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Viejos problemas, nuevas tecnologías

José Luis Puerta López-Cózar

Reseña literaria de "El porvenir de la razón en la era digital" de José Luis González Quirós.

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Referencia

José Luis Puerta López-Cózar, “Viejos problemas, nuevas tecnologías,” accessed April 27, 2024, http://repositorio.fundacionunir.net/items/show/1287.

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Title

Viejos problemas, nuevas tecnologías

Subject

Libros

Description

Reseña literaria de "El porvenir de la razón en la era digital" de José Luis González Quirós.

Creator

José Luis Puerta López-Cózar

Source

Nueva Revista 060 de Política, Cultura y Arte, ISSN: 1130-0426

Publisher

Difusiones y Promociones Editoriales, S.L.

Rights

Nueva Revista de Política, Cultura y Arte, All rights reserved

Format

document/pdf

Language

es

Type

text

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de las necesidades y objetivos fundaViejos problemas, mentales, como la salud, la riqueza nuevas tecnologías mínima, la formación cultural. La neutralidad del Estado dejaría de tener sentido y, con ella, obtendría el José Luis González Quirós, derecho a intervenir positivamente El porvenir de la razón para reorganizar los núcleos de la rien la era digital, queza y el poder. Síntesis, Madrid, 1998, 205 págs. La teoría de las necesidades objetivas puede no parecer extraña a la cultura política europea, pero sí al lis evidente que los humanos beralismo americano en sus formas resentimos una curiosidad y publicanas. Sin embargo, los intentos agudeza especial por el mundo de hacer ambiguas las fronteras entre Een torno. Pero también es cierto que lo público y lo privado, entre la libersomos, ante todo, seres que tomamos tad positiva y negativa, otorgan una decisiones y llevamos a cabo obras, no legitimidad a los intentos de garantimeros entes contemplativos. En una zar la igualdad social y económica más primera aproximación, podemos que dudosa, en la medida en que no aceptar que nuestro quehacer se derespeta la heterogeneidad de finalidasenvuelve en dos ámbitos: el técnico y des de la sociedad civil. el político (o moral); y con gran freAunque Ramsay se presenta en cuencia en ambos a la vez, es decir, todos los vericuetos de las argumencuando la técnica y la moral caminan taciones liberales (lo cual exige un mirándose de reojo. El obrar técnico conocimiento amplísimo de la teoría (tekhne] es todo aquello que modifica política liberal), lo hace siempre con o interfiere con la naturaleza (physis). el convencimiento de que va a ganar Tekhne iatriké llamaban los griegos al con dos simples estocadas. La sensasaber de los médicos, esto es, ars meción que produce es que el verdadedica o arte médico. Por el contrario, ro rival no puede ser el que nos precuando el hombre se propone un essenta hundido y derrotado. Una lecpacio común para la convivencia y la tura más detallada de Berlin, por cooperación con otros integrantes de ejemplo, podría sugerirle a Ramsay su especie, su actuar se denomina poque el liberalismo, después de dos silítico o moral. glos de exitencia, no tiene que fundamentarse de juris en el atomismo Aunque las obras técnicas y moraindividualista y en el utilitarismo. les, como acabamos de ver, pertenePau Arnau. cen a diferentes esferas, y es fácil di...es posible encontrar una [filosofía] seccionarlas tanto en el plano teórico práctica, por medio de la cual, conocomo práctico, tienen, sin embrago, ciendo la fuerza y las acciones del fueuna propiedad común: ambas puego, del agua, del aire, de los astros, de den absorber completamente las enerlos cielos y de todos los demás cuergías del hombre singular y de los grupos que nos rodean... hacernos como pos humanos. Entonces aparecen, dueños y poseedores de la naturaleapunta el autor, dos deformaciones za. Más tarde, ya bien entrados los grotescas: la politización y la obsesión años setenta, Hans Jonas nos recordatecnológica. ría que la frontera entre el Estado (poDesde los tiempos de nuestro anlis) y la naturaleza (physis) ha quedado cestro el H. habilis, la tecnología al abolida y, por tanto, la buscada natuprincipio fue un sencillo bifaz, más ralidad en lo humano se ve impedida tarde la pintura rupestre, y luego todo por la omnipresente tecnología que lo demás— no ha dejado de acompatodo lo tiñe. No puede extrañar que ñar al hombre. Día a día, la técnica algunos ecologistas vean en lo tecnonos hace más fácil y cómoda la vida lógico a su verdadera bestia negra. (por ejemplo, los transportes), nos deja hacer cosas que serían inimaginaHemos llegado, pues, a un estadio bles sin ella (por ejemplo; evaluar los donde, por un lado, el hombre está daños del último incendio