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Madame d'aulnoy

Luis Alberto de Cuenca

Nos habla de Madame d´Aulnoy, que es la primera en publicar en Francia un cuento de hadas "La Isla de la Felicidad".

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Referencia

Luis Alberto de Cuenca, “Madame d'aulnoy,” accessed March 28, 2024, http://repositorio.fundacionunir.net/items/show/2136.

Dublin Core

Title

Madame d'aulnoy

Subject

Artes y Letras

Description

Nos habla de Madame d´Aulnoy, que es la primera en publicar en Francia un cuento de hadas "La Isla de la Felicidad".

Creator

Luis Alberto de Cuenca

Source

Nueva Revista 014 de Política, Cultura y Arte, ISSN: 1130-0426

Publisher

Difusiones y Promociones Editoriales, S.L.

Rights

Nueva Revista de Política, Cultura y Arte, All rights reserved

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Language

es

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MADAME DAULNOY Por Luis Alberto de Cuenca sa L francés Paul Hazard es da. Esas infatigables criaturas que pedir a sus padres que buque sus nodrizas le contaban. Lo que de la mañana a ¡a noche coautor de varios excelentes ceen en el recuerdo y les cuenirreal y lo nebuloso se asocian rren, gritan, pelean, hacen las libros de historia —entre ten los cuentos de su niñez. Sin de repente, como por arte de paces, saitan y brincan sin cesar, ayuda de nadie, con sólo hojear ellos La crisis de la conciencia magia, con ta hiperrealidad de! desempeñando siempre su papel los libros, harán surgir los cueneuropea (¡6801715) y El pensaabsolutismo y con la rigidez del de protagonistas del cuento, de tos más hermosos. miento europeo en el siglo xvitt, reglario cortesano. héroes de la película. Al final, traducidos al castellano por JuFue en Francia y a finales del Madame dAulnoy es la pricuando el día muere, se caen de lián Marías hace casi cincuenta siglo XVII cuando ese tipo de limera en publicar en Francia un puro sueño, pero volverán a emaños—, pero también de un esbros, o sea, los cuentos de hacuento de hadas, al introducir en pezar en cuanto amanezca. Portupendo ensayo sobre literatura das, empezaron a publicarse. su abominable novela sentimental que si la frescura y la lozanía infantil, Los libros, los niños y Los cuentos populares han exischac, Contes moins contes que reinan en su cuerpo, también lo los hombres, cuya versión espatido siempre, desde que el homDougías (169(1; traducida al cashacen en su espíritu, atento ñola, publicada en 1950, cuando bre aprendiera a tallar ¡a piedra, tellano en Madrid, Imprenta de siempre a imaginar, a forjar yo estaba ocupadísimo nacieny aun antes, cuando el lenguaje Boix, 1838, dos volúmenes) un imágenes, que no es sólo su prido, ha caído hace poco en mis articulado instauró la revolución cuento titulado «La Isla de la mordial ocupación, sino también manos. Hazard nos habla con más profunda en la historia de Felicidad». A finales de 1695, el signo de su libertad, Y es que desenvoltura y buen humor de la vida sobre la tierra; pero fue Mademoiselle Lhéritier incluye la mediocre razón no los somete los tres elementos de que consta en el siglo de Luis XIV cuando cuatro cuentos en sus Oeuvres aún a sus falaces restricciones. el título de su libro, relacionánesos cuentos de siempre empemelées. Y es en enero de 1697 De modo que su juego, puro e dolos con ingenio y sabiduría. zaron a contarse por escrito de cuando aparece bajo la firma de inútil, consiste en proyectar conGracias a él he recordado, entre forma sistemática. La sociedad su hijo, Pierre Perraull Darmantinuamente ensueños no repriotras cosas, que los seres humaliteraria francesa de la época, cour, la célebre colección Hismidos por la razón. nos, al llegar a la edad madura, cansada acaso del acento heroitoires ou Contes du ternps passé, distan mucho de ser agradables co y hasta del mismo clasicismo del académico Charles Perrault, Pero ninguna imaginación se a la vista; que, cuando acaban que había constituido su razón ferviente partidario de los monutre de sí misma, y el espíritu de despertarse, o después de de ser, se volvió hacia lo maravidernos en la querella entre antiinfantil reclama también su