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Juan Ramón de viva voz

Juan Antonio Olmedo

Reseña del libro "Juan Ramón de viva voz" de Juan Guerrero Ruiz.

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Referencia

Juan Antonio Olmedo, “Juan Ramón de viva voz,” accessed April 25, 2024, http://repositorio.fundacionunir.net/items/show/1424.

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Title

Juan Ramón de viva voz

Subject

Libros

Description

Reseña del libro "Juan Ramón de viva voz" de Juan Guerrero Ruiz.

Creator

Juan Antonio Olmedo

Source

Nueva Revista 065 de Política, Cultura y Arte, ISSN: 1130-0426

Publisher

Difusiones y Promociones Editoriales, S.L.

Rights

Nueva Revista de Política, Cultura y Arte, All rights reserved

Format

document/pdf

Language

es

Type

text

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Maillot Amarillo de la Diputación escondite entre los poemas de Sabido granadina, debería servir para que al y sus lectores más idóneos. Esta otra fin se produjese el encuentro. A ver. antología, también de elaboración propia, que ahora sale en la colección miguel dors JUAN RAMÓN DE VIVA VOZ Vol. I (19131931) Juan Guerrero Ruiz PreTextos Valencia 1998 432 páginas En cierta época me tocó ser secretatomando notas...». Cuento la anécrio de un conocido instituto madridota porque creo que sin un secretaleño; tenía que levantar acta de rio como el autor de estos diarios, cuantas reuniones oficiales se celetan atento anotador y fervoroso braban. Los claustros —prolijas intercoleccionista de documentos de venciones, réplicas, contrarréplicas, todo tipo, quizá las palabras y las puntualizaciones interminables— actitudes de Juan Ramón hubiesen eran agotadores. Una vez falté a uno sido otras, el gran poeta de Moguer y me suplicó gentilmente la viceseno se hubiese embarcado en algunos cretaría: para general desconcierto de sus proyectos —en la juanramode los asistentes, el más contumaz de niana revista Indice fue Guerrero los oradores habituales no abrió la Ruiz secretario; con él iba a crear un boca ese día. Al interesarme por el grupo editorial, «Los Siete», que la motivo de su mutismo, el hombre se guerra impidió— y quizá tampoco disculpó: «Como no estabas ayer hubiese hablado tan mal de tanta Insula en 1961, a la que puso prólogo gente. Se hacen confidencias —y Ricardo Gullón. El cabal diario de este libro está lleno de ellas— por nuestras conversaciones, como dice desahogo, para buscar la aquiescenel autor, comprende desde el 27 de cia a nuestra conducta, para encanmayo de 1931, cuando conoce a dilar, pero también con la secreta Juan Ramón, hasta el 29 de junio de esperanza de que alguien las repita, 1936, cuando el exilio del poeta los de que tengan eco (esto mismo he separa definitivamente. Funes Ferintentado decirlo en el cuento más nández, sobrino de Guerrero Ruiz breve de El Balcón de Azaña, titulaencargado de la edición, sitúa en la do «Un inédito de Juan Ramón»), época a los innumerables personajes Los que dicen odiar la burocracia que desfilan por el libro. meten en el mismo saco desde el presidente del Gobierno al humilde Juan Guerrero Ruiz (Murcia, ordenanza. Es injusto. Un secretario 1893Madrid, 1955), «Cónsul geneeficiente, además de conocer leyes o ral de la poesía», como lo bautizó atender el protocolo, allana dificulLorca en la dedicatoria de una de las tades y resuelve problemas, mantiepiezas de Romancero gitano (1928), ne vivo el diálogo con cualquier mantuvo siempre una incansable interlocutor —enemigos y rivales actividad vinculada a publicacioincluidos— y, sobre todo, sabe guarnes (Verso y prosa, Revista Hispánica dar los secretos. Los administra igual Moderna) y empresas literarias (fundó que otros derrochan el caudal de la editorial Hispánica y la colección éxito. Juan Guerrero Ruiz fue secrepoética Adonáis) de las que fue restario eficientísimo de varios orgaponsable. Y a poco que interese el nismos de la Administración local y mundo literario, está asegurada la central; en su organizado archivo diversión con la lectura de este diahabía una caja de 1.144 cuartillas, rio. En él aparecen recogidas tanto muchos años guardada, donde dejó las diarias entrevistas de Jiménez y uno de los más vivos retratos de la Guerrero como el contenido de las literatura —y de la política literaria— frecuentes conversaciones telefónide los años treinta. cas que mantenían. Aquí encontraremos una porción de afectos y desaEsta obra, de la que Editorial fecciones, de proyectos, de ilusiones PreTextos saca ahora el primer y de intrigas: desde la amorosa fuga volumen, tuvo una versión homónialbertina a Ibiza o las puyas de ma, pero incompleta, aparecida en Bergamín a los temibles juicios negacación—, necesitaba la urgente fidetivos de Jiménez contra los jóvenes lidad de alguien como Juan Guerrero del 27 (Salinas, Lorca, Guillén...), Ruiz. Él fue el voluntario receptor pasando por el famoso huevo frito de de suspicacias y cominerías, pero la casa de los Machado y la inevitatambién albacea literario y testigo ble guerra de guerrillas de los jóvenes excepcional de la vida privada del poetas contra el padre de Platero. Nobel. Página tras página, vemos la silueta juanramoniana moverse en la El autor que no se toma en serio a penumbra de una alcoba, entre los sí mismo —es imprescindible un recios muros dobles y paredes acolcierto orden interior y capacidad de chadas con que pretendía aislarse entusiasmo— es lógico que no aspide los vecinos molestos. En esas facre a la consideración de los demás, torías literarias del madrileño barrio pero quien tiene tan alta estima de sí de Salamanca donde vivió, la figura como el poeta de Moguer hace prácdel gran hipocondríaco, del Cansado ticamente imposible el fervor ajeno. de sí mismo, del Andaluz universal, Pese a ello, Guerrero Ruiz salva la barbuda y enigmática, se humaniza abrumadora sensibilidad que distangracias a la labor demiúrgica de Juan ciaba a Juan Ramón de mucha Guerrero Ruiz. gente, entra en su mundo con cordialidad y respeto, y nos deja una Decía Melchor Fernández Alimagen inolvidable del amigo. La magro que los tiempos «donde obra ingente elaborada por Juan abundan hombres de letras como Ramón (no en vano siempre la manGuerrero, la vida literaria es limpia, tuvo en marcha), creador poético diáfana, eficaz». Es cierto, a este país excepcional, hizo que se pasara la —y nos falta hoy también la honesta vida reuniendo, organizando, profigura de José Luis Cano, muerto yectando y corrigiendo manuscricuando redacto estas líneas— le faltos, quizá no siempre geniales. tan Guerreros, limpios, diáfanos, Hombre prolífico y erizado de dificomo éste. cultades —económicas, de comunijuan antonio olmedo