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La novela española del noventa

Juan A. Olmedo

Sobre cómo la novela y la condición de novelista, gozan de un prestigio extraordinario. Y también se hablan de los autores y obras de esa época.

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Juan A. Olmedo, “La novela española del noventa,” accessed November 22, 2024, http://repositorio.fundacionunir.net/items/show/2215.

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La novela española del noventa

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Artes y Letras

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Sobre cómo la novela y la condición de novelista, gozan de un prestigio extraordinario. Y también se hablan de los autores y obras de esa época.

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Juan A. Olmedo

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Nueva Revista 016 de Política, Cultura y Arte, ISSN: 1130-0426

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Difusiones y Promociones Editoriales, S.L.

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Nueva Revista de Política, Cultura y Arte, All rights reserved

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vez más rápidamente las sucesivas oleadas de novelas —hoy Insistir en la buena salud de la narrativa española y hacerlo coincidiendo novedades y en breve período con las fiestas de fin de año o con las primaverales ferias del libro suele ser de tiempo libros descatalogaespectáculo habitual a que los críticos se entregan en buena medida dos— obliga a la publicación de demasiados textos cuya premura movidos por la misma dinámica comercial que estos eventos suponen. Los en la redacción hace pensar que argumentos esgrimidos en favor de esta excelente vitalidad de la narrativa debieron haber quedado en bosuelen estar relacionados con la cantidad de novelas publicadas o ei rradores. A este efecto, la publinúmero de las que han sido traducidas a otros idiomas. Algún crítico cación en 1989 de Juegos de Ja reitera, tozudo, el manoseado criterio de que la libertad del escritor edad tardíade Luis Landero, novela muy estimable y largaconlleva mayor número de temas y mayor capacidad de registros, mente gestada, y con ella la reinsistiendo para ello en el monocorde panorama de pasadas décadas. velación de su rechazo previo por otras editoriales, supuso una auténtica prueba de la inteligencia y de las miras de ciertos gestores de estos negocios. Es, pese a quien pese, la ausencia de maLA NOVELA ESPAÑOLA durez, pues, característica no infrecuente en la novelística de los últimos años. Y junto a ella pueden citarse otras de signo geneDEL NOVENTA ral y no forzosamente negativo. Así, una evidente ausencia de conflictividad o, si se prefiere, Por Juan A. Olmedo su reducción a lo estrictamente doméstico. En este sentido, no sólo se ha dejado de pretender O cierto es que, sin que los más dispares temas, por alecambiar el mundo, sino que ni pueda hablarse de obras jados que estén de su núcleo de siquiera se desea cambiar de auténticamente geniales intereses o conocimientos, y, conversación: registros e infle—y esto es así prácticamente por lo común, éste no se arredra xiones de voz, junio a reiteradesde ¡os años de la transición ni se hace de rogar, disponiénciones temáticas, no denotan política hasta hoy—, el número dose, si necesario fuese, a imsiempre la huella específica del de relatos que aparecen anualpartir un master completo sobre autor y tienden a parecerse demente pudiera dar por sí solo la la más peregrina de las materias. masiado unos a otros. Con ello, imagen —en modo alguno cierademás, la ideología, entendida ta— de una verdadera edad doen el sentido más amplio de rada de la narrativa. Y más aún Rasgos definidores modo de interpretar la realidad, si tenemos en cuenta que la noqueda frecuentemente subsumivela es el género literario por da en esa colección de cosas baHablar de la novela, aunque La novela, y la condición de antonomasia: la poesía, lejos de nales de que hablaba la triste y sólo sea limitándose a lo más novelista, gozan de un ser considerada, como lo hiciera abunida princesa de Rubén Dasignificativo de