Nueva Revista 118 > Pequeños reyes de la nada

Pequeños reyes de la nada

María Calvo Charro

Comentario del libro "La diferencia prohibida" de Tony Anatrella sobre los conciertos firmados con colegios de Castilla La Mancha donde se aplica la educación diferenciada.

File: Pequenos reyes.pdf

Referencia

María Calvo Charro, “Pequeños reyes de la nada,” accessed April 20, 2024, http://repositorio.fundacionunir.net/items/show/1676.

Dublin Core

Title

Pequeños reyes de la nada

Subject

La igualdad que discrimina

Description

Comentario del libro "La diferencia prohibida" de Tony Anatrella sobre los conciertos firmados con colegios de Castilla La Mancha donde se aplica la educación diferenciada.

Creator

María Calvo Charro

Source

Nueva Revista 118 de Política, Cultura y Arte, ISSN: 1130-0426

Publisher

Difusiones y Promociones Editoriales, S.L.

Rights

Nueva Revista de Política, Cultura y Arte, All rights reserved

Format

document/pdf

Language

es

Type

text

Document Item Type Metadata

Text

LA IGUALDAD QUE DISCRIMINAPequeños reyes de la nadaEl Tribunal Superior de Justicia ha fallado a favor de la Consejeríade Educación de CastillaLa Mancha que defiende la rescisión de losconciertos firmados con aquellos colegios en cuya metodología pedagógica se aplique la educación diferenciada. Anteriormente el Tribunal Supremo de CastillaLa Mancha había dado la razón a la Confederación Española de Centros de Enseñanza (CECE), entidad quedefiende la libertad de los padres a elegir el tipo de educación amparada en la Constitución española. Este litigio jurídico no es más quela punta del iceberg de un asunto que pone en tela de juicio la mismanaturaleza del ser humano, cuestión en la que trata de profundizarTony Anatrella, psicoanalista y especialista en psiquiatría social, en sulibro La diferencia prohibida. María Calvo Charro, colaboradora deNueva Revistay una de las mayores conocedoras de la educación diferenciada comenta con exhaustividad el libro.NOESUNAREVOLUCION. ESUNAMUTACIÓNMayo de 1968.Miles de jóvenes,en su mayoría universitarios, inundan las calles de París. El objetivo: romper con el pasado de forma radical, acabar con el orden establecido, invertir la jerarquía generacional, familiar e interpersonal y, sobre todo,eliminar toda forma de autoridad. La imposición del igualitarismo entodos los ámbitos de la vida será su máxima. «No es una revolución; esuna mutación», gritan a coro enaltecidos mientras huyen tratando de evitar los golpes de los policías tras las barricadas callejeras. Una mutaciónNUEVA REVISTA 118 · JULIOAGOSTO 2008[ 83]María Calvo Charrode la escala de valores; una mutación de las relaciones paternofiliales; una mutación de lamaternidad hacia la autocomplacencia y de lapaternidad hacia la invisibilidad; una mutaciónde la feminidad y masculinidad hacia la neutralidad y la pérdida de identidad.Estas apasionadas manifestaciones juveniles poco a poco se fueron disolviendo, peronada volvió a ser como antes. Durante los siguientes cuarenta años la sociedad ha ido perdiendo sus dimensiones universales y sus funLADIFERENCIAPROHIBIDAdamentos antropológicos. Se hizo tabla rasade la educación, favoreciendo la mediocridad.TONYANATRELLASe despreció la familia, perdiendo el sentidoEncuentro, Madrid, 2008de futuro. Se eliminaron los ideales que favo336 páginasrecían el vínculo social. El individualismo absoluto se impuso, provocando una crisis de interioridad y, en consecuencia, la desocialización y el imperio delrelativismo en el que actualmente nos encontramos sumergidos.Aquellos adolecentes que se lanzaron a las barricadas deseosos desalvar el mundo de la tiranía, se transformaron en padres que, bajo eldisfraz de la «tolerancia», inyectaron a sus hijos el relativismo ideológico, la indolencia y la incapacidad para mover un solo músculo en defensa de algún ideal que no fuese la propia satisfacción personal a la queles han acostumbrado desde su más