Nueva Revista 127 > Esclavitud

Esclavitud

File: Esclavitud.pdf

Archivos

Referencia

“Esclavitud,” accessed November 22, 2024, http://repositorio.fundacionunir.net/items/show/1967.

Dublin Core

Title

Esclavitud

Source

Nueva Revista 127 de Política, Cultura y Arte, ISSN: 1130-0426

Publisher

Difusiones y Promociones Editoriales, S.L.

Rights

Nueva Revista de Política, Cultura y Arte, All rights reserved

Format

document/pdf

Language

es

Type

text

Document Item Type Metadata

Text

ESCLAVITUD Y LIBERACIÓN DE LA MUJER EN LA HIPERMODERNIDADMaría Calvo CharroPROFESORA TITULAR DE DERECHO ADMINISTRATIVO.UNIVERSIDAD CARLOS IIIESTAMOS VIVIENDO UNA ÉPOCA EN LA QUE CIERTOS SECTORESIDEOLÓGICOS TRATAN DE CONVENCER A LA SOCIEDAD DE LAIDENTIDAD DE AMBOS SEXOS, DESPRECIANDO LOS DATOSCIENTÍFICOS SOBRE LA EXISTENCIA DE UN DIMORFISMO SEXUAL INNATO. SIN EMBARGO, MUCHAS MUJERES, QUIEREN SERELLAS MISMAS, APORTANDO SUS VALORES Y CUALIDADES, YESTÁN DISPUESTAS A LUCHAR CONTRA LOS ROLES SOCIALESQUE LES IMPONEN UN TRABAJO SEGÚN LOS CÁNONES MASCULINOS QUE IMPLICAN RENUNCIAR A LA MATERNIDAD Y DESPREOCUPARSE DE LA FAMILIA.EL COMPLEJO DE DIANA Y URANOLa diferenciación sexual es una realidad a la que se haresistido la humanidad en diversas ocasiones a lo largo dela historia. Así, por ejemplo, en la mitología griega encontramos lo que ahora se denomina el complejo deDiana, que expresa el rechazo a la condición femenina,y el complejo de Urano, como negación de la condiciónmasculina.nueva revista· 12737maría calvo charroEl debate sobre si la distinción entre varón y mujer determina su propia identidad, ha pertenecido tradicionalmente al ámbito de la filosofía, la ética y la antropología.En el siglo XIXla sexualidad humana recibió un intensotratamiento desde el punto de vista antropológico con lasinvestigaciones realizadas por Ludwig Feuerbach y Freudsobre la condición sexuada del ser humano y sus consecuencias.Actualmente, todavía bajo la influencia de la revoluciónestamos videl 68 que implantó la indiferenciación sexual,viendo un momento histórico en el que, sometidos a la presión de la imperante ideología de género, expresiones comohombre, mujer, padre, madre, han perdido su sentido teleológicoantropológico y se encuentran vacías de contenido, borradas por una idea de identidad absoluta e intercambiabilidad entre los sexos que lo inunda todo, desde la.educación en las escuelas hasta el contenido de las leyesLa organización de las Naciones Unidas ha sido el principal catalizador de estos cambios, imponiendo unos valores globales que presupone válidos y justos, creando unanueva «ética mundial», un nuevo orden social incuestionable a pesar de su falta de fundamentación antropológiverdades antropológicasca, poniendo en tela de juicioesenciales del ser humano, como la alteridad sexual.Los nuevos conceptos son ya omnipresentes. Pero el intento de vivir sin una identidad, femenina o masculina,está provocando frustración e infelicidad entre muchaspersonas incapaces de ir en contra de su propia esencia.La crisis de identidad es el grave problema de la sociedadEstamoscontemporánea en los países más desarrollados. nueva revista· 12738esclavitud y liberación de la mujer en la hipermodernidadante una revolución silenciosa, desestructuradora de laidentidad personal, cuya meta es llegar a una sociedad sinclases de sexo, por medio de la deconstrucción del lenguaje, las relaciones familiares, la reproducción, la sexualidady la educación.LA ESCLAVITUD FEMENINA DEL SIGLO XXILa lucha por la igualdad en derechos y deberes entre lossexos fue a lo largo de siglos una batalla por la justicia y ladignidad de la mujer. Sin embargo, como afirmó SigridUndsted, «el movimiento feminista se ha ocupado tan sólode las ganancias y no de las pérdidas de la liberación».En la década de los setenta, una vez alcanzada ciertaigualdad, al menos formal, en derechos y deberes, comenzó un nuevo movimiento feminista de corte igualitaristacuya