Nueva Revista 033 > Entrevista con Wm. F. Buckley Jr.

Entrevista con Wm. F. Buckley Jr.

José María de Areilza Carvajal

Entrevista con Wm, F. Buckley Jr., uno de los pilares por antonomasia del pensamiento conservador americano contemporáneo.

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José María de Areilza Carvajal, “Entrevista con Wm. F. Buckley Jr.,” accessed April 26, 2024, http://repositorio.fundacionunir.net/items/show/610.

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Entrevista con Wm. F. Buckley Jr.

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Conversaciones

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Entrevista con Wm, F. Buckley Jr., uno de los pilares por antonomasia del pensamiento conservador americano contemporáneo.

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José María de Areilza Carvajal

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Nueva Revista 033 de Política, Cultura y Arte, ISSN: 1130-0426

Publisher

Difusiones y Promociones Editoriales, S.L.

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Nueva Revista de Política, Cultura y Arte, All rights reserved

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es

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Conversaciones Convertirse en americano es asumir la responsabilidad de ser libre Entrevista con Wm, F. Buckley Jr. Por José María de Areilza Carvajal illiam F. Buckley es uno de los pilares por antonomasia del pensamiento conservador americano contemporáneo. Nacido en Nueva York, formado en la UniversiWdad de Yale. Desde los años 50 ha intervenido con fuerza y originalidad extraordinarias en el debate político americano. En 1955 fundó la revista más influyente de la derecha americana, National Review, que hoy todavía preside. Lleva 40 años participando activamente en todos los debates internos del partido republicano y en sus campañas electorales. Sin embargo, se presentó él mismo a alcalde de Nueva York en 1965 como candidato conservador independiente. En los años 70 asesoró a la Casa Blanca de Nixon y participó en la delegación americana ante las Naciones Unidas. Los 80 vieron fructificar su activismo intelectual y político. Buckley inspiró la revolución conservadora de Ronald Reagan, seguida hasta cierto punto por George Bush. Nuestro personaje, es quizás el conferenciante más prolífico y entretenido de todo Estados Unidos. Su programa de televisión En la línea de fuego refleja todavía la gran tradición anglosajona de debate heredadas de los clubs de Oxford y Cambridge. JunLos demócratas tuvieron éxito al presentar al Partido Republicano como el partido de los más ricos to a su pluma política, irónica y sutil, respaldada por fuertes convicciones morales, Buckley ha sorprendido a la opinión pública con una larga serie de libros de ficción y otra de relatos de viajes a vela; tanto sus historias de espías como sus ensoñaciones nómadas han recibido la mejor acogida. La opinión pública, ha convertido sus libros en bestsellers. La intelectualidad americana, tantas veces contraria a él en cuestiones políticas, ha elogiado vivamente sus creaciones literarias. Charlar con William F. Buckley es un raro privilegio. Contesta todas las preguntas con humor y claridad en un inglés sorprendente y riquísimo. También podía haberlo hecho en su perfecto español. Un año después de las últimas elecciones presidenciales, ¿cómo explicaría la victoria del candidato demócrata? ¿Qué es lo que falló en la estrategia del Partido Republicano? Varios elementos debilitaron la candidatura de Bush. Primero, el mal momento económico, con un desempleo en aumento y un crecimiento económico vacilante. Segundo, el apoyo del Presidente Bush a la Ley de Medidas Fiscales de 1990, percibido por muchos como una clara ruptura con el legado de Reagan. Tercero, el éxito que tuvieron los demócratas al presentar al Partido Republicano como el partido de los más ricos, enemigo de la clase media americana. Cuarto, el fin de la Guerra Fría, que llevó a la gente a pensar que no sería del todo arriesgado experimentar con los demócratas, pese a su reputación de capitular