Nueva Revista 068 > Humanismo cívico

Humanismo cívico

José A. Ibáñez-Martín

Reseña del libro "Humanismo cívico" de Alejandro Llano.

File: Humanismo civico.pdf

Referencia

José A. Ibáñez-Martín, “Humanismo cívico,” accessed November 22, 2024, http://repositorio.fundacionunir.net/items/show/1482.

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Title

Humanismo cívico

Subject

Libros

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Reseña del libro "Humanismo cívico" de Alejandro Llano.

Creator

José A. Ibáñez-Martín

Source

Nueva Revista 068 de Política, Cultura y Arte, ISSN: 1130-0426

Publisher

Difusiones y Promociones Editoriales, S.L.

Rights

Nueva Revista de Política, Cultura y Arte, All rights reserved

Format

document/pdf

Language

es

Type

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HUMANISMO CIVICO Alejandro Llano Ariel, Barcerlona, 1999, 220 páginas Hace años T.S. Eliot advertía que que acuda directamente «a las cosas los autores de segunda fila se caracmismas», al libro que se comenta. terizaban por no darse cuenta de Pues bien, pienso que la preocuque los cambios de sensibilidad exipación central del autor es identifigían un cambio en la expresión, car los errores básicos de la democra«but expression is only altered by a cia occidental, que conducen a que, man of genius». El libro ante el que a pesar de vivir en países ricos y en nos encontramos responde a esa los que se respetan los derechos observación de Eliot: no se trata, humanos, por lo que somos objetos simplemente, de otro trabajo que de atracción y de envidia por tantas trate sobre temas que algunos pengentes del mundo entero, hay una sadores americanos hayan puesto de extendida sensación de desencanto moda, sino que nos encontramos público entre los ciudadanos. Son ante una poderosa reflexión que muchos quienes hoy observan que aporta perspectivas originales sobre los políticos les piden colaborar con cuestiones centrales de la filosofía el voto, a la vez que en el fondo, les política contemporánea. mandan el mensaje de que eso es todo lo que se espera de ellos, aniUna recensión de un libro de mándoles a que disfruten de las delidenso contenido no puede pretender cias de un pacífico consumo, sin que sustituir la reposada asimilación de perturben a los políticos pretenlas tesis en tal libro defendidas, sino, diendo inmiscuirse en los avatares quizá, debe circunscribirse a señalar de la cosa pública. El asunto viene algunos de sus puntos básicos, sirde lejos. Ya decía Paul Valéry, en viendo así de acicate al lector para 1943 que la politique est lart dempééticas. Si Maritain —como Cicecher les gens de se méler de ce qui les rón— pensaba que el bien común de regarde. Y aquí se alza la protesta de las personas consiste en la vida buena Llano. ¿Cómo es posible que no de la multitud, el pensamiento llapodamos intervenir en lo que nos mado liberal en USA —con el primer concierne? ¿Cómo hemos caído, Rawls a la cabeza— entiende, como dentro de una democracia, en ese es sabido, que la política debe ser un engaño? ¿Qué deberíamos hacer terreno moralmente neutral, regido para salir de él? La historia comienza por normas simplemente procedicon la acertada decisión de la primementales. El segundo elemento conra modernidad de soltar las amarras sistiría en la mitificación del mercaen la persona que la fijaban por nacido, único altar público en el que se miento a una comunidad predeterpermite sacrificar a quien sea, espeminada, decisión que evolucionó, cialmente a los más débiles. Y, por equivocadamente, hacia un indiviúltimo, ambos elementos sellaron dualismo contrario a la auténtica una «unión sagrada» con los medios condición humana. de comunicación, que proporcionan la imagen de una estructura social en Ante ese individualismo, fue lendonde cualquier ciudadano tiene la tamente configurándose la idea del posibilidad de ser escuchado por el Estado de Bienestar, cuyos hitos funpoder, pero que, en realidad, es la terdamentales quizá se encuentren en cera pata del tecnosistema, un conKeynes, que da un especial protagoglomerado políticoeconómicomenismo económico al Estado, tomandiático al servicio de la arrogancia de do ocasión de la necesaria lucha conlos poderosos y de la prepotencia de tra el paro, y en T.H. Marshall quien los bien situados. en sus famosas conferencias del 1949 introduce el concepto de derechos Llano afirma que ese tecnosistesociales, como necesaria ampliación ma por fin ha entrado en crisis, al ser de los derechos humanos de la ciuincapaz de atender las vitalidades dadanía. La esencia del Estado de emergentes de los ciudadanos y que Bienestar, por otra parte, no radicaría es preciso señalar sus errores para solamente en la hipertrofia de las evitarlos absolutamente y poder funciones económicas del Estado, proponer unas vías de solución. sino que a ello habría que sumar la Para ello, el