tierna infancia bajo el lema «prohibido prohibir». La errónea identificación de la libertad con la total ausencia de reglas y límites ha conducido a muchos jóvenes hacia la peorde las esclavitudes: la ausencia de control sobre uno mismo y sobre elmundo circundante.Las consecuencias de aquella «revolución» en apariencia inocentey pacífica las estamos viviendo hoy y son absolutamente devastadoras.Tony Anatrella, desde sus magníficos y profundos conocimientos y experiencias como psicoanalista y especialista en psiquiatría social, ensu libro La diferencia prohibida, tras una labor detallada y minuciosa deNUEVA REVISTA 118 · JULIOAGOSTO 2008[ 84]Pequeños reyes de la nadaanálisis e investigación de los acontecimientos de mayo del 68, desvela las claves esenciales de la crisis social, educativa, familiar y existencial, en la que nos hallamos actualmente sumergidos y demuestra cómoaquella reivindicación juvenil constituye el origen de algunos de los fenómenos actuales que nos resultan más desconcertantes, como la asimilación de la homosexualidad a la heterosexualidad, la ruptura de loslazos familiares o la renuncia a la maternidad y la expansión de lasprácticas abortivas.Como señala Anatrella, la revoLAPATERNIDADESCAMOTEADAlución del 68, en realidad fueuna «revuelta contra el padre y contra todo lo que él representaba». Lasociedad actual ha desprovisto de valor la función del padre, no lestiene en cuenta, su autoridad ha sido ridiculizada por multitud de absurdas series televisivas que colaboran a que los hijos les pierdan absolutamente el respeto. Se encuentran llenos de confusión respecto alpapel que desempeñan. Cualquier elevación del tono de voz puede sercalificada de autoritarismo y el intento de imponer alguna norma comocabeza de familia le puede llevar a ser tachado de tirano, dictador o fascista. En estas circunstancias, cuando el padre no es significativo para lamadre, el niño lo percibe y él mismo se coloca en su lugar convirtiendola función paterna en inexistente.La devaluación de la paternidad comienza a mostrar actualmente susperversos efectos sobre el correcto desarrollo de los niños. Y es que la relación madrehijo, por mucho que algunos quieran, nada tiene que vercon la relación paternofilial. Aquélla funciona, como señala Anatrella, «como un universo cerrado, en el que, a falta de padre, la madreconfigura con el hijo una pareja». La función paterna es indispensablepara que el niño asuma su propia individualidad, identidad y autonomíapsíquica necesaria para realizarse como sujeto. El padre, habiéndose ausentado, física o psíquicamente, no juega ya su papel de «separador» quees el que, precisamente, permite al niño diferenciarse de la madre. Elniño que no ha experimentado el conflicto edípico —chocar con elpadre y sus corolarios sociales— tiene muchas posibilidades de lanzarseNUEVA REVISTA 118 · JULIOAGOSTO 2008[ 85]María Calvo Charroen su juventud a comportamientos asociales, violentos, agresivos e incluso a tendencias homosexuales. Las madres animales parecen conocerde esta necesidad y —en ausencia del macho— para hacer combativosa sus vástagos y para permitirles vivir en una naturaleza profundamente hostil en la que cualquiera se arriesga a ser devorado, no dudan enmaltratarlos para alejarlos de ellas mismas. Las madres humanas, por elcontrario, luchan por evitar a sus crías todo tipo de sufrimiento y tienden a darles cuanto necesiten; haciéndolas adictas al placer —reproduciendo y prolongando así la placentera vida uterina— y provocándolesa largo plazo la más inmensa de las infelicidades, pues los conviertenen seres carentes de la dimensión adulta, niños eternos, en palabras deSavater, «envejecidos niños díscolos» (El valor de educar, 2004). Situación que es del todo antinatural, porque hace perdurar indebidamentela vida pueril impidiendo la realización del deseo inherente a todo niñode incorporarse al universo del adulto.Iguales pero diferentesM.