en todos los frentes. Como en la mayoría de las naciones democráticas, después de un largo período en el que manda un sólo partido doce años en nuestro caso, la gente se cansa y quiere cambiar. Conversaciones Pensando en las elecciones presidenciales siguientes, las de 1996, el partido Republicano tal vez todavía sea capaz de atraer a la vez a votantes libertarios y comunitaristas simplificando las dos grandes tendencias ideológicas del centro y la derecha americana. ¿Es necesario, además, que el partido Republicano sea la gran carpa común que algunos predican, si quiere recuperar el poder? La metáfora de la gran carpa común fue una invención de los demócratas, concebida como una cualidad necesaria para cualquier partido. De este modo, ellos pudieron afirmar que estaban más abiertos a votantes de distintos orígenes raciales y étnicos. Sin embargo, el gran porcentaje de votantes negros que hoy tiene el Partido Demócrata, por poner un ejemplo, lo tenían los Republicanos hace setenta y cinco años. La noción de carpa común ha sido, en esencia, una táctica de los demócratas, y desde luego ha tenido éxito. A estas alturas, ¿se puede predecir qué ocurrirá en las presidenciales de 1996? Dependerá mucho del estado de la economía. El Presupuesto de 1993 va a tener unos efectos nocivos para los pequeños y medianos empresarios americanos. Las consecuencias de estas medidas se percibirán durante 1994 y con certeza harán mella en la popularidad del Partido Demócrata. No obstante, los demócratas argüirán la Administración demócrata cuesta más cara, pero produce más beneficios sociales, la clásica justificación socialista, entendiendo la palabra socialista en sentido amplio, si no quién llamaría hoy socialista, por ejemplo, a Felipe González... ¿ Qué le parece el Plan de Reforma de la Sanidad propuesto por Clinton? ¿Es acaso una muestra de que la socialdemocracia está tentando a los Estados Unidos o se trata de algo nuevo? Es una receta para acabar en el desastre financiero; su resultado será una atención médica de peor calidad que la que tenemos ahora, y todo ello a un coste más alto del que tendría fomentar los planes de pensiones individuales. Los que apoyan el plan de Clinton de buena fe simplemente creen que la gente ordinaria es incapaz de tomar sus propias decisiones a la hora de ahorrar para su retiro o de asegurarse atención médica. También hay gente que lo apoya sólo para acaparar poder. Un ejemplo clásico de socialismo. Hace unos años el debate sobre el aborto dividía a los americanos en dos campos muy difíciles de reconciliar ¿Es el aborto menos importante hoy para el electorado americano? No, pero es importante de modos distintos. A algunos estrategas republicanos les gustaría que se dejaran de hacer esfuerzos para atraer el voto provida basándose en que: a) los votantes d.i.n.k.s. (las parejas en los que los dos trabajan y no tienen hijos, dual income, no kids) son más importantes; b) muchos votantes provida tienen también otras preferencias políticas que les mantendrían fieles al Partido Republicano y; c) es problemático que un partido sea provida. Gran parte de la energía del Partido Republicano tal como lo concibió Reagan se podría derrochar en peleas internas. En el Partido Demócrata, el aborto podría provocar conflictos similares, aunque en una escala menor, a causa de grupos como el de Feministas ProVida o PLAGAL, el grupo de gays y lesbianas provida. Tras el fin de la Guerra Fría, el Presidente Clinton se ha tenido que enfrentar a varias crisis en las que la seguridad internacional estaba en juego un cometido para el que no ha parecido muy preparado. A muchos observadores su falta de prioridades en su actividad internacional y su preferencia por los asuntos domésticos les ha recordado al Presidente Johnson ¿ Cree usted que Clinton puede llevar a los Estados Unidos a participar de forma involuntaria en demasiados problemas internacionales no fáciles de resolver o hacia un aislacionismo no deseable? Si un Presidente puede hacer las dos cosas a la vez, sin duda es él. Su liderazgo internacional es en cierto sentido como un cañón sin frenos circulando por el