pretensión no era ya sólo la igualdad jurídica, sino laidentidad con el varón en todas las facetas de la vida. Enexpresión de Burgraff, reclamaban una «igualdad funcionalde los sexos». De las vindicaciones limitadas al ámbito público se pasó a la exigencia de igualdad también en la vidaprivada, reclamando la eliminación radical del tradicionalreparto de papeles entre varón y mujer, lo que afectó a facetas tan íntimas como las relaciones sexuales, la maternidad, la crianza de los hijos o el matrimonio. La mujer comenzó a renunciar a su propia esencia femenina, sin serconsciente del menoscabo que esto implicaría a largo plazopara su libertad y su pleno desarrollo personal.Al negar radicalmente la existencia de ciertos rasgos femeninos innatos, por vez primera en su historia el movimiento feminista iba contra sí mismo, contra su propianueva revista· 12739maría calvo charrorazón de ser, y se desnortaba autolesionando a las mujeresa las que en un principio defendió. La mujer asumió deforma espontánea, y sin queja alguna, que los roles masculinos eran los justos y oportunos, que debía imitarlospara lograr la igualdad, y adoptando un comportamiento yen ocasiones un aspecto varonil se traicionó a sí misma,sacrificando su alma femenina, a cambio de ser aceptadaen el universo masculino.De este modo ha llegado hasta la actualidad la idea,fuertemente implantada en la sociedad, de que trabajar encasa, ser buena esposa y madre, es atentatorio contra ladignidad de la mujer, algo humillante que la degrada, esclaviza e impide desarrollarse en plenitud. Y que, para seruna mujer moderna, es preciso previamente liberarse delyugo de la feminidad, en especial de la maternidad, entendida como un signo de represión y subordinación: la tiranía de la procreación.Existe cierto desprecio hacia las mujeres que trabajanen su casa o cuidan de sus hijos, que resultan estigmatizadas y son consideradas poco atractivas o interesantes ynada productivas para la sociedad; frente a aquellas querenuncian a la maternidad o al cuidado personalizado desus hijos desde sus primeros días de vida, que aparecenante la opinión pública como heroínas, auténticas mujeresmodernas que, lejos de esclavizarse «perdiendo el tiempo»en la atención a sus retoños, se entregan plenamente a suprofesión, por la que lo sacrifican todo, lo que las libera yconvierte en estereotipos de la emancipación femenina.La creación de este estereotipo inverso, beneficiada porla actitud de algunas líderes políticas, distorsiona la imagennueva revista· 12740esclavitud y liberación de la mujer en la hipermodernidady perjudica la vida familiar de la mayoría de las mujeres,pues favorece la organización de la vida profesional como sino fueran madres y como si los trabajadores no tuvieranobligaciones familiares; dificultando así un cambio dementalidad sobre la importancia real de la maternidad,tanto para la mujer en sí, como para la institución familiar,base incuestionable de la sociedad, sin la cual nunca podrán adoptarse medidas verdaderamente conciliadoras parala vida familiar y laboral.Leyes como la del aborto o la Ley de Igualdad, mediante la utilización de términos contradictorios como la«salud reproductiva», referida paradójicamente a las técnicas tendentes a evitar la reproducción a toda costa, son expuestas a la sociedad como la fórmula justa para liberar ala mujer y favorecer su desarrollo personal y profesional,cuando realmente lo que consiguen es su autodestrucción,afectando a su esencia y dignidad de manera irreversible.Como resultado de esto, muchas mujeres tienden aocultar su sensibilidad femeninamaternal como si fueraun defecto humillante y adoptan una postura cuasi masculina, simulando ser agresivas y competitivas en sus trabajos, yendo en último término en contra de sus verdaderos deseos. Como afirma la antropóloga Hellen Fisher,«parecen creer que si reconocen estos atributos femeninosestarán caracterizando a las mujeres como seres