ª CONCEPCIÓN PÉREZ VILLALOBOSNiñas y niños, hombres y mujeres: Iguales pero diferentes.Es un ensayo publicado porMaría Calvo en 2007 que, en menos de un año, se ha convertido ya en un referente importantísimo en temas de educación. Es el libro de una profesora universitaria de Derecho Administrativo, de extensa y completa formación intelectual,que aplica las técnicas investigadoras académicas para demostrar que, si queremosconseguir la igualdad real y efectiva entre hombres y mujeres de hoy, hay que educar primero a los niños y niñas que fueron antes. Trata de demostrar que la igualdad se consigue desde la infancia, pero partiendo de las diferencias y del desarrollo específico de las potencialidades de cada uno.La autora hace un desarrollo de algunas teorías que ya aparecían en ensayos anteriores (Los niños con los niños, las niñas con las niñas) poniéndolas al día con nueNUEVA REVISTA 118 · JULIOAGOSTO 2008[ 86]Pequeños reyes de la nadaEste papel fundamental del padre en la educación primaria del hijo,así como en su equilibrio emocional, ha sido reconocido por filósofos ypedagogos de muy diferentes tendencias. Así, García Morente manteníaque es por medio de la intervención paterna cómo el niño choca contrael mundo del adulto y sufre los dolores de tropiezo con una realidad —siquiera sea fragmentaria— que ya no es su propia realidad, la realidad porél creada, sino «la realidad». Lo que sin duda favorece la conducción dela infancia a la hombría, evitando así que el niño vaya creciendo sin incorporarse al mundo del adulto y perdurando indebidamente en la vidapueril (García Morente, Rev. de Pedagogía, 1928).El pediatra Aldo Naouri considera esencial la figura paterna querompe la dependencia del niño con la madre, fuente de satisfacción detodos sus deseos desde el útero. Gracias a esa ruptura se permite al niñopercibirse plenamente como ser vivo. De este modo, la madre defiendesu derecho a rechazar el tiempo. El padre, por su parte, quiere imponer suvos datos científicos que corroboran sus posicionesoriginales, en un momento histórico en el que es necesario que la ciencia demuestre lo que el sentidocomún presenta como elemental. Estas páginas explican «la irrefutable y empírica realidad de nuestrasdiferencias». Explican cómo el feminismo y las corrientes actuales que traen su origen en él, la ideologíade género o la abolición del hombre y la mujer y, engeneral, las teorías igualitaristas, mantienen como característica distintiva su devoción por una postura alIGUALESPERODIFERENTESmargen de las evidencias, la devoción por unas creenMARÍACALVOCHARROcias carentes de soporte empírico.Almuzara, 2007, En este sentido lleva a cabo una descripción de200 páginaslas diferencias cerebrales y de los descubrimientosneurológicos que recientemente han establecido unNUEVA REVISTA 118 · JULIOAGOSTO 2008[ 87]María Calvo Charropersona y su consecuencia del transcurso del tiempo ubicando al niñofuera del universo uterino atemporal. Son sobre todo los varones, muchomás que las niñas, los que luchan por permanecer pegados a su madre.Al padre corresponde pues esta esencial función en el desarrollo vital delniño. Lo que en muchas ocasiones provoca en el niño resentimiento. «Esla percepción del transcurso del tiempo, lo que hace de contrapunto alnotiempo uterino que promueve la satisfacción inmediata del menor delos deseos del niño». La intervención del padre coloca al niño en eltiempo real porque «se trata de una educación que toma abiertamenteen cuenta la diferencia generacional y no favorece la ilusión del niño deuna igualdad de poderes o prerrogativas. Esto le permite al niño por finnacer al mundo que le rodea, inscribiéndose en él como un ser deseosoy capaz. Este respeto forzado del tiempo que se deslizará entre madre ehijo pondrá al niño en el tiempo del que tiene una necesidad vital y delque sus congéneres se han visto privados seriamente en estos últimoscomportamiento propio masculino