la producción prestigio extraordinario: los Goethe, el más sublime de los río. El resultado es ese producto del pasado año 1990, supone, géneros, no deja de ser tenida medios de comunicación aun en el forzoso límite de estas light, carente de riesgo y de honpor una excentricidad propia de hacen opinar al autor de notas, mencionar de pasada el dura, que tirios y troyanos vieseres . ambiguos y febles, que vidrioso asunto de la moderninen denunciando, pero que es novelas sobre los más suma a su oprobiosa condición dad con ta que el género narratiindefectiblemente recomendado dspares temas, por alejados la circunstancia, a todas luces vo —con algún que otro inmepor unos v otros. que estén de su núcleo de cierta, de no proporcionar gadiato aditamento: la acciónOtra de las características de nancia alguna a los que la practiintereses o conocimientos suele emparentarse, como el la actual novela es su marcado can; los textos teatrales o el enmás sólido valor de aquélla. distanciamiento del código mosayo, fuera de ámbitos reduciAunque sin saber exactamente ral, que puede llegar a tomar dos y específicos de especialisqué sea la modernidad, hemos formas de violencia o transgretas, no obtienen tampoco los fapasado incluso por la posmodersión no por desagradable o chivores del gran público. nidad: con una u otra, lo cierto rriante menos significativas de es que cualquier enumeración Y sin embargo, la novela, y la lo moderno. de características del género viecondición de novelista, gozan de Estilísticamente, no aparece ne a ser la misma que hace dos un prestigio extraordinario: los como preocupación la perfecdécadas. Las necesidades de un medios de comunicación hacen ción formal del idioma —aunmercado que metaboliza cada opinar al autor de novelas sobre que serían necesarias ciertas ese vanguardismo residual de matizaciones a la hora de enjuimovimientos de entreguerras ciar la labor de, al menos, cuaque en la novela surgió a finales tro generaciones distintas de node los sesenta en nuestro país— velistas que conviven hoy en Esparecen felizmente superadas y paña—: la proliferación de exen un tono razonablemente clátranjerismos, o de simples torsico —estructural y estilísticapezas de construcción gramatimente hablando— ta novela del cal, se constatan en autores que, noventa —y todo hace pensar en muchos casos, diríase están que también de los noventa— lejos de haber frecuentado a los Harto sin duda de que los apunta a historias lineales que, clásicos, siendo, por el contracríticos llamaran su atención sin arriesgar demasiado, tamporio, el grueso de sus lecturas ajesobre la falta de coherencia co espantan al lector, antes al no al castellano. Un idioma hosestructural de anteriores contrario, lo llevan, con plantilizado desde dentro quizá pueteamientos realistas en que preda defenderse en nombre de una novelas, el zamorano Jesús Jesús Perrero domina la recuperación de la formación cultural determinada Ferrero traza en «El efecto memoria, a azares, inconvenieno, a lo mejor, en nombre de lo Doppler» un diseño editorial tes y fatigas —el lector confía lúdico de, pongamos por caso, diversos temas con una naturalirígido en tomo a cuatro que la lectura no sea una de la adopción de jergas identificadad expresiva realmente insólipartes tituladas, ellas— prolongación de su vida bles, pero pretender la obtenta. El dominio de su arte ya lo gris, de su gris y nunca resuelta musicalmente, «Obertura», ción del respeto con la confirmapuso de manifiesto Javier Toexistencia. ción de la chapuza se nos antoja rneo en su relato El cazador3, «Allegro», «Andante» y siendo más tarde Amado monsexcesivo... SÍ nos referimos a las «Adagio» truo1 la obra con que obtuvo el coordenadas espaciales, éstas reconocimiento unánime de la nos remiten a un mundo inevitaAutores y obras crítica y el público. blemente urbano, imprescindible semillero de la actitud moEn El mayordomo miope* se La diferencia entre un sólido amplía uno de los relatos que derna. En lo referente al punto mueble de caoba bien labrada y componen su libro Problemas de vista del narrador, hay que otro de moderno aglomerado de ocularesy lo que allí es una reseñalar que son plaga las voces viruta similar