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Mi abuelo Pablo Ruiz Picasso

Bernard Picasso

Artículo que forma parte del catálogo de presentación del Kuntsforum vienés, sobre Pablo Picasso, admirado por la inmortalidad de su talento y la proliferación de su obra.

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Referencia

Bernard Picasso, “Mi abuelo Pablo Ruiz Picasso,” accessed April 19, 2024, http://repositorio.fundacionunir.net/items/show/1571.

Dublin Core

Title

Mi abuelo Pablo Ruiz Picasso

Subject

Humanidades

Description

Artículo que forma parte del catálogo de presentación del Kuntsforum vienés, sobre Pablo Picasso, admirado por la inmortalidad de su talento y la proliferación de su obra.

Creator

Bernard Picasso

Source

Nueva Revista 072 de Política, Cultura y Arte, ISSN: 1130-0426

Publisher

Difusiones y Promociones Editoriales, S.L.

Rights

Nueva Revista de Política, Cultura y Arte, All rights reserved

Format

document/pdf

Language

es

Type

text

Document Item Type Metadata

Text

Mi abuelo Pablo Ruiz Picasso Si a los artistas de verdad se les reconoce por la intemporalidad de sus obras, a Picasso se le admira, qué duda cabe, por la inmortalidad de su talento y la proliferación de su obra. Esta vez es el Museo de Arte Contemporáneo Esteban Vicente, en Segovia, el que nos ofrece una extensa y cuidada selección de sus obras: Picasso en las colecciones españolas. La exposición, patrocinada por Caja Segovia, entre otros, abre sus puertas hasta el 14 de enero para mostrar al público más de 130 piezas de arte, que reflejan la trayectoria de Pablo Picasso en diferentes soportes —pinturas, grabados, esculturas y tapices—. Dado que esta muestra coincide con otra exposición del autor en Viena, hemos considerado interesante incluir aquí un texto —inédito en español— de Bernad Picasso, analizando la obra de su abuelo. El artículo forma parte del catálogo de presentación del Kuntsforum vienés. as numerosas exposiciones dedicadas a Pablo Picasso en todo el mundo desde su muerte en el año 1973 han ofrecido a un público Lcada vez más amplio la posibilidad de conocer mejor su obra. También han ayudado a percibir la fuerza oculta en ella, y a descubrir las distintas formas y modos de expresión que Picasso empleó en su arte para reformular una y otra vez sus motivos y sujetos preferidos en una forma artística siempre distinta. Durante su vida, a Picasso le importó distinguir entre géneros y técnicas. De este modo, trabajó en sus temas importantes, tales como retratos, desnudos, naturalezas muertas o paisajes, de forma paralela en las distintas técnicas: dibujo, pintura, escultura, grafismo, cerámica. Todos sus temas y motivos están vinculados a una determinada técnica por el medio utilizado en cada uno de ellos, y parece que ese método, que puede parecer convencional a primera vista, era el que le hacía posible estructurar su trabajo. De este modo, es posible analizar la creación artística de Picasso atendiendo a temas, formas y medios, o cronológicamente. Esta estructura básica sienta a la vez las bases para establecer múltiples conexiones y aproximaciones entre los distintos temas, motivos y técnicas, sin tener que atenerse a un orden determinado. Este proceder da acceso a su obra desde distintos puntos de vista y ofrece toda clase de posibilidades interpretativas. Desde el momento en que Pablo Picasso anticipa el futuro en su obra, posee actualidad. Es decir, que para él la eficacia y la rapidez que caracterizan nuestras actuales relaciones y formas de comunicación eran ya una parte esencial de su obra. Supo proporcionarnos su visión y su apertura ante la Modernidad, aunque, en medio de las grandes perturbaciones históricas del siglo XX, siguió comprometido con su propia época. En lo que a mí se refiere, las circunstancias históricas quisieron que heredase un número no carente de importancia de obras de mi abuelo. Fui consciente de que tendría que buscar durante largo tiempo para poder descifrar los signos del lenguaje de Picasso, cuya comprensión es el fundamento para poderse formar un juicio sobre su creación artística. Dado que poseer, conocer