y femenino con base no cultural sino biológica. Estos capítulos están redactados describiendo las técnicas científicas utilizadas de una forma comprensible y amena, a pesar del elevado número de estudiosque maneja, realizados por universidades y científicos de todo el mundo y que demuestran la existencia de fundamentos biológicos que justifican esta diferencia.La profesora Calvo, porque el sexo sí importa, carga las tintas en la idea decomplementariedad, y aquí bebe de la fuente inagotable y saciadora de Chesterton. La complementariedad nos enriquece. En un sistema educativo en el que seinsiste en eliminar las diferencias de manera forzada, cuando no se ve en el otroesa complementariedad y esa igualdad también estructural, no es raro que encontremos opciones que anulen la propia sexualidad confundiendo la complementariedad con la igualdad mal entendida.La desigual maduración en los valores, en la afectividad, en la sexualidad imponen un trato diferenciado en la forma de educar. Las diferencias se explican partiendo de reglas generales desprendidas de estudios científicos, estadísticas e inNUEVA REVISTA 118 · JULIOAGOSTO 2008[ 88]Pequeños reyes de la nada decenios. Este niño aceptará mejor el límite, la disciplina, no será másel tirano que vemos todos los días y será, por fin, un adolescente más sereno» (Padres permisivos; hijos tiranos, 2005).Para Anatrella, la negación de la función paterna pone en peligro atoda la sociedad. En ausencia de padre, surge una relación de parejaentre la madre y el hijo que perjudica el equilibrio psíquico de ambos.El niño se convierte en el paño de lágrimas de su madre, en su confidente, en el sostén de sus presiones, situaciones para las que no está enabsoluto preparado. Se rompe la jerarquía y se coloca al niño en unplano de igualdad con el adulto, con su madre, y las exigencias de la vidacotidiana pasan a ser negociadas. Una vez adolescentes, muchos de aquellos niños no tienen otro medio de probar su virilidad más que el de oponerse a la mujermadre, incluso por medio de la violencia: «Cuando elpadre está ausente, cuando los símbolos maternales dominan y el niñoestá solo con mujeres, se engendra violencia».Estos niños, luego en laformes objetivos, realizadas sobre niños y niñas de diversas razas, culturas, religiones, nivel cultural y económico, concluyendo que es necesario trasladar esos contrastes a los modelos pedagógicos. Es decir, las diferentes formas de maduración yel diferente desarrollo cognitivo en ambos, significa que chicas y chicos no aprenden igual: precocidad verbal femenina frente a competitividad masculina, confrontación masculina frente a afectividad femenina, deducción masculina frentea inducción femenina, u objetividad masculina frente a subjetividad femenina.«Sólo un modelo docente que sea capaz de adaptarse a su peculiar forma de aprender determinada por su sexo y de comprender las peculiaridades de la naturalezafemenina y masculina podrá proporcionar una igualdad de oportunidades lo másreal posible y, sobre todo, fiel a nuestra propia esencia».Analiza también las técnicas pedagógicas que han resultado un fracaso para losescolares de las últimas décadas: constructivismo, basado en la creación personaldel alumno, sin intervención o con escasa intervención de un modelo social omoral aportado por el profesor; la ausencia de autoridad o límites a la conductaNUEVA REVISTA 118 · JULIOAGOSTO 2008[ 91]María Calvo Charroedad adulta tendrán dificultad para ejercer debidamente la paternidadpor falta de ejemplos masculinos.El psicoanalista Stoller ha demostrado que el niño, sea del sexo femenino o masculino, vive una identificación primera con su madre y,por lo tanto, con la sexualidad femenina. El chico comprometido enesta identificación primitiva conoce un itinerario más difícil que lachica para liberarse de su madre y afirmar su virilidad. Aquí el papeldel padre, es fundamental en cuanto referente de masculinidad. Anatrella