frágiles,no suficientemente duras para trabajos difíciles».Actualmente las mujeres en lugar de verse esclavizadaspor visiones patriarcales sobre las funciones domésticas, seven presionadas por las expectativas sobre el tipo de trabajo asalariado que parece valer la pena, y actúan tratando denueva revista· 12741maría calvo charrosatisfacer las aspiraciones que los defensores de la corrección política y los ideólogos de género han puesto en ellas,en lugar de sus propias preferencias. Se trata de un nuevotipo de esclavitud femenina: la tiranía de la ideología de género que provoca que muchas mujeres se sientan ajenas asus propios trabajos y enajenadas por la insoportable presión interna que les provoca el ingente esfuerzo de negarsea sí mismas, tratando de ahogar unas prioridades específicamente femeninas que luchan por manifestarse. En estesentido, es abundante la reciente bibliografía científica quedemuestra la existencia de un dimorfismo sexual innatoque provoca en las mujeres sentimientos e intereses claramente diferentes a los de los varones.LA NUEVA MUJER. EN FEMENINODisponer de la capacidad, habilidad, inteligencia y oportunidad para dedicarse a un trabajo igual que cualquier hombre no implica que la mujer quiera hacerlo o que le produzca la misma satisfacción personal que a sus homólogosmasculinos. Hoy en día muchas mujeres independientes,cansadas de imitar a los hombres, quieren ser ellas mismas, aportando sus valores y cualidades, y están dispuestas a luchar contra los roles sociales que les imponen untrabajo según los cánones masculinos que implican renunciar a la maternidad y despreocuparse de la familia.Muchas mujeres inteligentes han desenmascarado lafarsa de la intercambiabilidad de los sexos creada por losideólogos de género y hoy ya no se apuntan a vestir de corbata, olvidar a los hombres exaltando el amor lésbico otriunfar en los negocios postergando su rol de madre. Ennueva revista· 12742esclavitud y liberación de la mujer en la hipermodernidadlos países modernos, con la mujer incorporada al mercadolaboral, a la vida política, a la sociedad en general, surge unnuevo movimiento, pospatriarcal, posfeminista, posconstruccionista, que acepta la igualdad de hombre y mujer encuanto a derechos y deberes democráticos, pero que reconoce y defiende las diferencias innatas existentes entreambos sexos, demostradas científicamente, y que, lejos desepararnos y perjudicarnos, nos complementan y nos enriquecen. Exigen la corresponsabilidad e interdependenciahombremujer, tanto en lo privado como en lo público, yestán radicalmente en contra del llamado feminismo de género por considerarlo elitista, egoísta, ginocéntrico, misoándrico y por ahondar la división de los sexos.La mujer no tiene por qué querer lo mismo que quiere elhombre. Sus parámetros de éxito son absolutamente diferentes, como lo son los motivadores bioquímicos de sus conductas. Existe una nueva generación de mujeres que evitanlos altos cargos o las jornadas laborales eternas, no porque nopuedan hacerlo perfectamente, sino porque no les proporciona la satisfacción personal que ansían. Nadie ni nada lesimpide alcanzar los puestos más remunerados y complicados, simplemente prefieren trabajos más sencillos para poderdedicar mayor tiempo a su realización personal a través delcuidado de los hijos y de una adecuada valoración de la maternidad.Durante muchos años los «ideales sociales» imperanteshan nublado las actitudes femeninas hacia la interseccióndel cuidado de los hijos y el trabajo, una cuestión tan personal y con frecuencia, tan regida por la biología. Sin embargo, hoy hay abundantes estudios que demuestran quenueva revista· 12743maría calvo charromuchas más mujeres que hombres rechazan ascensospensando en la familia, incluso cuando hablamos de losniveles más elevados. Muchas mujeres, apoyadas por susmaridos, evalúan sus prioridades y deciden a favor de la familia, no como una forma de sacrifico o autoinmolación,sino