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Promesas incumplidas en Venezuela

Marcos Suárez Sipmann

Historia de la situación política en Venezuela. Lo que supone la veneración por Bolívar, un fenómeno generalizado.

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Marcos Suárez Sipmann, “Promesas incumplidas en Venezuela,” accessed April 23, 2024, http://repositorio.fundacionunir.net/items/show/1842.

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Title

Promesas incumplidas en Venezuela

Subject

La pobreza en medio de la riqueza

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Historia de la situación política en Venezuela. Lo que supone la veneración por Bolívar, un fenómeno generalizado.

Creator

Marcos Suárez Sipmann

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Nueva Revista 120 de Política, Cultura y Arte, ISSN: 1130-0426

Publisher

Difusiones y Promociones Editoriales, S.L.

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Nueva Revista de Política, Cultura y Arte, All rights reserved

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es

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LA POBREZA EN MEDIO DE LA RIQUEZAPromesas incumplidas en VenezuelaMARCOSSUÁREZSIPMANNPOLITÓLOGOYJURISTAHISPANOALEMÁNn su discurso de incorporación a la Academia Nacional de Historiade Venezuela en 1960, el politólogo y escritor venezolano ArturoEUslar Pietri, premio Príncipe de Asturias de las Letras en 1990, poníade relieve la simplificación de la historia nacional. Señalaba que laatención reconcentrada en los grandes hechos de la lucha por la Independencia reducían prácticamente a la insignificancia los tres siglosprevios de existencia colonial, la herencia anterior a éstos, así como elsiglo y medio posterior de vida en el que Venezuela se había consolidado como Estado nacional.En palabras del nuevo académico, esta perspectiva «ha creado enla mente del venezolano medio, una imagen heroica de la historia yuna inclinación a considerar la violencia como la única forma de laacción creadora, a no aspirar sino a las más inalcanzables promesas ya confiar en la llegada mesiánica del héroe sobrehumano que nos lasva a deparar convertidas en realidad gratuita». La llamada de atención de Uslar Pietri sobre las posibles graves consecuencias de estacuriosa manera de sentir y narrar la propia historia, casi cuarentaaños antes de los excesos de la actual revolución bolivarianaera tantomás significativa cuanto que provenía de un admirador de la figuradel Libertador.La veneración por Bolívar fue instaurada por el presidente AntonioGuzmán Blanco en el siglo XIXy ha venido siendo un fenómeno generalizado desde entonces. Entre las pocas excepciones cabe citar al historiadorNUEVA REVISTA 120 · DICIEMBRE 2008[ 118]Luis Castro Leiva, uno de los primeros autores venezolanos en fustigar elculto acrítico del Libertador, quien además consideraba que Bolívar habíasido el fundador del militarismo, del personalismo y del providencialismovoluntarista en Latinoamérica.Hasta 1958, año en que fue derrocado el dictador Marcos Pérez Jiménez, Venezuela vivió su periodo de consolidación del Estado nacional con el establecimiento de los sucesivos gobiernos representativos,que se vieron constantemente amenazados por insurrecciones militares,algunas de ellas exitosas. De 1958 a 1992, etapa conocida como la IV República, el país vive su fase de mayor apertura democrática. Se inicia con la firma, en 1958, del llamado Pacto de Punto Fijo, acordadoentre los partidos políticos COPEI(de perfil democristiano cuyas siglascorresponden a Comité de Organización Política Electoral Independiente), el socialdemócrata AD(Acción Democrática) y URD(UniónRepublicana Democrática, de centroderecha y doctrina liberal). El objetivo del pacto, cuyos firmantes se habían reunido en la residencia deCaldera en Caracas, de nombre Punto Fijo, era conseguir la sostenibilidad de la recién instaurada democracia, mediante la participación equitativa de todos los partidos en el gabinete ejecutivo del partido triunfador. La marginación del Partido Comunista de Venezuela (PCV), uno delos principales partidos que luchó contra la dictadura del general Marcos Pérez Jiménez, y que quedó fuera del pacto, entre otras razones, porla dinámica de la guerra fría junto a la progresiva pérdida de influenciaen el sistema de URDcreó, en la práctica, un bipartidismo entre ADyCOPEI. «Legalmente» sólo duró hasta el primer gobierno de Rafael Caldera, quien no integró a ningún ministro que no fuera del COPEIo independiente, si bien en la práctica el bipartidismo se mantuvo hasta1999, cuando accedió a la presidencia Hugo Chávez, y que significó elfin real del llamado sistema puntofijista.La IV República, fue perdiendo credibilidad para un importante sector de la sociedad venezolana. La falta de previsión y la prodigalidadhan caracterizado, en mayor o menor medida, las políticas de no pocosgobiernos de la IV República ante las expectativas y posibilidades queofrecía la riqueza petrolera.NUEVA REVISTA 120 · DICIEMBRE 2008[ 119]Marcos Suárez SipmannLa industria petrolera en Venezuela, que había experimentado el primer desarrollo a gran escala durante la década de los años veinte delsiglo pasado, ha sido motivo de grandes esperanzas y enormes decepciones. Ya en una fecha tan temprana como 1936, Uslar Pietri lanzabasu famosa consigna de «sembrar el petróleo». Con ello llamaba a desarrollar una economía productiva y renovable que pudiera crecer y progresar con el país, en lugar de disminuir, y para ello aprovechar la riqueza transitoria de las actividades petroleras.Ocurrió lo contrario. El petróleo muy pronto llevó al aumento desmesurado del poder económico, social y político del Estado y a la inestabilidad de las instituciones políticas y jurídicas. Este fenómeno, que se acentuó a lo largo del siglo XXoriginando lo que se ha venido a llamar elpetroEstado, ha sido caracterizado por el escritor venezolano Ibsen Martínez de esta forma: «El petróleo de nuestro subsuelo nunca ha sido ni delos ricos ni de los pobres, sino tan sólo del Estado; esto es: del Gobierno».Los gobiernos de turno —de ambos partidos— dispusieron de unaforma cada vez más arbitraria y clientelar de los ingentes recursos queprovenían del petróleo. Sin embargo, la corrupción y el despilfarro alcanzaron niveles nunca vistos en Venezuela durante la primera presidencia del socialdemócrata Carlos Andrés Pérez (19741979) iniciadapoco después de la guerra del Yom Kippur de octubre de 1973. A raízde la guerra, en el marco del conflicto árabeisraelí, el precio promediodel barril de crudo en el mercado internacional se triplicó y el Estadovenezolano se encontró en sus manos, prácticamente de la noche a lamañana, con un colosal capital en divisas de exportación. La prosperidad consumista, un optimismo desaforado y el populismo con tintescaudillistas del presidente le llevaron a lanzar un programa faraónico deobras públicas y de adquisición de equipamientos industriales de muydiscutible utilidad real. Estos gastos junto a créditos y ayudas concedidos a países vecinos del Caribe, América Central y el área andina llevaron a una política dilapidadora sin precedentes.La economía venezolana cayó paulatinamente a partir de la nacionalización de la industria petrolera en 1976. Las políticas económicas delos gobiernos del cristianodemócrata Luis Herrera Campíns (19791984)NUEVA REVISTA 120 · DICIEMBRE 2008[ 120]Promesas incumplidas en Venezuelay del socialdemócrata Jaime Lusinchi (19841989) no lograron frenarEl petróleo muy pronto llevó las espirales inflacionarias a la vezal aumento desmesurado delque continuaba la corrupción admipoder económico, social y polínistrativa y proliferaban los mercatico del Estado y a la inestabilidos negros de divisas y bienes. La gedad de las instituciones polítineral falta de confianza incrementócas y jurídicas.la desinversión privada y generó unagradual escasez.Así pues, el segundo mandato deCarlos Andrés Pérez (19891993) comenzó en un contexto radicalmente distinto al primero. Un panorama hostil de inflación y deudahabía sustituido a la euforia de 1974. Un draconiano programa de ajustes macroeconómicos generó un reajuste muy brusco para las