es contundente al respecto: «Sólo frente al padre el chico seráconfirmado en su masculinidad y la chica podrá feminizarse».Si se deprecia al varón, hombre, padre, se deprecia, como dijeraG.Devereux, toda la condición humana. Es urgente recuperar la función paterna, que permite al niño resolver el complejo de Edipo, diferenciarse de la madre, recibir la masculinidad y, en definitiva, aceptar larealidad y crecer como un hombre libre.del niño por temor a frustrarlo; el estímulo de las ansias de saber en el niño comotécnica pedagógica, han resultado ser una enorme estafa en la mayoría de los casos.La autora llega a importantes conclusiones. Así, si durante la adolescenciasalen perdiendo los chicos, porque son más incomprendidos, en la madurez sabenimponer sus roles y ganan la partida a la mujer, si como hasta ahora, no sabemosdar seguridad a ésta, dejando que desarrolle sus potencialidades femeninas y lasimponga con la misma fuerza y convicción que las masculinas. El diagnóstico deMaría es que la imposición de un ideal femenino en las aulas está llevando claramente al fracaso escolar en los varones y a la violencia de género en los adultos.En este sentido, los planes de igualdad que se han introducido en algunos colegiosno están bien definidos, precisamente porque el igualitarismo está llevando al fracaso escolar masculino y éste, a su vez, les lleva a una inferioridad sexista y a lapérdida del respeto hacia el otro que desemboca en la violencia con el otro sexo.La igualdad de oportunidades sólo puede venir por el reconocimiento de las diferencias. No tiene sentido, creemos nosotros, como está ocurriendo en la actuaNUEVA REVISTA 118 · JULIOAGOSTO 2008[ 92]Pequeños reyes de la nadaTambién en relación con las niñas, la figura paterna es esencial para sudesarrollo equilibrado hacia la madurez personal. En este sentido, MegMeeker, en su libro Padres fuertes; hijas felices(2008) afirma: ningún trabajo de investigación, ni texto sobre diagnósticos o manual de instrucciones puede cambiar la vida de una joven de forma tan profunda como larelación con su padre, con un «padre» auténtico. Nuestras hijas necesitanun apoyo que sólo los padres pueden proporcionarles. La American Journal of Preventive Medicine (300106) explica cómo las hijas que perciben que sus padres se preocupan por ellas tienen menos problemas psicológicos, como la depresión, la baja autoestima, el uso de sustancias nocivaso patologías como la anorexia.Los adolescentes del 68, una vez convertidos enELNIÑOTIRANOpadres, partieron del desprecio absoluto haciatodas las adquisiciones generacionales precedentes. Estancados en el relidad, determinar la educación mixta en exclusiva, bajo el argumento de que lapropia sociedad es mixta, y, al mismo tiempo, propugnar la creación de parejas deun solo sexo; o defender la educación mixta, en base a la igualdad, y pretender lacreación de ministerios diferenciados para hombres y mujeres, o fomentar un lenguaje femenino o masculino, o crear bibliotecas de mujeres y de hombres. Seeduca de forma igual pero se pretende después la diferencia, cuando los términosde esta ecuación están absolutamente alterados: hay que educar de forma diferente para conseguir después la igualdad, porque solamente la comprensión de lasdiferencias conducen a respetarlas; o dicho de otra manera: la forma de conseguirla igualdad es partiendo de la diferencia, de modo que se puede decir que hombresy mujeres son «igualmente diferentes».La educación diferenciada aparece y debe ser tratada como una opción razonablemente buena y no excluyente y, sobre todo, como una opción de libertad. Nosólo es una opción científicamente avalada y pedagógicamente demostrada, sinotambién constitucionalmente protegida en el artículo 27 del texto constitucional.NUEVA REVISTA 118 · JULIOAGOSTO 2008[ 93]María Calvo Charrochazo a la sociedad de los adultos, no han sabido luego ser constructivos, educando a sus hijos