Nueva Revista 049 > Amalia Bautista
Amalia Bautista
Luis Alberto de Cuenca
Nos habla acerca de Amalia Bautista que ha concebido un mundo de palabras extraordinariamente fresco, habitable, distinto.
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Número
Referencia
Luis Alberto de Cuenca, “Amalia Bautista,” accessed November 22, 2024, http://repositorio.fundacionunir.net/items/show/1008.
Dublin Core
Title
Amalia Bautista
Subject
Poetas de línea clara
Description
Nos habla acerca de Amalia Bautista que ha concebido un mundo de palabras extraordinariamente fresco, habitable, distinto.
Creator
Luis Alberto de Cuenca
Source
Nueva Revista 049 de Política, Cultura y Arte, ISSN: 1130-0426
Publisher
Difusiones y Promociones Editoriales, S.L.
Rights
Nueva Revista de Política, Cultura y Arte, All rights reserved
Format
document/pdf
Language
es
Type
text
Document Item Type Metadata
Text
Amalia Bautista [ Luis Alberto de Cuenca ] a ha celebrado gente tan diversa como Ramón Irigoyen, Felipe LBenítez Reyes y Emilio Quintana. Su nombre es Amalia Bautista. Nació en Madrid en 1962. Yo la conocí cuando tenía veinte años y estudiaba Ciencias de la Información en la Complutense. Paco Aguilar Piñal acababa de descubrir una tragedia inédita de Cadalso, Solaya o los circasianos. Celebré el venturoso hallazgo en las páginas de Pueblo y formé parte del grupo de amigos que leyó la tragedia en público. Entre ellos estaba Amalia, que daba voz a la protagonista. Me parece que entonces aún no escribía versos, pero recitaba como los ángeles. Tardaría seis años en ver la luz su primer y único libro, Cárcel de amor (Sevilla, Renacimiento, 1988), y siete más en publicarse La mujer de Lot y otros poemas (Málaga, Llama de Amor Viva, 1995), una plaquette con el sello inconfundible de Rafael Inglada. La línea clara se hizo para Amalia Bautista. Su poesía esgrime el mismo pulso firme y verdadero que la de dOrs, Juaristi o Martínez Mesanza. Cuenta cosas cercanas, que nos turban o nos consuelan, pero que siempre nos son útiles, porque están hechas de la misma tela con que están tejidos nuestro corazón y nuestro cerebro. Inteligencia y sensibilidad se dan la mano en esta mujer que no escribe para mujeres, sino para ti y para mí, y hasta para usted, que se oculta tras la máscara neofascista de la political correctness y niega la libertad desde una Inquisición hecha de cuotas y discriminaciones positivas. Jugando y divirtiéndose con el lenguaje, como Marcial, como Louise Labé, Amalia ha concebido un mundo de palabras extraordinariamente fresco, habitable, distinto. Un mundo que comienza a insinuarse donde terminan estas líneas de admiración y reconocimiento. LAS ANTIGUAS LLAMAS No pude confesarte dónde había estado tanto tiempo, ni explicarte mi vuelta inesperada. Sólo pude hacerte sospechar que en aquel año te había sido infiel impunemente. Y era mejor así. Volví a rendirme ante tus ojos y ante tu perdón. Me olvidé de que estuve en aquel centro para enfermos mentales. Volvió todo a ser como fue siempre antes de irme. Volvió el amor desgarrador y dulce, y la pasión nociva, y en mi pecho volvieron a encenderse sin clemencia aquel dolor y las antiguas llamas. (Cárcelde amor) CÁRCEL DE AMOR De todas las mujeres que has tenido que me quieres a mí más que a ninguna es lo que dices siempre. Sin embargo, ellas pudieron compartir tu cama, y a mí me has encerrado en este cuarto en el que me visitas por las tardes, me traes dulces y libros, y me hablas de arte y literatura. Al despedirte me das un paternal beso en la frente y así hasta el otro día. Y yo me quedo sola y me aburro. Y echo en falta un hombre. Por eso no te extrañes, amor mío, si vienes a mi celda por sorpresa y me ves abrazada al carcelero. (Cárcelde amor) MARGARITA DE PROVENZA Sólo tú permaneces a mi lado, anciano caballero, y bien conoces mis fiebres, mi dolor, mis pesadillas. Sólo tú me consuelas y me dices que sigues junto a mí, que no me faltas, y me escuchas, y cuidas mi embarazo. Debes jurarme, anciano caballero, por la Virgen, de hinojos, de lo pido, que cortarás tú mismo mi cabeza, si toma la ciudad el sarraceno, antes de que me prendan los infieles. No os preocupéis, señora me respondes. Pensaba en ello. Descansad tranquila. (Cárcelde amor) CUÉNTAMELO OTRA VEZ Cuéntamelo otra vez, es tan hermoso que no me canso nunca de escucharlo. Repíteme otra vez que la pareja del cuento fue feliz hasta la muerte, que ella no le fue infiel, que a él ni siquiera se le ocurrió engañarla. Y no te olvides de que, a pesar del tiempo y los problemas, se seguían besando cada noche. Cuéntamelo mil veces, por favor: es la historia más bella que concozco. (La mujer de Loty otros poemas) LA CASITA DE CHOCOLATE Extraviada, ingenua, por caminos que recorría por primera vez, me dejé seducir como una niña por aquella casita. Su tejado de chocolate, sus paredes dulces llenas de fresas, guindas y barquillos, las ventanas de azúcar transparente con los marcos de almendras y guirlache. Con los ojos y el alma empalagados, abandonada a aquel mundo de cuento, abrí la puerta de vainilla y menta sin mirar hacia arriba. Allí colgaba un bonito cartel de caramelo: Dejad toda esperanza. {La mujer de Loty otros poemas) LA MUJER DE LOT Nadie nos ha aclarado todavía si la mujer de Lot fue convertida en estatua de sal como castigo a la curiosidad irrefrenable y a la desobediencia solamente, o si se dio la vuelta porque en medio de todo aquel incendio pavoroso ardía el corazón que más amaba. {La mujer de Loty otros poemas)