mediante lleno de optimismo por el vasto elenuna fotografía tomada, naturalmente, co de soluciones que la tecnología podesde un satélite) y además nos perne a su disposición y, por otro, la somite alumbrar seres hasta ahora inédiciedad está instalada en la cultura de tos en la naturaleza (ahí tenemos a la la irrealidad (capítulo cinco), que es oveja Dolly). ¿Significa todo esto el resultado de una fe ciega en la tecavance? Seguro que sí. ¿Nos hallamos nología y en los canales de transmiante una rosa sin espinas? Seguro que sión de datos, y una elevada dosis de no. Para el hombre antiguo, la técnica conformismo y credulidad; cuyo sancomenzó siendo imitación de la natuto y seña es la falta de interés por los raleza; el hombre moderno trató de fundamentos y las referencias. Con gobernarla y, por último, el hombre todo, a los más atentos todos los días contemporáneo se ha sorprendido a sí la ciencia les da una lección de humilmismo creando naturaleza. dad, al comprobar, como por ejemplo nos enseñó el Principio de iruietermiEste afán por gobernar la naturanación de Heisenberg, que la verdad leza que, desde hace ya tres siglos, objetiva tiene que quedarse en una alienta en el hombre, nadie lo ha exsencilla verdad probabilística. Estos presado de forma más palatina que puntos luminosos, sin embargo, no Descartes, en su Discurso del método: bastan para contrarrestar el florecigentes obreros del sofisma. Sin emmiento de la neoignorancia masiva, bargo, no por ello, ha dejado el autor de la que forman legión aquéllos que de mostrarnos la otra cara de esta mono han reparado en que la informaneda llamada tecnofilia. Y echa mación y el saber no son términos sinóno, con tal propósito, del magnífico nimos, porque el saber se dice de un retrato que nos dejó impreso, hace ya sujeto, mientras que la información se más de tres décadas, Guy Debord en dice de aquello que puede comprensu obra Société du Spectacle. Lo que der un sujeto, como nos recuerda verdaderamente caracteriza a la soGonzález Quirós. ciedad del espectáculo es un uso desmesurado de la información, cuya Esta nefasta pero arraigada confuconsecuencia última es convertir la sión tan característica del momento imagen en un omnipotente becerro presente afecta, cómo no, al mismo de oro, que convierte a la fama en la conocimiento de la verdad. El saber llave que abre la puerta del prestigio, es, en esencia, un saber de porqués soy al dinero en el único símbolo respebre cosas, y esta capacidad para bucetado en todas las culturas. Ya nos haar en los porqués es un requisito para bía prevenido Jaspers sobre estos nueconocer la verdad. Aunque la inforvos muñidores de las industrias de la mación se ha dejado agavillar y, por conciencia, que reducen la argumentanto, ha perdido en gran medidatación al sueño de Goebbels: La gésu carácter disperso e inabarcable, no nesis de una nueva clase política, con se puede caer en la tentación de olviética propia, que ejercita, de hecho, el dar que su verdadero valor radica en predominio espiritual del mundo, es poderla referir (o enfrentar) a algo el signo de nuestro tiempo. distinto que ella misma. La información no es otra cosa que un elemento En la obra que comento, aunque nuclear del complejo proceso de la inla referencia siempre está implícita (y, telección. Cuando se pierde esta persen ocasiones, explícita), apenas se pectiva, la vastedad de la información mientan los MB, la web, o el crecipuede acabar arramblando con nuesmiento exponencial que han experitra capacidad para saber, o sencillamentado, por ejemplo, las ventas de mente anestesiándola, y colocarnos a modems en los últimos años. El porveun paso de la caverna de Platón. nir de la razón en la era digital nos habla y reflexiona sobre otras cosas, en Por otro lado, no es nada original general, menos manidas. Se adentra afirmar que estamos en manos de los precisamente en aquellos temas que comunicadores de masas y que nuesno suelen encontrarse en los libros al tros designios se moldean con las nueuso sobre el mundo digital. Además, vas técnicas creadas por estos emerfelizmente, el autor ha evitado ese tinel caso que nos ocupa, en la pantate apocalíptico (ludditas) o ciegamenlla. te entregado (tecnófilos) que, por el En el tercer capítulo, Tecnología contrario, es tan habitual en este tipo y verdad, se analizan las relaciones de publicaciones. Así, lo que aquí se entre la tecnología, el saber y la conpretende es diferenciar la prestidigitaciencia. Éste es quizá el capítulo más ción de la realidad y, de camino, original e importante del libro, pues echar abajo algún que otro antifaz seasumiendo la descomunal inflación mántico, pues como ha señalado Artdel concepto de información, el autor hur G. Clarke, cualquier tecnología denuncia y explica el porqué de la