desde la vaciedad absoluta. La moderna pedagogía, basada en la filosofía del 68, parte de una tolerancia ilimitaday de la ausencia de consecuencias negativas ante los propios actos.Como resultado, estos hijos educados en ausencia total de reglas de conducta, se rigen por sus propias normas subjetivas, lo que conduce a unindividualismo narcisista y egocéntrico que dificulta en exceso las relaciones sociales.Esta noeducación ha dado lugar al, denominado por Anatrella,«niñorey»; un curioso híbrido entre niñoadmirado, en cuanto representa la juventud y niñoabandonado, en la medida en que se le deja crecer sin normas, límites, ni reglas claras. De esta extraña combinaciónsurge finalmente un reyezuelo: el tirano que ocupa la cúspide jerárquica de la estructura familiar, asumiendo todo el poder que ejerce con absoluto despotismo.Esta regulación, al reconocer el derecho a la educación y a la libertad de enseñanza,desarrolla el valor de la libertad y la igualdad como «superiores del ordenamiento jurídico» del artículo 1. Es una de las regulaciones más avanzadas que incorpora muchas indicaciones contenidas en textos internacionales de los que España formaparte; así, por ejemplo, en los Estatutos de la UNESCO(1945), en su Preámbulo y suartículo I, ya se puede encontrar la «igualdad de posibilidades de educación paratodos», o los «métodos pedagógicos que resulten más apropiados para preparar a losjóvenes de todo el mundo en la responsabilidad que la libertad impone». Esta ha sidotambién la interpretación que ha hecho el Tribunal Constitucional desde la sentencia 581, de 13 de febrero.El libro, además, está salpicado de anécdotas, chistes, experiencias personales(familiares, matrimonial, humana...), que se agradecen y que imprimen un ritmoagradable, comunicador, cercano y sincero. Particularmente, a mí me encanta lacita de Peter Pan (cap. III).NUEVA REVISTA 118 · JULIOAGOSTO 2008[ 94]Pequeños reyes de la nadaComo señala Norbert Elias, el cambio más significativo experimentado por nuestra sociedad en los últimos años ha sido la transferencia dela autoridad de los padres a los hijos (Essays regarding the germans, 1989).La ausencia total de límites por parte de los progenitores ha producido toda una generación de niños «tiranos» que creen tener todos losderechos y rechazan cualquier tipo de deber u obligación; reaccionandocon violencia si no obtienen una satisfacción inmediata de sus deseos.Especialmente a partir de la adolescencia, estos jóvenes consideran elno estar sujeto a reglas prácticamente un derecho democrático. La desaparición de toda forma de autoridad en la familia no predispone a lalibertad responsable sino, como acertadamente señala Savater, a unaforma de caprichosa inseguridad que con los años se refugia en formascolectivas de autoritarismo (El valor de educar, 2004).Anatrella, desde su experiencia como psicoanalista, muestra cómo laviolencia, lo mismo que las conductas delincuentes, se preparan desdela infancia. Si al niño no se le ponen límites desarrolla su violencia destructora. El papel del adulto es contenerlo hasta que pueda hacerlo porsí mismo. Para ello debe ser retomado e incluso sancionado en las situaciones de desobediencia y transgresión. Sin embargo, el adulto nose atreve a poner límites por un doble temor: miedo a ser tachado de autoritario y miedo a perder el afecto del niño.Las consecuencias de esta «niñolatría» son verdaderamente penosascuando el preadolescente empieza a tener que enfrentarse a situaciones dela vida real que le desagradan o le implican cierto esfuerzo personal. Entonces la frustración, la debilidad, la incapacidad les invade. Además, notoleran la autoridad de nadie, pues no tuvieron que aguantar y sometersea la de sus padres. Esto los convierte en seres asociales o, lo que es peor, ensociópatas con conductas inadaptadas que, como señala Bui Trong, sonpasos hacia la descomposición social. Según Anatrella, «son personalidades