Nueva Revista 015 > Luis Alberto de Cuenca, poeta de dos décadas

Luis Alberto de Cuenca, poeta de dos décadas

Ángel Sierra de Cózar

Sobre la poesía de Luis Alberto de Cuenca, un poeta de dos décadas.

File: Luis Alberto de Cuenca, poeta de dos décadas.pdf

Tags

Referencia

Ángel Sierra de Cózar, “Luis Alberto de Cuenca, poeta de dos décadas,” accessed April 20, 2024, http://repositorio.fundacionunir.net/items/show/2179.

Dublin Core

Title

Luis Alberto de Cuenca, poeta de dos décadas

Subject

Artes y Letras

Description

Sobre la poesía de Luis Alberto de Cuenca, un poeta de dos décadas.

Creator

Ángel Sierra de Cózar

Source

Nueva Revista 015 de Política, Cultura y Arte, ISSN: 1130-0426

Publisher

Difusiones y Promociones Editoriales, S.L.

Rights

Nueva Revista de Política, Cultura y Arte, All rights reserved

Format

document/pdf

Language

es

Type

text

Document Item Type Metadata

Text

_ Artes y Letras ción elíptica, y la enumeración onírica de esos dos ejemplos. Su objetivo es impregnar de un cliLUIS ALBERTO DE CUENCA, ma, crear una atmósfera, un estado inconcreto. Es una fusión delicada porque es selectiva, POETA DE DOS DÉCADAS medida, exquisita y de expresión cuidada. Pero, cuando es Por Ángel Sierra de Cóiar clara, es distante, libia como un madrigal. Otras veces, a fuerza de distinguirse, de individualizar las claves de sus mundos, el poeta se vuelve hermético, y el poema, mudo. Los que se salvan valen por lo bien hechos, o por u olvidadas. Arraiga en el preA reciente recopilación dir la obra del poeta en dos mibuenos detalles, o por buenos sente por la misma vía y reivinpoética (*) de Luis Albertades, en dos décadas; L. A. de maestros, Borges sobre todo. dica géneros menores, ta novela to de Cuenca (Madrid, C. decía en ese año: «Seguiré negra y su cine, la de terror, el 1950) incluye una selección de siendo un marginado mientras El juicio más severo sobre comic. El índice es babélico, los Elsinore (1972) y Scholia (1978), me sigan fascinando los nomesta etapa de su obra ha sido el títulos proclaman cosmopolitisseguida por una serie de Otros bres propios». Entre el 79 y el del autor. De Elsinore han desamo y osadía. Es la obra propia poemas (19701979) —entre 82 corre una fase de transición. parecido la mitad de los poede un poeta que en su segundo ellos, el único salvado de su priDesde entonces se trata ya de mas, y con ellos la división del libro declaraba: «La erudición mer libro. Los retratos (1971)— otro poeta, para nada marginalibro, su proyecto constructivo. es la rúbrica de la inmortalidad. y el texto completo de su obra do, sino una de las voces más oíLo ambicioso de estos primeros Tal mi Evengelio». Como en posterior, un cuadernillo, Nedas y seguidas de nuestra poesía libros era ese carácter suyo de «ElisabethJéróme», el poema crofilia (1982), y dos libros: La última. obra externa, construida, ajena suele consistir en la fusión breve caja de plata (1986) y El otro al yo, a una edad en la que el Para caracterizar esas dos parde objetos, situaciones, nomsueño (1987), más una segunda lirismo solía ser emanación dites de su obra podrían servirnos bres propios, sin fronteras de serie de Otros poemas (1982recta de los conflictos íntimos. dos expresiones suyas: «la delitiempo ni de espacio, o en la se1989). La disposición de las dos Como los otros rasgos, eso tamcada fusión» y «la difícil tersura cuencia larga de imágenes autóseries de poemas adicionales no hién estaba en los setenta en la de la palabra». La poesía de su nomas, inconexas en apariencia, es casual. El año 79 parece divipreceptiva de la escuela novísiprimera década es culturalista, a las que puede aunar un persoma: la originalidad era obedienalejandrina, nace de los libros y I*) Luis Alberto de Cuenca, Poesía naje, o tal vez un cuadro irreal cia. de los museos, de las literaturas 1970im. Sevilla. Ed. Renacimiento. de varias épocas, como en «Aludel mundo. Prefiere las leyenA! final de Scholia están las 1990. Precedida de un Prólogo, por Julio cinación de Santa Eulalia». La Martínez Mesanza y de una Nota del audas, los mitos, los escenarios páginas cruciales: después de tor. técnica oscila entre la yuxtaposiexóticos, las figuras marginales tres poemas sobre reyes, prínciEl fantasma Se pasaba las noches de su muerte Snneto del amor atómico Cataluña arrastrando cadenas por el lóbrego caserón que le fuera destinado. Carmen le cuenta a Jaime en castellano Has minado la selva de mi pecho. Al despuntar el alba se dormía, las aventuras de los almogávares. Le has dado fuego a todos mis olvidos. hecho un ovillo con su propia sábana. Todos descansan ya. Cuando el banquete Has llenado de muertos y de heridos Todos habían muerto ya: sus padres, fatídico se acerca, entro en tu alcoba. el pacífico reino de mi lecho. las mujeres que amó cuando era joven Cuando ei hijo de Andrônico Paleólogo y la que envejeció con él, los dioses Te has subido a la lámpara del techo dicta la orden terrible, te desnudo. de su infancia, los viejos cantaradas. para bombardearme los sentidos. Comienza la venganza, y en tu pecho Qué habría sido de ellos. En qué mundo Has vertido explosión en mis oídos hago brotar la sangre. Los caudillos asustarían a ta gente. Cuándo con tu voz nuclear siempre al acecho. catalanes se instalan en Atenas