susuna larga jornada de trabajo, lloso. Lo Cunto de li Cunti («El guos y modernos que tanto dio tento. pues no es capaz de auofrecen un aspecto deplorable, cuento de los cuentos»), del itaque hablar en la Francia culta de toabastecerse. Los niños se diricon la cara surcada de arrugas, liano Basile, influyó acaso en la época. El libro conoció un gen entonces a aquellos poderes la pie! barrosa y los ojos febriles esa moda. Es curioso advertir éxito considerable. Los mundabenévolos que, en el drama del y cansados. Cada vez que un que el mismo siglo xvii, que nos se entregaron entonces a los Universo, los amparan contra adulto se mira en el espejo, la perfecciona las nociones del ricuentos de hadas con el mismo los lobos que pueblan la terrible cruel Naturaleza le dice: has degor y de la etiqueta, se entregue, noche. E imploran de ellos nuecalor con que habían aplaudido jado de interesarme, tu üempo y encantado, a ¡os caprichos de vas imágenes, imágenes en hasta hacía poco los retratos ya pasó, debes morirte cuanto la fantasía, como si descubriese abundancia, pues son insaciamorales, los proverbios y las antes. que, en un mundo en el que máximas de los literatos de bles, y apenas ha acabado uno todo pasa y se desmorona, la raY el alma se conserva aún moda. de enseñarles o de contarles zón es efímera y mortal y es prepeor que el cuerpo. Las perso«Estos nuevos cuentistas de algo, ya piden más... ferible abandonarse al vértigo nas mayores carecen de libertad: las medias de seda» (¿a que el de ta ilusión. son prisioneras de la grave raalejandrino suena a Rubén?) o. zón. Si juegan, lo hacen para Ciertos Anales de la corte de mejor dicho, estas cuentistas, Los cuentos de hadas distraerse, para olvidar, para no París cuentan que el ministro pues eran mujeres en su mayopensar en el tiempo que les quería, bebían de las fuentes del Colbert hizo venir expresamente da de vida o, mejor, de supervicuento popular, pero modificanMucho antes de saber leer, esjunto a él «gentes para que lo vencia, Nunca por el puro placer do sus estructuras, Elisabeth Leperan maravillas de esos inexplientretuvieran refiriéndose cuendel juego, que es lo que hace iimirre ha explicado admirablecables y menudos caracteres netos semejantes al de Piel de bres y leves a los niños, ajenos mente el proceso: «Del mismo gros que se alinean ante sus Asno». Y La Porte, ayuda de cáa la angustia que inspira el paso modo que los jardineros de la ojos. Intuyen que con los libros mara de Luis XIV, anota en su del tiempo y el peso abrumador corte reparten en geométricos van a ampliarse sus dominios, diario cómo el rey se lamentaba de la muerte, arriates la agreste naturaleza, que sus juegos van a hacerse de no tener a su lado ya ninguna las madamas cuentistas de finaLos niños, esa extraña especie más grandes, sin límite de espamujer que le contara antes de les del siglo xvii reordenan con que habita el reino de la infancio ni de tiempo. Ya no tendrán dormirse relatos similares a los NUEVA REVISTA MAYO 1991 primor cortesano el tupido verInstalada de nuevo en París, dor de la materia feérica». Puesse ve en problemas por su amisto que el cuento se ha convertitad con Madame Ticquet, que es do en un juego al que se juega decapitada por el asesinato de en los salones, se impone confesu esposo. Se relaciona con rirle unas reglas. SaintEvremond y con varias Unos meses después de la edicuentistas de la época (Madame ción de los Contes de Perrault, de Mural, Mademoiselle LhériMadame dAulnoy publica sus tier). En 1690 publica, además Contes de fées, seguidos, en de la citada Histoire dHypolite, 1698, de Contes nouveaux ou les sus Mémotres de la cour dEspagne, seguidas, en 1691, de la Fées á la mode (tres volúmenes, famosa Relation du voyage dEspublicados «chez Barbin»), Enpagne (la primera traducción tre 1697 y 1702 ven la luz los castellana es tardía: Madrid, Contes des contes, de Madame Juan Jiménez, 1891; Luis Ruiz de La Forcé, Les Comes de fées Contreras traduciría el libro en y Les nouveaux contes de fées, 1942, con el título Un viaje por de Madame de Mural, y La TyEspaña en 1679). También rerannie des fées détruite. Noudactaría memorias sobre la corveaux contes, de