ai cartón piedra es ferencia tangencial en tomo a metafictivas que dejan oír su bres ancestrales, peligrosamente la que encontramos entre la un sirviente «sobre el que llegó timbre y que el lector capta, sin prolíficos, pueden llegar, pese a obra de Javier Torneo y la de incluso a escribirse una novela», duda, con la misma complacenmuchos de sus compañeros de su inferior condición, a dominar pasa aquí a ser esa misma noveoficio. Sobre éstos, incluso percia con que acogiera los gritos a los hombres blancos de este la que se ocupa de un singular petramos tesis doctorales, sasurgidos de la concha de un lado de la ciudad. A Rodolfo se personaje enfrentado a la interbiendo, sin embargo, que aquél apuntador sordo. Frente a ello, le propone observar las reuniominable perorata de su amo y nos convence y nos divierte más; las estridencias vanguardistas — nes clandestinas de ciertos gruuna proposición final —transforla gesticulación o el esfuerzo pos de nativos rebeldes y comumarlo en un espía— con la que que para tantos narradores sunicar sus pesquisas a los amantes Javier Torneo se pretende prolongar su condipone ta articulación de su obra, «de la rentabilidad y la eficación de servidor. Concebida, en el autor aragonés se traduce cia». Esta misma historia permicomo muestra el epílogo, desde en una prosa rozadora del abte, en sus intervalos, conocer el procedimiento estructural del surdo en la que confluyen muy otra que registra la miseria momanuscrito encontrado, en este ral y sexual del personaje domicaso en la estantería de una taJuan José Miltés nante —el superintendente—, la berna —y no es ajena a esta cirtremenda inteligencia de ese cunstancia la borrachera final de aparentemente inocuo sesentón los personajes, coda irónica de que es el mayordomo, verdadela obra—, Él mayordomo miope ro dueño de la situación, que cuenta una historia breve y simobtuvo antaño los favores de la ple. El superintendente de la mujer de su amo y conocedor de ciudad manda llamar a Rodolfo, la imposibilidad de éste para ensu sirviente, y durante horas — gendrar hijos. Fábula de corte de la naturaleza dramática, de clásico, cruzada del principio al sostenida tensión del texto, son fin por el humor y la ironía, infruto adaptaciones teatrales reteligente parábola de la condicientemente realizadas— le ción humana, análisis de las remuestra su preocupación por la laciones de rivalidad y de domievolución genética que se está nio es esta sagaz mirada —paraproduciendo en los habitantes dójicamente la de un miope— del otro lado de la ciudad. Los realizada por Javier Torneo, que cabileños, inmersos en costumpone en solfa las claves del prouacn a la hermanaamante del greso, et sennao ae ta viaa y ei horizontes— que hacen avanzar En «La lógica del vampiro», escenario familiar. Es en estas de la felicidad. el texto. Este sistemático replieAdelaida García Morales, la evocaciones —auténtica paráboEl granadino Justo Navarro gue de la novela supone una cofrescura de la mirada juvenil la de la impotencia y el dolor— (1953) recoge en su breve y bien rrespondencia entre la ansiedad donde Justo Navarro desarrolla trabado relato Hermana muerte* propia de los primeros de la protagonista, que fuerza al su arte con indudable maestría el fallecimiento de un padre nadetective a dar informes cada relatos, viene como ya hiciera en muchos de rrado desde una perspectiva vez más comprometidos y persoinevitablemente a sus poemas —acuarelas perfecfeísta por el hijo adolescente, y nales sobre su anónima cliente contagiarse de hastío y de tas del sopor o el fulgor del vela posterior convivencia, próxi—la misma Elena—, y la actitud rano; el ocio donde late la contnsteza ma al incesto, de este muchacho disciplinada de aquél, que los flictividad y el tiempo ensimiscon su hermana. Los sucesivos redacta en un tono más y más mado de la infancia—. Con acompañantes de ésta, con su subjetivo. Una historia en prinplanteamientos que nos recuersecuela de visitas a la casa famicipio anodina y en algunos exdan la narratividad de algunos liar en medio de la paulatina tremos poco creíble —la alta pocuentos de J. D. Salinger, Navadestrucción del barrio, presa de sición social del personaje femerro crea