exsuficientemente desarrollada se torna tendida confusión entre saber e inforindiscernible de la magia. Esta afirmamación, y nos recuerda en qué consisción tiene hechura suficiente para dar te el acto de la intelección. El cuarto cabida a este ábrete Sésamo de la capítulo, Ciberfilosofía, se ocupa de mente en el que en gran medida se revisar las ideas de los ciberpensadoha convertido el tándem tecnologíares para mostrar cómo se apoyan, en información. Por eso el autor, filósofo gran medida, en la tradición antirrade profesión (en este caso no es un cionalista de este siglo y en la ya vieja demérito ser de Letras, todo lo conretórica antihumanista. Hace falta, trario), sale al paso de ciertas controapunta el autor, además de acceso a la versias y malentendidos, que van coninformación, sobre todo, pensar, tefigurando los cinco capítulos de los ner ideas y convencernos de que la reque consta el libro. alidad contiene elementos contraLos capítulos primero y segundo puestos: las máquinas podrán hacer se titulan, respectivamente, El conde todo, menos relevarnos de pensar. cepto de tecnología y Tecnología En el último capítulo, que lleva por digital. En ellos, el autor, además de título Una sociedad de lo irreal, se preguntarse por el significado último nos recuerda cómo en el mundo acde la tecnología, escudriña el mundo tual, junto a logros estimables, no dedigital desde sus implicaciones filosójan de estar instaladas ciertas variedaficas y metafísicas. Sus reflexiones nos des de necedad, por ejemplo, la sohacen caer en la cuenta de que junto ciedad del espectáculo y la cultura a otras cosas, algo he señalado más de la irrealidad. A ellas me he referiarriba nos puede ocurrir como a don do también más arriba. En definitiva, Quijote: que al salir de nuestra alen este libro se ponen encima del tadea al mundo descubramos que éste pete, que no del pulpito, viejos prono se parece a lo que hemos creído blemas filosóficos que siguen presenver reflejado en nuestras lecturas o, en tes en el nuevo planeta digital. En el acto de observar, de leer, en forma (singular) de codificar y acceel pensar mismo, nunca deja de estar der a la información. Cáigase o no en implícita la posibilidad de comparar la cuenta, la ausencia de una referenaquello que, por ejemplo, leemos con cia última frente al convencimiento aquello a lo que se refiere (el texto), de que fuera de nuestras creencias que siempre nos sorprende por ser alhay cosas que se deben respetar o tego distinto. Cuando la realidad es rener en consideración significa rehén de la información que recogemos nunciar a la libertad y asomarse al (o nos ofrecen) sobre ella, se está neabismo del totalitarismo, como nos gando la realidad objetiva (la que describe muy bien G. Orwell en el existe al margen de nuestras indagarelato de un mundo totalitario que ciones y creencias) y se cae en el conhace en 1984. Winston, su protagovencimiento de que la totalidad de lo nista, lo dejó muy claro: la libertad que hay se reduce a lo que se reconoes poder decir libremente que dos y ce. Para los tecnófiios, la realidad dos son cuatro. Si se concede esto, puede quedar constreñida a una matodo lo demás vendrá por sus pasos nera (estereotipada) de pensar, porcontados. José Luis Puerta Lópezque su existencia pivota sobre una Cózar. Ciencias Sociales Roy C. Macridis y Psicología Historia Mark Hulliung Douwe Draaisma Javier Cervera Las ideologías Las metáforas de la memoria políticas contemporáneas Madrid en guerra. Ensayo Manuales La ciudad clandestina, 19361939 Literatura Ensayo Francesca Happé Roberto L. Blanco Rafael Alberti Introducción al autismo Albert García Espuche Valdés Antología poética Ensayo Un siglo decisivo. Marinero en tierra Introducción a la Constitución Barcelona y Cataluña 15501640 La arboleda perdida, 1 de 1978 Ciencia Ensayo La arboleda perdida, 2 Materiales Robert J. Richards El libro de bolsillo Geoffrey Parker Jaume Porta y Manuel El significado de la evolución La gran estrategia de Felipe II Gonzalo Lladonosa (coords.) Ensayo Ensayo Torrente Ballester La Universidad en el cambio Javier Moreno Luzón de siglo La isla de los jacintos cortados Romanones. Libros singulares Don Juan Caciquismo y política liberal Compostela y su ángel Ensayo La sagafuga de J.B. Filosofía El libro de bolsillo Elena Sánchez Ángel Alvarez Gómez Mercedes Monmany Madariaga La Suma contra los gentiles, Relatos de mujeres Conceptos fundamentales de de Totnás de Aquino El libro de bolsillo Historia Materiales Ú Herramientas Arturo Ramoneda Dolores Franco Amin Maalouf Manual de estilo. España como preocupación Guía práctica para escribir mejor Las cruzadas vistas por los árabes Libros singulares I El libro de bolsillo El libro de bolsillo Alianza Editorial Juan Ignacio Luca de Tena, 15 • 28027 Madrid