puente de un buque a la deriva. Resulta extraorDebemos negociar para que se limite el daño que pueae causar una regulación excesiva del comercio dinario cuánto sufrimiento puede causar el llamado Partido de la Compasión sólo por la falta de decisión (por ejemplo en Somalia). En este sentido, la presidencia de Johnson es un buen término de comparación. ¿Qué opina del Tratado de Zona de Libre Comercio Norteamericana, que ha sido criticado no sólo por proteccionistas sino también por algunos defensores del libre comercio, dadas las ambigüedades de los llamados acuerdos laterales y la incertidumbre sobre sus consecuencias políticas a largo plazo? Los librecambistas han sufrido en su apoyo o rechazo a NAFTA la compañía desagradable y polémica de grupos opuestos. Demasiadas voces favorables a NAFTA estaban demasiado entusiasmadas con el futuro control Americano sobre las políticas laborales y de medio ambiente de Canadá y de México. Demasiados entre los que se oponían a NAFTA temían el funcionamiento del libre mercado. Teniendo en cuenta todos los argumentos, creo que se debe ir hacia adelante, porque los beneficios del libre comercio son muy significativos y afectan a todo el espectro económico de los tres países. Sin embargo, debemos negociar para que se limite el daño que puede causar una regulación excesiva del comercio. ¿Qué está ocurriendo al alma americana en este fin de siglo? ¿ Qué piensa acerca del serio diagnóstico efectuado por el Papa en su reciente visita a Denver? Todavía el alma americana puede ser identificada como tal. El orgullo que nos causó rescatar a los kuwaitíes, por ejemplo, no fue una vuelta al pasado ni una simple satisfacción de acabar con una arrogancia odiosa. Creo que sentimos una genuina y generosa complacencia al poner nuestra fuerza al servicio de la parte relativamente inocente y más débil. (El que yo sugiriera que los kuwaitíes deberían corresponder con algo decente, por ejemplo ajustando el precio de su petróleo, sólo significa que sigo siendo el de siempre: hace cincuenta años dije lo mismo respecto a los británicos, que nos debían algo). De un modo análogo, hemos sentido un rechazo, un horror, ante la situación en Somalia, y hemos tenido la voluntad de sacrificar recursos materiales e incluso vidas humanas para ayudar a las víctimas de tal brutalidad. Pero la mala administración y la indecisión en este caso han peijudicado seriamente nuestra voluntad de ayudar. Ello ha afectado a la confianza que teníamos en nuestra propia capacidad, y sabemos desde Vietnam lo desastroso que puede llegar a ser esto. Otra catástrofe de tales dimensiones podría llevarnos de nuevo a una oleada de cinismo sobre nuestro carácter nacional y nuestro destino. Las llamadas virtudes domésticas americanas son más difíciles de describir. El Papa tiene razón en prestar tanta atención al aborto, porque es un delito de soberbia y de desesperación. De soberbia cuando constituye una negativa a someterse a un criterio externo sobre lo que sea el bien y el mal, y cuando se da una decisión voluntaria de aprovecharse del sufrimiento y de la muerte de otro ser humano. De desesperación algo que se hubiera dicho hace unos años nada característico de los americanos cuando el aborto implica que uno no puede, por sí mismo, vivir su vida de un modo razonable, moral; o que los desposeídos de la sociedad no pueden, y deben ser inducidos a abortar antes de que se conviertan en una amenaza para el resto de nosotros. A pesar de los millones de muertes, de los millones de divorcios irreflexivos, del azote de la pornografía, debemos tener en cuenta los millones de americanos que todavía temen a Dios e intentan servirle, que son responsables de lo que hacen con sus vidas y ayudan a sus conciudadanos. Es especialmente desconcertante que la mayoría de estos últimos, aquellos que retienen lo que podemos identificar como un alma americana, son combatidos en vez de apoyados por gran parte de la maquinaria estatal. Y no sé si deberíamos ver a los manipuladores del Estado como mandarines sin relevancia moral alguna, que de modo fortuito han llegado al poder, o como parte de una nueva y