un mundo en que apalas excavadoras y las grúas, nino no parece compatible con rentemente no sucede nada, porcrean una atmósfera de crispala penosa autodepilación de) que todo transcurre en un redución y desarmonia bajo la apaprincipio; la ignorancia del deimportante fortuna obtenida a cido campo de percepción del riencia de una total normalidad. tective sobre la identidad de través de sus múltiples relaciosujeto: se diría que a éste se le El final, de un insólito dramatisquien le habla reiteradamente nes y chanchullos. La muerte de ha limitado su conciencia determo, subraya de forma efectista por teléfono obligándole a sesu madre aboca a Elena a una minados de los acontecimientos la peculiar revancha del protaguirla; el desconocimiento de singunar herencia: un diario en narrados, contagiados, así, de gonista ante unos de los rivales Elena del embarazo de su hija, que Mercedes, la difunta, da una peculiar percepción naif del en el amor de su hermana. Muetc.— resulta, merced a la inducuenta de! desgarramiento a que narradorprotagonista. El planchas de las páginas de la novela dable habilidad del narrador — su enfermedad incurable la conteamiento, aunque en ocasiones están marcadas por una veta suel cambio de registros acelera un dena; una butaca y un reloj de puede resultar inverosímil — rrealista, bien en las situaciones ritmo que con la presencia de péndulo, como una invitación a como sucede con el episodio del creadas —como la condición de una sola historia lineal sería lenreflexionar bajo el peso de las asesinato y su aproblematici«impostor» del padre fallecido y to— bastante amena. Determihoras. La conflictiva relación de dad—, da, en general, buenos la repetición de su figura en nado vocabulario y el gusto por Elena con su hija, que espera un resultados. En el lenguaje del otros personajes, la ingestión la presentación de ciertas patohijo, se prolonga también en su texto brilla el pensamiento anadel billete para obedecer una orlogías hacen pensar en la consulmarido, Enrique Acosta, protológico de forma insistente, upas den tajante, la tarta en la piscina ta o información taxativa de altipo del nuevo rico cuya vida su veces en la forma del símil y o la enigmática presencia de los gún historial clínico que no ha mujer ve con desagrado —sosotras en la de la metáfora: lo chinos con los impermeables, sido suficientemente elaborado pechando de su infidelidad, conque en el poema —es conocida primero en el autobús y luego en en material literario. trata los servicios de un detectila reiteración del símil en la la fiesta, etc.—, bien en la natuve que se la confirma—. El naHarto sin duda de que los críobra poética de Navarro— puraleza de algunos diálogos denorrador acude al procedimiento ticos llamaran su atención sobre diera ser un acierto, parece, sin tadores de una forma esquinada estructural de intercalar diverla falta de coherencia estructural embargo, pese a su potente de contemplar la realidad con sos materiales —los cuadernos de anteriores novelas, el zamoefecto evocador, elemento naque el protagonista es identificaescritos por la difunta, los inforrano Jesús Ferrero (1952) traza rrativo que se aviene mal con el do, su confesada condición de mes del investigador privado, en El efecto Doppler* un diseño decoro dei personaje, salvo que «intangible», etc. los propios pensamientos de editorial rígido en torno a cuase trate, como ha puesto de maElena, pronto alejada de su maUno de los logros de la obra tro partes tituladas, musicalmennifiesto algún comentarista de la rido e inmersa en una vida sin de Navarro es la captación de te, «Obertura», «Allegro», «Anobra, de un desarrollo temporal ese mundo exterior en crisis, de dante» y «Adagio», subdivididistanciado unos años de la acdestrucción y a la vez de recupedas, a su vez, menos la primera tualidad. Adelaida García Morales ración del barrio con las nuevas de ellas y el «Epílogo», en cinco Del prolífico Juan José Millás edificaciones que rodean el escecapítulos. Escrita en primera (Valencia, 1946) también tuvinario del chalet; la presencia persona, al parecer a partir de mos novela en el pasado año. próxima y fantasmal de la gasociertas experiencias de los tiemDesarrollada