desechas, están dispersadas, son inseguras y volubles, y se quejan deser incapaces de concentrarse intelectual, relacional o afectivamente...,a veces prefieren simplemente vagar, con ideas suicidas». En las últimasdécadas hemos logrado erradicar la mayor parte de las enfermedades queamenazaban a la infancia en el mundo desarrollado. Sin embargo, en laNUEVA REVISTA 118 · JULIOAGOSTO 2008[ 95]María Calvo Charroactualidad están proliferando entre los niños nuevos trastornos relativos,sobre todo, a su desarrollo afectivo y desórdenes de conducta.Para el niñorey el goce de cualquier tipo es un derecho y ningunatransgresión va acompañada del correspondiente sentimiento de culpa.Como afirma Vicente Garrido, en su libro Los hijos tiranos. El síndromedel emperador: «Los padres de toda una generación han crecido con laidea de que la culpa es mala [...] pero esto es un error. La culpa es un sentimiento antropológico [...] un auténtico recurso para que el ser humano sea completo». Un niño que crece sin límites, sin sanciones, quecree que todo es posible, carece del sentido de la culpabilidad que essin embargo inherente al desarrollo correcto de la psicología juvenil. Deeste modo, la negación de la culpabilidad provoca personalidades desequilibradas que desconocen el sentido de los límites. El efecto de la totalpermisividad es perverso, pues como dice Platón, el niño sin disciplinar «resulta ser una bestia áspera, astuta y la más insolente de todas».La solución que propone Anatrella es única y está clara: «Hay que ayudar al niño a encontrar su lugar y, para esto, señalar claramente la diferencia que existe entre sus padres y él. Hay que saber fijar los códigos y lasnormas que favorecen la vida. Señalarles los límites. Hay que saber decir no.El adolescente necesita saber que existen puntos de referencia para construirse. El bien y el mal deben ser nombrados. Cuando un niño o adolescente sabe decir nocomienza a existir separado de los adultos, comienza amadurar. Los padres deben asumir su función educativa. Y por fin, el adolescente, a pesar de sus excentricidades, debe saber que sus padres le aceptan como es. Esta confianza indefectible les ayudará a desarrollarse».La sociedad actualCRISISDEINTERIORIDADEINDIVIDUALISMOfruto del 68, al desestimar la identificación con figuras parentales y con las diversas funciones simbólicas, invita a tomarse a sí mismo como objeto, fin y medida de todo. Se desarrolla así un narcisismo invasor que no permite eldesarrollo del espacio interior. Este individualismo perturba la vinculación social, trayendo consigo nuevos problemas de inestabilidad sentimental, dependencia de drogas, etc. Para constituir adecuadamente laNUEVA REVISTA 118 · JULIOAGOSTO 2008[ 96]Pequeños reyes de la nadainterioridad hace falta tiempo, años, lo que no resulta favorecido por laactual cultura que valora el placer instantáneo. El individuo se transforma en lo que Anatrella denomina el «sujetorey», es decir, una persona que se toma asimismo como modelo de identificación y referenciamoral. Cada individuo elabora sus propios valores que en realidad noson más que experiencias subjetivas, sentimientos pasajeros e inclusotendencias psíquicas sin ninguna dimensión universal y por ello rápidamente perecederas.La vaciedad interior provoca que la persona sólo valga por su aspecto exterior. De ahí la obsesión por la juventud, el miedo a envejecer y elgusto por la exhibición del propio cuerpo como objeto de adulación.El vacío interior conduce también a los jóvenes a la «medicalizaciónde la vida», al intento de resolución de problemas cotidianos por mediodemedicamentos. Pero, pregunta el autor, ¿son personas enfermas o tienendificultad para soportar las dificultades de la vida? Una vida concebidabajo tranquilizantes para no sentir ni experimentar nada restringe la interioridad. Pero no sólo se medican los padres, sino que éstos a su vez medican a sus hijos a los que difícilmente