personasde menores ingresos lo que provocó el violento «caracazo». En febrero de1989 una ola de enfrentamientos, motines y saqueos se desató en la ciudad de Caracas extendiéndose a otras ciudades. Las protestas, al principio pacíficas, se tornaron violentas ante el descontrol y la ineficacia deun gobierno desbordado que respondió con extremada dureza. Cientosde muertos, escasez de alimentos, allanamientos y la persecución de personas inocentes fueron la consecuencia que se tradujo en una gran inestabilidad política desembocando en los dos intentos de golpe de estadode 1992 —el primero en febrero encabezado por el hoy presidente HugoChávez— y la destitución en 1993 de Carlos Andrés Pérez por el Congreso cinco meses antes de expirar su mandato.Tras un breve periodo de interinidad constitucional, los siguientescomicios fueron ganados por el ex presidente Rafael Caldera, quien, habiendo decidido romper con el COPEI, se presentó como candidato de lacoalición Convergencia Nacional (CN), una formación aglutinadora deun amplio espectro de partidos.En 1946 Caldera había fundado el COPEI,también conocido comoPartido Social Cristiano, y al que concibió como una opción moderadapero progresista a los partidos de izquierda. Con un programa basado enlos principios demócrata cristianos y el reformismo social y tomandoNUEVA REVISTA 120 · DICIEMBRE 2008[ 121]Marcos Suárez Sipmanncomo referencia las exitosas experiencias de Alcide De Gasperi en Italia y Konrad Adenauer en Alemania Occidental, Caldera fue el pioneroen la introducción de la democracia cristiana en Latinoamérica.Caldera accedió a la presidencia después de su cuarto intento sucediendo a los presidentes socialdemócratas Rómulo Betancourt (19451948 y 19591964) y Raúl Leoni (19641969), ambos miembros fundadores de Acción Democrática. Durante su primer mandato (19691974)Caldera, estadista conservador cuyo pragmatismo ideológico promovióun clima de pacificación en Venezuela y de entendimiento y distensiónen el hemisferio, introdujo además una política de reformas desarrollistas tendente a superar la exclusiva dependencia del petróleo.Parte del relativo éxito de Caldera durante su segundo mandato —en un contexto de excepcional crisis económica y social agudizadopor la turbulenta administración de Carlos Andrés Pérez— confluyeronsu proyección de padre de la patria, su imagen de hombre conciliador y el hastío del electorado frente a ADy COPEI, que habían monopolizado el poder desde 1959.En agosto de 1998 las perturbaciones financieras y bursátiles en Latinoamérica, más la repentina caída de los precios del petróleo tras dosaños de alzas, arruinaron la expectativa de una recuperación. La malacoyuntura externa también influyó negativamente en la estrategia delequipo de Caldera de abrir al capital internacional la compañía estatalde petróleos PDVSA, a fin de repartir costes y abrir nuevas explotaciones. Caldera era muy consciente de que la economía venezolana seguíaatrapada en el ciclo del petróleo, circunstancia que ya había intentadoflexibilizar en su primera presidencia.En opinión de los analistas, el segundo mandato de Caldera concluyó con un balance de luces y de sombras, destacando en el lado positivo el mérito de haber llevado una durísima política de ajuste manteniendo la gobernabilidad, respetando las instituciones democráticas y asegurando una relativa paz social. En el aspecto negativo, a pesar delos esfuerzos, el continuado aumento de los índices de pobreza debido a los bajos salarios, la falta de políticas sociales y la creciente desigualdad en la distribución del ingreso.NUEVA REVISTA 120 · DICIEMBRE 2008[ 122]Promesas incumplidas en VenezuelaLa indulgencia de Caldera conChávez fue máxima, permitiendoEl desabastecimiento y la posu excarcelación en marzo de 1994breza continúan en un momenal sobreseer su caso a cambio de suto en que Venezuela atraviesabaja en el Ejército, con lo que reciel boomglobal de precios delbía vía libre para desarrollar todo sucrudo más prolongado en todaactivismo político en el ámbitola historia de la industria pecivil y desde la más rigurosa legalitrolera.dad. Quizá