por puro placer personal, como una vía de autorrealización que las llena de felicidad. Quizá tengan menos ingresos, pero están más satisfechas.En Estados Unidos, actualmente está extendiéndose unfenómeno llamativo: «la fuga de cerebros femeninos». Setrata de mujeres que abandonan puestos de trabajo altamente remunerados y de prestigio pero con jornadas laborales eternas, porque lejos de encontrar la felicidad se sienten frustradas y experimentan «un verdadero retrato deculpabilidad» hacia sus familias que las oprime y angustia.La economista S.A. Hewlett descubrió que el doble demujeres que de hombres manifiestan e interiorizan el impacto negativo que ese tipo de puestos tiene sobre la familia (conducta de los hijos, rendimiento escolar, hábitos dealimentación, trastornos psíquicos...) y sienten que el trabajo entra en conflicto con sus emociones más básicas.La posibilidad de seguir los propios deseos en lugar dehacer lo que otros creen que se debería hacer (por ser lopolíticamente correcto) es una de las características de lassociedades libres más avanzadas. Que las mujeres sigan sutendencia biológica y sus preferencias innatas, en lugar delos mandatos impuestos por los ideólogos del momento,redundará en la felicidad personal de la mujer, en el bienestar de los hijos y la estabilidad familiar y, en consecuencia, supondrá un beneficio para la sociedad entera. No senueva revista· 12744esclavitud y liberación de la mujer en la hipermodernidadtrata de un retorno a tiempos pasados, sino de una actitudradicalmente progresista de mujeres que buscan el equilibrio en sus vidas y que apuestan por un futuro fascinanteen el ámbito personal y prometedor en el profesional.No reconocer las diferencias entre sexos, hace que lasjornadas laborales y los puestos de trabajo sigan diseñadossegún los conceptos de competitividad, plena dedicación yéxito masculinos. Muchas mujeres aman sus carreras profesionales, pero cuando su bioquímica se modifica para adaptarse a la gestación y al parto su sentido de la importanciarelativa de su trabajo cambia también, como han demostrado psicólogos y psiquiatras de muy diferentes tendencias.Las mujeres tal y como son, con toda su feminidad, integran en la empresa, como un valor incuestionable, supropia manera de percibir y comprender la realidad, tandiferente a la de los hombres.Vivimos en una era en la que las aptitudes naturales delas mujeres están siendo demostradas. El mercado de trabajo las necesita. Se han convertido en un bien social yeconómico de vital importancia. Pero es preciso que la sociedad asuma que las mujeres tienen carreras menos lineales, formalizar programas de ascenso más flexibles, reconocer la maternidad como un mérito y una gran aportaciónsocial y, por lo tanto, valorada curricularmente, adoptar formas imaginativas de reincorporación al trabajo tras una maternidad, en definitiva, reconocer que las diferencias entrelos sexos existen y exigen un tratamiento oportuno en términos de igualdad que necesariamente pasa por concederciertas distinciones y especialidades a lo que la naturalezamisma ha diferenciado.nueva revista· 12745maría calvo charroJudy Rosener, profesora de la Graduate School of Management de la Universidad de California, cree que lascompañías que utilicen a pleno rendimiento las diversasdotes de las mujeres serán las más innovadoras, productivas y rentables: «Las organizaciones que no tengan encuenta las ventajas competitivas que representa la mujerlo hará a su propio riesgo».Como afirmaba Indira Gandhi, «antes ser líder significaba tener buenos músculos; pero hoy en día significa llevarsebien con la gente». La facilidad de la mujer para crear redesde contacto y alcanzar consensos será cada vez más valorada a medida que las empresas vayan desmantelando las estructuras jerárquicas de gestión, dando mayor énfasis al trabajo igualitario en equipo. Con su imaginación, flexibilidad,intuición, amplia visión contextual y a largo