en su habitual eslinera con el único teléfono de pos de estudiante del autor, la pacio madrileño, entre los bala zona como elemento de unión acción se desarrolla en París. rrios de Prosperidad y Ciudad con los otros, aquellos que seMas pese al prurito de represenJardín, La soledad era esto rían et soporte del mundo ajeno tación de algunos lugares de la premio Nadal 1990, tiene por a la pesadilla en que viven los capital del Sena, la historia muy protagonista a Elena Rincón, jóvenes aunque coprotagonislas bien podría haber tenido lugar mujer entrada en la cuarentena, indirectos de ella; las reiteradas en cualquier ciudad española y de un nivel económico alto, haestampas de esos automóviles los personajes llamarse Lucita, bitual fumadora de porros, casaque, en su imprecisión, se nos Tito, Daniel, Miguel, Fernanda con un exmilitante de izantojan modelos antiguos y podo... en lugar de Rosaura, Odiquierdas hoy propietario de una tentes que reiteradamente susle, Marcel, Darío, Jenis. Jules... Poco importan los nombres, lo largo de todo el relato, la proEl discurso de Álvaro Pombo pues, con su pretendida caractesa de oscilantes perspectivas de se corresponde y es rización diversa, no llegan a alEl metro de platino iridiado12 aceptado desde la canzar estas figuras entidad indiacoge, en principio sin fisuras, vidualizada a ojos del lector. omnisciencia radical del incluso las más que chocantes Tampoco el argumento logra digresiones filosóficas —tamponarrador que adopta transmitir —salvo algunas ráfaco muy abundantes ni prolijas— cualquier voz o enfoque de gas de ese amorpasión que proo algunos triviales juegos de pala realidad tagoniza Rosaura— la sensación labras en que el texto se desliza de cosa vivida y la indagación diñase que como párrafos dictaque lleva a cabo el protagonista dos burlonamente por el autor Darío Dolfos sobre las causas mientras encuentra, tras un incidel suicidio de su prima Rosaura so, de nuevo el hilo del relato. ni sorprende ni emociona. Los Atribuirle, por ello, voluntad de diálogos, fuertemente formalizaestilo sea a cualquier forma de dos. resultan por convencionales reflexión, roce o no la metaleppoco creíbles, algunas redacciosis, sea a algunas travesuras del nes —y más aún las iracundas— narrador, se nos antoja, pese a Alvaro Pombo injustificadas y las figuras divalas buenas intenciones de más gan en sus palabras y en sus acde un crítico, desmesurado. que fuera Premio Herralde de blo, otro miembro del grupo, ciones movidas en exceso por la ese año. El silencio de las sirepues «bebe de la raíz misma de Y sin embargo, salvados esos voluntad constructora del autor. nas, el correspondiente a Adela vida, absorbe de ella hasta seescollos de una prosa a veces Dos misterios se alzan inextricalaida García Morales (Badajoz, carte». Pero la maldad de este reiterativa y amplificadora y bles (ras la lectura de El efecto 1945): La lógica del vampiro personaje no llega a hacerse exciertas veleidades en la puntuaDoppler. Concierne el primero a En esta última novela de la auplícita ni a evidenciarse su dirección —un enigmático uso de los las razones que llevaron a pretora pacense, la frescura de la ta responsabilidad en la muerte dos puntos que llegan a afectar, miar con un galardón que aspira mirada juvenil, propia de los del marino, como queda tamen la primera mitad de la obra, a tener carácter internacional — primeros relatos, viene inevitabién en nebulosa la tensión a series sucesivas de hasta catorel que da el nombre a la editoblemente a contagiarse de hastío emocional y los celos de la proce párrafos distintos en singular rial que publica la obra— una y tristeza: una mujer ya madura tagonista* su berrinche final no corriente de conciencia—, la nonovela con tan escasos méritos. nos cuenta en primera persona justifica tanto entrar, tanto parvela de Pombo es una de las meEl segundo, qué tiene que ver. el viaje hasta su Sevilla natal, tir de la pensión a la calle. El jores publicadas en 1990 y pese a la concienzuda explicatras haber recibido un telegrama estilo poco ágil de la narradora acreedora a) Premio de la Crítición de la página 128, el Sr, en que se le comunica la muerte incurre en una prolijidad desca