habría que preguntarsesi no hubiera sido razonable y adecuado, a pesar del indulto, mantener restringido su derecho de sufragio pasivo (derecho de los ciudadanos a presentarse como candidatos en los procesos electorales y a serelegidos). Esta restricción como pena accesoria a una resolución judicial es un supuesto contemplado en distintas legislaciones y en modo alguno descartable en el caso de un militar golpista.En el poco tiempo que perCUANDOCHÁVEZLLEGÓALPODERmaneció en prisión, Chávezsuscribió un manifiesto titulado Cómo salir del laberinto. Formulación delProyecto Político Bolivariano Simón Bolívar, un vaporoso texto con tópicosregeneracionistas y propuestas corporativistas de reorganización políticay social. Chávez se dedicó de inmediato a contactar con antiguos camaradas y con políticos profesionales de trayectoria izquierdista que simpatizaban con el bolivarianismo. El objetivo fundamental: formar un frente político para derrocar (esta vez no por la vía insurreccional, sinousando los instrumentos democráticos) a la vieja clase partidista, que elcomún de los venezolanos identificaba con los abusos cleptocráticos y losdespilfarros. De este proceso surgió el Movimiento Quinta República(MVR), que recogía y actualizaba su programa de cambios radicales.Chávez se presentó bien arropado por un Polo Patriótico en el queademás del MVRestaban el Movimiento al Socialismo (MAS), el PartidoComunista de Venezuela (PCV), Patria para Todos (PPT), el Movimiento Electoral del Pueblo (MEP) y otros partidos menores. El lenguajeNUEVA REVISTA 120 · DICIEMBRE 2008[ 123]Marcos Suárez Sipmanncolorista y el estilo directo de Chávez y su puesta en escena, presentándose como un hombre del pueblo, caló hondo en las masas populares esperanzadas con un cambio a mejor. El carismático ex militar consiguióuna arrolladora victoria electoral con el 56,2% de los votos en las elecciones presidenciales de diciembre de 1998 siendo investido presidentedos meses más tarde.En diciembre de 1999 los venezolanos aprueban abrumadoramenteen referéndum la nueva Constitución bolivariana, que sustituye a laCarta Magna de 1961. Al año siguiente Chávez gana los comicios presidenciales convocados bajo el nuevo marco constitucional con el 59%de los votos. Los chavistas controlan la Asamblea Nacional, las regiones y los municipios.A finales de 2001, Chávez aprueba por decreto 49 leyes económicas,lo que provoca el rechazo en amplios sectores sociales. La patronal venezolana Fedecámaras convoca una huelga general —a la que seguiránotras—, secundada por sindicatos, profesionales y sectores industrialesy agrícolas, que paraliza Venezuela en un 90%. A ésta seguirán otrashuelgas generales. Poco después Caracas es escenario de dos multitudinarias manifestaciones de signo contrario, una de la oposición contraChávez, y otra a su favor.En abril de 2002 una protesta pacífica contra Chávez finaliza deforma sangrienta cuando los miles de concentrados deciden acudir alpalacio de Miraflores (sede del Gobierno de Venezuela) a pedir la renuncia del presidente. Al día siguiente, Chávez se entrega a altos mandos militares en el palacio de Miraflores. El presidente de FedecámarasPedro Carmona anuncia que asumirá la presidencia de Venezuela alfrente de un gobierno de transición cívicomilitar que adoptará medidas inmediatas ejecutivas. 48 horas después del golpe cívicocastrenselas Fuerzas Armadas retiran su apoyo a Carmona. Chávez regresa al palacio de Miraflores para asumir de nuevo el cargo.En agosto de 2004, y tras largas vicisitudes de la oposición partidista, sindical y patronal reunida en la Coordinadora Democrática parareunir el número de firmas exigidas, se celebró el referéndum revocatorio para forzar la salida de Chávez del poder, un mecanismo introducidoNUEVA REVISTA 120 · DICIEMBRE 2008[ 124]Promesas incumplidas en Venezuelapor el propio Chávez en la Constitución de 2000. El presidente logróLos resultados de las eleccionesuna holgada victoria, la octava engenerales son una señal de quelas urnas en menos de seis años. Gala oposición está preparada paranaría también las elecciones