plazo en todoslos ámbitos del mundo empresarial y su destreza lingüísticay social, las mujeres han logrado ya una fuerte presencia enlas ocupaciones y profesiones de servicios, y dominarán muchos de estos ámbitos en años venideros, aportando a lasgentes de todo el mundo soluciones imaginativas para suspreocupaciones diarias, así como nuevas e ingeniosas formasde actuación, inimaginables para el universo masculino.Además, la mujer que ha sido madre tiene otros talentos añadidos. El «cerebro maternal» es diferente, ya quelas hormonas generadas durante la gestación, parto y lactancia lo hacen más flexible, adaptable e incluso valiente,pues, en palabras de la doctora Brizendine, «tales son lashabilidades y talentos que necesitarán para custodiar yproteger a sus bebés». Y estos cambios, según los expertos,permanecen durante toda la vida. Gracias a los mileniosnueva revista· 12746esclavitud y liberación de la mujer en la hipermodernidaddedicados a la crianza de niños inquietos, las mujeres handesarrollado muchas habilidades especiales: poder gestionar varios asuntos al mismo tiempo, ser práctica y versátil, ser afectiva pero objetiva, constante, paciente, ágiles enla adopción de decisiones en situaciones imprevistas y conun enorme espíritu de sacrificio y capacidad de sufrimiento. Todas estas son cualidades muy valoradas en las nuevasempresas, más ágiles, flexibles y familiares. La maternidades, sin duda alguna, la mejor preparación para los negocios. Cualquier empresario inteligente que desee aprovecharse de las muchas virtudes del cerebro maternal deberá favorecer a la mujer en el trabajo concediéndole laflexibilidad y tranquilidad que requiere para sentir que satisface plenamente sus obligaciones de madre.Las mujeres no son clones de los hombres, tienen diferentes influencias hormonales y respuestas neuroendocrinas distintas. En consecuencia, si se las trata comotales, con jornadas laborales inflexibles, horarios eternos,exigencias de traslados para ascender o reuniones interminables a horas intempestivas, seguirá habiendo un éxodofemenino de aquellas que se lo puedan permitir, y una insatisfacción e infelicidad personal, que redundará en untrabajo de menor calidad, en aquellas que por falta de medios no tengan otra alternativa.LA VERDADERA REVOLUCIÓN SEXUAL.ELRECONOCIMIENTO DE LA ALTERIDADActualmente, estamos viviendo una época, tal vez la únicaen toda la historia de la evolución humana, en la que ciertos sectores ideológicos y políticos tratan de convencer a lanueva revista· 12747maría calvo charrosociedad de la identidad de ambos sexos. Prefieren ignorarla creciente bibliografía que demuestra científicamente laexistencia de diferencias genéticas heredadas y mantienenen su lugar que hombres y mujeres nacen como hojas enblanco, en las que las experiencias de la infancia marcan laaparición de las personalidades masculina o femenina.Superado el 68, la verdadera revolución sexual seráaquella que, recobrando los fundamentos antropológicosesenciales del ser humano y sustentándose en los descubrimientos científicos sobre la alteridad sexual, reconozcaque la mujer y el hombre, cada uno desde su perspectiva,realizan un tipo de humanidad distinta, con valores y características propias.En contra de la ideología imperante distorsionadora dela realidad, es necesario recordar cómo la naturaleza humana y la dimensión cultural se integran en un procesoamplio y complejo que constituye la formación de la propia identidad, en la que ambas dimensiones, la femenina yla masculina, se corresponden y complementan. No setrata de un retroceso conservador, sino de un progreso convisión de futuro, pues reconociendo las diferencias sepodrá abrir un debate productivo sobre cómo corregir losdesequilibrios, y una cuestión de justicia, porque el ser humano sólo alcanzará su plena realización existencial cuando se comporte con autenticidad respecto de su condición, femenina o masculina.nueva revista· 12748