nada atractiva América. El debate académico en muchas de las mejores universidades americanas está dominado hoy por la ortodoxia del pensamiento multiculturalista y su consecuente efecto paralizador llamado corrección política (political correctness). Una de sus primeras contribuciones al debate intelectual americano fue una crítica de la educación liberal universitaria. ¿Tuvo razón Alian Bloom hace unos años cuando continuó esta crítica? ¿Es cierto, tal como decía Bloom, que en un día cualquiera se convierte en americano? Menos de un día, en el sentido de que convertirse en americano consiste en asumir la responsabilidad de ser libre. Sin embargo, cuando el significado de la Declaración de Independencia y la Constitución se limita a una cuestión de opiniones o de quien tiene más poder, el qué sea convertirse en americano puede quedar reducido a una serie inacabable e inútil de argumentos. Sabes que durante la Guerra Fría, los suecos eran bien conocidos por su postura de que los Estados Unidos y la Unión Soviética debían cesar en su conflicto. Era una equivalencia moral falsa, que sugería que nuestras comunidades políticas y nuestras preferencias ideológicas eran cuestión de gustos, en vez de opciones con un valor intrínseco. El mismo falso argumento se acepta hoy en casi todos los campus universitarios americanos: nuestra vieja y ordinaria noción de libertad es sólo una entre muchas otras opciones e ideas del mundo igualmente válidas. Pero no debemos renunciar al valor de una comunidad política basada en el Derecho natural y no en preferencias personales o luchas de poder, si no queremos que el edificio se derrumbe. Ha sido usted calificado por uno de sus biógrafos como el santo patrón de los conservadores americanos y, sin embargo, su condición de icono de la derecha americana no le ha impedido disfrutar de la amistad de conocidos demócratas, por ejemplo la de M libertad de espíritu no es nada de extraordinario. Simplemente reconozco que ceder en la defensa ae ciertos principios tiene un precio enorme John K. Galbraith, ni mantener opiniones controvertidas, como la favorable a la legalización del tráfico de droga. ¿ Cuál es su fórmula para esta gran independencia de espíritu? En lo que se refiere a la gente, es muy sencillo. Es más divertido pelearme con Galbraith que estar de acuerdo con alguien que comparte mis ideas pero no tiene la menor idea de por qué. Además, hay siempre la posibilidad de encontrar algo de luz a lo largo de debates encendidos. La descriminalización de la droga es simplemente un caso de vuelta a los fundadores y forjadores de América, a los principios formativos. Si separamos de la persecución del tráfico de droga la represión del robo y del asesinato, que serán siempre crímenes, entonces el único efecto que se consigue al dejar fuera de la ley a dicho tráfico es la corrupción del aparato policial y judicial. Y si crecen desmedidamente los beneficios de la corrupción, ésta empieza a ser muy atractiva y se acaba corrompiendo a las instituciones financieras. Me han dicho que quedan sólo dos o tres bancos en el estado en donde vivo, Connecticut, que no hacen negocio con el blanqueo de dinero de la droga. Mi libertad de espíritu no es nada de extraordinario. Simplemente reconozco que ceder en la defensa de ciertos principios tiene un precio enorme. En el fondo, esta es una idea populista, porque resulta que siempre la gente más indefensa es la que acaba sufriendo por tales concesiones, por ejemplo cuando los ricos no pagan impuestos o los poderosos se procuran inmunidades. Muchos de sus críticos en América insisten que haría mejor dejando de escribir sobre política y continuando su no menos exitosa carrera como escritor de cienciaficción o sobre viajes a vela... Me preocupa cuando a la gente que odia mis principios le gustan mis novelas de espías o mis libros sobre navegación a vela. Se supone que tratan sobre cómo distintos personajes actúan cuando se enfrentan a diversos acontecimientos y principios. Por otro lado, me pondría muy nervioso si mis críticos quisieran que escribiera más sobre política. Consuela un poco que quieran que lo deje. •