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Del viejo pozo el agua nueva

Miguel d'Ors

Sobre la obra de Fernando Ortiz y una pequeña reseña biográfica.

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Referencia

Miguel d'Ors, “Del viejo pozo el agua nueva,” accessed April 19, 2024, http://repositorio.fundacionunir.net/items/show/1486.

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Title

Del viejo pozo el agua nueva

Subject

Literatura

Description

Sobre la obra de Fernando Ortiz y una pequeña reseña biográfica.

Creator

Miguel d'Ors

Source

Nueva Revista 068 de Política, Cultura y Arte, ISSN: 1130-0426

Publisher

Difusiones y Promociones Editoriales, S.L.

Rights

Nueva Revista de Política, Cultura y Arte, All rights reserved

Format

document/pdf

Language

es

Type

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Del viejo pozo el agua nueva MIGUEL DORS ción del 70» o «tercera generación El nombre de Fernando Ortiz (Sevide la posguerra», protagonizaron, lla, 1947) es uno de los primeros que con respecto a la poética «novísiacuden a la mente cuando se trata de ma» dominante en los primeros recordar a aquel grupo de poetas tiempos de actividad de aquella que, si bien adscritos por su fecha de generación, una disidencia; disidennacimiento (19401955) y por la de cia en un principio muy poco perla publicación de su primer libro ceptible, debido a su orientación (19671980) a la llamada «generaestética nada estrepitosa y también a su marcado signo individualista, pero que a partir de 1980 ha sido especialmente valorada y hoy se nos revela como la influencia primordial en los rumbos de la lírica española de las dos últimas décadas. Entre los poetas de aquel grupo —aparte del propio Ortiz, Juan Luis Panero, Antonio Colinas, Carlos Clementson, Javier Salvago, Eloy Sánchez Rosillo, Víctor Botas, Abelardo Linares, Emilio Barón, etc.—, existían sin duda considerables difePOSDATA rencias individuales, pero todos ellos, contemplados a la debida disFernando Ortiz tancia, tenían en común lo que en otras ocasiones he llamado «la recuEditorial PreTextos peración del sentido clásico» de la Valencia, 1999, 49 páginas poesía, es decir «no sólo el voluntario a la vez, toda la tranquila seguridad encadenamiento a la tradición, tanto que ello comporta. en los aspectos temáticos como forCon oficio maduro, Ortiz ha ido males, sino también la concepción erigiendo una obra en la que, al conhumanista de la poesía, la confianza trario de lo que ocurre tan a menudo en el poder comunicativo del lenguaentre autores de su quinta, las nueje y del arte, la simultánea conciencia ces superan con mucho al ruido. de sus límites, la serena aceptación de Cada uno de sus libros nos habla de éstos, la sobriedad y contención un poeta que conoce bien la tradiexpresivas y el equilibrio entre el ción, que sabe bien lo que quiere en contenido y la forma, entre los elecada poema, que domina bien su ofimentos intelectuales, emocionales y cio y que resuelve bien las dificultasensibles, y entre la realidad objetiva des que cada verso le presenta. y la subjetiva» («Última poesía espaIncluso me aventuraría a decir que a ñola: por el sentido común al aburrilo largo de su producción lírica, que miento», Nueva Revista, 50, abrilcomenzó en 1978 con el libro Prime mayo 1997, p. 121). ra despedida y continuó con Personae Dentro de ese conjunto de poetas (1981), Vieja amiga (1984), La ciuno cabe duda de que Fernando Ortiz dad y sus sombras (1986), Marzo es uno de los más representativos. Ya (1986), Recado de escribir (1990), El ante la mera enumeración de las ediverano (1992) y Moneditas (1996), y toriales y colecciones que han publide momento se cierra con el volucado la mayoría de sus libros —Calle men que ahora me ocupa, el poeta del Aire, Trieste, Renacimiento, La sevillano ha ido asumiendo esa actiVeleta, PreTextos...