y entender son cosas muy distintas, necesité años para empezar a entender su obra, a interpretarla y a comprender el valor de los trabajos que él guardaba conscientemente en su propia colección; una colección que para mí representa un tesoro de su memoria y su sabiduría. Más allá de mi participación en exposiciones colaborando con instituciones, he decidido, partiendo de las obras de mi colección, concebir mis propias exposiciones temáticas para enseñarlas y acercarlas al público. Además, esto me permite no limitarme a asumir sin más la imagen de mi abuelo proporcionada por los medios de comunicación, sino honrar por mi parte a ese hombre que en el mundo entero sigue siendo el símbolo de la libertad de la creación artística. Hoy, las representaciones de su vida y su trabajo han alcanzado un punto que hace forzoso distinguir entre vida y obra. Nuestro punto de vista, nuestra mirada al arte de Picasso y nuestro deseo de entenderlo se basan en un gran número de Pablo Picasso, Femme ou vase, 1934. Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía. Pablo Picasso, Hombre con clarinete, 191 112. Colección ThyssenBornemisza. informaciones biográficas. Pero estas no son necesariamente útiles para la indagación en una obra cuya fuerza e inventiva se distinguen claramente de la reducida imagen cada vez más extendida entre la opinión pública, que enturbia nuestra percepción de su obra misma. De este modo surgió mi deseo de llevar a cabo exposiciones. He descubierto un tema especialmente interesante, que corresponde con exactitud a aquello que hoy pienso sobre la obra de mi abuelo. A pesar de sus distintos periodos, antes veía en Picasso principalmente temas clásicos. Pero poco a poco fui encontrando el sentido de su obra en el aquí y ahora de nuestra sociedad, me hice consciente de lo amplio y premonitorio de su visión. De ello responde toda la obra de Picasso, la expresión de una imaginación y una visión chispeantes, permanentemente renovadas, que recoge y continúa los acontecimientos y formas artísticas precedentes. La creación de Picasso parece siempre nueva, y se impone al presente como anticipación del futuro. Más aún, nos fuerza a enfrentarnos con nosotros mismos mediante su capacidad de interpretar los mitos de nuestra civilización y trasladarlos al presente, esboza nuestra historia, la fuerza, la sabiduría, la belleza y lo desconocido de nuestro ser. Aquellos de entre nosotros que contemplan la obra de Picasso se ven obligados a confrontarse tanto con su propia actitud ante la vida como con la corriente de nuestro tiempo. Me parece importante retornar a los orígenes de Picasso. Nació hacia finales del siglo pasado en la ciudad de Málaga, al sur de la católica España. En esa ciudad portuaria enfrentada a la costa de Marruecos se mezclan diferentes regiones y culturas del espacio mediterráneo. Y también las huellas de su educación judeocristiana se extienden a lo largo de toda su creación artística. Su familia abandonó Málaga, y las circunstancias en las que llegaron a Barcelona dieron a Pablo Picasso la oportunidad de conocer otros lugares. En Barcelona profundizó sus conocimientos de pintura; finalmente, decidió ir a París, donde su genio tuvo ocasión de desplegarse plenamente y su obra se abrió al mundo, a un mundo del que extraía sus ideas para integrarlas en su obra, con los pies en la cultura española, y para transformarlas en sus creaciones. Dado que, obviamente, el arte de Picasso no se limita a lo que vemos, nuestra percepción y los impulsos de que se alimenta son declaradamente múltiples, de forma que nuestra actitud hacia él no puede mantenerse invariable. El objetivo de esta exposición es dirigir nuestra mirada hacia los retratos y los cuadros de personaje, uno de los temas favoritos de Picasso, He elegido estas obras para llamar la atención sobre los distintos estadios de evolución en su elaboración. Llevados por los trazos del pincel y del lápiz, podemos aprehender en estos intentos la búsqueda gráfica de Pablo Picasso, que pone de manifiesto sin reservas la casi insolente variedad de su lenguaje artístico y su fuerza creadora. París, junio de 2000