aguantan, tachándoles muchasveces de hiperactivos y rogando a los facultativos que les proporcionenalguna pastilla que les deje más tranquilos. Esto revela la incompetencia,el fracaso y la incomprensión hacia la psicología infantil.Mayo del 68 no ha libeLAINDIFERENCIAOELCAMINOHACIArado a nadie. Antes alLADESINTEGRACIONSOCIALcontrario, ha provocadola esclavitud que implica la vaciedad interior, la ausencia de raíces, laignorancia de las tradiciones generacionales, la pérdida del sentido antropológico de los acontecimientos, de la universalidad del ser humano.Pero no es tiempo de nostalgia. Es urgente reaccionar. Y cuanto antes,pues el coste es demasiado elevado: la deconstrucción de la persona humana; de la sociedad; de la civilización. El gran mérito de Tony Anatrella consiste en haber logrado encontrar el nexo causal entre el movimiento revolucionario de mayo del 68 y los fenómenos actuales y, enconsecuencia, permitir vislumbrar una posible solución.NUEVA REVISTA 118 · JULIOAGOSTO 2008[ 97]María Calvo CharroA pesar de ser jesuita y de pertenecer como consultor, nombrado porBenedicto XVI, al consejo pontificio para la familia, Tony Anatrella, enesta magnífica obra, no utiliza ni un solo argumento religioso o ligado ala moral cristiana. Con ello demuestra cómo la situación actual seasienta sobre una crisis de valores universales; de valores humanos esenciales; de valores antropológicos cuyas raíces se hunden en lo más íntimo de la persona humana; valores indispensables para el correcto desarrollo de la sociedad, al margen de la religión, creencia o ideología quetenga cada uno de los individuos que la configuran. Se trata de revalorizar la ley moral objetiva y universal.La lectura de esta obra logra ubicar al lector cara a cara frente a losproblemas actuales, reconocerlos, asumir su origen y, en consecuencia,nos sitúa en un punto de partida correcto desde el cual iniciar la búsqueda de las soluciones adecuadas. No se puede curar una enfermedadsin un previo diagnóstico acertado. Esto es precisamente lo que haceTony Anatrella, despertar de la sedación y de la indolencia al lector,permitiéndole detectar la podredumbre que nos rodea y que el relativismo reinante ha logrado que identifiquemos con la normalidad. Estaobra es un jarro de agua fría para aquellos que, desubicados, continúancelebrando el mayo del 68.Es urgente «rehumanizar» la sociedad, resucitar los valores universales y vínculos sociales. Es urgente redescubrir el valor educativo de laautoridad, pues no es posible ningún proceso educativo, ni en la familia, ni en la escuela, sin autoridad, entendida ésta como la obligatoriedad de transmitir unas pautas y valores fundamentales, unos criterios yfijar unos límites que ayuden a construir personalidades equilibradas,capaces de obrar con libertad responsable.Asimismo resulta indispensable reconocer los límites y marcar la diferencia entre el bien y el mal; dignificar la paternidad y la maternidadque no son en absoluto equivalentes; reinstaurar la jerarquía generacional; reconocer la esencialidad de la diferencia de sexos; celebrar laimportancia de la institución familiar como primera «escuela natural deconvivencia pacífica» (Juan Pablo II); reconocer que en la alianza entreun hombre y una mujer está el fundamento del vínculo social y que sóloNUEVA REVISTA 118 · JULIOAGOSTO 2008[ 98]Pequeños reyes de la nadaesa relación tiene una dimensión universal a partir de la cual la sociedad puede organizarse y desarrollarse. Necesitamos recobrar los puntosesenciales de referencia. Mayo del 68 no es ya más un fenómeno mítico sino el inicio del camino hacia la depresión social. Ha llegado la horade despertar y actuar.Un libro realista, sorprendente y apasionante, escrito desde los amplios conocimientos científicos y la riquísima experiencia práctica delautor, cuya lectura, sin duda, no dejará indiferentes a sus lectores.?MARÍACALVOCHARRONUEVA REVISTA 118 · JULIOAGOSTO 2008[ 99]