autor comienza ajushipotrofia de sus responsabilidades tando sus cuentas con los defensores del Estado de Bienestar y con el Así Llano defiende una sociedad paradigma liblab que le ha dado en la que se valora el protagonismo cobertura teórica. No se trata de retde la persona concreta, consciente rotraerse a paradigmas anteriores de su condición de miembro activo más insolidarios. Pero, en contra de de la sociedad, en cuya configuraDahrendorf, no cabe seguir creyención política procura participar. do en esos presupuestos lib (lo liberal Una sociedad que promueve una y neutral, la libertad económica diversidad de comunidades humafundada en una presunta racionalinas como ámbitos para buscar la pledad del mercado) sumados a los prenitud de la persona, que no puede supuestos lab (la protección a la encontrarse en un marco individualabor de los ciudadanos, entregada lista, subrayando de este modo las en manos de un Estado burocratizaresponsabilidades sociales de cada do e ineficiente que se arroga el uno, en sus derechos y deberes. Una monopolio de la benevolencia). No sociedad en la que no se desprecia el cabe seguir defendiendo una prealto valor de la esfera pública, como sunta neutralidad valorativa del ámbito en el que se despliegan las Estado, expresión de una sociedad libertades sociales y como instancia falsamente calificada de abierta, que garantiza que la vida de las cuando es obvio que es imposible comunidades no sufra abusivas preconstruir una sociedad que no se siones de quienes tienen el poder. apoye en valores concretos, y es Nuestro autor reserva el último antinatural y disgregador pedir al capítulo a la exposición de la imagen ciudadano que no luche en la arena humanista del hombre y del ciudadano, pública por lo que cree, permitiendo que está en la base de su humanismo así que se apoderen de lo público cívico. Aquí se puede apreciar que el quienes sólo creen en el dinero o en núcleo de los problemas de la socieel consumo. No cabe seguir arrandad actual no es meramente organicando a los ciudadanos su libertad zativo o funcional. Lo que hoy domide iniciativa. Es urgente, por el conna, al menos en un nivel superficial, esla trario, animar a todos a que intenten imagen mecanicista, individualista y anprotagonizar responsablemente la ticognitivista del ser humano, herencia estructuración de comunidades inercial de una Ilustración en la que diversas con vocación de comproya casi nadie cree. Desde esta ideolometerse en la dinámica pública. gía, el hombre es una incógnita para sí mismo, porque ha perdido el senticial para no conformarse con lo objedo y la finalidad de sus propia existivamente insatisfactorio, como que tencia, a cuyo conocimiento renunlo importante es subrayar la necesicia, para volcarse en un intento de dad y la fecundidad de tal intervendominar el mundo y de maximizar su ción, para la que estamos capacitaplacer subjetivo. Por ese derrotero no dos, pues, aunque no sean muchos se va a ninguna parte, precisamente quienes se decidan a actuar, las conseporque no se sabe hacia dónde ir. En cuencias de su iniciativa pueden ser cambio, la imagen cristiana y humaconsiderables. Nada peor que la mennista del hombre y de la mujer nos talidad de que les jeux sont faits. Es presenta su vida como un dinamismo muy probable que el muro continuade autoperfeccionamiento, que perra hoy todavía si personas como Solzmite a las personas ahondar an la henitsyn o Havel hubieran consideinterioridad de su intimidad irrepetirado que no tenían nada que hacer. ble y, en el mismo movimiento, airse También la biografía del autor al diálogo interpersonal e intervenir ayuda a creer en la autenticidad de activamente en la configuración de su pensamiento, ya que, tras la famouna sociedad más plural y fecunda. sa anécdota de Tales de Mileto, no pocos piensan que los Catedráticos Llano se defiende contra quienes de Metafísica sólo están para cavilar le puedan atacar de utópico o incluso en su despacho. Llano, por el conde contrapeso retórico de un implatrario, además de su actividad intecable consumismo y de la tecnocracia lectual —que se ha traducido en la dominante en el tardo capitalismo. publicación de numerosas obras—, Desde luego, entiendo que sería una se ha involucrado con éxito notable torpe acusación descalificarle como en numerosas iniciativas sociales y contrapeso retórico, ofrecido en el universitarias, habiendo dejado fondo para mantener el status quo. hace poco el cargo de Rector de la Quizá sea tópico exigir a todos ese Universidad de Navarra, donde ha nivel de intervención activa que desarrollado una relevante tarea Llano pide a los ciudadanos pues durante seis años. Sea bienvenido incluso el mismo Aristóteles reconoeste libro, que Ariel nos ofrece en ce que el hombre es un animal más una cuidada edición. conyugal que civil. Ahora bien, no cabe duda tanto que la utopía es esenJOSÉ A. IBÁÑEZMARTÍN