presigobernar la nación. denciales de diciembre de 2006 querenovaron su mandato hasta finalesde 2012.No obstante, el buen funcionamiento de la democracia va más alláde la celebración de elecciones, referendos y plebiscitos. En su libro Elfuturo de lalibertadel analista Fareed Zakaria, director de la edición internacional de Newsweekha señalado la diferencia entre democracia a secas,o sea, la celebración de elecciones y el liberalismo constitucional: el conjunto de condiciones que limitan el poder e incluyen el imperio de la ley,la división de poderes y las libertades fundamentales de los ciudadanos.Desde los distintos registros ideológicos del país se denuncia la faltade libertad en Venezuela y la deriva autocrática de su mandatario: lasreiteradas violaciones a la legalidad constitucional, una corrupciónrampante, la creciente politización de las Fuerzas Armadas, los intentosde copar el sistema educativo y la ostensible hegemonía comunicacional (que incluye uno de los principales canales de televisión privada)para favorecer la obsesión mediática del presidente.En la política exterior, es conocida la amistad de Chávez con regímenes dictatoriales como los de Cuba, Irán o Bielorrusia, pero realmente preocupante es la creciente intervención en los asuntos internos de otros estados, la confrontación en las relaciones diplomáticos (elúltimo episodio, la expulsión del embajador norteamericano) y la carrera armamentista que desequilibra el balance regional, las maniobrasmilitares en el Caribe como las realizadas conjuntamente con Rusia.Las políticas sociales del régimen, y como ya ha venido ocurriendodurante demasiado tiempo, nuevamente se limitan a repartir dinero concriterio clientelar y de forma ineficiente. Lo peor de todo es que problemas como el desabastecimiento y la pobreza continúan y en ocasiones se agravan en un momento en que Venezuela —quinto exportadorNUEVA REVISTA 120 · DICIEMBRE 2008[ 125]de crudo del mundo y que ha recibido en los últimos nueve años ingresos petroleros superiores a los 270. 000 millones de euros— atraviesa elboomglobal de precios del crudo más prolongado en toda la historia dela industria petrolera.Tras nueve años de revolución bolivariana el chavismo sufrió su primera derrota en diciembre pasado cuando perdió, por un escaso margen,el referéndum constitucional. Con la reforma constitucional —en realidad un paso a la dictadura— el presidente pretendía investirse de poderes casi absolutos de duración indefinida. Aunque el resultado de laconsulta no parece haber revitalizado a la fragmentada e inoperanteoposición ni haya cambiado de modo significativo el día a día de Venezuela, hay que notar la emergencia de un poder estudiantil que ha tomado la iniciativa relegando a un discreto segundo plano a los políticos de oposición.Los comicios regionales celebrados a finales del pasado mes de noviembre han supuesto un segundo contratiempo importante en los deseos de soberanía de Hugo Chávez porque las principales ciudades delpaís, incluida la capital, Caracas, le han dado la espalda. A pesar de alzarse con más de dos tercios de las regiones, perdió los centros urbanosmás importantes de Venezuela.La elección directa de los gobernadores y los alcaldes fue una conquista de la provincia. La descentralización política y administrativa—sin fomentar separatismos ni crear innecesarias duplicidades— es unpaso ineludible para una administración eficaz y transparente que funcione en el nivel práctico más próximo al ciudadano. En Venezuela,además, los estados no productores de petróleo deben impulsar la tannecesaria diversificación de la economía creando alternativas a la economía «no tradicional» (petróleo, siderurgia, aluminio).Las resultados de las elecciones regionales son una señal de que laoposición está preparada para gobernar la nación. Es necesaria la sensatez y responsabilidad de los partidos democráticos para ganarse denuevo la confianza de una sociedad civil que dejando atrás su apatía haempezado a organizarse. Una sociedad que ha sido defraudada demasiadas veces. MARCOSSUÁREZSIPMANNNUEVA REVISTA 120 · DICIEMBRE 2008[ 126]