recientemente concedido. DiDoppler o su dichoso Efecto con de su hermano Diego y con el criptiva con demasiadas cominevidida en setenta y ocho secuenla historia central que se pretenfin de hacerse cargo de sus exerías y un uso del pretérito antecias equivalentes al capítulo, nade contar. Pero mucho nos tequias. Pero una vez en la ciudad rior que ni en Sevilla —una ciurra de forma lineal una historia míamos que tras el Péndulo de andaluza, todo parece indicar dad, por cierto, fantasma en el familiar: Martín, novelista en Foucaull y su manipulación por que la muerte ae Diego —marirelato— ni en Valladolid resulta ciernes y profesor de la Facultad Umherto Eco resultaran previsino de profesión, que ha perdido natural m estilísticamente justide Filosofía, se casa con María, bles extravagantes relatos como la confianza de su empresa— es ficado. de familia acomodada, que ayuLos lemas de Kirchhoff, El prinsólo una desaparición eventual. da económicamente a los recién cipio de Huygens o el más popuMas, por último, el fallecimiencasados. La novela que escribe lar La ley de BoyleMariotte. La to del personaje —que tiene toPremio de la Crítica Martín después de la boda, ViaFísica se nos entra por las puerdas las trazas de un suicidio, je de novios, enviada al Premio a Álvaro Pombo tas con su mágico encanto y da aunque la protagonista se niega Nadal, es rechazada. Lo que da su apresto llevadero a cosas sin a obtener tal certeza, resistiénpie al narrador de El metro... sustancia. Como esos fragmentos de tedose a que le sea practicada la para algunas reflexiones sobre el jidos que han sido previamente autopsia al cadáver— cierra, con sentido de la novela en las que extraídos de un mismo cuerpo y pulso tambaleante, el relato. La texto y metatexlo se confunden. utilizados por el cirujano en un historia principal, centrada en la Pronto nace el hijo, Martinito, posterior implante sin rechazo muerte del hermano, pasa pronLa mujer al que los compañeros en el coalguno, así el discurso de Alvaro to a ser sustituida por la confliclegio llaman Pelé. Junto a este y la novela actual Pombo (Santander, ¡939) se cotiva relación de la narradoratriángulo familiar aparece la firresponde y es aceptado desde protagonista con otras figuras gura de Gonzalo, hermano de la omnisciencia radical del naLa novela estrila por mujeres que pueblan el ambiente sevillaMaría, que marcha a Londres rrador que adopta cualquier voz también tuvo varios títulos en el no. De todas ellas es la de Aluna temporada, dando curso allí o enfoque de la realidad. En un año 90. De lodos ellos era el fonso. casado con Teresa y a sus tendencias homosexuales, cruce reiterado de puntos de vismás esperado, tras su entrada amante de la joven Mara, la que y Virginia1, dicharachera amiga ta, actitudes o pensamientos, fulgurante en 1985 con los relaatrae la atracción y el interés de de María, que se casa con un con frecuentes apelaciones ditos FJ Sur ít Sene, el primero la protagonista; su ser es como importante hombre de negocios rectas o indirectas al lector e imde los cuales fue llevado al cine el de un vampiro, según dice Pay se instala en Buenos Aires. portantes subrayados irónicos a por Víctor Erice, seguidos de ta Con la muerte del padre de María, Gonzalito regresa de Londres, y tanto él como el matriAYER Y HOY monio y eí niño, y la misma Virginia, separada ya de su marido, se van a vivir con la madre de María a la easa familiar de La DE BENAVENTE Moraleja, Este nuevo espacio, de cuya trascendencia literaria Por Luis Núñez Ladevéze dio cuenta magistralmente Gaston Bachelard y que tanta importancia cobra en la narrativa de Pombo —recuérdese El héroe de las mansardas de Mansard—, es el escenario de un con la reposición, nada menos Y, sin embargo, ahí está la proAutor: Jacinto Benavente. nuevo juego de relaciones: las que en el Teatro Español, de La puesta, con Arniches, Luca de que furtivamente inician VirgiObra: «La noche del sábado». noche del sábado, es indicio más Tena, Manuel Linares y Calvo nia y Martín, como una profanaque suficiente de por dónde van Soteio, combinados con Buero Sala: Teatro Español. ción del recinto; la de Gonzalilos tiros y qué tipo de apuestas Vallejo. Lauro Olmo, Alfonso