la Marquesa de te de Francia (1692), sobre la de Autneuii. Hubo también contriInglaterra (1695), así como unas buciones masculinas: en 1698, el curiosísimas Mémoires secrets de Caballero De Maiily publica Les plusieurs grands princes de la illustres fées, Contes galants, décour (1696). Luego vendrían sus diés aux dames, y Jean de Prélibros de cuentos ya mencionachac, Contes moins contes que dos. Madame dAulnoy murió les nutres, Sans Parangón et La en 1705 (su esposo el Barón haReine des Fées. El Abate Vibía muerto octogenario en 1700) lliers, por su parte, criticó la en su casa de París, rué Saintboga del género en su Entrétien Benoit. Nos quedan dos retratos sur les contes des fées (1699). de la Baronesa que nos transmiten la imagen de una vivaz y Ilustración de los cuentos de Perrautt, edición de 1697 opulenta belleza. La bella y la bestia 1789), y que lleva por título Le Motte, Barón dAulnoy y criado Cabinet des Fées, un auténtico de cámara de! Duque de VenPara finalizar, citaré tas traPoco después, el éxito de la festín para el aficionado a los dóme. El matrimonio tuvo cinco ducciones castellanas que conoztraducción de Las mil y una nocuentos de hadas y, desde luego, hijos, cuatro hembras y un vaco de los cuentos de la Condesa ches por Galland hizo girar la para el bibliófilo. En ese deliciorón (que murió muy joven). dAulnoy: Bella Bella o el cabamoda hacia una narrativa de so y delicado Gabinete se enDecidida a desembarazarse de llero afortunado (sic), trad. de corte orienlalizante durante cuentran, cómo no, los cuentos un marido a quien odia desde el José Llórente, Logroño, Viuda unas décadas. A partir de 1735, de Madame dAulnoy, con el día de la boda, aprovecha cierde Brieva, 1844; Cuentos, Maa los nombres de Mademoiselle único propósito de enriquecer la tas sospechas de malversación drid, Imprenta de la Biblioteca de Lubert y de Madames Lintot, imaginación del lector y devolque penden sobre La Motte Universal, 1852; El pájaro azul, Villeneuve, Fagnan y Leprince verle un poco de su perdida inpara acusarlo del crimen de lesa trad. de Pedro Umbert, Barcede Beaumont (la famosa autora fancia. majestad. Lo hace con la comlona, Henrich y Cía., 1911; del cuento de La bella y la besplicidad de dos aristócratas, el MarieCathenne Le Jumel de Cuentos, trad. de H. C. Granch, tia) se añaden los de narradores Señor de Lamoiziére y el MarBarneville, Baronesa dAulnoy ilustraciones de Margenat, Barcomo Hamilton, Pajón, Crébiqués de Courboyer, su amante y (lo de «Condesa» con que apacelona, Maucci, 1942, y, sobre llon. Duelos, Cazotte y Caylus. probablemente también el de su rece en las portadas de sus obras todo, un libro imprescindible Surge entonces un tipo de cuenmadre. El Barón es detenido es nombre literario), nació en por la excepcional calidad del to de hadas proteiforme que adpor Colbert, pero finalmente es Barneville (Eure) hacia 1650, La traductor y de la prologuista: me quiere perfiles surrealistas en puesto en libertad y sus calummadre, JudithAngélique, derefiero a Madame dAulnoy, Lubert, paródicos en Hamilton, niadores son condenados a sempeñaría un papel importante Cuentos de hadas, selección y pedagógicos en Leprince de muerte. La Baronesa logra escaen su biografía; viuda muy pronprólogo de Carmen BravoVillaBeaumont, licenciosos en Crébipar acogiéndose a sagrado en to de su padre, casó en segundas sante y traducción de JoséBenillon. Muchos son, desde Peuna iglesia vecina. Se refugia nupcias con el Marqués de Guto Alique, Barcelona, Bruguera, rrault hasta Caylus, los autores después en Inglaterra y de allí dannes, de quien enviudaría a 1979. • recogidos por CharlesJoseph de pasa a España, donde se reúne su vez en seguida. El 8 de marzo Mayer en esa summa feérica de con su madre y rinde a Francia de 1666, a la edad de dieciséis cuarenta y un volúmenes que se ciertos servicios diplomáticos anos, MarieCathenne se casó Luis Alberto de Cuenca es investigador publica en Ginebra y en Amsque hacen que recupere el favor con un hombre treinta años madel Consejo Superior de Investigaciones terdam al mismo tiempo (1785de la corte. Científicas, filólogo y poeta. yor que ella, François de La NUEVA REVISTA MAVO 1991