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Un mar de anhelos

Varios autores

Poesía de tres autores colaboradores de Nueva Revista con motivo de la Expo Zaragoza 2008: Luis Alberto de Cuenca, Julio Martínez Mesanza, Gabriel Insausti.

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Referencia

Varios autores, “Un mar de anhelos,” accessed November 22, 2024, http://repositorio.fundacionunir.net/items/show/1680.

Dublin Core

Title

Un mar de anhelos

Subject

Poesía dedicada al agua

Description

Poesía de tres autores colaboradores de Nueva Revista con motivo de la Expo Zaragoza 2008: Luis Alberto de Cuenca, Julio Martínez Mesanza, Gabriel Insausti.

Creator

Varios autores

Source

Nueva Revista 118 de Política, Cultura y Arte, ISSN: 1130-0426

Publisher

Difusiones y Promociones Editoriales, S.L.

Rights

Nueva Revista de Política, Cultura y Arte, All rights reserved

Format

document/pdf

Language

es

Type

text

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POESÍAUn mar de anhelosPara esta sección dedicada al agua, Nueva Revistaha contado conla colaboración de tres de sus principales poetas: Luis Alberto deCuenca, Julio Martínez Mesanza y Gabriel Insausti. La selecciónde los poemas que a continuación se pueden leer ha sido realizadapor ellos mismos e incluye más de un texto inédito.por Luis Alberto de CuencaANGÉLICADELAISLADELLLANTOY parecía simple la distancia entre el pecho del ámbar y las costasitálicas, cuando tu rostro soportaba el velo del espanto, tras hialinoscontornos de princesa escindida.Sorprender, significar acaso, en el pomo risueño de la espada, elactivo veneno que trascendía bocas, labios sin fin ardiendo, nocárceles doradas.Pequeña mía, ¿qué dragón o jaspe, qué maleficio ignoto hay en tucuerpo? Un estéril aluvión de sedas heladas reposa en el continentede tus senos. Marfil y seda turbia, vendaval ilusorio del estío,antílopes de bruma dibujándote.Triste espacio vivir, mueca perfecta, infamante lacerio. Multiplico mised en los espejos. El día es un diamante furiosamente herido por elmundo.NUEVA REVISTA 118 · JULIOSEPTIEMBRE 2008[ 115]Un mar de anhelosVivías en los lagos. Apenas surgida de la espuma, náyade silenciosa,traspasabas el muro delineando la calma de las aguas. Existir, brujalluvia en los párpados, sorda aspereza en las mejillas.Un ilimitado corazón poblado de rigor, una voz encendida como unaantorcha en pasillos metálicos, una sentencia breve y sustanciosaadornando el cabello del invierno.Persígueme, corza sombría. Oblicua reina, espérame. Resuenan en misojos los olifantes del deseo. Mis sentidos son una violenta y únicarealidad.Besó la frente del tiempo y sus hombros se tiñeron de un ruborinesperado. Afluía la sangre por las ingles, rota la arteria del olvido,canalizada en cráteres contiguos, húmedo hermafroditainmensamente triste.Relámpagos súbitos te cernían. Rodeada de dioses implacables yoscuros, acosada por formas impalpables, torturada por el fuego gélidode los vientos boreales, tendida en un espasmo doloroso de látigos ytemplos naturales.Hay un futuro de algas y nereidas aguardándote, amada. Un destinoalado te ofrezco. Mi cuerpo se estremece al verte tan hermosa.Adivinar qué oculta, tras la máscara, el eterno hipogrifo del amor.Conocer el secreto de tu anillo. Saber si los bermejos destellos de laAurora conducen hacia ti o hacia el ocaso.Angélica difusa, niebla pura, túnica enamorada en el espacio. Porsiempre, para siempre, en la Isla del Llanto, siempreviva de bronce enlas marmóreas logias de la muerte. (de Elsinore, Madrid, Azur, 1972)NUEVA REVISTA 118 · JULIOSEPTIEMBRE 2008[ 116]Un mar de anhelosMARÍTIMAHay algo más hermoso que una carta de navegación,más preciso que un sextante, más esbelto que un clipper,hay algo más sutil que el fuego griego,más misterioso que la flor azul,mas nada tan sombrío, tan agónico,tan ceniciento, tan enmohecidocomo tu rostro en alta mar.(de Elsinore, Madrid, Azur, 1972)DEDICATORIALa tierra estaba seca. No había ríos ni fuentes. Y brotó de tus ojos el agua, toda el agua.(de La caja de plata, Sevilla, Renacimiento, 1985)BRILLANTEMe dejó brocha, crema y una máquina de afeitar en los bordes del lavabo. Hice correr el agua fría, y dije: «Anoche estuve a punto de violarla». «¿De verdad pensó en mí?», respondió ella. No contesté. Seguí frente al espejo, viviendo mi afeitado. Eran las once. Podía verla al fondo de la alcoba, resplandeciendo al sol de la mañana.