to, sumido en una crisis sin enDirección: María Recatero. prevalecen por parte de quienes Sastre y Carlos Muñiz. Dos tentorno, buscando el acercamiento tratan de asegurarse un triunfo dencias teatrales que no hace Reparto: Gemma Cuervo, Franvergonzante a Pelé. En medio ante el público incluso en un espocos años aparecían enfrentacisco Valladares, Vicente Parra, de todo ello, esa especie de sancenario municipal. das y cuyos códigos estéticos poJuan Carlos Naya. ta laica que es María aparece sudrían resultar entonces incomNo hay nada que objetar a Precio: 1.800 pesetas. mida en una devoción redentora patibles aparecen ahora conjuGustavo Pérez Puig. Pero su de tos demás, y por ello opta, gadas amigablemente como propia excusado non petita sirve pese a la estulticia y la arroganmuestra antológica del teatro esde botón de muestra de los camcia de su marido el escritor o al pañol representativo del siglo bios producidos. Su proyecto trágico final de su hijo —víctima XX. Curiosamente, no figuran consiste en representar una «ande un fortuito accidente del que en la muestra los ensayos de tología de autores españoles del Martín culpa a María—, por vanguardismo y experimentalissiglo XX», en la que como punpermanecer en el recinto inquemo cuyo símbolo más controto de partida figura esta «noche L que en un mismo ano se brantable de la casa, allí donde vertido y sintomático sería, podel sábado» benaventina. De los estrenen dos obras de Besupone que los demás la necesisiblemente, Fernando Arrabal. navente en los escenarios otros autores seleccionados, únitan. Novela escrita con pasión y madrileños es signo de que los camente Valielnclán y García desgarro, el título que primeragustos corren en muy distinta diLorca serían admitidos sin repamente concibiera el autor, Vida rección de lo que se suponía ros por una crítica que responde Santa María Indiana, nos pahace algún tiempo y síntoma de Valores literarios diese a los patrones predomirece más acertado que el definila crisis que padece la creativinantes hace, digamos, sólo un tivo, quizá más comercial pero dad dramática en general y el decenio. Otros autores, entre Pero volviendo a Benavente, innecesariamente allegado a teatro español en particular. No los que se hallan Foxá, Marquique es lo que ahora se trata, capéndulos foucáultianos y demás es necesario adoptar como punna y Pemán, hubieran suscitado ben pocas dudas acerca de lo devaneos. • to de vista la idea de que exista más que la sonrisa, el desdén. que en su momento supuso su una relación interna entre las irrupción en los escenarios. Bevariaciones ideológicas y las acnavente cortó de raíz el patetisJIHUI A. Olmedo es doctor en Filología titudes culturales, basta simpleHispánica y escritor mo retórico del teatro predecemente con considerar los datos sor, expresado en la obra de que se ofrecen al observador. El Echegaray, y concluyó definitiNOTAS teatro ideológico quemó sus úlvamente con los restos de la tratimos cartuchos hace ya tiempo; Barcelona, Ed. Tusquets, 1989 dición romántica. Su teatro sualos experimentalismos moder2 Barcelona, Ed. Marte, 1967. ve, cortés, medido, reposado, Barcelona, Ed. Anagrama, 1985. nistas se agotaron en sí mismos; técnicamente muy superior al 1 Barcelona, Ed. Planeta. 1990, la renovación escénica, si es que precedente, simboliza la regene Barcelona, Ed Anagrama, 1990. la hay, insiste más en los aspecración del drama interior, el * Madrid, Ed. Alfaguara. Premio Natos decorativos y espectaculares triunfo de la artesanía, el ascenvarra de Novela en 1989. que en el contenido narrativo. 7 Barcelona, Eds. Destino. 1990. so del descriptivismo narrativo y Eso pasa en Madrid, en Barce Barcelona, Ed. Plaza y Janes Edis,, la supremacía de los valores lite1990. lona, en París y en Broadway, rarios del diálogo entre los retó Barcelona, Ed. Anagrama, 1985. Y el que la temporada madrilericos y los decorativos. ™ Barcelona, Ed Anagrama, 1985. ña arranque prácticamente con Barcelona. Ed. Anagrama, 1990. Es el triunfo de un modernisel éxito comercial de Rosas de Barcelona, Ed Anagrama, 1990 mo suavizado, que basa su cootoño y prácticamente se cierre Barcelona. Ed Anagrama, 1983. municación con el público en la