurso esencial». del Sistema Periódico. La primacía de MendeSe trata de autorizadas opiniones en faleyev se debe a la superior audacia que supovor de la intervención de la filosofía en la ciencia. Pero ¿de qué clase de filosofía? Esne la predicción de existencia de elementos te filósofo profesional al que DEspagnat correspondientes a lugares vacíos en su esasigna tan esencial tarea es hoy por hoy una pecie de partitura química. La misma Teoentidad que puede darse en casos aislados, ría de la Evolución no se entendería si los pero no constituye una orientación de clahallazgos que la apoyan y los argumentos se reconocida y escuchada. Hay hombres de que la razonan, no quedaran insertos en el ciencia en todos los niveles de competenseno de un cósmico espectáculo intuitivo. cia, pero, adviértase bien, no responden a la Estas observaciones tienen un exclusivo las tres leyes de Kepler denominación con que los alude DEspagnat propósito descriptivo que no va acompañadeben su origen y formuen tanto que profesionales de la filosofía en do de ninguna pretensión orientada a molación a la decisiva convicel sentido positivo del término. Se trata de dificar el decidido discurrir de los procedihombres de ciencia en los que resulta pación de una radical intelimientos mediante los cuales la investigatente el ardor, el entusiasmo de una consagibilidad que fecunda toda ción científica avanza y se consolida. Por gración a la actividad investigadora, activisu inmensa y, lamentableotra parte, las actuales directrices del prodad que puede además ir adornada por mumente, abandonada proceder científico ya distinguen entre dos acchos libros de filosofía y la cita de muchos ducción. No hubiera habititudes que vienen a llamarse «investigación autores. Quien, sin duda, responde desde do la astronomía newtoaplicada» e «investigación básica» acenmayor altura a esta descripción en el presentuándose además por consejo de las voces niana sin un espacio absote siglo es Erwin Schródinger, el hombre de más autorizadas la acuciante necesidad de luto referido al sensorio ciencia de genio en posesión al mismo tiemincrementar la actividad investigadora de esdivino po de la más amplia y seria lectura filosófita segunda denominación. Cabe, sin embarca. Su formación en este campo queda, sin go, el preguntarse no sólo a qué hondura ha embargo, subordinada a la primacía de inde quedar situada esta base, sino, más raflexibles condicionantes científicos. Sin predicalmente, preguntarse si esta base se adstensión alguna de hacer el proceso a su sacribe a la contextura del objeto que se invesber, véase este párrafo suyo: «Muchos y lartiga o quizá a la orientación especulativa del gos pasajes de los Diálogos de Platón —disujeto investigador. Es decir: en qué lado del ce— dan la impresión de no ser más que arconocimiento conviene sondear para dar gucias verbales que no tienen la intención con este basamento de la investigación. Pode definir ninguna palabra, en la creencia de dría ocurrir que fuera el objeto de estudio el que la propia palabra revelará un sentido, si que venga a resultar enfocado superficialse le dan las suficientes vueltas». mente y también pudiera ocurrir que la suLa postura opuesta, la del filósofo, preperficialidad alcanzara másiDien al espíritu senta —salvo muy honrosas y pocas excepcientífico del sujeto investigador. Se trata de ciones— síntomas mucho más alarmantes una disyuntiva a tener en cuenta. Parece que desde los que se ha acuñado la máxima de L. V. de Broglie toma un partido con su algo que cuando un profesional de la filosofía se irónica apreciación: La Física —dice— la harefiere a la ciencia pone siempre por ejemcían los físicos; se hizo después demasiaplo los tres ángulos de un triángulo. do difícil para éstos y la prosiguieron los matemáticos. Hoy la Física es demasiado difíRoberto Saumells es catedrático de Filosofía de la Nacil para los matemáticos; deberán, pues, heturaleza de la Universidad Complutense. redarla los filósofos. He aquí la respuesta de Bernard DEspagnat, director del Laborato