— un ojo avitud clásica y artesanal con convicsado se hará enseguida una idea de la ción creciente. Casi estaría por decir tendencia estética del poeta sevillaque con convicción ya excesiva, a la no. Pero, además, hay un hecho que vista de sus últimos libros —El veraconvierte a Ortiz en un exponente no y los posteriores—, en los que especialmente significativo de esa Ortiz abandona casi en absoluto una actitud clásica, y es que ha renunciafaceta visionaria e irracionalista que do de modo más visible que la mayoinicialmente también le había intería de los poetas de su edad al papel resado y prefiere ahondar en los de mago o visionario para adoptar el planteamientos realistas, en el tono del artesano, con toda la modestia y, menor y en cierta simplificación llo y el lector que se asome a mis estilística. páginas», se lee ya en el poema proPor otra parte, al hablar de Ferlogal. Esta humildad y esta sencillez nando Ortiz no puede omitirse una nos sitúan —salta a la vista— lejísireferencia a la importante función mos de cualquier concepción sublique ha cumplido —especialmente, me o mítica del poeta. Ni un brujo, aunque no sólo, en el ambiente de ni un héroe, ni un elegido: un homSevilla—, y con qué generosidad de bre corriente que, a lo largo de tiempo y de saber, como maestro o muchos años de lectura, escritura y consejero de otros muchos poetas, reflexión, ha alcanzado la capacidad no siempre principiantes, a los que, e poner sobre el papel «unas pocas con la misma modestia y la misma palabras verdaderas». seguridad tranquila a la que antes Palabras que en esta ocasión nos hice referencia, ha transmitido el hablan del propio poeta, de las luces amor a la Poesía de ayer y de hoy y los y las sombras de su alma, su trabajo secretos de la artesanía lírica. Bastacreador, sus amigos, sus poetas, sus ría con leer, sin ir más lejos, el prólopintores, su Sevilla: de una vida que, go que Javier Salvago ha puesto a siendo la suya, se convierte misteesta Posdata, o el «Perfil de un poeta» riosamente, por obra y gracia del que José Julio Cabanillas dedicó a Arte, en la de cada uno de nosotros. nuestro autor en «La Mirada», suplePor otra parte, la estrofa final de mento literario de El Correo de la última composición afirma que Andalucía, el 20 de mayo de 1994, «A la vida y al arte las rige el mismo para comprender que en la historia canon, un cangilón de noria. Saca de la poesía sevillana del último del viejo pozo el agua nueva y hace cuarto del siglo XX, el nombre de posible el mundo, la música de Bach, Ortiz ha de ocupar necesariamente la azul mañana clara». Sacar del un lugar de primera magnitud. viejo pozo el agua nueva... De pocas Este Posdata, como su título formas podría expresarse mejor el sugiere ya, es una prolongación y tradicionalismo característico de una confirmación de la trayectoria Fernando Ortiz (y de sus compañeanterior de Fernando Ortiz. «Aquí ros generacionales de disidencia). estoy, en la noche a la luz de la lámDe ahí la presencia de esquemas para, con el humo de algún cigarrimétricos tradicionales en muchas páginas de este libro. Más aún: podría persona con una gama de gustos e afirmarse que Posdata es todo un intereses notoriamente amplia): cimuestrario de versificación: empieza tas de Pablo García Baena y Federico con un poema en decasílabos himnaGarcía Lorca; dedicatorias a José rios (a ver, que le pregunten a todos Mateos, José Julio Cabanillas y Anesos —¡y a todas esas!— poetas ilutonio M. Sánchez, además de la geminadosas con qué se come eso) asoneral de todo el volumen al pintor y nantado y arromanzado, y concluye escritor Ramón Gaya; poemas de con otro en verso libre. En medio, homenaje a «El Caballero de la Piaendecasílabos blancos, prosa poédosa Sonrisa», maestro innominado, tica, coplas octosílabas asonantadas, a Unamuno, al propio Cabanillas y a «Seis sonetos» (uno de ellos eneasila Epístola moral a Fabio (y también a lábico y otro trisilábico), alejandriotros dos pintores: Joaquín Sáenz y nos blancos, un romance heroico, Pedro Serna); referencias intertexuna décima sui generis, un romancillo tuales a Bécquer (p. 17), Pablo Neruheptasilábico... La Métrica no es la da, Garcilaso y Rioja (p. 23), CervanPoesía, evidentemente, como el Dites (p. 27), Juan GilAlbert (p. 29), bujo no es la Pintura, pero nadie Unamuno y Joaquín Costa (p. 31), podrá discutir que el poeta que está Góngora (p. 33), García Lorca (p. 35), en condiciones de manejarla a su Manuel Machado (p. 37), Borges voluntad tiene más capacidad de (p. 43), Dante (p. 49), etc. expresión que el que no la domina; y Pero cuidado: no se trata de actien él el uso del verso libre será resultudes neoclásicas o academicistas, tado de una decisión consciente y sino de conciencia de que la Poesía razonable, y no, como en tantos catiene una historia muy larga y muy sos, de una mera impotencia. venerable, de que la originalidad De ahí también que este libro sea absoluta es una quimera y de que una sucesión de gestos de respeto y fuera de la tradición no hay Arte homenaje a la tradición poética (o a posible. MIGUEL DORS las tradiciones poéticas, pues Ortiz es