(de La caja de plata, Sevilla, Renacimiento, 1985)NUEVA REVISTA 118 · JULIOSEPTIEMBRE 2008[ 117]Un mar de anhelospor Julio Martínez MesanzaELRÍOHacia el norte del golfo puede verseuna enorme extensión en la que pierdesu azul el mar y lo suplanta el ocre.Montañas de basura son las islasque forma el río cuando desemboca;bandadas de gaviotas caen sobrelos desperdicios y su griteríoacompaña a los lentos petroleros que remontan el río entre la niebla.En estas islas hubo pescadores,hace tiempo, y un faro, cuya torrefue demolida a medias, y ha quedadociega y gris a merced de las mareas.Yo me acercaba hasta ella muchas vecescruzando los hambrientos cenagalesdesde el puerto fluvial en el que vivo.Fue después de las torpes madrugadasjunto al amigo y la mujer que mienten;en ellas todo parecía hechopara menguar la gracia redentora.A mi espalda quedaba el ancho ríocon sus destartalados almacenes,su oscura fundición, su factoría,y la ciudad sin torres ni campanas,sin un arco de triunfo ni una estatua,el lugar más hermoso y miserable.A la tarde de nuevo atravesabalos pantanos camino de mi casa.Entraba en la ciudad por una callecontigua a la gran fábrica de hiladosy me encontraba siempre con los niñosNUEVA REVISTA 118 · JULIOSEPTIEMBRE 2008[ 118]Un mar de anhelosde la tanda de noche que, en hilera,como los prisioneros, cabizbajos,ateridos y sucios, se adentrabanen el fragor del nuevo laberinto.Yo meditaba acerca del pecadoy de cómo los hombres alimentan con su vida el pecado de los otros.Venía a mí la imagen de una levapermanente y veía cómo eran sacados de sus casas esos niñosy veía los tratos de las madrescon los sargentos y también a madresque eran zarandeadas y obligadasa entregar a sus hijos, y veíasobre los desconchados de los muros de esas casas el rostro de los nuevosdioses: el campeón de los sofismasy las perplejidades y ese otro,el transformista y bailarín obsceno.De vuelta a casa, desvariaba y todolo visto e imaginado sucedíaen mi alma: en ella se estancaba el aguade este río solemne y miserable que nace de la luz lejana y muereentre los muros de un país sombrío.(de Las trincheras, 1996)STELLAMARISGuía, estrella del mar y de la Gracia,al puerto de tu amor la triste navedesnortada de nuestro orgullo y ponlalejos del remolino de las leyes.(de Las trincheras, 1996)NUEVA REVISTA 118 · JULIOSEPTIEMBRE 2008[ 119]Un mar de anhelosLIRIOENELAGUALirio en el agua, inaccesible lirio,y agua que escapa, luz inaccesible.Me llevaré a la oscuridad tus ojos,la hermosura terrible de este mundo,la culpable hermosura de esta tarde,la luz inaccesible de tus ojos.Porque la tarde es última y oscura,una hermosura sin después, un pozoen el que va a ahogarse un niño, un pozocon un lirio en su fondo inaccesible.Todo se apaga alrededor y quedasólo un pozo en el centro de la tardey un lirio inaccesible y, en mis ojos,la luz que mataré cuando me vaya.(de Entre el muro y el foso, 2007)ESTOYSOLOENUNMAREstoy solo en un mar que Dios no mira,un mar que ya no es mar, un mar inmóvil,en un barco sin velas, que se pudre,y no hay viento y no hay olas y no hay tiempo.(de Entre el muro y el foso, 2007)DEFENDIDOLavado por el agua del costado y dentro de la herida defendidode tanto no que sólo trae nada,de tanto tibio sí, de tanta tregua.(Inédito)NUEVA REVISTA 118 · JULIOSEPTIEMBRE 2008[ 120]Un mar de anhelosELMARDELASGALERASDime, alma, por qué vuelan las galerasen el hermoso azul que no ha pecado.Dime por qué su estela te equivoca,por qué te encanta el ritmo de sus remos.Son la culpa que avanza disfrazada;son las mejores galas de la culpa.(Inédito)por Gabriel InsaustiPRIMERAPALABRAPara Paula (un año)Que esa palabra pura que ahora dicentus labios torpemente, y la maneraen que nace de ti, sean un díacaudal de una verdad.Aprende en ellascómo el rostro vastísimo del mundo—lo está mirando Dios— adquiere un almacon su común trasiego entre los hombresNo dejes que la herrumbre del cálculo o la envidiase pose en su cristal.Y ojalá sepaspronunciarlas con tino y con justeza,ir de ellas a las cosas y nombrarlas—pueblos, caminos, albas, nubes, astros—con esa misma fe con que hoy repites:«Agua».NUEVA REVISTA 118 · JULIOSEPTIEMBRE 2008[ 121]