volvería a abrazarlos, aunque fuese y mis dedos dibujan en tu pie! No más fisión, amor, no más ojivas muerto, de noche y con aquella facha. las cuatro barras rojas de Wifredo. ni más misiles en mi dormitorio. Luego Carmen se calla, Jaime sueña (1989) Cesen con tu victoria los enojos. y yo me duermo sobre tus heridas, Me rindo. Tú has ganado. Mientras vivas (de La caja de plata: La brisa de la calle) no alcanzarás un triunfo tan notorio: me has volado la mente con tus ojos. (de El otro sueño: Seis poemas de amor) pes y princesas, en la 65. «The aventuras, casos; la ciudad, las con ideas, pero aun el más luri* Getaway», adiós a todo eso; en calles, el subsuelo. La ficción bundo defensor de este axioma la 66, Elsinore («mi palacio) se convive con la realidad, abducacabaría otorgando que las imáciones y apariciones, fantasía: genes también producen pensahundía», y el conjuro de la voz «Disfraces y juegos contra la nomiento, y, desde luego, quedan impostada («desbócame, tinieche y lo negro». Humor —oca(o quedamos) lectores algo terbla trepadora...») ya no surte sionalmente dureza cínica, o cos que siguen esperando de los efecto: que en las fuentes del sarcasmo de estirpe catuliana— objetos poéticos esa antigualla Parnaso beban los poetas que en los temas, y en las formas: de la reflexión: que la imagen aspiran a ser bustos de mármol; sonetos ligeros, títulos paródireverbere en si misma hacia lo en la 67. un guiño hedonista: la cos. Naturalidad, seguridad, dohondo. Lectores así podrían a la erudición no está reñida con la minio en la mano que guía: mélarga sentirse insatisfechos con vida. trica cuidada, sabiduría consla voluntaria ligereza de buena tructiva: técnica del fundido parte de la poesía última de L. Poesía de imágenes, como en «Cataluña», poemas A. de C.. y hasta se atreverían poesía de ideas circulares, de doble fondo, cajas a dirigirle un exhortativo paulo rusas, soñé que soñaba, el niño maiora canamus...!, a pesar de Luis Alberto de Cuenca Jesús leyendo el Evangelio... que haya, o precisamente porConservando lodos sus sabeque ya hay poemas de mayor cares de poeta docto, L, A. de C. En El otro sueño puede verse lado: aun a sabiendas de que, si comienza a dejarse invadir por ca enseña a Sam Spade a hablar repetido el esquema del libro fuera un reproche, sería tan in!a realidad. En los poemas de en verso. Si los títulos sólo figuanterior: «Seis poemas de justo como reprocharle a una sidesamor de Necrofiíia y de «El raran en el índice, la serie sería amor», espontáneos, ingeniosos, lla que no se parezca más a una puente de la espada», primera una entretenida colección de elaborados, laboriosos, responsección con resonancias de ordamesa; aun a sabiendas de que enigmas. Lo suspensivo del final den a los de desamor primeros; lía de La caja de plata, la expetodo es cuestión de formas, de (revelación y amenaza) hace de y en el resto, reducido tal vez a riencia aparece todavía disfrazanaturalezas; a pesar de que, en cada poema el comienzo de un un círculo más privado de vida da en correlatos objetivos de la suya (múltiple, versátil), la capítulo prometedor. Por cierto y amistades, hay también brisa inspiración libresca, pero ya los que estos finales de epigrama, poesía de L. A. de C. sea de lo de la calle. Salvo algunos ejemtemas se van haciendo cotidiatan efectivos en algunos casos, mejor escrito que hoy pueda plos de cierta entonación más nos, el poema, narrativo, el lense van a convertir casi en un vileerse —salvo tres erratas: en la elevada, donde la recreación guaje. terso y fresco. En «Serie cio: poemas construidos sólo en p. 31. «la» por «los»; en la 215, culturalista encuentra nuevos negra», nueve poemas de nueve funcción de una ocurrencia fiErwin por Ervin, y en la 154, sentidos, en general, tanto en él endecasílabos cada uno que renal. Después de este interludio, «ma» por «me».B como en los poemas últimos docrean (casi un pie forzado geneirrumpe .«La brisa de la calle», mina la presencia amable o iróÁngel Sierra de Cózar es profesor de la racional el homenaje a Hamel poeta urbano, irónico, cordial nica de la musa tennis. Universidad Autónoma de Madrid y esmetl) con gran eficacia situacioe imaginativo que se deleita deEs cosa bien sabida que la critor Miembro del Consejo Editorial nes típicas del género. De Cuenleitándonos: encuentros, visitas. de NUEVA REVISTA poesía se hace con imágenes, no Alucinación de Santa Eulalia (fragmento) Elisabeth Jérome Seda en tos ventanales, insomnes las vidrieras que acuchillan Élisabeth Dollon, ta luz o las gaviotas difuminada por el vapor de los ferrocarriles, llegan con peonías en el pico de Américas disueltas en la bruma ténder inolvidable de la noche, del tiempo. combustible de sombra, chimeneas, burbujas de azabache. En torno los guerreros, turbia faz, ocre risa, jubón y calzas Jéróme Eandor, sórdidas; en torno aquel beso furtivo en La Glaciére, los rabinos de plata circuncisa sugieren agrios besos grabado en mármol o con un punzón en el zafiro blanco de tus hombros, en pugillares de la Vrbs: ante un papa feroz de ceño amargo, nictálope aspirando JE TAIME. Elsinore) la noche de tu sexo. (de Los retratos) The Getaway Recoge tu equipaje. Aprisa, ven. Compiten en Ja selva la serpiente y el águila. Los héroes envejecen en los museos. (de Scholia)